Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

LUCIS Y LA RESURRECCIÓN por M Camus ScarlettVerseus

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

esta en mi aportacion para mantener vivo el paraiso. 

Escor…pio…

Salto de rama en rama entre las ramas de los árboles más fuertes, pero incluso estás crujieron al sentir su peso, la brisa mecía violentamente su cabello, no logra disuadir su enojo y suavizar su seño fruncido. La rama que lo sostenía crujió, uso su  agilidad para saltar al siguiente árbol.

 

–        Una misión con Escorpio… – Bajo la mirada por un instante contemplando el suelo de porcelana, después de unos instantes levantó la mirada – Santidad disculpe mi atrevimiento pero el cabello de escorpio está en una misión que usted le encomendó una semana atrás, Si debo partir en este instante el no puede ser mi compañero.

 

–        Correcto acuario, pensaba enviarte con Géminis o Virgo pero Escorpio notificó su retorno, y me parece el  compañero idóneo.

 

Camus observo al Patriarca, desde su nueva resurrección su santidad había dejado de usar la máscara, hace tres años atrás Athena había revivo a todos los caballeros que muriendo por ella en años anteriores.

 

–        Acuario.

La voz del patriarca lo trajo de regreso

–        ¿Cuándo fue la última vez que hiciste equipo con escorpio?

Eso desconcertó a Camus ¿Cuándo?; Pensó un momento, ¿Cuándo?

–        La verdad es que – guardo silencio – no creo haber tenido una misión en compañía del Octavo guardián. No es que tengamos una mala relación, solo no hemos coincidido para las misiones.

 

–        Y por eso irán juntos, es bueno que todos los caballeros dorados se complementen.

 

Acuario guardo silencio, asiento y se levantó, Shion se acercó y le tendió una carta

 

 

La carta contenía el último comunicado del Octavo guardián, especificando su ubicación.

 

¿Por qué se sentía incómodo, ante la idea de que fuese milo su compañero?

No le miento al patriarca, realmente no tenía problema con escorpio.

 

Milo era…

 

era un gran santo dorado, un hombre recto con sus propias reglas de moral, que obedecía primero  sus instintos antes que cualquier cosas  muy estratégico, valiente, arriesgado,  cabal y justo acostumbrado a ser un juez y verdugo, pero también era muy compasivo. Milo era…

 

Una estupenda personas.

 

Aún así lo incomodaba.

 

Suspiro y relajo sus hombros sigo su camino saltando entre los árboles  cada vez estaba más cerca del acantilado donde se reuniría con Milo. Poco a poco frente a él divisó un enorme roble, sus raíces sobresalían fuertemente a la superficie.

Se acercó al tronco y lo toco con su mano, suspiro de nuevo y apoyo estaba vez su frente.

 

¿Por qué?

 

 Se sentía tan acelerado. si es cierto que había estado corriendo pero; esto era distinto, sintió sus manos un poco frío y su corazón latía rápido suspiro de nuevo llenando a fondo sus pulmones. Debía calmarse, escucho un ligero sonido sobre el, levantó la mirada logro percibir una sombra que caía; se dio la vuelta.

 

El caballo de Escorpio lo observaba fijamente.

Había estado esperándolo sobre la copa del gran roble.

 

Ah cierto, Milo también  era muy sigiloso.

 

–        ¿Qué tal Camus?

 

–        ¿Tarde demasiado?

Escorpio lo miro e hizo un gesto de manos para restarle importancia

–        No te presiones, me dio el tiempo idóneo para reponer energía – la mirada cálida del escorpión se convirtió en un gesto serio – ¿De qué va esta misión?

 

Camus se giró y señaló con su mano a la distancia.

 

Muy a lo lejos se lograba divisar una isla más allá del acantilado en la lejanía de basto océano.

 

La tierra de Lucis.

 

–        Vamos a exterminar a un demonio.

–        ¿Un demonio? – escorpio dejo de mirar la isla y fijo su atención en Camus

–        Las personas han estado desaparecido, el clima de la isla a cambio y han aparecido siluetas humanas de agua.

–        ¿De agua? – Camus lo miro y se encogió de hombros.

–        Estoy tan extrañado como tú. Al principio era una sencilla misión de desaparición, el patriarca envío a caballeros de plata para reconocimiento.

Dos unidades en diferentes tiempos. Pero la primera unidad nunca regreso y de la segunda solo regresaron dos cabellos. Uno de ellos estuvo un tiempo inconsciente perdió su mano, al parecer una baja temperatura fue la causante el otro fue el que dio los reportes.

 

–        La siluetas de agua.

 

Camus asintió y le dio la espalda a escorpio – también se habla de estatuas o figuras de hielo – los pasos del escorpión lo llevaron al lado del onceavo guardián para escucharlo con más claridad, observó la isla a lo lejos.

 

–        Sin embargo no sabemos más que eso. El caballero de plata estaba muy herido, los únicos momentos en los que estaba consciente hablaba sobre “estatuas de hielo”, “figuras de hielo”, pero su compañero afirma no saber de lo que hablaba sin embargo afirmó que fueron atacados por “entes”

 

–        ¿Espectros?– susurro Milo

 

–        No lo creo. Están sellados pasarán siglos antes de que el sello pierda su poder, sin embargo.  

 

–        Bien, vámonos. – El  Caballero de escorpio comenzó a descender el acantilado con una enorme agilidad, Camus lo observó descender  entre las rocas en menos de un instante ya tocaba el suelo arenoso, observó el entorno y se acercó más a la orilla no se había percatado del pequeño pueblito construido en la bahía.

 

Descendió rápidamente para unirse al caballero de escorpio, quien  se había acerca al muelle y conversaba con un señor mayor.

 

Camus disminuyo la velocidad y observo la espalda amplia de escorpión, suspiro de nuevo, seguía sintiendo una enorme incomodidad, observó los barcos estancado en el muelle que se mecían con el agua la mayoría eran pequeños botes pesqueros y solo uno de ellos se podría consideran un “barco” y la lejanía apartado del muelle se encontraba un velero tradicional.

 

Milo tenía el seño fruncido – no lo entiende, no tengo ningún conocimiento en navegación marítima necesitamos que sea usted quién nos lleve.

 

–        Esta loco – protesto el hombre – esa isla está maldita no me atrevería ni siquiera a llegar a la mitad del mar si quiere llegar allá le dejo mi barco por el pago de una moneda de oro pero uno de ustedes deber traerme de regreso.

 

–        No – Milo gruñó – tengamos un acuerdo dos monedas de oro pero usted nos lleva y nos dejara y Cada tercer día irá a la isla

 

–        ¡Porque haría eso! – el hombre comenzaba a alterarse. Sin embargo dos maneras de oro, con eso podría alimentar a su familia dos meses enteros una moneda por cada vez.

 

–        No tenemos como contactarlo y no tenemos idea de cuántos días nos tomara cumplir nuestro deber

 

–        Lo siento pero no puedo ayudarlos sin embargo… por una moneda de oro puedo decirles quién si puede, hay un barquero en especial que ha estado transportando a caballeros de plata. Tiene una habilidad especial que permite estar en contacto con las personas sin necesidad de estar cerca de ellas.

 

–        Cómo las de Mu…

 

–        Tal vez – la voz de Camus se escuchó dentro de la mente de Milo

 

–        Está bien – hablo escorpio y le entrego la moneda de oro.

 

–        A quien necesitan es a Cloud a está hora pueden encontrarlo en la taberna del pueblo

 

–        ¿Y donde se supone que queda eso viejo? – Camus observó a Milo, los brazos cruzados el señor fruncido, entre su lista de defecto escorpio no era demasiado tolerante.

 

–        Somos una pequeña población construida en una bahía cerca de una isla maldita, definitivamente somos un lugar pequeño aquí todos saben dónde viven todos. Será simple encontrarlo solo pregunto.

 Milo bufo y se alejó del anciano arto de tanto conversación inútil y lamentando la pérdida de una moneda de oro por tan penosa información. Camus lo seguía en silencio.

 

Se adentraron al pueblo, para ser pequeño era bastante colorido, por lo visto su comercio no era la pescadería como podría parecer pero si la alta producción textual, se escucha una música de fondo folclórica y los vendedores ambulantes gritan en alto sus ofertas y ofreciendo sus productos, floristas, fruteros, incluso algunos puestos con artefactos misteriosos.

Milo se acercó a una florista, la mujer sostenía una canasta de flores que variaban en amplitud de formas y colores.

–        ¿Donde puedo encontrar a Cloud? – la voz de Milo sobresalto a la mujer que después sonrió ofreciéndole una de sus flores.

–        Vosotros no sois de por aquí, sus caras no las he visto antes ¿Para que lo queréis?

 

–        Ese no es su asunto señora – la voz de Milo fue tajante hasta cierto punto descortés. Camus lo observó, acaso Milo siempre se enojaría por todo, entrecerró los ojos la mujer  tampoco Lucía a gusto con la respuesta. Milo suspiro.

 

–        Lo siento, es importante encontrar a esa persona, y no disponemos de tiempo para perder disculpe mi descortesía, entonces ¿podría ayudarnos a encontrarlo?

 

–        ¿Si me comprar una flor te lo diré? – Milo observó la canasta de flores y le asintió a la mujer aceptándo su oferta la mujer le acerco la canasta  y Milo contempló las opciones. Al final tomo una flor esponjosa de color rosada que se difuminaba así lo blanco.

 

–        Uhhh qué estupenda elección – le alabo la mujer.

Camus observó la euforia de la mujer ¿Qué tenía esa flor en especial? De pronto la flor yacía frente a él contempló la mano de Milo que le tendió la flor por insistió la tomo aunque el escorpio ni siquiera se había girado a verle

–        Uhh eso que significa – la mujer Lucía feliz y risueña como una adolescente que sin duda no lo era – aniversario o declaración

 

–        Ninguno de los dos – la voz del caballero de la octava casa fue prominente fuerte demandante incluso intimidante

 

La mujer se removió en su sitio sintiéndose intimidada. Señala uno de los establecimiento de la avenida una libreria. Milo le tendió las monedas de bronce que cayeron con gracia en la mano de la mujer.  

 

–        Si tuviera un Liliums amarillos ¿La abrías elegido?

 

Milo la observó, antes de irse, hubo un brillo peculiar – lo abría hecho igual, la lealtad tiene un alto peso para mí.

 

Camus sigo a milo esta vez observó los largos cabellos azul imperial que poseía el escorpión.

 

La flor que tenía en sus manos olía exquisita. Ya tenía algo que averiguar, ¿que flor le había entregado Milo? y ¿cuál era el motivo detrás de la emoción de la mujer? Y ¿Los Lilium que tenían que ver?

 

Por primera vez odio no saber sobre flores el doceavo guardián tenia un jardín inmenso pero en su nido solo había espacio para las rosas.

 

Dentro de la pequeña librería un señor mayor reía a carcajadas con un hombre

 

–        Buenas quien de los dos es Cloud? – Camus tomo la iniciativa está vez. Milo guardo silencio y observo el lugar.

El joven de cabellos rubios y ojos verdes se giró a atenderlos. Sonreía alegremente e hizo una pequeña inclinación para presentarse.

 

–        Aquí el – observó a los desconocidos nunca disminuyó sus sonrisa

 

–        Necesitamos tus servicios, nuestros hermanos han venido hasta aquí y has sido tú quien los a llevado hasta la isla Lucís.

 

–        Oh… caballeros de Athena me imagino si soy yo, con gusto les ofrezco mis servicios pero todo tiene un precio.

 

–        No me extraña en esta isla todo el mundo quiere vender y recibir dinero a cambio – Milo hablo ya cansando de tantas “oferta” y malos tratos, al parecer era cultura general del pueblo.

 

 Chico hizo una inclinación de cabeza y camino así una pequeña mesa cerca del amplio ventanal para disfrutar de una buena iluminación tomo asiento, Milo y Camus hicieron lo mismo.

 

–        Tengo un barco, los llevare y acompañare en su viaje, sin rodeos mediante mis habilidades sabré cuando necesiten mi ayuda  y cuando ir a por ustedes.

–        ¿Que habilidades son esas? – le pregunté Camus Los ojos verdes observaron al francés luego sonrió

 

–        Puedo conectar con la mente de las personas, también escuchar sus pensamientos siempre que estén cerca de mi, si aceptan mi ayuda mientras sea yo quien los transporte podré leer sus pensamientos.

 

–        No me agrada – protesto milo

 

–        Lo se – respondió suavemente el rubio – a nadie le gusta pero es parte de la conexión que hago. Pero no os preocupéis, no todos los pensamientos son audibles para mí. Mi habilidad no es perfecta. No puedo saberlo todos

 

–        Que pides a cambio – le dijo el francés.

 

–        Ummm – el joven lo pensó un momento – mis servicios a cambio de un favor el que sea, lo que yo quería

 

Ambos caballeros se miraron, ese podría ser un precio muy alto

–        No me agrada – Milo continuaba gruñendo en la mente del acuariano.

–        Acaso tienes otras opción

–        No sabemos que pedirá pero si es excesivo siempre podremos evadirlos  

–        Si le doy mi palabra tengo que cumplir Camus.

Camus se quedó impávido, por un instante el aire le faltó, Observó a rubio quien sonreía suavemente

Bien, otra cosa más a su lista mental. El sentido de Honor y lealtad de Escorpio era demasiado infranqueable

 

–        Te doy mi palabra que cumpliré el favor que me pidas – milo estuvo a punto de protestar pero el rubio sonrió y observo enigmático los ojos azules del francés.  Amplio más su sonrisa y estrecho la mano del francés. Milo aun mantenía  su sería  expresión

 

–        Vámonos ya no tenemos tiempo que perder – nuevamente la voz tajante del escorpión se hizo presente.

 

Todos abandonaron la librería y retomaron el camino al muelle.

 

Cloud observó la flor que tenía el hombre de cabellos turquesa. Sonrió ampliamente.

 

Que interesante una peonía…

 

 

 

 

 

Notas finales:

hola si has llegado hasta aqui dejame darte las gracias, al menos se que no he escrito esto para un fantasma 

intentare tener una actualizacion por semana. GRACIAS!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).