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Una oportunidad por MarinaLittle

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Severus observó el cuadro que acababa de pintar, su vida como artista había sido muy buena. Sus obras se vendían con rapidez y a precios muy altos, cosa que le había permitido mantenerse estable durante todos esos años. Envió un mensaje a su vendedor antes de dejarla secar.

Sus obras tenían un tinte de oscuridad y melancolía que ningún otro artista había conseguido lograr. Pero también era cierto que ninguno de sus competidores había pasado una mierda de vida como él lo había hecho. Las cicatrices de su infancia aún dolían, las heridas en su mente aún no habían sanado. Todo eso junto formaba las obras de arte de Severus. Su teléfono volvió a sonar y lo miró con el ceño fruncido viendo un mensaje de su vendedor.

Sirius Black: Muy bien Severus, me encanta ver como mi gallina de los huevos de oro funciona perfectamente. Voy a tu casa, ya tenemos comprador, vendrá mi ahijado así que no te asustes.

Severus resopló con odio mientras iba a limpiarse, odiaba que Black se tomará esas libertades. Sabía de su agorafobia y de su fobia social, lo que menos necesitaba era un desconocido en su casa, su lugar seguro. Severus guardó su cuadro y preparó el té para sus dos invitados. Se sentó en el sillón mientras hacía los ejercicios de respiración que su psicólogo le había recomendado para esos casos. El timbre sonó y Severus respiró hondo antes de abrir la puerta, ahí estaba Black con una sonrisa mientras lo miraba contento, a su espalda un chico de unos veintiséis años lo miraba curioso. Severus se quedó helado al ver a ese chico era la copia de su enemigo de la infancia James Potter, y aunque sabía que no podía ser, porque los Potter murieron en un accidente de coche hace muchos años, tenia la impresión de que tenia a James delante, lo único diferente eran los ojos.

- Perdón por avisar con tan poco tiempo pero tus obras tiene cola de espera.- Severus lo miró molesto antes de dejarles pasar y cerrar la puerta, los dos invitados de este se sentaron en el salón mientras Severus servía el te dejando la leche al alcance de ellos.- Ah, por cierto, él es mi ahijado Harry Potter, el hijo de James.- Severus se tensó mirando al chico que parecía no entender nada.

Severus se levantó y salió de la habitación sin decir nada, eso era demasiado. Podía soportar tener un desconocido en casa, pero no podía soportar la idea de que un hijo de puta como era James Potter tuviera descendencia. Entró en el baño y se lavó la cara intentando despejar su cabeza. No podía pagar las mierdas de James con su hijo. Severus salió del baño encontrando a Harry en su taller mirando los cuadros inacabados.

- No deberías estar aquí.- Dijo con la voz lenta pero un tono letal, Harry se giró asustado viendo a Severus mirándolo totalmente tenso.

- Lo siento señor Snape.- Dijo este volviendo su mirada a los cuadros.- Pero soy un gran fan suyo, amo todas sus obras de arte y estar aquí es increíble.- Susurró con una sonrisa antes de girarse a mirar al hombre que lo miraba con una ceja alzada. Harry se sonrojó disculpándose y saliendo del taller. Severus volvió también al salón encontrándose a Sirius cotilleando el cuadro.

- Ya os podéis ir.- Dijo Severus sentándose y cogiendo su periódico para evitar verles y ponerse más nervioso de lo que ya estaba.

- Tan amargado como siempre Quejicus.- Severus dobló el periódico airado viendo la cara divertida de Sirius.

- Cuida tus palabras Black, los Malfoy me han ofrecido ser mis vendedores ¿No querrás quedarte sin tu gallina de los huevos de oro, cierto?- Sirius se puso serio cogiendo el maletín donde el cuadro estaba guardado asintiendo en dirección Snape.

- No, la compañía Black está a tu servicio.- Severus sonrió ladinamente antes de volver a leer el periódico.

- Mándale recuerdos a tu hermano, y la próxima vez mándalo a él, es una compañía más grata que tú.- Dijo de forma despectiva antes de escuchar un portazo. Con eso se permitió respirar más tranquilo, sin la presencia de gente en su casa volvía a estar en un espacio seguro.

Dobló de nuevo el periódico cogiendo la taza de té vacía y dando un sorbo suave. Si era franco con él mismo la presencia de Harry no había sido tanta molestia, si ligeramente incómoda, pero porque era la primera vez que estaba delante de un fan. Su teléfono sonó y Severus frunció el ceño al ver el número de la compañía Black.

Severus he leído tu mensaje mañana me acercaré a recoger el cuadro.- Dijo Regulus nada más descolgar, Severus se rio con suavidad dando otro sorbo a su té.

- Ha venido tu hermano, ya se ha ido con el cuadro.- Escuchó las maldiciones del pequeño de los Black antes de que la línea se quedara en silencio.- ¿Qué tan fan es el hijo de Potter?- Preguntó distraídamente, Regulus murmuró algo antes de que un par de golpecitos se escucharán desde el otro lado.

Mucho, es uno de nuestro mayores compradores ¿Por qué?- Preguntó el Black menor, Severus hizo una mueca mirando a la pared mientras intentaba convencerse de lo que iba a decir no era una estupidez.

- Sirius ha venido con él, me ha sorprendido.- Dijo Severus antes de morderse él labio.- ¿Te puedes pasar más tarde y recoger un regalo para él? Puede que haya sido un poco borde.- Regulus se rio antes de prometerle que pasaría a buscar el regalo para Potter.

Severus se levantó y caminó a su estudio antes de ponerse el delantal y recogerse el pelo en una coleta. Cogió uno de los lienzos pequeños y con delicadeza creó una pequeña obra de arte, ligeramente menos oscura que sus otras obras. Cuando la terminó dio un paso hacia atrás sorprendiéndose de su propia creación, había pintado un bosque en medio de la noche, con un ciervo en forma de fantasma en tonos azulados que estaba delante de una cierva de la misma forma. Le dio la vuelta y firmó antes de escribir un escueto mensaje dejándolo en el maletín. Mientras esperaba que la pintura se secara del todo el timbre sonó y él se acercó encontrándose a Regulus con una sonrisa, lo dejó pasar mientras él se quitaba toda la pintura de sus manos.

- ¿Qué te ha pasado Sev? Tu no eres tan amable.- Severus resopló antes de insultarle. No quería pensar en las verdaderas razones que lo empujaban a tener un detalle con ese chico.

- Tu solo llévalo y cállate.- Dijo cogiendo el cuadro y poniéndolo en el maletín, Regulus lo detuvo antes de que lo cerrara contemplando la obra de arte.

- Severus es precioso ¿Estás seguro qué no lo quieres vender? Podrías ganar el triple de lo que ganas normalmente.- Severus negó cerrando el maletín y mirando con seriedad al Black.

- No, quiero que le llegue a Potter como una disculpa.- Dijo solemne, Regulus suspiró cogiendo el maletín  mientras negaba con suavidad.- Ten buen viaje.- Dijo antes de caminar al taller y dejar el delantal por ese día, apagó las luces y se sentó en su terraza mirando el pequeño parque que había debajo de su edificio y que él nunca había podido bajar a disfrutarlo.

Severus no recordaba cuando empezaron sus fobias, no sabía si eran a raíz de su padre o de James, las terapias no le estaban ayudando en ese aspecto, por ese motivo aunque estaba tratando el problema los avances eran muy lentos. La tarde pasó rápida, tanto como la noche. Cuando Severus se dio cuenta estaba pintando de nuevo, acabando otros dos cuadros que había empezado para tranquilizar dos ataques de ansiedad los días anteriores. Su trabajo se vio interrumpido por el mensaje de un número desconocido, limpió la pintura húmeda de sus manos con un trapo antes de coger el teléfono.

6895....: Hola soy Harry Potter, solo quería agradecerte por el regalo. Es verdaderamente espectacular y precioso, digno de museo.

6895....: Sirius me ha dado tu numero, espero que no te moleste. Solo quería agradecerte.

6895....: Por eso me gustaría invitarte a cenar, elige cualquier restaurante, espero contestación.

Severus: No se si Sirius te lo ha dicho pero no puedo salir de casa, tengo agorafobia y no estoy preparado para eso.

Severus: Si te sirve puedes venir a casa, te dejare cocinar.

6895....: ¡Vale! Haremos eso. Si te parece bien a las ocho estaré en tu casa con todo para preparar la cena.

6895....: Lo siento Sirius no me había dicho nada.

Severus: Está bien, no te preocupes.

Severus: Me parece perfecto, aquí te espero.

Severus guardó el numero en su teléfono y sonrió tontamente antes de darse cuenta de lo que estaba haciendo, negó con suavidad antes de reprocharle por eso. No podía emocionarse con alguien que acababa de conocer, y que encima era hijo de uno de las posibles raíces de sus fobias.

 


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