Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Fake Lover por yanase_gr

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Día 6

 

Lo primero que hizo al llegar a aquella casa fue correr hacia la habitación y encerrarse, se desvistió lo más rápido que pudo y se miró al espejo. 

 

-No hay nada...

 

Se miró detenidamente, necesitaba asegurarse de que Dazai no hubiera hecho nada imprudente. Le dijo que usara la imaginación y lo único en lo que podía pensar que habían hecho era algo demasiado vergonzoso para él. De pie, aún frente al espejo y con la mirada hacia el suelo, espero a que los latidos de su corazón se normalizaran, si seguía así, estaba seguro que terminaría con la presión alta y no sobreviviría para contar el infierno que estaba viviendo.

 

Exhaló y caminó directo hacia el baño, necesitaba despejar su mente y hacerse a la idea de que nada había pasado entre ellos. Aunque odiara admitirlo, Dazai no parecía el tipo de hombre que se aprovecharía de su pareja alcoholizada para satisfacer sus necesidades...

 

¿O sí lo es?

 

Para empezar, no tenían una relación sería. Todo se trataba de pagar una deuda y Dazai debería ser consciente que no podían hacer las cosas que una pareja normal hacia, pero el recordar la expresión de Dazai al verlo tan confundido era irritante y lo hacia confundirse más.

 

-No paso nada, no paso nada. Si ese bastardo lo hizo, juro que lo mato -se repetía a sí mismo mientras dejaba que el chorro de agua cayera sobre su cuerpo.

 

Fingiría que nada había pasado, eso resultaba más fácil por ahora.

 

***

 

El olor a té se alborotó en la habitación en el momento en que el agua caliente se vertió en las tazas de porcelana fina; el joven pelirrojo tomó la taza cuidadosamente, la acercó un poco a su rostro y cerró los ojos disfrutando del aroma del té de verde.

 

-Estás demasiado tenso, el té verde te ayudará a relajarte -dijo un hombre con voz suave sentado en la pequeña mesa frente a él.

 

-Lo siento por venir aquí de repente, pero no es como si tuviera un lugar a donde ir.

 

-¿Que hay con Dazai?

 

Chuya bajó la taza aún sin dar un solo sorbo al té, su mirada se endureció con solo escuchar ese nombre.

 

-Es un idiota, es todo.

 

-Oh, mi pequeño hermano. Tan solo, sin nadie a tu lado, eres como un cometa viajando solo por el espacio.

 

-Esa noche dijiste que Dazai no es de fiar, ¿que ha hecho? ¿Desde cuando lo conoces?

 

Verlaine, el hombre sentado frente a Chuya, mantuvo su mirada tranquila. Pensó su respuesta, había mucho que debía decir, pero debía ser cuidadoso con sus palabras. Después de todo, en la perspectiva del joven rubio, hablar de Dazai era como hablar del mismo diablo.

 

-Lo conozco hace dos años, digamos que fue un encuentro accidentalmente necesario. Sabes que es compañero de trabajo de Rimbaud, ¿cierto? Dazai hace todo lo que está en sus manos para cumplir con su trabajo, es una mente maestra... Digamos que lo ayude un poco con la mano de obra.

 

-¿Mano de obra? ¿Te involucraste en su trabajo?

 

-Involucrarme no es la palabra correcta. Estaba interesado en Rimbaud, eso eso todo. Cualquier artista haría lo que fuera por tener cerca a su musa. Dazai utilizará todos los recursos en su camino para deshacerse de aquellos que amenazan la vida de quienes está protegiendo, seguramente lo notaste cuando trabajo para tus padres.

 

-No es que realmente lo haya hecho. Sí es un hombre tan inteligente, ¿por qué sus parejas lo dejan?

 

-No es que lo dejen, él las deja. Hay una gran diferencia entre querer y amar. No mentí cuando te dije que Dazai es un mujeriego, pero esto no tiene nada que ver con que él deje a sus parejas. Hay un círculo grande de mujeres afuera esperando por él, un día puede salir con una y al segundo con otra y ellas jamás lo notaran. Ni siquiera cuando las deja. Es repugnante.

 

-Esto es confuso... De solo pensar en todo eso siento que debería patearle el trasero e irme.

 

-¿Y por qué no lo dejas? Parece que estás atado a él -recargó su codo en la mesa y utilizó la palma de su mano como soporte para su mejilla-, si Dazai no te gusta simplemente puedes dejarlo. El mundo es grande, Chuya. 

 

-No, no... No lo entiendes -su expresión mostraba desesperación -... ¿que hago hablando de esto contigo ahora?

 

-Si te sientes atado, rompe los hilos que atan como una marioneta. Un cometa no necesariamente necesita un compañero con el cual viajar por el espacio, te acordarás de estas palabras cuando ya sea demasiado tarde.

 

***

 

-Bienvenido, Chuya. ¿Dónde estabas?

 

Sentado en el sofá de la sala, estaba Dazai. Se encontraba leyendo un libro, aún si Chuya había hecho acto de presencia, no despegó la mirada de la hoja.

 

-Fui a visitar a Verlaine. Es un tipo bastante agradable, ¿no lo crees?

 

-Tal vez... -su respuesta fue forzada.

 

-Maldición, vete al carajo -dijo para después chasquear la lengua.

 

Cerrando el libro, Dazai se puso de pie y tomó al pelirrojo del brazo. Era abrumadora la diferencia de estatura entre ambos hombres, algo que definitivamente había hecho enojar aún más a Chuya sin razón alguna.

 

-¡Eres un maldito poste!

 

-¡Y tu un perchero! Escucha Chuya, solo diré esto una vez -mirando con seriedad al pelirrojo, hizo una breve pausa y después continuó-. No puedes salir de esta casa a visitar a alguien que apenas conoces sin avisarme. ¿No entendiste que puede haber gente afuera que aún apunta hacia tu familia?

 

-¡Entonces eres un estúpido mediocre! ¡Tu escucha! -se mantuvo firme ante sus palabras- ¿Por qué tomas tu recompensa si aún no has terminado el trabajo? ¡¿Que mierda hay en tu cabeza?!

 

-Oh, tu padre me ordenó deshacerme del enemigo en turno, no deshacerme de lo que siguiera en el futuro. ¿Te imaginas que así fuera? ¡Nunca me pagaría! Tu no sería suficiente para pagar la deuda, lo sabes.

 

-¡¿Hah?! Simplemente eres un idiota que no sabe hacer su trabajo, eso es todo. Pero solo quiero que sepas una cosa, saldré de esta casa cuando quiera. ¿Vas a encerrarme? Tu mismo dijiste que podía salir cuando quisiera, ¿por qué te contradices tanto?

 

-Simplemente no quiero que convivas con Verlaine, es todo.

 

Hubo unos cuantos segundos de silencio que fueron eternos para Chuya; ambos hombres miraban a direcciones distintas buscando que decir para continuar con la conversación o simplemente darle fin. Para Chuya, las palabras de Dazai no tenían valor alguno.

 

-Vaya, sí que sabes entrar en el papel de amante. Bueno, no me interesa. No te tomes demasiado en serio esto, bastardo. Me das pena...

 

-No estoy en el papel, estoy siendo serio. ¿Tienes algún problema?

 

-Lo tengo desde que empecé a vivir aquí. Ahora desaparece de mi vista o te daré el primer golpe de esta relación.

 

-Eres tan cruel...

 

***

 

"Rompe los hilos que atan como una marioneta".

 

Sus ojos llevaban mirando hacia el techo un buen rato, cuando se cansó, dio vuelta sobre la cama y trató de dormir. Era imposible, ¿cuantas horas llevaba despierto? Y lo peor de todo, ¿por qué siempre tenía que pensar en cosas innecesarias cuando se disponía a dormir?

 

Las palabras de Verlaine daban vueltas sobre su cabeza, pensaba que si fuera tan fácil dejar a Dazai y esa casa, lo hubiera hecho desde un principio. No se sentía con el valor de contarle a nadie sobre como había terminado ahí, estaba dispuesto a cumplir con el plazo de un mes.

 

"Simplemente no quiero que convivas con Verlaine, es todo".

 

Cerró los ojos con fuerza, entonces entendió.

 

Verlaine de alguna forma sabía que Chuya estaba siendo atado por obligación a Dazai, sabía que nada estaba saliendo bien. Tal vez la frustración que sentía en ese momento, por no saber lo que habían hecho la noche anterior, había sido demasiado obvia. Sabía que los adultos eran buenos para darse cuenta de las emociones de personas más jóvenes, aún tenía mucho que aprender.

 

Y, ante todo, Dazai sabía que Verlaine le advertiría a Chuya sobre los riesgos de estar en una relación, fuera falso o no.

 

-Entonces... Dazai quiere impedir que Verlaine interfiera para cumplir el plazo.

 

No sentía tranquilidad en absoluto, pero los nervios parecieron calmarse tras comprender los sentimientos de ambos hombres.

 

Si no cumplía con el plazo, sería equivalente a tener una deuda eterna con el castaño. Lo que tal vez significaría que este se viera obligado a tomar la vida de su padre con tal de terminar de pagar. No podía permitir eso, era un hombre. Un hombre de palabra.

 

Debía soportar el infierno.

 

Una semana finalmente estaba a punto de pasar.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).