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Fake Lover por yanase_gr

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Día 2


-Chuya, buenos días. Permíteme presentarte a mis jefes.


Fueron las primeras palabras que Chuya escuchó al hacerse presente en el comedor. Dazai estaba de pie junto a otras tres personas: un hombre, una mujer y una niña pequeña.


-Ougai, Koyo y su pequeña hija, Elise. Jefes, él es Chuya. Una persona importante para mí.


-Es raro que tengas a alguien más viviendo en tu casa, Dazai-kun -dijo Ougai.


-Interesante, Dazai. Me gustaría saber como es que este chico terminó aquí.


¿Estaba soñando?


No, era la realidad en la que estaba viviendo. Dos personas incluso más grandes que ellos estaban el comedor acompañados de una niña pequeña de nombre Elise.


-Escuche, usted no necesita saber de la boca de este tipo porque yo...


-Ah, ah, Chuya realmente acaba de llegar por lo que puede estar un poco perdido. Me costó trabajo comvencerlo de vivir aquí -interrumpió Dazai-. Será mejor que nos sentemos a desayunar antes de que se enfríe.


El ambiente era muy diferente al del día anterior. Curiosamente Dazai se veía más feliz, las personas invitadas parecían estar perfectamente relacionadas con él y por razones bastante obvias, se veía incapaz de seguir el tema de conversación.


Sentado frente a él estaba Ougai, Ougai Mori. Líder de un famoso sindicato de protección privada, parecía tener arriba de 40 años y daba la impresión de que en algún momento de su vida estuvo involucrado en el ejército; a lado del hombre se encontraba Koyo Ozaki, una mujer espadachina, esposa y mano derecha de Ougai.


Y la niña sentada a un lado suyo, Elise, tenía la apariencia de una niña de 12 años, aunque realmente lucía más pequeña. Hasta el momento, era la hija única del matrimonio.


-Nos han hecho la invitación a un baile. Se trata de la fiesta de un escritor y uno de nuestros empleados, pero no queremos asistir si tu no estás seguro.


-¿Un baile? Suena demasiado anticuado.


-Tienes compañía ahora, así que esta vez no puedes poner pretextos como "no tengo pareja para asistir". ¿Qué dices, Chuya? -cuestionó Koyo tratando de integrar al mencionado.


-Agradezco la invitación, pero este ho...


-¡Asistiremos! Parece que Chuya tiene demasiadas ganas de ir, no puedo negarme ante lo que él quiere.


-¡¿Qué?!


-Entonces, está decidido. El baile es mañana, así que asegurense de estar listos en la noche para pasar a recogerlos. Por cierto, Chuya-kun...


Los cubiertos resonaron hasta que Ougai finalmente recuperó las palabras.


-¿Has estado cómodo viviendo aquí con Dazai-kun? Entiendo que solo ha pasado un día desde que llegaste, pero Dazai es una persona muy especial y me preocupa que quedes en sus manos.


-¿Solucionaré algo si hablo? -Chuya miró de reojo a Dazai, esperando no ser nuevamente interrumpido en el momento.


-Si debo ser sincero, las relaciones de Dazai-kun no son duraderas porque no es el tipo de hombre que sepa como tratar a quienes lo rodean con facilidad, por eso...


-Mori-san... ¿por qué le está diciendo todo esto a Chuya?


-Solo creo que es necesario que sepa que no durará ni una semana viviendo aquí contigo.


Sin dejar de mirar a Dazai, Chuya se dio cuenta que la expresión que tenía en ese momento era épica. Finalmente alguien le había dado una probada de su propia medicina.


***


 


-¿Puedo saber que es lo que le has hecho creer a esas personas?


Cuestionó Chuya cuando Dazai cerró la puerta frente a ellos cuando despidió a los invitados.


-Nada. Saben lo que tu y yo sabemos, que eres mi joven amante y que estás viviendo en mi casa como lo que somos: amantes.


-¡¿Hah?! ¡Eso no fue lo que yo escuché! ¡¿Por qué les dijiste que te costó trabajo convencerme para vivir contigo?!


-Chuya -el tono de Dazai fue firme y autoritario-, no estás en posición para decidir que deben saber los demás sobre nosotros. ¿Olvidas por qué estás aquí?


La mano derecha de Dazai fue hacia la mejilla de Chuya, acariciándola suavemente. El pelirrojo no supo como contestar, pero si no lo hacía, estaba seguro que Dazai terminaría dominando sobre la situación.


-No te sientas mal -dijo antes de que Chuya se viera decidido a argumentar en contra-, no quiero causarte confusión... Solo actuemos como eso, como amantes. Dime, ¿puedes hacerlo?


Su corazón palpitaba con rapidez, el enojo y la situación eran causantes de la confusión de la que Dazai tanto hablaba. Sin embargo, debía pensar bien su respuesta a la pregunta del hombre frente a él porque eso determinaría sin dudar el destino que le esperaría por los restantes 28 de días.


-¿Puedes hacerlo, Chuya?


La voz de Dazai resonó en sus oídos, odiaba que sonara tan dulce.


-Si... Si puedo. Puedo fingir que soy tu amante lo que resta del mes.


-¡Sabía que podrías! Vamos, alístate porque vamos a escoger el traje con el que irás mañana al baile.


-¿Un traje para mi? ¿Qué hay de ti?


-Por eso no te preocupes, Mori-san molestará si no me aseguro de que tengas el traje que más te gusta.


No pudo evitarlo, aún si Dazai estaba frente a él, tuvo que soltar un cansado suspiro. Estaba consciente de que no estaba pensando con la cabeza fría, seguía molesto por las circunstancias que lo habían llevado a ese lugar. Sin embargo, nada resolvería quedándose con los brazos cruzados y lamentándose. Si le ofrecían al menos la posibilidad de salir a divertirse, entonces tomaría la oportunidad.


***


El sol finalmente empezaba a ocultarse, el aire frío de la noche se hacía presente y las luces empezaban a iluminar las calles por las que la gente pasaba a todas horas.


Dazai había puesto especial atención a las necesidades de Chuya, se aseguró de que el traje que usaría para el baile fuera adecuado y a su medida, tenía que ser igual de perfecto que él.


En un pequeño restaurante de camino a casa, Dazai y Chuya se encontraban disfrutando el aroma del café con música jazz en el ambiente.


Como era de esperarse, entre ellos dos solo había un tema en común y ambos hombres se sentían intranquilos al respecto. Chuya, por un lado, quería saber un poco más sobre la persona con quien estaba tratando y Dazai, quería asegurarse de que el pelirrojo se sintiera seguro y tranquilo.


¿Cómo debían empezar? Chuya no lo sabía. No sabía como tratar con hombre del cual no entendía ni siquiera lo que estaba pensando.


Y Dazai se encontraba en una posición mucho más difícil. Nunca en su vida había tomado como recompensa a otra persona, mucho menos pedirle una relación que era demasiado forzada... ¿pero que tenía ese chico que le llamaba demasiado la atención? Y despues del mes, ¿que sería de ambos?


-Si me enamoro, pierdo -pensó mirando con seriedad al chico sentado frente a él.


-¿Dazai?


-Si me enamoro, puede que sea incapaz de dejarlo ir. Pero hay un problema, ¿si él no se enamora? Si me veo incapaz de soltarlo, estaré rompiendo mis propios protocolos y forzandolo a estar en una relación que él no quiere...


-Hey, ¿que carajo te ocurre?


-Y -mientras pensaba sus ojos se abrieron ampliamente, como si hubiera visto algo horrible-... en el peor de los casos, ¿si él se enamora pero yo no? ¿Sería capaz de rechazarlo aún si en el fondo sé que puedo enanorarme de él algún día?


-¡Dazai!


Salió de sus pensamientos al escuchar el grito de Chuya. Ahora le preocupaba si había pensado en voz alta o en silencio, pero se tranquilizó al darse cuenta que había estado mirando al chico por ese pequeño lapso de tiempo.


-¿Tengo algo en la cara? Ahora que recuerdo, ese hombre dijo que antes ya has tenido más relaciones pero que no funcionan... ¿acaso me parezco a una de ellas?


-¿Que te hace pensar eso?


-Lo vi. Nadie mira a alguien tan fijamente, abre los ojos en sorpresa y continúa mirando. Debes estar enfermo como para ver a alguien más en mi.


-No, no. Me refiero... ¿que te hace pensar que todas mis relaciones han sido mujeres?


-¿Hah? ¿Qu-?


-No esperabas eso, Chuya-kun -rio triunfante-. Soy una persona muy liberal, aunque fueras mujer incluso te hubiera mirado de esa forma. Supongo que quieres una respuesta a tu pregunta y eso me hace creer que estás celoso.


-¡No estoy celoso! Apuesto a que eres un asco como pareja.


-No voy a responder a eso. Bien, creo que es hora de volver a casa. Me iré a dormir tranquilo sabiendo que te has puesto celoso -dijo poniéndose de pie.


-¿Y bien? -lo siguió con la mirada, no se levantaria hasta obtener una respuesta.


-No vi a nadie más en ti, eres único para mi en este momento. Si quisiera ver a alguna de mis ex-parejas, simplemente iría sin avisarte y no me sentaría aquí a beber una taza de café preocupándome por lo que puedo hacer mientras estés conmigo.


-E-Espera... no te pedí que...


-¿Nos vamos? Esperame afuera, iré a pedir la cuenta.


No tuvo tiempo de responder, ni siquiera procesaba del todo las palabras que Dazai había dicho.


¿Se preocupaba? ¿Estaba siendo tan honesto o simplemente entraba en el rol de pareja?


Cuando Dazai se alejó, Chuya se dio cuenta que las mesas estaban alineadas frente a una ventana con el ancho del lugar y podía ver perfectamente su rostro sonrojado a traves de esta.


Dazai ya no era la única persona que creía odiar en ese momento.


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