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Benjamín. Tomo 1 y 2 (Traducción finalizada) por yuniwalker

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Al amanecer, Benjamín volvió a la agencia de empleo. Cualquier cosa era buena, incluso si no era un trabajo fijo. Tenía que pagar el alquiler de su casa lo más pronto posible así que algo muy sencillo y a corto plazo estaba absolutamente bien. No esperaba mucho de los resultados de la consulta de todos modos... Pero inesperadamente le hicieron una buena sugerencia en cuanto llegó:

"Estaba preocupado porque su nivel escolar es increíblemente bajo, pero lo recomendé en persona ya que su rostro se ve tan desesperado. Es para limpiar un hotel. No será tan difícil".

"¡Gracias! Lo haré lo mejor que pueda."

"Dijeron que necesitaban un empleado que estuviera bien arreglado y que pudiera escribir y leer. Si prestas un poco más de atención a tu atuendo, estará perfecto. Que tengas una buena entrevista ".

"Muchas gracias. Gracias, gracias, gracias señor."

El consejero le ofreció un buen trabajo.

Benjamín le agradeció un montón de veces y después de salir del centro de información, miró la gran ciudad que tenía detrás con una expresión entre nerviosa y entusiasmada. Dios, un empleo en la ciudad. Más allá de su casa, de los montes y de toda la destrucción, había un lugar donde vivían las clases más altas del mundo. Ferrocarriles que seguían funcionando, casas de tres pisos, había hoteles para turistas, parques... ¡Y por supuesto que era increíblemente difícil encontrar trabajo en esos lugares! Las verificaciones de antecedentes y los registros corporales eran tan exhaustivos que los adictos y las personas con antecedentes penales ni siquiera podrían soñar con ello alguna vez. Incluso en la zona cero, no era un lugar donde Benjamin, que vivía en las afueras, pudiera entrar y salir tan como si nada. Es decir, había escuchado que la gente conducía autos y utilizaba máquinas bastante modernas en casa. Todo el mundo tenía buen aspecto en su piel, llevaba ropa colorida y hablaban con acentos refinados. Por la noche, la luz de los altos edificios brillaban como estrellas, más fuerte de lo que lo hacían para él ahora...

Benjamin, mirando a través de la ventana, comenzó a morderse las uñas en un estado de preocupación total. Tenía que ir a la entrevista pero le preocupaba lo que iba a pasar después. Tenía que cortarse el cabello, bañarse y comprar ropa nueva también... No podía hacer nada de eso, por supuesto, así que tenía que arreglárselas para lucir de la mejor manera posible el día de su presentación.

Al día siguiente, Benjamin se dirigió a la estación con una carta de presentación en la mano. Para entrar en la ciudad verde, donde vivían los ricos, tenía que tomar el transbordador y luego abordar un tren. Todos los que trabajaban allí tenían que mostrar una identificación y pasar por el detector de metales. Las personas que venían a trabajar para el turno nocturno estaban esperando en fila junto con un par de soldados armados y unos oficinistas de expresión estricta y armas de fuego. Cuando fue el turno de Benjamin, miró hacia el frente para no parecer nervioso y le tendió la mano de la mejor manera posible. Benjamin, que aún no tenía una identificación oficial, fue aprobado después de mostrar su antigua ciudadanía y una muy elaborada carta de presentación.

"Adelante."

Tan pronto como terminó de hacerlo, Benjamin rápidamente tomó su papel de ciudadanía, la metió en su pantalón como si la estuviera guardando de un carterista, y pasó rápidamente por el andén. Incluso mientras se alineaban para subir al transbordador, la fila estaba llena de soldados que daban una completa mala impresión. Como si fueran una gran máquina de muerte. Observó gente haciendo cola por su equipaje y luego todos se alinearon y pasaron uno por uno, separados por una distancia razonable.

Cada vez que alguien salía, era increíble ver como la luz de la puerta de entrada brillaba con una intensa luz color azul turquesa así que, evidentemente, no fue difícil que su boca bien abierta llamara la atención.

"¿Es esta tu primera vez aquí?"

Incluso las personas que no lo conocían parecían saber sobre su lamentable situación con darle un solo vistazo. Benjamin era tímido para responder:

"Si… Hoy es la primera".

"Puede que haya terroristas así que, ten mucho cuidado. Lo mismo va a ocurrir cuando regreses así que guarda todo. Dinero, joyas, ponlos en tus calzoncillos y mantente bien pegado a la puerta."

"Ya..."

"Al bajarte te vigilarán más que ahora así que..."

"Entiendo."

Se sintió claramente como comenzaba a hacerse una distinción entre ellos y los de la zona cero .

Cuando llegó el transbordador, Benjamín trepó a la cima con increíble cautela. Estaba atento a lo que le rodeaba y vigilando a toda persona que se parara atrás o enfrente de él. Sin embargo, la tosca máquina era diferente del tren que conocía. Completamente ruidoso y hasta un tanto sofocante. Había trenes, transbordadores, vagones que transportaban viajeros y algunos otros que llevaban mercancías. No fue desordenado, pero si bastante abrumador. Echó un vistazo al techo agujereado y entonces el mismo hombre de la primera vez volvió a hablarle al oído:

"Este transbordador es un tanto clandestino. Sin embargo, parece que no importa mucho mientras no arruiné la estética de la "ciudad verde." Además, el gobierno no necesita gastar dinero en las instalaciones que utilizan las personas como nosotros."

El hombre sabía mucho sobre todo. Benjamin asintió con la cabeza, agradecido por haber descubierto algo nuevo debido a él.

El vehículo se sacudió violentamente en el medio así que Benjamín se aferró al pilar y, después de unos diez o quince minutos más o menos, el transbordador llegó a la primera puerta de descarga.
Mientras bajaba con la multitud, el hombre levantó la mano para pegarle en la espalda y decir:

"Le deseo mucho éxito en la búsqueda de trabajo".

"Gracias."

Benjamin sonrió torpemente y lo saludó, luego solo se dio la vuelta. Como dijo el hombre, tan pronto como se bajaron volvieron a hacer una fila y tuvieron que pasar por la barra de rastreo de la primera vez. Sin embargo, pareció ser un examen más completo que el de antes: Verificaron su ciudadanía y las cartas de presentación con más cuidado, le escanearon todo el cuerpo y luego incluso se dieron el lujo de palpar sus pantalones. Benjamin esperó nerviosamente. Rígido como una piedra hasta que le dijeron "Ya puede pasar". Y entonces soltó un suspiro de alivio impresionante. Siguió la señal de salida hasta llegar a la puerta y subió las escaleras incluso aunque había un mar de gente en movimiento. Por supuesto que estaba increíblemente nervioso pero, por suerte, conoció gente tan amigable como el hombre de antes.

"¿Es esta su primera vez aquí?"

"¿Mi qué? Ah, sí. Sí. Voy al hotel para una entrevista".

"Entonces ve por ese camino. Todos los nombres de los edificios están marcados para que no te vayas a perder".

La mujer le informó amablemente el motivo por el que había cosas escritas en la pared. El hombre de enfrente también ayudó a explicar:

"Nunca salgas así por casualidad. No siempre encontrarás gente como nosotros."

"Muchas gracias."

Cuando Benjamin lo saludó, con una increíble sensación de vergüenza en el cuerpo, las personas asintieron con la cabeza sin rodeos antes de desaparecer. Ciertamente era muy sencillo de entender y además, las ubicaciones de los edificios estaban marcadas con letras enormes en las paredes, justo como le habían dicho en las indicaciones. No era completamente necesario tener antecedentes penales para trabajar en la ciudad verde, pero si se tenía que saber leer.

Benjamin siguió las instrucciones al pie de la letra y llegó al edificio que tenía la ubicación del hotel. Caminó diligentemente hacia la puerta, siguió el mismo procedimiento que con el tren y entró bajo la atenta guía del personal. La ciudad verde, donde solo vivían personas adineradas, era un lugar que, como decía el nombre, tenía un montón de espacios al aire libre. Incluso durante la guerra había sido un espacio que no había sufrido de daños considerables por lo que los edificios altos y los edificios antiguos aún gozaban de buena estructura. Pero para mantener la ciudad limpia y hermosa, se necesitaba mucha mano de obra importada. Limpieza, lavado, reparación, mantenimiento. Tanto y tanto que los trabajadores de la Ciudad Vieja llegaban a ayudar todos los días en las organizaciones en donde los ricos no se podían meter. Pero incluso un simple trabajo de limpieza no era fácil de postular. Pese a que la identidad original del trabajador fuera segura, se necesitaba una recomendación de una persona externa así que no se podía llevar un camino descuidado en el proceso. Benjamin tuvo mucha suerte, por supuesto. Hubo tantos cambios de trabajo que pensó que no le darían uno nuevo y de todos modos lo consiguió. El gerente le dijo que era básicamente, por falta de ayuda.

"Tenemos un sin fin de invitados de otras ciudades, por lo que hay escasez de trabajadores. Es agradable que hayamos encontrado gente de inmediato. ¿Dijiste que puedes escribir y leer?"

"Sí. Perfecto."

"Entonces, ¿Podrías escribir los números y las palabras que tengo aquí?"

El director le tendió papel y lápiz así que Benjamin inmediatamente tomó el bolígrafo y escribió cada número y palabra como él le explicó. Afortunadamente nada de lo que dijo fue difícil y lo hacía tan rápido y bien que el gerente se sorprendió por lo que hacía. Puso unos ojos enormes.

"Vaya... Conoces muchas de las palabras que se utilizan en los hoteles".

Eran palabras de uso común en la ciudad, pero la gente pensaba que los pobres no las conocían: Champú o acondicionador. Jabón, toallas. Benjamin se sintió un poco incómodo así que tuvo que explicarlo:

"Lo sé, conozco esas palabras. Además, trabajaba en embalajes y almacenes así que allí también me pedían que escribiera mucho."

"Ajá, me dijeron que trabajaste con un subcontratista".

Las fábricas en los alrededores de la zona cero a menudo elaboraban las cosas para la ciudad verde por lo que el gerente de inmediato entendió lo que decía:

"Eso es una suerte. ¿Puedes trabajar desde hoy?"

"Sí. Si me lo pide, trabajaré duro".

Benjamin respondió con entusiasmo.  Afortunadamente, el gerente había quedado satisfecho con él así que lo envió de inmediato con otro empleado para que se pudieran ayudar. A diferencia del gerente, con traje y el cabello repleto de gel, el empleado tenía ropa de trabajo simple que le hacía ver como alguien de unos veintitantos años. Incluso los conserjes tenían un aspecto tan pulcro que comenzó a sentirse acomplejado. Al parecer tenían que revisar los artículos todos los días, por lo que necesitaban que todo el personal supiera escribir y leer como un recién egresado de la universidad. Benjamín lo escuchó todo con atención, conociendo que hacer y ya lo suficientemente aliviado de que el trabajo no fuera difícil. Todo lo que tenía que hacer era moverse por el hotel, llevar las cosas necesarias y limpiar diligentemente los pasillos y las ventanas. Ya dependía de las sirvientas arreglar la habitación, abastecerse de suministros y organizar las sábanas.

Era el primer día, por lo que solamente estaba siguiendo la demostración de su compañero.

"Lo estás haciendo bien. Te acostumbrarás pronto ".

"Gracias. Trabajaré muy duro."

"Eres animado, eso me gusta. Si trabajas con tanta diligencia como hasta ahora y llamas la atención del gerente, es posible que obtenga un pase verde".

El pase verde era una tarjeta de identificación que le permitía ir y venir de la Ciudad Verde en un vagón V.I.P. No solo eso, sino que podía vivir en Ciudad Nueva, en las afueras de Ciudad Verde. Si tenías un pase verde también podías recibir una buena educación y una casa. Era eso lo que quería desesperadamente. Más que nada.

"Espero que puedas vivir en la ciudad. Por supuesto, tampoco es tan bueno, pero es mejor que Ciudad Vieja."

"Ah... Sí. Eso estaría bien."

"Jaja, ¿Es algo demasiado grandioso para decir desde el primer día?"

"Para nada, es una motivación."

Mientras Benjamín hablaba con una expresión firme en el rostro, el joven sonrió y le dio unas palmaditas en el hombro. El sabía lo difícil que era para los habitantes de ciudad vieja trabajar en Ciudad Verde. Sin embargo, incluso una década parecía menor para obtener el pase si con eso podía salir. El joven, que pensó que era una carga esforzarse tanto, lo consoló diciéndole que fuera despacio.

Benjamín asintió.


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