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Benjamín. Tomo 1 y 2 (Traducción finalizada) por yuniwalker

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Benjamin caminaba frenéticamente. El problema era que ahora se sentía obsesionado con la idea de que necesitaba salir de ese lugar.

Después de caminar por un tiempo aparentemente largo, subió las escaleras y llegó a un pasillo que todavía le resultaba desconocido. Como la casa de la familia Shanfield era antigua, la estructura parecía volverse complicada al repetir el eje central y remodelarlo de manera moderna. Intentó quedarse en la esquina, donde la gente no iba ni venía tan constantemente, pero tan pronto como avanzó un par de pasos hacia el sur, descubrió que ya no sabía donde estaba. Fue un momento de pánico en el que solo atinó a mirar alrededor y estrujarse las manos. Por fortuna, en ese momento vio pasar a uno de los sirvientes de Aster por lo que Benjamin se acercó con rapidez hasta él. El sirviente lo vio con un rostro ligeramente sobresaltado.

"¿Qué está haciendo aquí, señor Benjamín?"

"Ah... Yo..."

"¿Está buscando a Aster-sama?"

Mientras murmuraba, el sirviente inmediatamente había comenzado a llamar el nombre de su hijo. Benjamin ya era un hombre adulto así que, avergonzado de decir que se había perdido, asintió con la cabeza y dejó que el criado lo llevara directamente hasta su estudio. Cuando llamó y empujó la puerta, encontró que Aster estaba mirando el monitor con una cara increíblemente concentrada. Pareció desconcertado por la repentina intromisión, giró la cabeza al pensar que solo era el sirviente o el secretario así que, cuando vio que aparecía Benjamín, abrió tanto los ojos que hasta pareció gracioso.

"Benjamin, mi amor ¿Qué estás haciendo aquí?"

"... Me perdí."

Cuando escuchó que estaba perdido, Aster soltó una carcajada poderosa. Movió la computadora en su mano e hizo una señal para que tomara asiento junto a él. Sin embargo, cuando se acercó lo suficiente como para verle la cara, de inmediato pareció estar impresionado:

"¿Por qué estás llorando, mi amor?"

"Oh, no es nada…"

"No, dime ¿Con quién te viste? ¿Qué te dijeron como para provocar que tu carita se viera así de mal?"

La expresión de Aster se volvió bastante dura en un momento. Sacudió la cabeza diciendo que estaba bien, pero no lo creyó.

"¿Fue Calix?"

"No. Nada de eso."

Benjamin inmediatamente lo negó, así que su hijo torció los labios:

"Es Calix".

"No lo es. Calix no me dijo nada".

"Entonces ¿Por qué lloras, mi encantador esposo?" Cuando escuchó decir que era su esposo, la expresión de Benjamin se volvió todavía más sombría. No era fácil acostumbrarse a esto. Aunque en la cama parecían tan emocionados, todavía parecía difícil en su mente. "Vamos, dime."

"Lloré porque pensé que era terrible que Calix no me recordara..."

"No vale la pena, mi amor. Solo debes darle tiempo".

Aster relajó un poco su expresión.  Abrazó a Benjamin, le dio una palmadita en la espalda y luego puso las manos en su cara para intentar aliviarle la tensión.

"Aster…"

"Dime, mi amor."

"Eres la persona más importante para mí". Pero aunque nació de su propia barriga, también había heredado la sangre de una familia tan rica y espléndida como lo eran los Shanfield. Y era lo mismo con Calix. Incluso ahora, se sentía como si lo mejor fuera retirarse de su compromiso y hacerle conocer a una persona muchísimo mejor. De hecho, Benjamin esperaba que eso pudiera pasar pronto. "Quiero que seas feliz, mi bebé. En serio. Y para eso no me necesitas."

"¿Por qué... Estás diciendo eso?"

"Aster..."

Pero Aster no respondió a la llamada de Benjamin. Su rostro estaba completamente inexpresivo y frío así que su madre solo alcanzó a suspirar mientras lo sostenía entre sus brazos.

"Es lo mejor para los dos."

"Pero... Pero ahora puedes vivir en esta mansión como lo hacías antes, mamá. En cualquier momento que desees. Ya no tienes que... Ya no hay necesidad de que.."

Los ojos de Aster estaban mojados. Benjamin tomó fuerzas y pensó que igual tenía que decirlo. No podía arruinar más la vida de Aster.

"Sólo digo que... Mientras esté a tu lado, voy a lastimarte."

Entonces, sería mejor si pudiera volver a vivir como un fantasma. Si se trataba simplemente de algo que ocupaba para satisfacer su deseo, entonces podría escoger a cualquier otra persona. Aster estaba torcido debido a los adultos que habían crecido con él y también, gracias a Benjamin y a si mismo.

Pero Aster tomó a Benjamín entre sus brazos, como si nada hubiera pasado desde un inicio:

"Suena estúpido."

"Aster, no tienes que renunciar a nada por mí."

Si hijo podía vivir una vida lo suficientemente brillante en el futuro. A diferencia de él, tenía todas las herramientas para ser feliz y hacerlo. Benjamin era sincero, pero Aster consiguió apretarlo como si estuviera muy enojado con él.

"¡Auch!"

"¡Te dije que no pensaras en cosas tontas!"

"Ah, ah... ¡Ay!"

Aster le retorció con fuerza el pezón que de por si tenía hinchado. Benjamin gimió de inmediato y luego se derrumbó hasta ocasionar que fuera más fácil para su acompañante bajarse la cremallera de los pantalones. Hizo que la cara de Benjamin se hundiera en su ingle.

"Pero si ya vas a hablar mierdas, entonces puedes ocupar esas energías para chuparme el pene."

"¡Ah...! Espera..."

"Si quieres decir algo más, primero tienes que lidiar con mis deseos. Aunque todavía no eres muy bueno chupando vergas."

El grueso pene de Aster se metió profundamente dentro de su boca así que, bloqueado repentinamente por un gran trozo de carne, Benjamin comenzó a tener muchísimas dificultades para respirar. El hombre gimió de agonía, pero pronto sacudió la espalda y dejó que lo golpeara tanto como se le diera la gana. Aster volvió la cabeza... La puerta de la biblioteca estaba entreabierta porque Benjamín, que no planeaba demorarse, había olvidado cerrarla. Y a través de la brecha, se veían unos zapatos color marrón oscuro. No había necesidad de comprobar quien era, porque esos mocasines los compraron cuando fueron de compras juntos. Aster sonrió, agarró la cabeza de Benjamin y empujó su pene con más fuerza en su interior.

"Así. Lo estás haciendo bastante bien, mi amor."

Benjamin todavía respiraba con dificultad desde abajo. Estaba mojado de lágrimas, mordiendo su pene con la boca bien abierta y la baba goteando constantemente por su barbilla. Se veía desordenado, pero también increíblemente encantador. Aster le dio unas palmaditas en la espalda como si lo estuviera alentando a continuar y Benjamín agarró entonces desesperadamente la ropa de su hijo para intentar no quedarse sin aliento.
Al final, Benjamin suspiró y cayó al suelo con la cabeza gacha. Aster tomó su cuerpo  y después de acomodarlo, se sentó en una silla cercana y puso a Benjamin sobre él.

"Toma mi pene."

"Ah, Aster..."

"Dijiste que lo harías cuando quisiera".

"Yo..."

"Rápido."

Dicho esto, Benjamin se quitó los pantalones casi como si estuviera en cámara lenta. Le temblaban las manos, pero pudo hacer lo suficiente como para quedar tan desnudo como lo quería. Descubrió que su pene también estaba erecto. Mientras lo chupaba, debió haberse emocionado lo suficiente como para ponerse así de mal. Aster sonrió. En cualquier caso, podía decir que a diferencia de su personalidad pasiva, su cuerpo era terriblemente lascivo cuando lo comenzaba a tocar en el punto correcto. Incluso con un pequeño pinchazo, su ano estaba mojado y sus pezones parecían ponerse puntiagudos. Por supuesto, también fue gracias a la estimulación tan constante con su verga y su semen.

"Vamos, póntelo tú mismo".

Benjamin, sin saber quien estaba detrás de él, se acomodó tal y como le había indicado. Y mientras se sentaba y bajaba las nalgas, Aster simplemente observó la escena como si no quisiera perderse nada del momento. Benjamin sabía que su hijo estaba muy enojado con él así que, si no escuchaba, solo empeoraría hasta volverse en un momento de verdad insoportable. Incluso si se sentía bien ahora mismo, en algún momento podía ponerse violento.

Benjamin apretó su pene, lo agarró cuidadosamente y lo llevó hasta su entrada. Hubo un chirrido impresionante. Benjamin se sintió avergonzado en medio de tanta excitación pero, incluso pese a todo eso, pareció imposible hacer que su cintura se quedara quieta.

"Ah, ah, está muy... Grueso."

La parte ancha de su glande estaba firmemente atrapada dentro de su ano. Era algo que también habían hecho por la mañana, pero pareció como si se hubiera cerrado un poco mientras esperaban. 

Fue solo cuando Benjamin bajó un poco las caderas, que Aster se permitió darle una violenta palmada en la cadera. El pene, que solo tenía la punta en un inicio, se resbaló lo suficiente como para hacerlo sentir como si lo apuñalaran por todas direcciones. Benjamin gritó: "¡Aaaah!"

"Maldita sea, ni siquiera así es suficiente."

"¡Ah! ¡Dios mío! ¡Espera, espera, espera, espera!"

Benjamín gimió con fuerza, abrazando el cuello de Aster y sacudiendo mientras tanto sus caderas. El pene de su hijo estaba profundamente enterrado dentro de él, tanto que hasta sintió como si su útero estuviera temblando. Y cada vez que sus pilares entraban y salían, el interior le comenzaba a arder hasta hacerle tener un sentimiento claramente desconcertante. Benjamín negó con la cabeza y lloró.

"Dame leche".

Aster sonrió y ordenó que lo alimentara. Benjamín, incluso temblando de miedo, abrió su camisa para dejar al descubierto su pecho. Estaba lleno de rastros de sus mordidas y las succiones que le había propinado durante toda la noche.
Aster mantuvo la cabeza apoyada en su clavícula y se quedó allí. Muy quieto y chupando con fuerza los pezones que se habían vuelto más regordetes. Benjamin meneó la espalda y gimió. La verdad es que los pezones se le sentían tan bien que pareció desear que chupara, mordiera o pellizcara más.

"Ay, Aster. ¡Ay! Es allí. Justo allí..."

Benjamin junto más el pecho a su boca. Debajo de la cintura que se balanceaba para los lados, había un pene enorme que se dejaba ver y se escondía al compás de sus estocadas. Era una verga color rojo oscuro y unas bolas grandes y duras que le pegaban entre las nalgas.
Siempre que levantaba la cintura, su entrada expuesta se abría tanto que incluso pareció que lo estaba succionando. Y lo que Aster llamaba "amor líquido", salió hasta que mojó su vello púbico y también, su carne.

Aster se apoyó en el hombro de Benjamin y le frotó el pecho para masajearlo. Echó un vistazo a la puerta abierta una última vez. Allí, a diferencia de antes, su hermano tenía medio cuerpo a la vista.


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