Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Benjamín. Tomo 1 y 2 (Traducción finalizada) por yuniwalker

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Aster llegó tarde por la noche. 

Originalmente había escuchado que vendría hasta el día siguiente, por lo que Benjamin pareció estar increíblemente sorprendido.

"Aster. Llegaste antes de lo esperado."

"Extraño a mi encantador esposo".

Aster lo miró y abrazó de inmediato a Benjamin. Le agarró de la mejilla y le dio un beso increíblemente tierno y suave. Al ver al secretario y a los otros sirvientes detrás de él, Benjamín se retiró igual a si estuviera muy avergonzado, pero era evidente que igual ya todos se habían dado cuenta de lo que ocurría entre los dos.

Aster tomó a Benjamin y lo llevó a la cama.

Debido a la gran diferencia en sus físicos, Aster siempre parecía tratar a Benjamin con increíble cuidado. Lo recostó contra la cama y llevó entonces los labios a su frente.

"¿Estás bien?"

"Sí..."

"Te portaste como un niño increíblemente bonito y obediente en el tiempo en que no estuve aquí. Voy a darte un premio por eso".

Ya que no lo esperaba, los ojos de Benjamin se abrieron debido al asombro. Trató de pensar como podría haber escuchado o conocido que se había portado bien, pero Aster no dijo absolutamente nada. Era una mansión excéntrica, grande y que albergaba a personas millonarias, por lo que había encontrado la forma de instalar cámaras de seguridad no solo en el exterior, sino en cada pasillo existente de la casa. También había conectado un circuito cerrado en la biblioteca donde no hace mucho Benjamin y él habían comenzado a revolcarse. ¡Y había un montón de cámaras por cada parte de su estudio personal! Sin embargo, tenía que admitir que cuando llegó Benjamín, cortó el canal por un tiempo en caso de que quisieran espiarlos mediante las pantallas del control. Era extraño que viniera a él de esa manera tan linda, así que intentó hacerlo feliz y respetarlo. (Aunque fuera por un rato pequeñito.)

Pronto, Benjamín fue perforado por sus dedos de tal forma, que no quedó ni un solo hueco vacío dentro de él. Había entrado tan fácilmente que hasta pareció que ya lo estaba conociendo. Y tenía que decir que le gustaba que el ano de su madre se empapara incluso con solo un par de besos.
Como resultado del examen físico, descubrió que la pared interior de Benjamin era diferente a la de los hombres comunes. Increíblemente similar a una vagina. Se contraía, se calentaba y cuanto más parecía gustarle, mejores eran sus habilidades de succión. En estos días, aunque lo tratara solamente por un tiempo, se mojaba tanto que escurría y también, comenzaba a chupar como si estuviera poseído. Incluso parecía lindo que lo buscara como si pidiera a gritos que se lo metiera.

Aster tomó al niño entre sus brazos y lo embistió, haciendo que Benjamin sacudiera sus nalgas a pesar de estar tan avergonzado.

"¿Quieres intentar chuparme la leche? Siempre lo hago yo..."

Los pezones, que le habían crecido encantadoramente después de tanto morder y chupar, se estimulaban ahora de un modo bastante fácil. Incluso si lo acariciaba con apenas una uña o se frotaba contra él, al utilizar algo como una camisa delgada, se notaría que la protuberancia de su pecho comenzaba a sobresalir. Era una criaturita hermosa por lo que, lógicamente, no quería mostrárselo a los demás. Le obligaba a utilizar un cárdigan en casa e incluso ahora, era tan lindo escuchar su voz que comenzaba a sentirse celoso de las personas que podían oírlo afuera.

"Además, hablamos de tu pene favorito."

La apariencia de lamer su verga mientras lloraba, era preciosa. Benjamin no era bueno para las mamadas pero, al menos era obvio que últimamente había aprendido a disfrutarlo. Aunque fuera difícil, no se resistía y también intentaba aguantar el doble del tiempo normal. Abría torpemente su garganta y chupaba su pene mientras hacía rebotar sus bonitos pezones hacia arriba y hacia abajo. Cuando lo veía, Aster se emocionaba hasta la locura y solo comenzaba a pensar en lo mucho que deseaba abrazarlo. Pero la expresión de Benjamin no era buena. Lo sostuvo contra sus brazos y examinó sus ojos, que estaban bajos y pensativos.

Al verlo, Aster chasqueó la lengua.

"¿Qué pasa? ¿Hay algún problema?"

"No es nada."

"Dime. Mi amor, dime que está mal." Aster lo consoló, utilizando un tono bastante suave con él. Aunque era evidente que sus ojos estaban fríos y su cara inexpresiva, a Benjamin solo le importaba la manera tan dulce en la que lo había llamado. Mientras lo escuchaba, su cara pareció ponerse muy caliente y, al inclinar la cabeza como para no mirarlo, pareció tan frágil que Aster no puedo evitar reír. "Vamos. No quiero que estés triste ¿Y si no me dices qué ocurre entonces cómo puedo remediarlo?"

Cuando Aster sonrió, Benjamin finalmente habló con franqueza. De todos modos era algo que tenía que saber.

"Estoy preocupado por Calix."

"Estará bien con el tiempo. Todavía es joven así que no puede evitar ser tan explosivo".

Le dijo nuevamente que no se preocupara por eso, pero Benjamin no pudo hacerlo.

"Si Calix se siente incómodo porque estoy aquí..."

"Está bien. Ese niño va a volver a la universidad en algunas semanas y tan pronto como se gradúe, lo mandaré a dirigir la empresa que queda en el sur. No tendrá tiempo para nada."

Al escuchar sobre la partida de Calix, Benjamin se deprimió todavía más. Incluso si lo odiaba, le dolía el estómago al pensar en volver a separarse de su pequeño hijo. Es decir, acababan de volverse a encontrar... Y ahora se sentía como si no pudiera hacer nada para lograr retenerlo.

Aster suspiró, acarició el estómago de Benjamin y lo consoló gentilmente: "Vamos a tener un bebé muy pronto, mamá. Y entonces tus preocupaciones tendrán que volverse a otra persona."

"Sí..."

"Además, Calix es un niño que nunca debiste dar a luz ."

"Aster, no digas eso."

"¿Por qué? Dijiste que tenías suerte de tenerme a mi a tu lado ¿Recuerdas? Dijiste que me amabas y dijiste que ya no querías tener otro bebé. ¡Calix es quien sobra!"

El rostro de Benjamin se ensombreció instantáneamente. Odiaba admitirlo, pero lo que dijo era verdad. Fue muy doloroso mezclarse con el padre de Aster así que, cuando tuvo a su primer bebé, se alegró al pensar que toda la tortura había finalizado. Sin embargo a medida que pasaba el tiempo, el hombre regresó y lo obligó a tener un segundo. Parecía que el cielo se iba a caer sobre él... Esa vez y también ahora. "Aster. Tienes que ser amable con tu hermano. Gracias a él, podemos estar juntos un poco más de tiempo". Le dijo a Aster cuando estaba embarazado de Calix. Sin embargo, el niño amaba mucho a su hermanito cuando estaba todavía dentro de su vientre. Lo odió solamente una vez que nació. Benjamín y el niño recién nacido estaban juntos todo el día así que Aster lo trató de lastimar. "Calix nació para quedarse más tiempo con Aster. Es quien te cuidará cuando yo no esté y es a quien vas a cuidar cuando haga falta. Es el hermano menor, nacido para ti. Entonces debes ser amable ¿De acuerdo? Debes prometer eso." Benjamin habló así para proteger a Calix. Es gracias al niño que puedo estar contigo, es para que no estés solito. Dijo que solo con Calix podía sentirse protegido y no era del todo una mentira. De hecho, gracias al nacimiento de ese bebé es que había logrado quedarse con Aster un poquito más. Se sentía como un hipócrita, preocupado por Calix en este momento cuando ni siquiera lo había cuidado correctamente aquella vez.

Benjamin cayó en los brazos de Aster con una oscura expresión de culpa.  Como si lo entendiera todo y se sintiera mal por él, le frotó la espalda.

"Lo quiero porque es mi hermano después de todo... Pero él vivirá su propia vida ¿No es cierto? No importa."

Aster tenía razón. Calix tenía su propia vida así que tal vez no tenía que preocuparse tanto por volverlo parte de la suya. El camino ya estaba trazado y en realidad, a diferencia de cuando era joven, Aster parecía haber cuidado muy bien de su hermano menor. Benjamín le puso la mano en la cintura para levantar la cabeza.

"Aster."

"Dime."

"Quiero ver más fotos de cuando eran niños".

Benjamin extendió la mano y señaló el marco que había traído esa misma tarde. Aster se giró para mirarlo y lo tomó mientras derramaba una sonrisa:

"De acuerdo. Te mostraré el álbum mañana".

Y con ese generoso permiso, Benjamín pareció estar increíblemente feliz por primera vez.

"Gracias."

"¿Lo haces para ver cómo serían tus hijos si te acostaras con Calix en lugar de conmigo? Pues, supongo que increíblemente parecidos a ti.

"Aster… Basta."

Benjamin lo regañó, con una expresión terriblemente preocupada sobre la cara. Parecía una broma, pero podía ver que Aster solía volverse violento muy fácil. Después de todo, para hacer una revelación así... ¿Qué tipo de educación le enseñaron los Shanfield?

"Entonces tienes que hacer algo que me haga sentir más seguro."

"¿Qué...?"

"¿Cuándo vas a comenzar a decirme esposo?"

"Yo..."

Aster apretó el cuerpo de Benjamin con más fuerza.

"Tienes que comenzar a acostumbrarte, cariño. Yo soy tu esposo".

"¡Aster!"

"Y ahora tú eres mi esposa".

"Aster. Por favor..."

Benjamin suspiró, luciendo como si estuviera a punto de llorar. Con solo dormir con su hijo parecía ser suficiente pero, si comenzaban a nombrarse, si lo que había entre los dos comenzaba a ser mayor, entonces también sería mayor el pesar y la culpa que tendrían. Benjamin siempre estuvo preocupado de que descubrieran que era madre e hijo y Aster conocía muy bien la razón: Descubrió que en "Corona" donde Benjamin nació y se crió, el incesto era un pecado mortal. En un inicio, los ricos intentaron aumentar la población para tener más personal en sus viviendas. Prohibieron los anticonceptivos y no se proporcionó educación sexual. La población creció, pero también surgieron problemas. Todos los residentes comenzaron a vivir en lugares dispersos. "Corona" no tenía más civilización que en donde estaban las maquinarias agrícolas y al ser tantos y tan unidos, los altos gobernantes comenzaron a pensar que si los agricultores se volvían más inteligentes entonces sería difícil administrar sus propiedades de forma individual. Comenzarían a pelear por ellas. Además, el alcohol era lo único que podían disfrutar en sus tiempos libres por lo que se amontonaban, hacían más ruido y entonces los campesinos satisfacían sus necesidades con sus familiares. Había casos de relaciones sexuales entre padres e hijos y hermanos con hermanos. Naturalmente, había enfermedades genéticas y las tierras comenzaron a escasear. Ese año, fue el inicio de una hambruna feroz. Los gobernantes asesinaron a todos los niños nacidos de incesto y en algunos casos, quemaban casas enteras mientras todos dormían allí. La gente comenzó a decir que era un castigo de los dioses, que el cielo estaba mirando, que el fuego venía de la lluvia y por eso los campesinos temieron hasta el punto de volverse sumisos. Los hombres ricos intentaron educarlos para evitar que ocurriera de nuevo aunque, por supuesto, en comparación con la ciudad el nivel de educación era significativamente más bajo. Las letras eran simples, las reglas tontas y las matemáticas muy básicas, pero fueron informados al menos sobre la anticoncepción. Dijeron que el incesto era un pecado mortal y que estaba absolutamente prohibido. Si se quejaban o descubrían que faltaban a esta ley, los ahorcaban en la plaza o los amarraban de la cabeza para que fueran llevados por caballos. Incluso se sospechaba de los niños con discapacidad por lo que, cuando nacía un niño con problemas, las mujeres estaban dispuestas a matarlos con tal de evitar un castigo. Pero después de todo, había muchos niños en casa de Benjamin y debido a eso fue vendido a los Shanfield para servir de incubadora. Una vida, por una vida.
Aunque antiguo, incluso en lugares más civilizados el incesto era tratado como un pecado mortal. Pero por el contrario, violar las reglas resultaría en un sentido de inmoralidad inexplicable que vendría acompañado con un terrible sentimiento de culpa. Benjamín siempre estaba temblando de miedo debido a esa razón, pero también era de los que se dejaba llevar fácilmente por el placer. Y cuanto mayor era la conciencia de que estaba pecando, más comenzaba a excitarse.

Era un hecho que su cuerpo quería portarse mal.

"No puedo… Algo como eso."

Benjamín inclinó la cabeza como si no pudiera hablar. Le había abierto las piernas a su hijo todos los días, fingiendo ser ingenuo sobre el tema, gentil y muy pasivo también. Sin embargo, ya que Aster pensaba que este aspecto también era increíblemente lindo, no lo señaló ni intentó corregirlo de inmediato. En cambio, le desabotonó la pijama, le agarró del pecho que ya estaba expuesto e hizo pequeños circulitos allí. Como si estuviera amasando.

"Si nace un niño, ¿En ese momento dejarás de llamarme por mi nombre de pila?"

"Ah... Yo..."

"¿Dejarías que nos llamara mamá y papá?"

"Ah... Aster."

"En realidad, no soy un padre... Sino un hombre que viene del vientre de la misma mamá. Así que, aunque sea tu marido... ¿No me vas a llamar así nunca, verdad? ¿Qué tengo que hacer para que lo hagas?"

"¡Aah! No hagas esto, ¡No me hagas eso!"

Benjamin recostó suavemente su espalda mientras dejaba que su hijo le frotara el pecho. Parecía que ahora ya estaba muy acostumbrado a que lo abrazaran de esta manera porque no ponía ninguna resistencia o espacio entre los dos. Le ofreció sus pezones y le abrió las piernas para que pudiera pasar así que era evidente que hoy estaba excepcionalmente dispuesto. Pensó que incluso podía satisfacerlo durante días enteros sin temor a que se echara para atrás.

Aster se rió:

"Mira tu ano, tan mojado y tan rico. Parece que estás realmente en celo".

"¡Ah! Espera, Aster..."

Pronto, su lengua caliente llegó hasta el fondo. Aster levantó los ojos y miró hacia arriba para poder ver a su madre, tapándose la boca con la mano y temblando mientras suspiraba de dolor. La expresión de su rostro, sin saber qué hacer, era ridícula. Fingía estar perplejo pero, debajo de él, lo succionaba como si estuviera suplicándole por más.

Aster metió la lengua más profundamente. Como era de esperar, Benjamin lloró y sacudió la pelvis:

"¡Ah, ah, As... Ter! ¡Ay! ¡Dios mío!"

¡Pareció que se iba a morir de la vergüenza! Era como si estuviera pidiendo una verga directo en su ano. Aster besó la entrada llena de fluidos:

"¿No es suficiente con mi lengua, verdad?"

"No... Aster. No."

"¿Quieres estar complacido con mi verga, mi amor?"
  
Benjamin apretó los labios como si no pudiera hablar, pero Aster se levantó con una agradable sonrisa. Los dedos se le movieron para arriba y rozaron sus pezones así que comenzó a estremecerse otra vez. Era obsceno, pero terriblemente lindo también. El hijo comenzó a poner su pene en la entrada de su madre:

"Yo haré cualquier cosa que tú quieras."

 Aaaah ! Aster ".

"Al ano de mi madre le gusta que su hijo lo bese con su verga".

"¡Ah! Dios mío. Profundo ¡Más profundo!"

Tan pronto como lo escuchó, lo metió tan adentro que Benjamin solamente pudo fruncir el ceño de dolor para luego intentar alejarse. En cambio, cuando decidió abrazarlo del cuello, Aster sacudió las caderas tan violentamente que pareció como si lo estuviera sirviendo de una manera ya estudiada con anterioridad. Concentrándose en lo que se sentía mejor para él. En las partes sensibles...

Benjamin jadeó, con la boca bien abierta: "Ah, ah, Oh, hijo mio. Oh, ya no puedo más... "

Mientras sacudía su cuerpo de placer, Benjamin emitió un sonido verdaderamente inútil. No era como si apenas estuvieran juntos porque ya había pasado un mes desde su reunión. Todos en la mansión conocían su relación y sabían lo que hacían durante el día. Aster frotó el pecho de Benjamin con fuerza y luego preguntó:

"Ah, mi amor. ¿Cómo le llamas a un hombre que alegra el ano de mamá todos los días."

"¡Uf, sí! ¡Eso es tan bueno! ¡Maldita sea!"

"Intenta decirme "cariño" ."

"Oh, no, Aster..."

"No puedes seguir diciéndome hijo para siempre ¿No lo crees?"

Aunque Benjamin estaba temblando violentamente, tenía una mirada de vergüenza de verdad impresionante.
Cuando sintió que su pene estaba allí, tan profundamente metido en su interior, sus pupilas temblaron con violencia y empezó a gritar de miedo: "Ah. No. ¡Ah, Aster!"

"¡Respóndeme! ¿Cómo se le dice a tu esposo?"

"Ah, yo..."

"¿Vas a seguir llamándome hijo? En ese caso, tal vez debería..."

"Oh no. ¡No! ¡Yo no te diré así! ¡Cariño! ¡Cariño! ¡Quiero que tu pene vaya más profundo dentro de mí así que...! ¡Así que por favor!"

Benjamin inmediatamente negó con la cabeza y sollozó. Aster sonrió, rió en voz baja y luego se acostó sobre el cuerpo suplicante de su madre, quien ahora le estaba pidiendo un beso más profundo. Como si quisiera una incentiva por haberlo hecho bien.

"Bien hecho, cariño."

"¡Uf! Lo estoy haciendo bien, ¿Verdad?"

"Sí. Eres una buena esposa, mi amor. La mejor de todas".

Benjamin se estremeció cuando Aster lo felicitó y lo hizo todavía más cuando le lamió la lengua. Incluso mientras luchaba con la culpa, su apariencia era tan linda y agradable que le hizo parecer como si le gustara mucho ser sumiso en momentos como estos. Y mientras le frotaba el pecho y le besaba fuertemente los pezones, Benjamin se atragantó:

"¡Más! Ah ¡Más, Aster!"

"¿Te gusta tanto la verga de tu marido?"

"¡Ah! ¡Sí! ¡Me gusta mucho la verga de mi esposo, cariño! ¡Ah, cariño!"

"También me gusta mucho como se siente dentro de ti, bebé. Y ya verás que incluso mi leche es deliciosa"

Aster continuó susurrando palabras obscenas que no iban bien con su brillante sonrisa. Simplemente... Parecía demasiado feliz como para ser cierto. Estaba abrazando su cuerpo, besando su boca, riendo inocentemente, como un niño. En su cintura, Benjamin envolvió sus piernas y comenzó a sacudir su trasero de un modo increíblemente lascivo.

Ambos estaban cada vez más excitados. Aster le chupaba los labios, sacaba más de la mitad de su pene de la entrada y volvía a encajarlo con fuerza.

"Vamos, te daré tu bebida favorita".

"¡Ah!"

"Pero solo si me das permiso."

"Sí. Sí, cariño."

Benjamin asintió con anticipación. Ya había un poco de semen en la punta de su pene así que Aster no tuvo más remedio que ver el rostro de su lujuriosa madre, jadeando y con la lengua bien de fuera. Mientras perforaba violenta y profundamente el interior de su ano, el hombre gritaba y sollozaba e incluso después de que le sacaran los genitales, meneó la espalda con las piernas bien abiertas y rogó. Su rostro estaba completamente suelto. Tenía los ojos en blanco y la saliva, filtrándose por una boca muy abierta. Sin embargo, incluso después de dos largas eyaculaciones y un líquido blanco que no dejaba de gotear, la situación de Benjamin seguía siendo exactamente la misma. De repente, un líquido transparente se filtró por la cama:

"Ah, no... ¿Qué está...? No ¡Espera!"

"¿Estás orinando porque te gusta?"

"Yo... no lo sé ¡Ah! ¡No lo sé!"

Benjamin se sorprendió. El líquido todavía goteaba de sus genitales mientras que el semen escurría por el agujero de su trasero. Aster lo miró y se echó a reír. Benjamín, que estaba acostado de lado, se levantó y se puso ahora en cuclillas:

"Las mujeres deben ponerse en cuclillas para orinar ¿No es verdad?"

"Es que... No puedo..."

Incluso con apenas la mitad de su mente funcionando, Benjamin no pudo evitar sentirse avergonzado. Su pene se había vuelto mas grande que antes por lo que necesitaba una buena posición para derramar toda el agua que tenía por dentro. 
Y cundo la orina se detuvo, la entrada se le agitó ruidosamente y el semen comenzó a gotear otra vez:

"Oh no... Cariño."

En estos días, pareció tener muchísimo miedo de retener el semen de su hijo dentro de él. Por supuesto, Aster estaba encantado de ver todo lo que pasaba con su cuerpo así que le dio unas palmaditas en las nalgas.

"Me meteré de nuevo ¿De acuerdo, amor?"

"Sí, cariño."

Benjamin sonrió y comenzó a asentir con la cabeza. Aster lo miró con una expresión muy agradable, lo acarició completo y finalmente lo besó en la frente. Bajó por la nariz, repasó sus mejillas y los labios. Recorrió su barbilla, besó sus hombros y besó también sus pequeños pezones hinchados. Parecía feliz, como si tuviera el mundo entero en sus manos.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).