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Benjamín. Tomo 1 y 2 (Traducción finalizada) por yuniwalker

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Sus tratos con Aster se volvieron más promiscuos con cada día que pasaba. Incluso comenzaron a ponerse nombres cariñosos, como lo haría una pareja real. Por supuesto que Benjamin estaba luchando cada vez más duro mentalmente debido a esto porque era fácil perder el sentido de la realidad durante una relación como esta y era peor cuando parecía disfrutarlo tanto como lo hacía ahora. Sin embargo, cuando volvió en si, después de que todo terminó, se sintió increíblemente culpable. Su influencia también comenzó a afectar su vida diaria porque Benjamín perdió el apetito y ya ni siquiera podía ver a sus niños en el álbum de fotos. Es decir, no estaba feliz de ver su niñez. Más bien, cada vez que veía a Calix, sonriendo inocentemente, se sentía sucio. Como un saco de inmundicia.


Como Aster estaba ocupado, pensó que estaría bien por un momento. Sin embargo, de repente se dio cuenta de que estaba entrando por la puerta principal.


Aster, que venía de un viaje de negocios, vio a Benjamin y se volvió feroz automáticamente. Se rió y dijo: "Dicen que comes menos estos días".


"Estoy... Un poco mal."


"¿Ya lograste quedar embarazado?"


"¿Qué? Oh no. Aún no…"


"¿Pero por qué perdiste peso entonces? ¿No es por las náuseas matutinas?"


Preguntó Aster, acariciando la mejilla de Benjamin de abajo para arriba. Parecía amigable, pero sus ojos eran agudos como de costumbre. Benjamin tragó saliva, sabiendo lo cruel que podía ser si respondía a las preguntas de manera equivocada.


"Es solo que estoy muy nervioso porque el ambiente cambió a mi alrededor repentinamente. Este lugar es muy grande y hay demasiada gente. No me gusta tanto, no estoy acostumbrado".


La vida con los Shanfield era más difícil que feliz. Además, los sirvientes siempre estaban a su alrededor por lo que sentía que a todo momento había alguien mirando. Aster inclinó la cabeza ante esas palabras y observó a Benjamin directo a la cara:


"Ya. Así que aunque han pasado dos meses todavía no te puedes acostumbrar."


"Así es. Sabes como era mi vida antes, Aster."


"Te dije que olvidaras el pasado".


Aster sonrió con frialdad y volvió a tomarlo por las mejillas. Benjamin estaba honestamente asustado por su voz baja y por el modo en que sus frases parecían más bien... Una excusa.


"Además, Aster a menudo está fuera en estos días. Sin ti, estoy muy ansioso."


A Benjamin se le ocurrió algo que podría gustarle.  También era cierto a medias, así que levantó los ojos y miró en su dirección. Aster pareció un poco burlón:


"Oh, bebé. Es una excusa torpe, pero es lindo que lo estés intentando con tantas ganas así que lo tomaré". Aster se rió entre dientes y lo besó sobre la frente. Fue cálido y reconfortante al mismo tiempo. "Pero por favor, a partir de mañana intenta comer más ¿De acuerdo?".


"Eso es..."


"Tienes que subir de peso. Ya no eres joven, no puedes tener un bebé con un cuerpo tan flaco."


"Tienes razón."


Benjamin asintió, con una expresión increíblemente sombría en la cara. La verdad es que le preocupaba muchísimo que pudiera estar embarazado alguna vez. Incluso aunque ahora no había síntomas de embarazo. En el pasado, Benjamin tenía náuseas matutinas cuando estaba embarazado de Aster y Calix. No era grave, pero ciertos alimentos eran difíciles de tolerar debido al olor. Ahora se hacía una prueba de embarazo todas las semanas porque Aster parecía desearlo con muchísimas ganas. Sin embargo, solo salió la palabra Negativo en los papeles así que pareció estar honestamente decepcionado por eso. Benjamin se sintió aliviado de no tener más hijos, pero ya que tenían sexo todos los días pareció que definitivamente iba a llegar el día en que tuviera otro hijo. Además, no había anticoncepción y la probabilidad era mayor porque siempre estaba metido dentro de él. Benjamin no quería tener más hijos. Rezaba para que no hubiera ningún cuerpo dentro de él e incluso la idea de tener un bebé era aterrador. Es decir ¿Cómo se supone que debía mirar al niño después de nacer? No tenía la confianza como para fingir que no había pasado nada. Y como si conociera su corazón, Aster le hizo un propuesta aterradora a Benjamin, que estaba ansioso:


"Si alguna vez escapas, te romperé la pierna".


"Aster…"


"¿No te gustaría ayudar a prevenir que suceda algo tan terrible?"


Aster abrazó a Benjamin y le acarició esta vez la nuca. A diferencia de su cara sonriente de antes, su nuevo método de intimidación pareció considerablemente brutal.


"No lo haré. Así que por favor no digas eso."


Benjamin se aferró a Aster. Pareció estar bien hace un momento, pero luego se sintió como si estuviera realmente en peligro. Tenía que darle seguridad de alguna manera.


"¿A dónde voy a ir, bebé? No tengo otra casa más que esta. Ahora, estaré a tu lado siempre".


"Así es. Así debería ser de ahora en adelante. Te amo, mamá. Muchísimo."


"Sí. Yo también te amo, Aster."


Benjamin abrazó el cuello de Aster y lo besó en la mejilla. Después de eso, presionó sus labios contra los suyos hasta que los ojos de Aster se suavizaron un poco.


"Espero que seas sincero".


"Es la verdad. Yo soy solo tuyo. Te amo más, Aster."


Benjamin le dio a Aster lo que quería, pero también fue un sentimiento sincero. Por eso no podía perdonarse a si mismo, por convertirse en la esposa de su hijo, recibir sus genitales todas las noches y también su semilla. Y no eran solo relaciones sexuales, incluso en la vida cotidiana, Benjamin tenía que ser y parecer la esposa de Aster. Utilizando la misma cama, comiendo juntos, caminando juntos por el jardín y actuando como una pareja casada. No se celebró una ceremonia oficial pero los sirvientes lo trataban como si ya fuera el dueño. Cuando Aster se iba de viaje de negocios, lo despedía y prometía reunirse con él nuevamente. El hombre siempre expresaba su afecto y lo sorprendía con besos, abrazos o hermosos regalos pequeños. Calix regresó a la universidad, aparentemente enojado por lo que estaba pasando en su casa y aunque Benjamin estaba triste por eso, pensó que tenía muchísima suerte. Es decir, cada vez que se encontraban, se miraban con desprecio y cuando estaban en la misma habitación, parecía que se repelían. Y es que incluso ahora, Benjamin estaba viendo una película en brazos de Aster. En la zona cero, a veces se proyectaban películas en máquinas especiales pero Benjamin nunca lo vio porque no tenía dinero.


"¿Te gusta, mi amor?"


"Estoy viendo esto por primera vez. Es interesante."


Benjamin yacía apoyado todavía contra Aster, quien estaba bien sentado sobre el sofá. Utilizaba sus hombros como almohada y dejaba que le besara la cabeza:


"Yo la veo cada vez que estoy aburrido. Hay algunas cosas muy buenas en la tele."


Benjamin asintió secamente. En realidad, aunque estaba mirando la pantalla, tenía otros pensamientos en la cabeza. ¿Cómo podía escapar de aquí? Tenía miedo de las amenazas de Aster, pero no podría vivir así por el resto de su vida. No había nada alrededor de la casa de los Shanfield.  Solo vastos campos alrededor, montañas en la distancia y muchísimos árboles. Sin embargo, no había instalaciones para que las personas pudieran vivir. Los sirvientes a veces utilizaban aviones para irse de vacaciones así que pensó que debían estar en alguna isla. No había nadie para ayudar, ningún sitio donde ir. Quizá todos le tenían miedo a Aster y nunca cooperarían con él. Benjamin miró la pantalla con una expresión increíblemente deprimida. Al mismo tiempo, en la televisión, había una escena en la que los amantes se separaban definitivamente. Mirándola con una expresión oscura, Aster le acarició la mejilla y lo besó.


"Nunca nos separaremos, mamá ¿Verdad? ¿Me lo prometes?"


"Sí, nunca."


"No quiero perderte otra vez".


Cuando sus labios se acercaban, Benjamin habitualmente abría un poquito la boca. Como si Aster fuera amable, lo besaba y luego se permitía meter la lengua para cavar en su interior. Ahora, el movimiento, que al principio era lento, se volvió cada vez más áspero y el sonido de la carne húmeda pegándose constantemente comenzó a escucharse incluso más fuerte que el de la televisión. La mano que había estado acariciando su cintura, se deslizó dentro de su camisa también:


"Ah, Aster."


"¿Cómo te estás sintiendo, mi amor?"


"Bien, muy bien... Um... Tócame más. Más. Allí."


Benjamin abrazó el cuello de Aster y comenzó a gemir... Haciendo que la acción solo se volviera más violenta y desvergonzada. Cada vez que esto sucedía, se llenaba de un terrible odio hacia si mismo y comenzaba a pensar que tenía que detenerse. Había renunciado a su autoridad como "madre" en el pasado pero ahora incluso su orgullo parecía estar a punto de desaparecer. ¡Lo llevó dentro de su útero por mucho tiempo y en este momento estaba abriendo sus piernas para dejarlo pasar! ¡Era terrible!


La acción que se inició en el sofá condujo a la cama. Medio consciente, el hombre que lo estaba abrazando pronunció palabras lujuriosas para satisfacerle incluso de esta manera. Le hizo sacudir su trasero con violencia y disfrutó apretando su verga con fuerza dentro de su ano hasta el punto en que ya estaba escurriendo:


"Ah... Siempre pensé en ti, mamá".


"Oye, yo también. Aster... Yo siempre pensé en ti."


Benjamin se subió al cuerpo de Aster y comenzó entonces a mover su cintura.


Siempre lo había extrañado. Aunque no era como anhelar a un amante como en la película que habían visto hace un rato, si lo necesitaba demasiado junto a él. Es decir, era su hijito. Solo quería que estuviera bien, que se olvidara de las cosas malas y que viviera una vida feliz. Evidentemente ese no fue el caso.


Aster le hizo cosquillas a sus pezones y luego se echó a reír:


"Me masturbé pensando en ti, mucho antes de tenerte de nuevo."


Los ojos de Benjamin se abrieron con sorpresa. Sin embargo no podía pensar que fuera del todo raro ya que fue Aster quien lo violó desde el primer encuentro. El hombre le dio una palmada en las nalgas como para poder encontrar el ritmo adecuado:


"Me masturbé mientras recordaba haber chupado la leche de mi madre".


"Eso... ¡Ah!"


"Quería verte de nuevo. Ah... Ahora desearía que papá se hubiera muerto desde mucho antes porque odio incluso pensar que metiera su pene dentro de ti."


"Ah, Aster..."


Era demasiado feo que un niño recordara eso. Benjamin se puso rígido en un segundo, curvó las cejas y sin embargo, cuando Aster volvió a sostenerle las caderas desde abajo, su cuerpo se sacudió como si estuviera temblando y gritó:


"¡Oh Dios! ¡Está demasiado profundo!"


"Me prometí a mi mismo que si te encontraba, borraría todos los recuerdos que había dejado papá. Prometí que me aseguraría de hacerte tener a mi hijo".


Aster levantó violentamente la espalda, agarró la cintura de Benjamin y tiró de ella hacia abajo. Al mismo tiempo, su pene lo penetró tan violenta y profundamente que Benjamín soltó otro gritó más terrible que el de la última vez:


"¡Aaaah!"


"Incluso en mi primer sueño húmedo, yo... Yo tenía a mi mamá conmigo. Mirándome y amándome. Solamente a mi, estando cara a cara. Desde entonces, he estado rogando a todos los dioses por ti."


Aster le dio otra palmada y le explicó los sueños de su adolescencia. Benjamin temblaba fuerte y mientras tanto, quería taparse los oídos para no tener ni un poco de aquella voz en sus oídos. Sin embargo, si lo hiciera así, evidentemente se caería de inmediato y se golpearía la cabeza. Aster estaba firmemente abrazado a él.


"En el sueño, me pedías que te abrazara, tomaste mi mano y me dejaste frotar tu pecho. Extendiste tus piernas para preñarte porque eras, tan travieso y tan bonito también... ¡Y yo estaba tan feliz por eso que sentía que hasta podría llorar!"


Los ojos de Aster parecían tan irremediablemente felices que Benjamín volvió a sentirse horrorizado. Sin embargo, cada vez que se insertaba su verga en el interior, una tremenda sensación de placer recorría también su cuerpo.


"¡Ah! ¡Oh! ¡Dios! ¡Oh, Aster!"


"Ahora soy el dueño de este cuerpo".


"¡Ah! Detente por favor."


"No sabes lo feliz que estaba cuando te encontré en el hotel."


Aster se levantó. Cuando de repente cambió de posición, Benjamin se inclinó hacia atrás casi de una manera muy exagerada. No se cayó gracias a la mano que estaba firme en su espalda pero se había volteado tanto, que sus genitales se alojaron incluso más profundamente en su interior.


"¡Ahhh! ¡Por Dios!"


Aster lo estaba inclinando de tal manera que Benjamin sintió el pavor de que lo tiraran al suelo. Pero al mismo tiempo, desde el fondo de su alma, estaba esperando que su hijo le diera todo su semen para hacer exactamente lo mismo con él.


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