Cuando regresó a la mansión, nada había cambiado. No, en realidad se había vuelto un poco más sofocante que al inicio.
Los sirvientes lo seguían al salir del dormitorio y tan pronto como atravesaba la puerta de la mansión, comenzó a sentir como si los guardaespaldas no dejaran de rondarlo ni por un solo momento. Además de eso, Aster pareció volverse terriblemente impaciente con él. Ahora verificaba la cantidad de comida más estrictamente que antes y miraba también si perdía peso o no. Si adelgazaba, lo obligaba a comer más. Y si no comía, se enojaba y lo hacía masticar a la fuerza.
Todavía dormía con él casi todas las noches.
Aster había dejado de ir a de viajes de negocios recientemente y en su lugar, empujaba su pene contra el cuerpo de Benjamin todo el bendito tiempo. Incluso ahora, aunque estuviera recostado en la cama con las piernas cruzadas, abría su nalgas para él en el momento justo en que decía que lo hiciera.
Aster rápidamente empujó su pene y gritó:
"¿Por qué no tienes todavía a mi niño?"
"Ah, yo..."
"Todos los días te doy de mi semen ¡Debería ser suficiente!"
"Es... Es porque soy viejo..."
A diferencia de cuando era joven, pareció que para su cuerpo envejecido ya no le era sencillo tener hijos. Sin embargo, Aster criticó a Benjamin por decir eso y agregó que aunque tal vez esa probabilidad era pequeña, existía.
"Los resultados del examen mostraron que no había nada malo en tu útero. No digas eso".
"¡Ah! ¡Oh! Ah... Aster, eres demasiado rudo ¡Um!"
"Te gusta que sea rudo, ya lo habías dicho antes. Además, incluso ahora, estás apretando muy fuerte mi verga..."
Benjamín sentía vergüenza cada vez que hablaba, pero tenía que decir que al mismo tiempo... También estaba completamente emocionado por él. Aster, que era consciente de eso, lo empujó con mayor fuerza:
"¿Es tan bueno? Toda la carne dentro de ti, se pega como una ventosa. Me chupas tanto."
"Espera, por favor..."
"¿Cómo pudiste vivir normalmente cuando es obvio que necesitas una verga para lograr estar tranquilo?"
"¡Ah! Ah... Por favor..."
Benjamin pareció volverse loco cada vez que lo penetraba y hablaba con él. Había un enorme sentimiento de vergüenza y humillación y un terrible grado de inmoralidad que venía implícito en sus actos. Sintió que su cerebro estaba siendo aplastado en un lío interminable al que Aster lo estaba llevando. Y era tanto y tan fuerte, que poco a poco iba perdiendo el conocimiento de quién era él.
"¿O es que estuviste aguantando para entregarte a mí?"
"¡Sí! Solo para tí... ¡Ah!"
"Dilo otra vez."
Aster nunca estaba satisfecho. Ahora, por ejemplo, pareció completamente necesitado de escuchar esa confesión de la boca de Benjamin.
Lo tomó de la barbilla, lo besó e hizo que Benjamin gimiera y pronunciara justo lo que quería:
"Yo estuve esperando... Solo para ti".
"Eres lindo."
Fue solo cuando Benjamín se rindió, que Aster volvió a ser amable con él. Incluso ahora, se estaba inclinando muy despacio para acariciarle el pecho.
"Trabajaste duro..."
"Ah, Aster..."
"De ahora en adelante, solo te abrirás a tu esposo. ¿Comprendes?"
"Sí, solo a mi esposo..."
Benjamin asintió con la cabeza.
Sin ocultarlo, el hombre pareció emocionarse tanto como para apuñalar sus entrañas y comenzar a rociar un montón de semen dentro de él. Sin embargo, cuando fue al baño para lavarse, Aster puso a Benjamin entre sus brazos, entrelazó las manos con las suyas, lo reclinó y lo sentó para finalmente comenzar a masajearle los pechos
"Cuando nazca nuestro niño, la leche materna debe fluir bien para que se alimente."
"Espera..."
"Te daré un masaje que ayudará a eso, mamá."
"Ay... Yo... Es muy fuerte."
"Aún así, creo que se están poniendo más grande que antes. ¿Es porque los toco todos los días?"
El pecho de Benjamin estaba más lleno que en días anteriores. Podía ser gracias a que había subido un poco de peso, pero él se lo atribuía a que su hijo lo frotaba sin parar. Además, sus areolas eran más anchas y sus pezones definitivamente se habían vuelto un tanto más grandes.
Aster tenía sus pezones bajo los dedos. Los apretó con el índice y el pulgar y luego lo susurró al oído:
"Todavía no tienes a mi hijo, pero tus pezones se están volviendo cada vez más traviesos".
"Me duele..."
"No los muestres delante de los demás".
"Ah, está bien. ¡Ah! Nunca lo mostraré".
Aster se rió. Benjamin estaba sintiendo que ambos pezones le estaban doliendo terriblemente. Estaba aterrorizado y llorando... Pero eso no pareció detener a su hijo.
"Ah, Aster..."
"¿Cómo te sientes, mamá?"
"Estupendo. Cuando Aster me toca, yo..."
Aster sonrió y volvió a agarrar ambos pechos con fuerza:
"Necesitas esto para amamantar a tu bebé, pero ¿Cómo lo vas a hacer si te mantengo en celo todo el tiempo?"
"Oh, entonces... Primero atenderé a mi Aster".
"¿Quieres amamantarme, mi amor?"
"Sí… Eres mi hijo. Está bien que bebas mi leche".
Benjamin ladeó la cabeza. Su mano estaba descansando sobre la mano de Aster frotando su pecho y después, incluso subió hasta descansar en su cuello. Aster sacó la lengua, se volvió hacia el cuerpo de Benjamin y después de acomodarlo sobre sus muslos de una manera muchísimo más íntima, bajó la cabeza y le mordió un pezón.
Benjamin empujó su torso hacia afuera, puso ambos brazos detrás de su espalda, lo agarró por los hombros y empujó sus genitales un poco más hacia él. Su interior ya podía contener un pene grande con facilidad así que, cuando se movió para hacer que su glande se abriera camino por su ano, su cuerpo tembló y su boca comenzó a abrirse en un grito que no salió realmente.
Aster succionó el pecho de Benjamin, le dio un mordisco y dejó que se apretara y se apretara mientras Benjamin movía las caderas hacia arriba y hacia abajo sin parar ni una sola vez. Inhaló y exhaló, luego dijo:
"Ah, Aster... Ah. Se lo estás poniendo difícil a mamá..."
"Es porque el culo de mi madre no me deja ir".
"Mamá... Mamá hace eso porque el pene de su hijo es delicioso."
"Mamá es toda una puta... Debo castigarte por eso."
"¡Ah! ¡Sí! ¡Regáñame! ¡Regáñame y ve más profundo! Ve más adentro y... Apuñálame."
"Mi lasciva madre..."
Aster agarró la cintura de Benjamin con ambas manos y lo sacudió con bastante violencia hacia adelante. Benjamin puso ambas manos en la pared para intentar no caer.
"¡Sí! Ah, sí. Hazlo más, ¡Haz más con mamá! Aster, Aster..."
"¿Quieres ser tomado por tu hijo, mi amor?"
"Sí, quiero..."
"Buen trabajo. Te daré un montón de mi semen, así que tienes que comerlo hasta el final".
Aster atravesó ferozmente las entrañas de Benjamin antes de que pudiera terminar de hablar. Su pene era grande y él era muy violento.
Benjamin tembló hasta alcanzar el clímax cuando escupió semen muy dentro de él.
"Siente esto, mamá. Es lo que provocaste en mi."
Benjamin eyaculó también, estaba babeando y temblaba como si acabara de tener una convulsión. Excitado por esto, Aster buscó sus labios y le chupó la lengua durante mucho tiempo.
Presionó sus labios contra su frente.