Calix regresó por la tarde, exactamente dos días después de su último encuentro sexual. Aster estaba ausente durante la mañana así que, en cuanto cruzó la puerta, se fue a su habitación y permaneció allí todo el tiempo. Sin embargo, después de estar encerrado, fue a ver a Benjamín por la noche.
Incluso en la cena, podía decirse que tenía una actitud increíblemente molesta con él, pero Benjamín, en lugar de estar triste, tuvo la impresión de que se estaba preparando adecuadamente para el momento en que tuviera que hablarle.
"Vamos a dar un paseo."
Después de la cena, Calix habló sin rodeos.
Benjamin asintió de inmediato. Dudó, pero lo siguió. Leslie lo hizo también, aunque manteniendo una distancia más o menos prudente. Estaba claro que Aster se lo había recomendado. Al final, terminaron por hablar en susurros:
"Perdón. ¿Esperaste mucho tiempo? Temía que alguien sospechara si decía que vendría enseguida".
"No pasa nada. Muchas gracias por venir."
Asintió.
"Pronto iré al laboratorio. Si arrastramos este asunto durante mucho tiempo, va a volverse agotador y terrible. Además, está el asunto de la boda"
Benjamín respondió que sabía un poco sobre eso y continuó siguiéndolo. Los dos estaban tan lejos el uno del otro que seguramente cualquier sirviente normal pensaría que Calix lo estaba guiando cortésmente por la casa para que la conociera.
"¿Encontraste una manera de sacarme de aquí?"
"... Encontré algunas formas. Pero estoy seguro de que habrá problemas si las tomamos. Todo está repleto de guardias."
"Entonces como…"
"Hay que hacer trampa. Necesito encontrar un lugar para esconderte durante unos días."
Calix le susurró a Benjamin que no podía ir con él. Deliberadamente, escogieron el camino detrás del árbol.
"Me iré primero. Después de eso, si Benjamin desaparece, mi hermano no tendrá manera de sospechar de mi así que saldrá lo más espontáneamente posible. Es decir, necesito una coartada que me ayude a ayudarte."
"Entonces, ¿Qué hay de mí?"
"Te vas a esconder en esta mansión".
Benjamin volvió la cabeza ante esas palabras y miró la mansión. No había forma de que Aster no pudiera encontrarlo.
"¿Hay algún tipo de almacén secreto?"
"Hay. Pero Aster y yo lo sabemos. No tendría sentido."
Según Calix, la mansión Shanfield era anteriormente un castillo antiguo, por lo que había mucho espacio para esconderse. Pero los dos habían encontrado todo tipo de pasajes secretos desde que eran niños e incluso había espacios que solo Aster conocía.
"Mi informante, el sirviente, dijo que Aster hizo algunas renovaciones antes de traerte. También hicieron mantenimiento de seguridad, por lo que probablemente tengan cámaras en todo el dormitorio".
"¿Hasta en mi habitación?"
"Definitivamente están en el costado del cuarto. Tendrás que salir de allí por el otro extremo."
Calix pareció haber hecho un plan concreto mientras estaban fuera así que, sin darse cuenta, Benjamin pareció no poder apartar los ojos de su cara. Al igual que Aster, Calix era inteligente e independiente. Tal vez, de no haberlo separado nunca de sus brazos no hubiera logrado ser así. Se sintió arrepentido por esto y dejó que las lágrimas comenzaran a enrojecer sus ojos. Calix lo miró con una expresión de desconcierto total.
"¿Estás bien?"
"Es solo... Muchísimas gracias."
"No, no tienes que agradecerme tanto. De todos modos, es culpa de mi hermano así que yo limpiaré su desastre antes de que se vuelva peor."
Obviamente estaba malinterpretando la situación, pero Benjamin no se molestó en corregirlo. Era mejor que pensara eso a que supiera la verdad.
"Gracias. Si hubiera estado solo, no habría hecho más que resignarme."
"No debe haber sido fácil para ti lidiar con Aster, así que no digas eso".
Calix sonrió y consoló a Benjamin. Benjamin no pudo negar sus palabras. Sonrió débilmente y de inmediato comenzó a limpiarse la cara al pensar que la atmósfera alrededor de los dos no era buena. El joven miró a su alrededor con el ceño fruncido, vio a Leslie y luego retrocedió hacia la mansión.
"Si permanecemos juntos durante mucho tiempo, comenzarán a sospechar. Volvamos".
"Ah, sí."
"Ya compré las cosas que necesitas mientras estás oculto. Agua y comida."
"Eso es algo en lo que ni siquiera había pensado. Gracias."
"Ni lo menciones. Como vas a esconderte, necesitas ropa, medicinas de emergencia y comida. Son cosas esenciales. Cuando éramos niños, a menudo teníamos ese tipo de entrenamiento. Somos parte de una familia importante, así que nos decían que en caso de ser secuestrados o aislados, debíamos estar preparados siempre."
"Ya veo."
"También necesitamos un medio de contacto. Había un walkie-talkie que usaba cuando era niño. Todas esas cosas van a estar en el escondite. Escucha, te vas justo después de que yo me vaya. Después, yo te haré llegar los siguientes pasos."
Calix cerró la boca cuando Leslie se acercó e inmediatamente después incluso su mirada benevolente pareció desaparecer hasta no dejar huella.
"Como te decía, ser un señor Sheinfield es importante. Siempre hemos sido celebridades en el mundo social así que, no importa que seas el amante de mi hermano, tengo que asegurarme de que seas lo mejor para él."
Benjamin sonrió internamente ante el comentario de Calix. Después de eso, hasta que entraron a la mansión, escuchó la historia sobre lo que necesitaba para llenar el papel del señor Shanfield, de los sirvientes que tenía y como era su vida estando en Central. Al final, nada más llegar, Aster preguntó sobre la reunión que había tenido con el chico:
"¿De qué hablaron ustedes dos?"
"Sobre mis deberes como señor Shanfield".
"¿Aparte de eso?"
"Sobre su casa en Central."
Aster sonrió levemente y se acercó para poder abrazarlo de la cintura.
"Supongo que fue aburrido."
"En realidad, fue agradable poder hablar con Calix".
Mientras Benjamin hablaba, con una expresión de orgullo en su rostro, Aster lo abrazó por el hombro y lo miró en completo silencio. Repasó su cara con los dedos y lo besó en la frente tan lentamente que pareció como si no tuviera más remedio que suspirar. Luego levantó la cabeza y lo besó esta vez en la boca.
"Gracias, Aster."
Benjamin sonrió levemente cuando Aster lo hizo. Después de eso, se besaron más fuerte que antes y se tomaron de las manos. Se acariciaron y se susurraron algunas oraciones inocentes. Aster pareció estar muy feliz.
"Estás actuando muy bien en estos días. ¿Es por qué te gusta ser atendido por mi?"
Benjamin no pudo responder a las palabras de Aster. Se sonrojó y mantuvo la boca bien cerrada. Quizá era porque se estaba sintiendo más avergonzado que de costumbre. Aster le besó la mejilla y luego buscó su boca. Benjamín no lo rechazó y se centró dócilmente en ampliar la relación que estaban llevando. Después de todo, iba a dejar este lugar y estos actos con Aster terminarían. Benjamin quería darle a su hijo todo lo que quisiera mientras tanto.
"Vamos a la cama, mi amor. Te gusta chupar mi verga con tu culo ¿No es verdad? Muéstrame."
Benjamin abrió las piernas frente al espejo mientras le decía justo la manera en la que metería su grueso pene dentro de él. Estaba tan avergonzado que todo su cuerpo se puso rojo, pero no sé negó. El glande de su hijo abrió su carne y cuando lo tragó, hizo un sonido chirriante que estuvo a punto de transformarse en un grito. Aster lo miró con satisfacción y dijo:
"Eres hermoso..."
Aster lo había estado elogiando todo este tiempo mientras le frotaba unos pezones que se le habían puesto bien erguidos en el pecho. Benjamin lo sacó y luego movió la espalda lentamente en su dirección...
"Ah, está muy profundo..."
Frente al espejo, Benjamin podía ver como sacudía su espalda en los brazos de un joven corpulento. Por supuesto, la vista de él, gimiendo y llorando mientras esas enormes manos estaban apoyadas en su vientre, era un poco absurda dadas las circunstancias. Sus ojos, que ya estaban llenos de anticipación, se pusieron borrosos mientras hacía una mueca de dolor impresionante y en realidad, tenía que decir que cada vez que sacudía la espalda, la dura masa de carne se juntaba dentro de su pared hasta hacer que se sintiera como si el placer no pudiera detenerse.
Se tragó el pene del hombre hasta el tope así que sintió como si solo faltara un golpecito más para alcanzar el clímax.
"¡Ah, ah, Aster! ¡Ese lugar...!"
"Veo que lo encontré."
Su conciencia se volvió borrosa gradualmente. Benjamin gimió y suplicó, pero Aster solo comenzó a golpear su cadera hacia arriba.
"¡Ah! ¡Se siente muy bien! Cariño, más, más ¡Uf, ahí!"
El sexo con Aster era como una droga. Mientras se retorcía, le golpeaba la pared interior aún más rápido y más fuerte y le hacía gritar:
"¡Ah! ¡Voy a morir! Cariño, detente, vas a rasgar mi culo... Vas a... ¡Ah!"
El movimiento de sus embestidas fue muy feroz. La habitación estaba llena de sus gritos y el sentimiento de asfixia fue completo. Benjamin lloraba de dolor y placer, pero su reflejo en el espejo seguía mirándolo atentamente. Si se escapaba, nunca volvería a encontrarse con Aster. Entonces este acto sucio estaría únicamente en su cabeza y las memorias de sus pecados se harían cenizas. Aster estaría enojado, pero viviría su vida con tanta normalidad como antes. Su existencia no ayudaba al crecimiento de su hijo y como para probarlo, cuando se encontraron en esa ocasión, el hombre que era más inteligente y confiado que cualquier otra persona, comenzó a violarlo como si fuera un tirano.
En el espejo, pudo ver como Aster continuaba metiendo su pene dentro de él con una expresión bastante feroz. Aunque sabía que era el hombre que lo había dado a luz, pareció no poder vencer su deseo vulgar de dominio. Sembraba semillas en el vientre de su madre todos los días y lo acosaba brutalmente sin darle oportunidad de descanso. De todos modos, fue por su culpa. Ni siquiera podía distinguir lo que estaba mal de lo que era correcto y pareció estar todo el tiempo en celo.
Pero él era una madre lasciva.
Incluso ahora, Benjamín estaba sosteniendo sus rodillas frente a él y abriendo sus piernas hasta ser atravesado violentamente.
"Ah, ah, voy a correrme."
"Vamos juntos, mi amor. Tomaré tu semen si haces lo mismo."
Ambos estaban tan emocionados que era difícil saber quien de los dos era más lujurioso. Benjamin goteaba semen de la punta de un pene que no dejaba de balancearse en el aire y además, de su boca bien abierta, la saliva fluyó hasta caer en la cama. Al verlo desde atrás, Aster despegó los labios y mordió el cuello de Benjamin con mucha fuerza.
"Ah, ¿Estuvo delicioso?"
"Mucho..."
Benjamin vio en el espejo a un hombre con el cuerpo doblado y las piernas bien abiertas. Se vio estar cómodamente entre sus brazos... En la entrada donde aún estaba incrustado el pene de Aster, el semen se filtró debido a los espasmos así que lo señaló de inmediato y dijo:
"El semen está fluyendo. No seas grosero y haz que se cierre otra vez".
Benjamin rápidamente tapó el agujero al hacerlo coincidir con el pene de su hijo. Aster dijo que lo había hecho muy bien y entonces, movió el rostro para besarlo.
El hombre a través del espejo sonrió con impotencia.