Lo subieron nuevamente a un avión privado y lo llevaron a un hospital de Central donde le hicieron varias pruebas. Como era de esperar, el embarazo fue cierto. El médico que había visto antes que un hombre podía tener un útero, no se sorprendió. Al contrario, le mandó a hacer muchos otros exámenes y le ofreció sus mejores deseos. Después, todo el personal médico inclinó la cabeza ante él y dijo: "¡Felicidades!"
"Felicitaciones por tener un sucesor, presidente Shanfield".
Como si nunca hubiera estado ansioso para empezar, Aster estaba de regreso en un traje ajustado y hermoso, como de costumbre. Tenía una mirada arrogante pero cortés para el personal y las manos completamente posicionadas sobre los hombros de su pareja, como un hombre orgulloso.
Al tratarse de una etapa temprana, les dijeron que era necesario tener una estabilidad absoluta. Y ya que Benjamin era mayor y como estaba embarazado, le recomendaron quedarse en el hospital por algún tiempo.
Después de un mes, el estado se mantuvo lo suficientemente estable como para que le dijeran que podía volver a casa. Y, cuando finalmente llegó, todos los sirvientes salieron a recibirle como la primera vez, diciendo:
"Felicitaciones por su embarazo, señor Shanfield".
"Felicitaciones por tener un sucesor".
Aunque debieron haber tenido enormes dificultades debido a él, todos sonrieron y lo bendijeron. Incluso más que antes. Fue una bienvenida respetuosa y grandiosa, como si tuvieran su pequeña fiesta privada. El mayordomo del frente sostenía un pastel de tres niveles que tenía escrito "Shanfield Jr" con crema pastelera. Después de eso, más de diez sirvientes esparcieron flores y papel colorido encima de sus cabezas y en ambos extremos, había criados tocando las trompetas y un violín. Benjamín quería esconderse en los confines de la tierra, pero solo sonrió:
"Muchas gracias por la bienvenida. Lamento haber causado tantos problemas".
"Para nada. Trabajamos para usted y su esposo".
"Estamos muy felices de que haya vuelto con buena salud."
Los sirvientes sonrieron alegremente y aplaudieron. Era una ilusión artificial, pero perfecta en la que Benjamin era un espectador impotente.
El hombre todavía estaba débil, así que entró mientras Aster lo sostenía entre sus brazos. Pasaron el amplio y largo vestíbulo y mientras subían las escaleras, Aster incluso cargó a Benjamin y lo llevó a su habitación.
"Bienvenido."
Aster dejó a Benjamin en el suelo, a centímetros de su puerta. Benjamin sonrió con torpeza y luego fue testigo de como los sirvientes entraban para colocar el pastel y los miles de regalos para él y su futuro hijo. Fue algo como entrar y salir muy apresuradamente. Cuando la puerta se cerró, Aster tomó la mano de Benjamin y comenzó a besarla.
"Todo esto es para ti, mi amor."
"Gracias."
"Estás de vuelta ahora. Prometo que no habrá más dificultades en nuestro futuro".
"De acuerdo."
Benjamín afirmó dócilmente a sus palabras.
Calix había sufrido más lesiones internas de las que había esperado. Aster realmente se volvió loco esa vez y lo golpeó con tanta fuerza que ocasionó que sufriera una lesión pulmonar importante que le otorgó un ingreso en el "Hospital de Ciudad Central". Afortunadamente, no causó daños a su vida y fue dado de alta después de una semana. No volvió a ver a Calix desde entonces. Es más, pareció que sería difícil verlo durante mucho tiempo. Incluso aunque ya casi era final de año, Aster todavía no mostraba signos de querer llamarlo y no se le permitía ningún contacto con él. Pero dijo que cuando llegara el momento, podía llevarlo a que conociera a su bebé. Además, antes de regresar a la mansión, presentó un registro de matrimonio en un "registro civil" de la ciudad que permitía el matrimonio entre personas del mismo sexo. Y así, los dos se convirtieron oficialmente en una pareja. El apellido de Benjamin ahora era Shanfield y el niño que iba a nacer sería Shanfield también. Todavía no había sido nombrado, pero Aster esperaba que fuera una niña porque ya había tenido dos varones.
Benjamin fue sostenido en los brazos de Aster y se enfrentó a si mismo en el espejo. Estaba diferente de antes. Cuando regresó, vestía un traje y un abrigo lujosos. La cálida y ligera cachemira tenía el broche que recibió como regalo cuando fue dado de alta del hospital y llevaba también un león negro hecho de diamantes y esmeraldas de un verde intenso incrustadas en sus ojos. Sería el emblema de Benjamin, ahora que era el señor Shanfield.
Benjamin cerró los ojos y acarició el broche. Aster estaba satisfecho con su nueva apariencia así que sonrió, tomó su mano y la apretó suavemente entre las suyas. Tenían el mismo anillo tachonado de grandes joyas en los dedos, el de bodas.
"Te amo, Benjamín. Mi esposo, mi madre y madre de mis hijos también."
Aster sonrió más brillante que nunca y abrazó a Benjamin con muchísimo cuidado. Benjamín no negó nada. Es más, también hizo lo mismo.
"Sí, yo también te amo."
Cuando Benjamin respondió obedientemente, Aster lo abrazó aún más fuerte que al inicio. Pronto, su barbilla se levantó y sus labios se tocaron en silencio. Mientras la punta de sus lenguas se comenzaba a frotar, Benjamin inmediatamente abrió la boca y dejó que su carne se moviera apasionadamente dentro de él. Era como un método para aliviar la lujuria que habían estado soportando durante tanto tiempo.
Lentamente, muy lentamente, le quitó la ropa. Luego Aster lo sujetó, lo levantó con suavidad y lo llevó a la cama. Mientras lo acostaba, le abrió las piernas y dejó al descubierto su cuerpo para poder entrar...
Benjamin llegó a la casa Shanfield a la edad de 13 años. Tuvo a su primer hijo cuando tenía 16 años y volvió aquí cuando tenía 36. Y ahora, era el esposo de su primer hijo y estaba embarazado de su heredero. El padre del niño que estaba en su útero era su esposo. Debió ser el destino recibir la semilla de un Shanfield y dar a luz a la próxima generación. Incluso si rechazaba el futuro que se estaba presentando, pareció que nunca podría ganar. Es decir, se dio la vuelta y se escapó, pero volvió a él. Y cuando falló, Benjamín quedó exhausto y decidió vivir por lo que amaba más: Aster, Calix y el niño que iba a nacer. Sin embargo, entre ellos, al que más quería era evidentemente, a Aster. Su tesoro, su primer hijo, su primer amor, su primer hombre y su esposo. Aster, que había crecido deslumbrante como nadie en ese mundo.
Benjamín dejó escapar un grito de júbilo mientras sentía los genitales de su hijo dentro de él. De hecho, cada vez que golpeaba su interior violentamente, sacudía su culo y chupaba la verga de su hijo igual a si estuviera muy hambriento. Estaba goteando de semen así que, aunque fue aterrador, también fue completamente bueno. Lo quería a pesar de que sentía que iba a morir por él.
"Uf, Aster. Mi corazón, mi cariño. Es tan delicioso que estés dentro de mi".
"¿Entonces está bien meter mi verga dentro de mamá?"
"Ah, ah. Claro que sí, cariño. Porque eres el padre de mi bebé después de todo ¡Ah!"
Benjamin tartamudeó, pronunciando las palabras adecuadas para hacer feliz a Aster. Antes solía pensarlo demasiado pero, ahora, las oraciones brotaban muy naturalmente.
"¿Quién te enseñó a ser tan maravilloso? ¿De verdad solo me perteneces a mi? ¿Es este mi hijo?"
Benjamín lloró y dijo que sí.
"Por supuesto que es tuyo. Solo podría tener a tu bebé, cariño. Solo podría hacerlo contigo."
Abrió las piernas y le suplicó a su hijo por su verga como para demostrarle que era la verdad. Y cuando Aster vio esa figura tan lasciva delante de él, se rió salvajemente, le tomó de la mano y empujó su pene con más tenacidad que la primera vez.
Cada que ese trozo de carne llenaba su pared interior, Benjamin se hinchaba de emoción y comenzaba a gritar:
"Ah, ah, cariño... Si lo presionas demasiado, ah... El bebé va a asustarse."
"¿Estás asustado, bebé? Papá lo siente mucho."
Aster se disculpó de inmediato y bajó la cabeza para besar su vientre. Benjamin había entendido que poco a poco se estaba volviendo promiscuo y estúpido.
"Al bebé le gusta que estés aquí..."
"¿Crees que le guste que yo sea su papá?"
"Sí. Porque papá es joven, ah... Y es muy guapo."
Benjamin sonrió tímidamente. Aster hizo lo mismo.
"Creo que eso es lo que piensa su mamá".
"No ¡Ah! El bebé lo hizo..."
Cuando Benjamin sonrió, Aster se echó a reír y se inclinó contra él de nuevo. Sus piernas se abrieron más y su espalda pareció levantarse. Aster agarró la parte interna de su muslo y le preguntó en una voz particularmente bajita:
"¿Qué debería hacer papá ahora?"
"Cariño, dame leche. Por favor, alimenta a mi bebé".
Benjamín respondió exactamente como le había dicho que lo hiciera. Sus ojos estaban desenfocados.
"¿No debería ser la comida del bebé la leche materna?"
"Pero la leche de su madre aún no ha salido."
"¿Debería hacerlo papá?"
"Sí. Papá tiene que hacerlo."
A diferencia de antes, era más activo y más entregado para jugar a estas cosas sexuales. La sonrisa de Aster se hizo más profunda:
"Papá necesita que seas amable."
"Papá, por favor, dame un poco de leche..."
Aster excavó a través de sus piernas abiertas para perforar con más fuerza dentro de él. Benjamin inmediatamente se sacudió y gritó mientras se sostenía el estómago:
"¡Ah! ¡Es demasiado profundo!"
"La leche debe entrar bien".
Después de eso, Aster sacó su pene solo para meterlo de nuevo. Benjamín se derrumbó y lloró y, después de algunos minutos, finalmente sintió el frío del semen al ser arrojado dentro de él.
"Oh, cariño... ¡Ah, Dios mío! Espera ¡Espera!"
"No puedo esperar, debes tomarlo todo."
Aster frotó su pene y terminó por echar todo el semen restante. Benjamin estaba moviendo las caderas, temblando y mostrando para él una mirada completamente en blanco. Incluso su hijo pareció no poder resistir un minuto más.
"Te amo, mi amor."
Benjamin lo abrazó con fuerza mientras lo sentía vertir besos por toda su piel. Luego, sonrió y le susurró al oído:
"Yo también. Te amo, hijo."
"Te amo mamá".
"Te tengo a ti y a nuestro bebé... Estoy tan feliz."
"Estoy tan feliz de estar con mi lindo esposo y mi lindo bebé".
Aster le dio unas palmaditas en el trasero y empujó su pene con más firmeza hacia la entrada que aún estaba bien hinchada. Benjamin suspiró. Todavía tenía los ojos nublados, como si estuviera soñando con algo feliz.
"Yo te pertenezco solo a ti, Aster."
"Solo deberías comerme la verga a mi".
"Sí, me abriré solo para ti".
"Solo toma mi verga. Solo ten a mis hijos."
"Si, cariño… Solamente contigo."
Benjamín se regocijó como un niño y movió el culo para que su hijo lo pudiera tocar una vez más. Aster se rió y se dedicó a cumplir todos los deseos lujuriosos de su madre.