A diferencia de la época de Edmund, los tres hombres de la casa consideraban el nombre del nuevo bebé todos los días. Tanto Aster como Calix parecieron ir siempre muy enserio con esto. Como si fuera algo de vida o muerte.
"¿Qué hay de Anne-Marie?"
"¿Mary Jane?"
Sin embargo, todas las decisiones requerían el permiso de Edmund, el tirano de la casa.
"¡No!"
La especialidad de Edmund era decir que "No". Más que nada, porque todavía era lo suficientemente joven como para tener un vocabulario extenso. Era una expresión condensada entre crítica y emoción, posiblemente.
Cada vez que Aster y Calix decían los nombres que se les habían ocurrido, él expresaba su opinión diciendo ¡No!
"¿Qué hay de Meredith?"
"¡No!"
"¿Olivia?"
"¡No!"
Esta también era una actitud muy parecida a la que tenía su padre, así que Benjamin solo se contentó con observar todo con una sonrisa un tanto complicada. Miró hacia arriba, pero Aster fingió no saber de dónde venía el temperamento de Edmund.
"¿Cómo puede ser tan terco un bebé?"
"Por tu culpa."
Benjamín murmuró en voz bajita, para que a los demás les resultara difícil de escuchar. Aster dijo "¿Qué significa eso?" Pero Benjamín no respondió. Aster era realmente terco cuando era joven. Ya fuera por celos o por hambre, le había chupando los senos con tanta fuerza que sufrió de hinchazón y de hematomas durante varios días cuando era un bebé. Además, tenía miedo de abrazarlo básicamente todo el tiempo y cada uno de los días. Estaba aterrorizado de que pudiera dejarlo caer o lastimar al niño porque no había nadie alrededor para informarle adecuadamente sobre lo que se hacía. Estaba inquieto y destrozado, ni siquiera podía odiar a Aster por lo que estaba pasando con él y pareció que lo único que lograba era sentirse triste y pesimista por el tipo de vida que le había tocado vivir. Lloraba. Por supuesto que era un buen padre para Edmund porque había dado a luz a una edad muy avanzada. Había estudiado para hacerlo y también había mucha gente ayudando con él. Gracias a esto, pudo convertirse en un padre tranquilo y amable y hacer que Edmund también fuera bastante cooperativo, al menos con él y con su otro padre. Aster incluso se convirtió en un hombre que amaba mucho a su hijo, incluso si él no tenía una buena personalidad.
"¡No! ¡Voy a dormir con mi mamá!"
"Eso no está permitido."
Aster se negó de inmediato, levantó a Edmund y lo llevó a su habitación para que pudiera dormir estando él solito. En el dormitorio del niño había una gran litera llena de atracciones que Benjamin había querido comprar desde antes de que naciera. Además, tenía una bonita cama con forma de barco pirata que compró Calix, y una cama con forma de auto que recibió como regalo de su padre. 4 camas. El niño básicamente dormía en una cama diferente todos los días. Sin embargo, su favorita era la cama de mamá, así que Edmund escapaba de su dormitorio para ir a la habitación de Benjamin y preguntarle si podía estar a su lado.
Aster cerraba la puerta.
"¡Mamá!"
Y lo dejaba llorar desde afuera.
Edmund era un niño muy sano y lleno de energía, así que si quería que durmiera bien, agotarlo era la mejor manera de hacerlo.
"No importa lo difícil que sea un niño, no debería ponérselo difícil a su madre".
Benjamin miró a Aster sin decir una sola palabra al respecto. El hombre parpadeó al notar que estaba aguantando las ganas de comenzar a reclamar y luego, solo comenzó a reírse:
"¿Qué?"
"¿No lo recuerdas de verdad? Como siempre digo, eres exactamente igual a tu hijo."
En ese momento, odiaba a los sirvientes que se llevaban a Aster lejos de sus brazos. Sin embargo, ahora que lo pensaba bien, era como su forma de atender su periodo de posparto. Además, cuando tuvo a Aster y a Calix, no los veía a menudo excepto cuando necesitaban comer. Pero Edmund siempre estuvo con él después de nacer y podía verlo cuando lo quisiera ahora que ya se había vuelto más grande. Benjamin, que nunca había estado con un niño en todo el día, al principio no sabía si esto se debía a su edad o era algo propio de Edmund. Estaba confundido sobre si era un niño particularmente difícil o muy hiperactivo. Sin embargo, a medida que pasaban los años, notó que el problema era que se comportaba justo como Aster.
Ser padre de alguien como él era realmente difícil, incluso aunque tenía a Leslie y a dos niñeras extra. Tanto que por la noche ya no tenía nada de energía para seguir viviendo.
Estaba apoyado en su cama cuando escuchó un pequeño estruendo venir desde afuera:
"¡Papá!"
Era el sonido de Edmund, gritando y pateando la puerta. Benjamin se echó a reír ante la patadita pero Aster solo se concentró en acariciar su estómago.
"Ese niño va a asustar a su hermana".
"No creo que ese sea el caso".
Benjamin sonrió y tomó la mano que estaba todavía sobre su vientre. Después de todo, su hija estaría fuera muy pronto y debía comenzar a acostumbrarse.
"Es bueno que estemos rodeados de gente confiable, ¿Verdad?"
"Sí. Pero si estuviéramos solos con papá también sería interesante".
Benjamin lo besó. Aster acarició el abultado vientre de Benjamin una vez más y dijo:
"Quiero verla pronto".
"Yo también. Ojalá pudiera ser tan bonita como tú".
"Me gustaría que mi hija se pareciera a su abuelo".
Aster se rió y se burló de él, pero Benjamín solo lo abrazó del cuello. Al parecer, estaba más interesado en hacer "otras cosas" que en ponerse a pelear.
Se quitaron la ropa, se sentaron frente al espejo junto a la cama y se recostaron el uno contra el otro para que Aster pudiera seguir con sus suaves tratamientos a su barriga:
"Tengo que saludar a mi hija ¿No es verdad?"
Y antes de que se diera cuenta, empujó con fuerza el pene entre el culo de Benjamin. Su entrada era tan estrecha que pareció tener un límite en cuanto podía abrirse, incluso aunque su pared interior pareciera completamente dedicada en chupar.
"Eres fantástico..."
Cuando pasaron el período de estabilización de manera segura, los dos volvieron a la rutina de tener noches calurosas todo el tiempo. Sin embargo, era cierto que ahora parecía ser más cuidadoso que antes hasta el punto de frenarse cuando pensaba que ya era suficiente para él. El doctor todavía desconfiaba de que el embarazo pudiera llegar a termino e incluso una vez tuvo una leve anomalía que hizo que Benjamin fuera al hospital. Afortunadamente, no hubo mayores problemas y fue dado de alta al poco tiempo.
Pero el momento de dar a luz era inminente.
Incluso antes del término, los tres hombres de la familia Shanfield siempre estaban en un estado de tensión completa. Era Benjamín quien tenía a la niña dentro de él, pero Aster y Edmund actuaron con mucha sensibilidad. Lo mismo sucedía con Calix, que venía a menudo a comprobar que todo estuviera en orden.
Incluso el más mínimo ruido pareció hacerlos tener los pelos de punta.
"¡Cuidado! ¡Hay un hombre embarazado aquí!"
"¡Tío, eres ruidoso!"
Mientras Calix gritaba, Aster y Edmund lo hicieron también. Aunque al parecer, ellos si podían hacerlo.
"¡Todos guarden silencio!"
Sin embargo, su hijita pareció estar creciendo de manera segura gracias a sus tres fuertes hermanos. Por supuesto, muchos podían decir que era algo más cercano a la obsesión que al simple cariño.
Y asi, unas semanas más tarde, nació Victoria, la más joven y la más esperada del lugar. Claro, Benjamín fue testigo de una escena muy rara ese día: No solo Aster, sino también Calix y Edmund vieron a la bebé y de repente se echaron a llorar.
"Oh, Dios mío. Mira esto."
"Mira esas manitas. Ni siquiera puede abrir los ojos".
Sus tres hijos lo rodearon y lloraron. Aster, Calix y Edmund. Pero el niño solo porque estaba preocupado.
"¡Mamá! ¡Buaaa!"
Gracias a eso, la bebé se sobresaltó y lloró, y todo fue un tumulto. Calix sacó a Edmund de la habitación, pero Aster estaba ocupado tratando de apaciguar a su pequeña niña mientras tanto. Aster rara vez sudaba, pero ahora lo estaba haciendo.
Benjamín, por otra parte, comenzó a reír.