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Una fruta. Tomo 1 y 2 por yuniwalker

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En el momento en que Dennis, que sobrevivió a la muerte, se quedó tendido en la cama, Jesaja finalmente se bañó. Durante tres días había estado escuchando el orgullo de Mateo y los lloriqueos de Timor diciendo que no quería ir a Berlín otra vez. Luego había conducido durante seis horas para volver a casa y se había puesto a luchar con Dennis. ¡Y ya estaba cansado de pelear, de las secuelas laborales y del alcohol!


Jesaja, que se había mojado la cara, se apoyó en el azulejo y cerró los ojos suavemente. El chorro de agua de su cabello se deslizó por su rostro con un efecto tridimensional. Se formaron gotas en sus pestañas, en sus labios humedecidos y luego, la canción de la ducha se quedó de manera relajante en la punta de sus oídos... Cuando el agua de la bañera se volvió tibia, la puerta del baño se abrió de repente. Incluso si no abría los ojos para comprobar, era obvio que se trataba de Dennis. Pero Jesaja igual se atrevió a levantar los párpados y confirmó la presencia del cura que declaró que iba a matarlo. Era una silueta alargada que se acercaba a través del aire humedecido...


Dennis, de pie frente a la bañera, alternaba la mirada entre Jesaja y el agua que se balanceaba dentro de la bañera. Había grabado un hematoma parecido a unos dedos en su garganta así que Jesaja estaba ligeramente arrepentido por esto. En el agua, el brazo saliente de Jesaja tiró del de Dennis.


"Denny, también entra."


Dennis, que pareció vacilar por un momento, entrelazó los dedos y se quitó la camiseta de inmediato. Jesaja silbó. Era un cuerpo que se había estado puliendo desde que era un niño. Estaba claramente equilibrado y por supuesto, debido a ello podía decir que era más que sensual. Infinitamente sexy. La mirada sincera de Jesaja estaba fija en ese manojo de huesos, articulaciones y piel.


"Mierda."


Jesaja, quien sonrió brillantemente, insultó, haciendo que su cuello se cayera completamente hacia atrás. Al mismo tiempo, Dennis había entrado en la bañera, golpeando el suelo de baldosas y haciendo que el agua se desbordara por todas direcciones. Jesaja miró hacia arriba. Humedeció sus labios ya mojados y de nuevo, casi sin darse cuenta, detuvo su mirada entre los muslos de Dennis.


"¡Oh, mierda!"


Volvió a jurar y se hizo tan dramáticamente hacía atrás que se golpeó la cabeza. Incluso cuando era joven, era grande, pero ahora había crecido dos o tres veces más.


En poco tiempo, el cuerpo de Dennis estaba completamente sumergido en la bañera. El agua se desbordaba y el espacio se había reducido tanto que podía ver el ombligo del hombre incluso entre tanto jabón. Jesaja abrió el grifo para volver a llenar la tina y puso la temperatura del agua todavía más caliente. La bañera estaba abarrotada por albergar a dos hombres robustos así que no se llenaba bien, y era increíblemente incómodo seguir de esta manera. Jesaja, argumentando que necesitaba moverse para no quedar entumecido, levantó una pierna y la puso entre las de Dennis. Sujetó la bañera con ambas manos y trató de hundirse profundamente en el agua... Las plantas de sus pies tocaron el pene de Dennis. Avergonzado por el contacto repentino, el antiguo sacerdote retrocedió lo más posible, pero la bañera continuaba frenando sus acciones y manteniéndolo fijo en un solo lugar. Jesaja era un hombre de 1.86 centímetros de altura, con piernas más largas que el promedio. Las plantas suaves de sus pies y su propio pene permanecieron en contacto durante todo el proceso y pronto, el agua de la bañera pareció comenzar a hervir. Quizá por eso, las mejillas de los dos hombres se pusieron increíblemente rojas. Jesaja barrió el cabello negro pegado a su frente. Estaba todo coloreado. Dennis tomó agua de la bañera y se la puso en la cara, desde la barbilla hasta la nuca. De hecho, se estaba restregando con algo de desesperación.


Dennis comenzó a mover las yemas de los dedos, se miró los codos puntiagudos, puso los hombros en ángulo recto y luego, sus ojos se encontraron. Nadie lo evitó. Las miradas, que parecían agujas calientes, se pincharon entre si.


"Jesaja..."


A veces solo se oía el sonido del agua de la bañera balanceándose hacía abajo. Pero lo único que pareció derrotar ese silencio, fue la tristeza de la voz de Dennis. El hombre sabía que Jesaja no abriría la boca primero, por lo que tenía que hablar para romper tanta tensión. Los ojos grises le dieron una respuesta pesada así que, como un ventrílocuo, sus labios no se movieron mucho cuando preguntó:


"No tienes intención de dejarme ir de aquí. ¿Verdad?"


"... Verdad."


Jesaja respondió, pegando en la superficie del agua alternativamente con los dedos índice y medio.


"Pienso de la misma manera. Tampoco voy a dejarte".


"Denny, que romántico".


"Te mataré, y luego yo también moriré".


"¡Y el romanticismo aumentó!"


"Por cierto, Jesaja... ¿Qué tengo que hacer para que dejes ir a mi padre? Él no tiene que ver en las cosas de nosotros dos." Sus cejas doradas se arquearon con tristeza."¡Jesaja, por favor!"


Estaba desesperado.


"Denny, ¿Hablas bien italiano? Supongo que sí porque estuviste en Roma..."


Estaban agachados juntos en una bañera estrecha, pero Jesaja parecía estar en un nivel diferente en el que solo podían hablar de negocios. Era completamente imposible para él compartir sus emociones.


"Lo hablo perfectamente."


"¿Qué tan bueno es "perfectamente"?"


"Tanto como si fuera alemán".


"Gracias a Dios. Mateo es amable con los extranjeros que hablan bien el italiano."


Jesaja de repente metió la mano en el agua y pronto, Dennis pudo sentirlo vagando entre los dedos de sus pies. Sentía el toque de ir y venir.


"Por favor, pórtate bien cuando estemos con Mateo ¿Quieres? Entonces yo veré que se puede hacer por ti."


"Sí, se que Mateo liberará a mi padre si tú se lo dices".


"¿Tan confiado?"


"Sí."


"Pues para ser honesto... Quería verte llorando y suplicando por tu padre un poco más."


Jesaja incluso suspiró como si realmente estuviera muy triste.


"¿Quieres verme llorar y suplicar?"


"... ¿Um?"


"¿Qué quieres ver?"


Preguntó Dennis, con un tono bajo y rápido. Luego, tomó uno de los tobillos de Jesaja entre sus manos, lo agarró y lo levantó hasta que lo sacó del agua. Los brazos de Dennis y las piernas de Jesaja tenían un montón de gotas subiendo y bajando y extendiéndose por encima del azulejo. El agua salpicó fuera de la bañera... Yanar le había dicho que le lamiera los pies, ¿Y qué tal si lo hacía de forma literal? Tan pronto como se pronunciaron las palabras "¿Quieres que te chupe?" De boca de Dennis, el cuerpo de Jesaja se hundió más profundamente en la bañera y los pies blancos subieron hasta la zona de su barbilla.


"Hazlo..."


El rostro de Jesaja era tan duro como el de una persona que no podía hacer expresiones faciales. La cabeza de Dennis se rompió de inmediato y a la vez, Jesaja cerró los ojos e inclinó la cabeza. Era bochornoso... La lengua comenzó a adherirse a la curva del talón y lentamente comenzó a lamerlo. Los dientes y los labios de Dennis se juntaron. Se sentía húmedo y afilado, pegajoso y muy mojado justo en el tendón de Aquiles. La punta erecta de la lengua rodeó su tobillo y luego, los labios se acercaron y succionaron con un sonido impresionantemente fuerte. El agarre alrededor del tobillo era cada vez más intenso. Dennis había doblado su pie blanco hacia un lado para poder utilizar toda su lengua desde la parte más plana del talón hasta la cresta. Cuando mordió el lado del pie con todos los dientes, los labios de Jesaja se abrieron un poco y mientras esa lengua se deslizaba entre el dedo gordo del pie y el dedo índice, finalmente decidió que estaba bien abrir los ojos: Observó a un sacerdote, lamiendo sus pies con bastantes ganas. La cabeza de Dennis estaba inclinada, sus pestañas doradas caídas temblaban y las gotas de agua fluían hermosamente a través de sus labios abiertos, donde la lengua se levantaba y salía hacía él. La estimulación, la succión y la humectación se transmitieron vívidamente a lo largo de su columna vertebral. Lo estaba besando, aplicando fuerza a sus labios para que se pudiera escuchar un sonido muy fuerte al salir. Lo hizo todo, casi diez veces. Luego, movió meticulosamente hacia arriba y hacia abajo los cinco dedos de los pies como si estuviera tocando las teclas de un piano y al final, Dennis, quien lamió el área donde continuaba el empeine y el tobillo, levantó la vista. Los ojos grises, que lo admiraban, y sus ojos azules se entrelazaron así que en ese momento volvió a clavarle los colmillos. Jesaja respondió menos que cuando le lamieron los dedos. La mano que sostenía el tobillo se movió para sostener su pantorrilla y luego la lengua se fue de la parte posterior del pie hacia atrás. La palma de su mano alcanzó la pantorrilla, luego el tendón y llegó al muslo. Dennis se inclinó hacia el frente de Jesaja, enderezó la espalda y levantó el cuello. Dejó caer su pierna, que había estado sosteniendo durante todo este tiempo, y el movimiento hizo que la bañera comenzara a desbordarse nuevamente. Dennis, que entró entre sus dos piernas, extendió la mano y tocó la pared de azulejos a cada lado del rostro de Jesaja.


"¿Qué más puedo hacer?"


Preguntó Dennis, chorreando agua.


"Tus habilidades de succión pueden pulirse más..."


Jesaja, quien acercó el rostro de Dennis al suyo, puso dos dedos alrededor de la boca de Dennis. Le abrió los labios cerrados y tamborileó con las uñas en sus dientes. Sin demora, apretó y giró la lengua que anteriormente había estado chupando los dedos de sus pies.


"La próxima vez, te mostraré la técnica correcta".


Dennis no pudo decir nada debido al toque en su boca.


"Aunque no será en los pies".


Su dedo salió y Dennis inmediatamente sintió que se le hinchaba la boca. Se preguntó si no le habría sacado la lengua, así que se movió y reconfirmó que siguiera entero. Jesaja se levantó. Solo quedaba la mitad del agua en la bañera pero no importaba porque Dennis tampoco pensaba quedarse allí por más tiempo. Dos pares de pies fuera de la bañera se posaron en el suelo de baldosas. Hubo un chasquido y luego, una voz diciendo:


"No vayas más a clases. Sígueme desde mañana".


Jesaja agarró el tapón de la bañera y se lo quitó. El agua que era succionada por la alcantarilla hizo un sonido profundo mientras Dennis miraba la corriente arremolinada.


"Bueno."


Fue muy obediente.


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