Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Cosecha de cerezas, tomo 1 y 2 (Traducción finalizada) por yuniwalker

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Ocho y media de la mañana.


Normalmente habría llegado el momento de despertar a su hermanito menor y llevarlo a la escuela, pero Hee-gyeom se levantó, se estiró y dejó a su hermano pequeño durmiendo en la cama. El niño había dormido todo este tiempo entre sus brazos así que comenzó a sentirlo como un hecho un tanto, desgarrador. Estaba desilusionado consigo mismo por tener una lujuria inapropiada por su hermano menor y junto con eso, la menstruación que tenía que aguantar durante estos días tampoco era del todo justa.


Como para sacudirse toda la negatividad del momento, Gyeom se levantó de su asiento y preparó café en la cocina. Siempre que se despertaba, bebía algo muy cargado y se sentaba en la terraza mientras sentía el calor que la taza irradiaba entre sus manos. Había dejado su teléfono sobre la mesa para intentar relajarse pero, por supuesto, eso no fue de gran apoyo para momentos tan tensos como esos. Cuando sonó, descubrió que quien lo estaba llamando era el maestro principal de Heeseo. Quizá era porque el niño no había ido a la escuela después del incidente. Y dado que era una historia que ya se había terminado durante el fin de semana, Hee-gyeom estaba reflexionando sobre si responder o no.


"Hola ¿Es el tutor de Hee-seo?"


"Sí."


"Heeseo no asistió a la escuela hoy así que me preguntaba si de verdad planeaba abandonarla después de lo ocurrido. Digo, lo entiendo completamente pero, tengo que decir que la graduación está a la vuelta de la esquina. Heeseo tiene buenas notas y buenas amistades, así que..."


"..."


Entendió que como maestro de aula, su deber era disuadirlo de alguna manera para aceptar su trato. Hee-gyeom también comprendió que Hee-seo no se quedaría quieto para siempre porque aunque lo cuidara, era orgulloso y valiente y eventualmente lo superaría de alguna manera. Como siempre lo hacía. Hee-gyeom estaba preocupado por la seguridad de Hee-seo y, para ser todavía más precisos, la verdad era que a través de esta serie de eventos desafortunados Hee-gyeom se dio cuenta de que él dependía de su hermano menor tanto o más que lo que lo hacía él. Fue algo un tanto patético.


"¿Qué pasará con los delincuentes?"


"Ellos estarán bajo vigilancia."


"No puedo dejarlo con esos tipos."


"Entonces él estará bajo nuestra protección en todo momento. En ese caso, incluso si está ausente se contará como asistencia."


"No importa lo que diga, mi opinión no va a cambiar. Voy a sacarlo de esa escuela tan pronto como sea posible."


Hee-gyeom colgó el teléfono con un golpe poderoso y se apoyó en el respaldo de su asiento. El deseo de esconder a su hermano menor por completo entre sus brazos y la razón que decía que debería llevarlo por el camino correcto, chocaron en su cabeza hasta hacer todo un caos. Pero era evidente que aún así la conclusión ya estaba tomada. Por mucho que le quitara la libertad y la elección a su hermano menor, era más importante evitar una desgracia mayor en un futuro. Necesitaba cuidarlo de prácticamente todo el mundo.


Hee-gyeom bebió el resto de su café y entró en la habitación. Después de darse una breve ducha y cambiarse de ropa hasta parecer un poco más decente, se dirigió a la habitación donde dormía su hermano menor y cerró la puerta con llave. Gyeom se sentó en silencio junto al niño, que se había quedado profundamente dormido, y lo miró a la cara durante mucho tiempo. Con el dorso de la mano, acarició y tocó suavemente cada uno de sus rasgos faciales. Sus pestañas rectas y densas, su nariz, sus labios y sus mejillas abultadas. Mientras acariciaba su pabellón auricular con las yemas de los dedos, bajó lentamente por la forma de su mentón y se quedó un tanto perdido en las líneas de su escote... Era un momento en el que solo se escuchaba el sonido infinitamente tranquilo de la respiración de su hermano así que fue inevitable que Hee-gyeom guardara todo el oxígeno dentro de sus pulmones. Luego, igual a si nada hubiera pasado, despertó al niño como si fuera el hermano mayor más amigable del mundo entero:


"Bebé, tienes que levantarte ya".


"Umm..."


"Hee-seo".


El murmullo del sueño se desvaneció y luego desapareció completamente. Las líneas de su frente mostraron que estaba a punto de quedarse dormido una vez más así que Hee-gyeom esperó con paciencia hasta que estuviera listo. Poco después, el hermano menor abrió los ojos casi por completo:


"Hyung..."


Hee-seo, que se estaba quedando dormido por segunda vez en lo que iba del día, de repente levantó la cabeza como si algo le hubiera dolido. Al parecer se había dado cuenta de que era un día en el que tendría que haber ido a la escuela.


"¿Qué hora es? ¿Llego tarde?"


"Son las diez en punto".


"¿Por qué no me despertaste?"


Hee-gyeom intentó disuadir a su hermano menor de levantarse. Lo agarró del hombro y lo acostó con cuidado en la cama, haciendo contacto visual con él en todo momento. El hermano menor, que básicamente acababa de despertarse, movió los ojos de un lado para otro y luego pareció sentir que no tenía más remedio que mirarlo directo a la cara. El agarre que había estado envolviendo sus hombros se aflojó lentamente y luego pasó a envolverse alrededor de él como si fuera una especie de abrazo violento. Las mejillas de Hee-seo se calentaron de inmediato gracias a esto.


"Hee-seo, ya no tienes que ir a la escuela".


"¿... Perdón?"


"Estudia en casa a partir de ahora. Así estaremos juntos todos los días".


"... ¿No voy a la escuela ya nunca?"


"Sí, no vas a ir".


Hee-seo miró a los ojos de su hermano, incapaz de hacer o de decir nada. Se preguntaba si acaso era por lo ocurrido o tal vez, porque estaba preocupado por su comportamiento extraño de los últimos días. Le destrozaba el corazón el simple hecho de imaginar que su hyung fuera vagamente consciente del abuso que pasó. No podía ni pronunciar una palabra para defenderse:


Hee-gyeom miró afectuosamente a su hermano silencioso: "¿Por qué estás así? ¿Odias estar con tu hermano?"


"No es así."


"¿Entonces?"


"Solo..."


Hee-seo se lamió los labios mientras que su hermano mayor esperaba pacientemente por sus palabras. Era un poco vergonzoso enfrentarlo, y los ojos suaves que parecieron terriblemente preocupados por él le hicieron dudar por un momento. Tenía que dar una respuesta que hiciera que su hermano lo entendiera todo de una manera lógica pero, debido a la mirada que lo recorría desde arriba y también, debido al calor de sus brazos, la cabeza de Hee-seo se quedó en blanco rápidamente. Su corazón latió de manera inestable:


"Estoy bien, no tienes que preocuparte por mi. Fue una pequeña discusión únicamente." Las palabras que necesitaba escupir, se evaporan tan pronto como observó de nueva cuenta la cara de su hermano. Intentó moverse para ocultar su vergüenza y dijo:


"Hermano, estás ocupado. Si me quedo en casa, solo voy a estorbar. Y además... Ir a la escuela es divertido. Los niños son buenos conmigo. La mayoría al menos."


Hee-seo comenzó a ponerse nervioso por la mirada que no se apartaba de su rostro así que incluso su lengua pareció endurecerse.


"Lo... Lo pensé mucho. Querer ir a la escuela no es algo impulsivo."


"Pero..."


"De verdad estoy bien."


Hee-seo movió la cabeza. Su tono dulce se volvió tan decidido como si fuera a entregar su alma en un ruedo y sus labios, que habían estado poniendo excusas, parecieron estar en una línea recta increíblemente calmada. Gyeom suspiró. Levantó a su hermanito menor para acomodarlo entre sus brazos y mientras tanto, barrió su cuerpo delicada y lentamente para intentar no asustarlo. Hundió la frente en su pequeño hombro y trató de ahogar el sonido desgarrador que brotó de su garganta. Pareció como si de pronto estuviera siendo consolado por el niño en lugar de que fuera al revés.


"Hee-seo ¿Sabes lo sorprendido que estaba cuando me llamaron ese día? Me preguntaba que te había pasado y yo... Yo comencé a pensar en cosas terribles. Creí que tal vez iba a perderte."


Hee-gyeom estaba temblando. Pareció incapaz de hablar y también, que solo los brazos que lo sostenían tenían fuerza. Hee-seo se sobresaltó porque la respiración entrecortada del hombre sonaba como un llanto. Fue la primera vez que descubrió la debilidad de su hermano, quien siempre estaba tranquilo y calmado frente a él. Y el hecho de que fuera quien rompió el duro caparazón de Gyeom para exponer su carne blanda también fue un hecho impactante.


"No quiero dejarte. No puedo dejarte ir porque estoy preocupado, Heeseo".


"Hermano..."


"Si algo te vuelve a pasar, entonces creo que podría morirme. No quiero dejarte ir porque temo que no podré protegerte de nuevo. Quédate conmigo. No salgas, quédate con tu hermano, Heeseo".


Pensaba que hubiera sido mejor si lo hubieran matado en ese momento. Era doloroso ver a Gyeom sufrir y arrepentirse tanto por su culpa. Era como si lamentara no tener la fuerza suficiente como para protegerlo y como si gritara que era patético por no salvarlo a tiempo.


"No digas eso. Yo también quiero estar contigo porque siempre me haces sentir... Increíblemente feliz."


Hee-gyeom sonrió cuando su hermano menor comenzó a hablar. Por supuesto, fue una sonrisa lo suficientemente pura como para aliviar la mente tan culpable del niño.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).