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Cosecha de cerezas, tomo 1 y 2 (Traducción finalizada) por yuniwalker

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Grande. Esa era la palabra adecuada para comenzarlo a describir.

Hee-seo se sentó sobre su hermano mayor para que su ingle lo tocara, pero había decidido bajar la mirada para ya no verlo otra vez. Él fue quien habló con su hermano mayor para que tuvieran sexo, pero no tenía el valor suficiente como para ponérselo de frente ahora que lo aceptó. Siempre recibía ayuda de su hermano, así que no estaba seguro de poder hacerlo sentir mejor por cuenta propia.

Sus manos, acariciando sus mejillas arqueadas, comenzaron a subir y a bajar para revolver un cabello pequeño que se había escondido debajo de sus orejas. Intentó animar y hacer sentir bien al inexperto Hee-seo por lo que, segundos después, Hee-gyeom dijo sutilmente, como susurrándole a su vacilante hermanito:

"¿No puedes?"

"No, si puedo."

"No hay necesidad de exagerar".

"¡No es mentira, si puedo hacerlo!"

Hee-seo bajó apresuradamente el pantalón de su hermano así que un pene rojo, duro como un ladrillo, salió en un instante hasta hacerlo sorprender por el tamaño completamente diferente al suyo. Le asustó el color rojo y luego le sorprendió la pesadez después de chocar contra él. Había logrado notar cosas que no pudo ver con sus ojos durante la noche. Por ejemplo, la idea de que ese era el pene que le había llegado profundo, le hizo sentir bien y caliente como si hubiese estado bebiendo alcohol. Heeseo instantáneamente se puso rojo. Incluso sus oídos.

"Si tienes miedo, no lo hagas".

"No, no tengo miedo. Pero si es muy grande y... Si estoy sorprendido."

"Va a doler cuando lo metas, Hee-seo".

Su tono, más lánguido de lo habitual, pareció ser amistoso pero también completamente aterrador. Hee-seo levantó la mirada por un momento pero, cuando sus ojos se encontraron y sus manos se entrelazaron, rápidamente se inclinó y se concentró en algo más. Su hermano se rió un poco:

"Hee-seo. ¿Puedes tocarme?"

"Sí…"

Ni siquiera sabía lo que era la masturbación hasta que su hermano se lo dijo. Por supuesto, Hee-seo no sabía como hacer sentir bien a alguien más por lo que solo se había quedado mirando fijamente sus genitales y su cuerpo y luego extendió la mano para poderlo abrazar. La sensación de estar envuelto en la palma de sus manos, era dura y pesada y hacía que su corazón comenzara a palpitarle. Sus mejillas y orejas estaban tan calientes que Heeseo intentó enfriar el calor de sus mejillas con el dorso de la muñeca antes de jugar con los genitales de su hermano mayor. Cuando su corazón sobresaltado disminuyó un poco, el cerebro de Heeseo comenzó a procesar la situación de una manera diferente: Quería que su hermano se sintiera bien. Quería hacerlo sentir tan excitado como él lo había logrado con su cuerpo. Tal vez doliera si lo sostuviera con demasiada fuerza, así que Hee-seo aflojó intencionalmente su mano y lo acarició hacia arriba y hacia abajo muy lentamente. Escuchó un sonido que no sabía si era un suspiro o una risa.

"Puedes sujetarlo con más fuerza".

Hee-gyeom susurró esto en un hilo de voz y luego colocó su mano sobre la de su hermano. Al aplicar fuerza, los que sostenían su pene se encogieron como para adaptarse a la forma de su cuerpo y luego, Hee-seo preguntó silenciosamente si sentía dolor en alguna parte o si todo estaba bien. Hee-gyeom lamió los labios de su hermano en lugar de responder. Estaban profundamente enredados y tan emocionados que el líquido de su uretra comenzó a filtrarse hacia la palma de su mano. Hee-seo sintió la emoción de que la persona que más amaba se sintiera lo suficientemente caliente y duro como para inflar su cuerpo bajo de él. Era como el calor que tenía entre las piernas.

"Hermano, ¿Te sientes bien?"

"Estupendo, Hee-seo".

Recibió una respuesta y una sonrisa maravillosa así que Hee-seo se sonrojó y perdió las palabras de nuevo. Ahora podía apretar y aflojar su pene con las manos sin que su hermano lo sostuviera o lo guiara todo el tiempo. Y tanto como el deseo de hacerlo sentir bien, el deseo de ser mejores juntos se disparó dentro su pecho. Por alguna razón, estaba ansioso, emocionado e impaciente. Como había hecho su hermano ayer, deseaba ponerlo dentro de él y frotarlo para darle un poco de la satisfacción que le había regalado. Heeseo se atragantó con una voz que parecía la de alguien a punto de llorar.

"Hermano, quiero ponerlo dentro de mí ahora."

"Si lo pones así, puedes llegar a tener un bebé".

"¿Bebé?"

Hee-gyeom envolvió la cintura de su hermano y comenzó a consolarlo con un beso. Mientras sus labios caían sobre sus párpados, Hee-seo cerró los ojos con fuerza y ​​los abrió solo para mostrarle que ya estaba llorando.

"Te amo mucho, hermano. Estaría bien para mí darte un bebé."

"Hee-seo es mi propio bebé, no te imagino cuidando a otro".

"No soy un bebé."

"Bueno, yo te veo como uno."

Heeseo estaba tan enojado que su boca, que llevaba algún tiempo cerrada, se abrió de una manera completamente temblorosa.

"Lo dices porque te gusta burlarte de mí."

"Posiblemente ese sea el caso."

Hee-gyeom besó al hermanito menor que ni siquiera sabía que estaba haciendo pucheros. Hee-seo sonrió un poco cuando le mordió el labio inferior lo suficientemente suave como para no lastimarle. De hecho, podía decirse que Gyeom no tenía la intención de hacerle el amor a Hee-seo tan pronto. A menos no por un tiempo. La vagina de su hermanito era pequeña y estrecha y estaba apretada con solo insertar la punta de su pene. No era una tarea fácil moverse lento para no lastimarlo en una situación en la que su cabeza estaba tan excitada. Incluso si era un hombre sin escrúpulos que estaba emocionado por su hermano menor, era natural querer tratarlo amablemente.

"¿Entonces qué hacemos?"

"Para evitar eso, nos ponemos un condón. ¿No lo aprendiste en la escuela? "

"Lo aprendí pero... Era un hombre completo hasta hace un tiempo. Nunca pensé que lo ocuparían para no embarazarme a mí."

Hee-seo miró el papel cuadrado que sostenía su hermano mayor. Le habían enseñado que necesitaba algo para el control de la natalidad, pero nunca había visto como se veía uno de esos en persona. Es más, si su hermano no se lo hubiera dicho, habría pensado que era de todo menos un condón. Una curiosidad irresistible brilló en los ojos de Heeseo.

"¿Me lo quieres poner?"

"No sé cómo..."

"Tu hermano te enseñará".

Abrió el papel y luego Hee-gyeom sacó el condón. Le dijo que tenía que ser cuidadoso para no romperlo así que estaba tan concentrado que dejó los labios bien abiertos y las manos moviéndose sobre su cuerpo de manera convulsiva. Era tan lindo que no podía apartar los ojos de él. 

"Ponlo en mi pene".

"Sí..."

Heeseo movió sus dedos lentamente. Su piel estaba pálida, pero sus mejillas estaban de un rojo puro. Era un color que quería ponerse en la boca y chupar hasta mojar todos los lugares donde ni siquiera había imaginado pasar antes.

Hee-gyeom, con un suspiro, puso el condón en la mano de su hermano y le dio instrucciones detalladas sobre lo que tenía que hacer a continuación: "Llévalo hasta el final, sí. Gira un poco y deja la parte de la punta floja."

"¿Así?"

"Lo hiciste muy bien."

Puso sus manos sobre la goma que agarraba torpemente su hermano, y la bajó un poco más para poder acomodarla en su cuerpo. El condón se extendió y bajó hasta el fondo. Pero incluso después de poner el material directamente sobre su gran verga, Hee-seo estaba sosteniéndolo como si no lo pudiera creer. Pareció estar extrañado y avergonzado por estar preparándose para tener relaciones sexuales con su hermano mayor porque, a diferencia de ayer, cuando Hee-gyeom no le mostró lo que iba a pasar para que no tuviera miedo, hoy podía ver y tocar, por lo que las emociones que no se sintieron en la primera experiencia ahora se apresuraron hacía su pecho.

"¿Te da vergüenza?"

"Se siente raro…"

Hee-gyeom consoló a su hermano menor, que estaba casi temblando entre sus brazos.

"Todo está bien. Me puse esto ayer también".

"Creo que es mejor hacerlo yo."

"¿En serio?"

"Porque así puedo hacerme a la idea."

Heeseo, que había estado evitando su mirada, rodando los ojos hacia abajo y moviendo las manos para todas direcciones cuando comenzaba a cansarse, se mordió el labio inferior y levantó las pestañas hasta que sus pupilas se encontraron de nuevo. El afecto y la excitación rebosaban en su semblante.

"Oye, ¿Puedo ponerlo ahora?"

"¿Puedes? Realmente va a doler."

"Lo haré de todos modos. Quiero hacerlo con hyung."

Mientras trataba de agacharse, su camiseta comenzó a interponerse en su camino así que rápidamente la agarró para buscar a tientas los genitales que se habían cubierto con un condón. Su pene estaba caliente y húmedo y un lugar en la misma condición se abrió para él hasta hacer un sonido de "agua corriente".

La punta de su verga se deslizó entre sus regordetes labios menores.

"Ah..."

Hee-seo inmediatamente agarró a Hee-gyeom por el hombro. Su mirada todavía estaba fija en él por lo que el mayor tuvo que mirar para otro lado. Su expresión, que parecía poseída, era tan linda que no podía soportarlo sin enloquecer. Luego, Hee-seo, que todavía estaba frotando su vulva y su vagina, dejó que el sonido del dolor fluyera a través de sus labios. Maldijo, se mordió y comenzó a lamerle la lengua y los labios como si fuera un cachorrito. Hee-gyeom envolvió suavemente sus brazos alrededor de su cintura:

"Lentamente, Heeseo. No intentes apresurarlo."

"No puedo. Quiero ponerlo ya."

Cada vez que su pene resbalaba, el sonido del agua estallaba sin vergüenza por toda la habitación. Hee-seo estaba muy avergonzada por eso así que apretó con fuerza la mano que sostenía el hombro de su hyung y, con los ojos humedecidos, le rogó a Hee-gyeom que hiciera algo para ayudarlo. Gyeom, que respiraba con dificultad, agarró las nalgas de Heeseo con un poco de fuerza y comenzó a ayudarlo con la inserción para que no fuera a desesperarse. La sensación de una verga grande, tocando su agujero hasta hacer un desastre, provocó que Heeseo temblara como si ya hubiera alcanzado su clímax.

"Levanta el culo y apóyate en tu hermano".

"Uf, sí. Sí."

"Lo estás haciendo muy bien, mi amor. Tal y como estás ahora, baja lentamente".

"Ah, ah, ah... Hermano."

Hee-seo bajó la espalda. La vagina apretada se abrió y el agua brotó mientras se enganchaba con su verga. Estaba húmedo, hasta el fondo de su piel. Dolía, pero todavía se sentía lo suficientemente satisfecho como para que sus ojos estuvieran nublados. Le gustaba abrazar a su hermano y le gustaba todavía más tener relaciones sexuales con él, por lo que una dimensión diferente de plenitud llenó todo su cuerpo.

Heeseo cayó en un clímax superficial con solo la inserción.

"¡Ahhh!"

Su cuerpo temblaba. Aun así, la vagina estrecha se le tensó hasta que tuvo que contener la respiración para no llegar a estallar. Hee-gyeom dejó de insertarse y esperó pacientemente a que el clímax de su hermano disminuyese lo suficiente como para llegar a la normalidad. Lo besó, una y otra vez durante mucho tiempo:

"Uf, hermano".

"¿Se sintió bien ponerlo?"

"Sí, estuvo bien..."

Con sus brazos libres, Hee-seo abrazó los hombros de su hermano mayor. Gracias a las amables palabras de su hyung, ahora entendía que había una parte dentro de él que le hacía sentir bien cuando la presionaba y la frotaba. La cintura, que está cubierta por la camiseta, comenzó a temblar suavemente hacia adelante y hacia atrás hasta que su dulce vagina se tensó y luego, se escuchó un estallido.

"Ah, ah, ah, hermano. Ah, hermano. Hermano."

"Nunca antes había visto algo tan sexy como esto, mi amor. Estas bien, eres fabuloso. Eres fabuloso mi Hee-seo".

"¿Lo estoy haciendo bien? Ah, Hermano ¿Te hago sentir bien?"

"Estupendo, Hee-seo".

"Yo, yo también... Me encanta también."

Hee-seo, con las mejillas sonrojadas, sonrió suavemente. La cintura, que había comenzado a moverse de un lado para otro, se movió con lentitud otra vez hasta hacer que el sonido del agua se mezclara con su respiración.

Heeseo enrolló los extremos de su camiseta con ambas manos. Su expresión facial estaba empañada por la sensación erógena que se había acumulado en su cuerpo por completo. Dijo: "Hermano..." Y entonces, mirando el rostro del niño, Hee-gyeom metió la mano en la camiseta de Heeseo para poder acariciarlo un poco más.
Hee-seo hizo una mueca y sollozó mientras apretaba sus entrañas. Su pared interior encajaba perfectamente con su verga y lo hizo sentir tan mareado como para cerrar los ojos y sacudir la espalda por segunda oportunidad. Gyeom saboreó los delicados movimientos de los músculos que se agitaban en la palma de su mano. Quería aventarlo sobre el colchón y tocar su delicada piel hasta que ya no quedara nada que devorar. 

"¡Hermano!"

"Hee-seo, ¿Querías hacer esto conmigo? ¿Es cómo lo imaginaste?"

"¡Sí! Me gusta... Todos los días, quiero que todos los días me hagas el amor."

"¿Quieres hacerlo con hyung todos los días?"

"Sí, sí, me gustas todos los días ¡Ahhh!"

Sollozó, como si estuviera a punto de quedarse sin aliento. Sus pequeños testículos y su pene colgaban y se balanceaban mientras Hee-gyeom lo observaba derretirse de placer sobre su pecho. La mirada del hombre hizo que la emoción aumentara aún más en él.

"Ah, más... ¡Hermano! ¡Más!"

El torpe gesto de subir y bajar en el regazo de su hermano se hizo más urgente. Hee-seo sintió una plenitud en la parte inferior de su abdomen y una sensación de impaciencia similar a la de orinar. Estaba desesperado por deshacerse de eso de alguna manera pero tenía tanto miedo de que se mojara la ropa que había tomado prestada, que simplemente se desnudó.

"¡Vaya! Heeseo, eres hermoso. Eres hermoso, mi amor."

"Hermano, hermano bésame."

Suplicó Heeseo, mordiéndole la lengua cuando finalmente se juntó a él para tocar sus labios. Hee-gyeom sintió una abrumadora sensación de eyaculación contra la apretada pared interior de su vagina y entonces, solo se corrió dentro de él... Inmediatamente, pareció como si el impulso de molestar a su hermano y empujarlo hasta la locura hubiera aumentado solo para desaparecer de manera repentina. Después de todo, no importaba cuán urgente fuera, Heeseo tomó las riendas del encuentro y no las soltó. Mantuvo su ritmo solo lo suficiente para alcanzar su clímax.

Heeseo, que le mordía y lamía los labios, actuando como un cachorrito hambriento, comenzó a jadear: "Dime que me amas, Hyung. Dime..."

"Te amo, Hee-seo. Muchísimo".

"Yo también, hyung. Te amo más que a nada."

Heeseo alcanzó su clímax, con la cabeza enterrada en el hombro de su hermano mayor todo ese tiempo. Sus muslos se hincharon mientras su vientre temblaba, su vagina se apretaba y su verga comenzó a aflojarse también. En línea con el clímax del hermano menor sosteniendo las riendas, Hee-gyeom también alcanzó su propio orgasmo segundos más tarde. Le acarició la espalda lentamente mientras sostenía a su hermanito menor para que no colapsara y sintió como su semen, que no pudo llegar al útero, se acumulaba por completo en el condón. 
Hee-gyeom estaba empapado, y cada vez que levantaba la cintura, sacaba la verga de su vagina para provocar un sonido increíblemente grotesco. Era un pene arrogante, atrapado en los azotes de un hermano menor que se había desplomado en su regazo.

El niño, que sollozaba mientras gemía, habló de nuevo:

"Uf, de verdad te amo."

"¿Cuánto me amas?"

"De aquí a la luna."

Heeseo sonrió, con un rostro terriblemente cansado después de su encuentro. Hee-gyeom colocó los labios por todo el rostro de su hermano, frente, párpados, mejillas, puente de la nariz y cada lugar al que pudiera llegar. Heeseo lo miró como si estuviera pidiendo una respuesta a su confesión si que Hee-gyeom contestó sobre sus labios:

"Mi hermano es el único en mi mundo."

Mientras sus lenguas y el aliento se encontraban, Heeseo cerró los ojos y sonrió otra vez.


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