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Una historia sobre un hombre que se volvió una bestia (Traducción finalizada) por yuniwalker

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"... Me voy a casa".

El caballero se puso de pie en cuanto se sintió incómodo y miró a la mujer que estaba fingiendo ser una hermosa flor.

"¿Qué pasó de repente?"

El caballero de la guardia, que estaba a un lado, llamó a su compañero con una sonrisa impresionante sobre la cara. Era una persona con la que casi no había hablado. Una persona orgullosa de su nacimiento que despreciaba la existencia de Elías por ser un plebeyo. Y por eso pensó que este tipo podría tener algo que ver con todo esto. Una trampa organizada para burlarse de él todavía más.

Elias sonrió, aunque era algo cruel.

"Parece que en lugar de una dama aristócrata me he topado con una prostituta. Al parecer me puso un afrodisíaco en la bebida porque tiene muchas ganas de coger."

El lugar se quedó en silencio.

El caballero de la guardia se levantó como si estuviera muy asustado de que la mujer aristócrata, a la que estaban cuidando, fuera tratada como una puta que drogaba a los hombres. Si un caballero nombraba de esta manera a una persona que a penas estaba prosperando en la sociedad, dañaría el nombre del aristócrata y sería claramente desventajoso para él. Normalmente, alguien de su categoría elegiría callar para seguir trabajando con el rey. Sin embargo, ahora que se sentía deshonrado, no podía detener sus palabras y acciones, ni mucho menos la forma de su cara. En general, podía decirse que pocas personas parecían optar por una contramedida de este tipo. Estaría en conflicto con sus amigos, con la guardia y también con los aristócratas del reino. Sería tratado como una molestia y era posible que los nobles se negaran a cooperar con él en el futuro. Si eso sucediera, entonces podía incluso perder su trabajo. 

Era peligroso, pero de todas maneras el caballero pareció tomar la decisión de actuar así y defender su orgullo. Miró a la mujer, que se había puesto azul y luego completamente palida y caminó para el sentido contrario como si estuviera terriblemente molesto. Por supuesto, nadie dijo nada y solo algunos amigos suyos lo persiguieron. Si no hubiera sido Elias podría haber resultado conveniente para la mujer porque establecería justamente una relación noble. Fue una mala suerte para ella que escogiera un caballero tan problemático.

Esta vez, la medicina había sido ligera, pero el caballero estaba sintiendo mucho dolor, calor y calambres en el estómago. Estaba comenzando a ver todo borroso así que pensó que en definitiva no tenía mucho tiempo para resolver el problema. Podía sentir que incluso su capacidad de pensamiento se ralentizaba gradualmente y que los deseos de irse de este lugar comenzaban a burbujear por encima de su pecho.

Entre los "Caballeros de la Guardia" podía haber algunos hombres que se llamaran los unos a los otros como buenos amigos. Sin embargo, la falta de un compañero completamente confiable le hizo estallar un montón de focos rojos en su cabeza. Gritó:

"¡Me voy a casa! Si alguien me sigue o intenta algo, lo rebajaré a la misma categoría de esta puta".

Al principio, no le había interesado tanto trabajar en el castillo. Por supuesto, que comenzaran a tomarlo en serio se debía completamente a la bestia demoníaca que había adoptado y a su increíble habilidad para seguir órdenes. En pocas palabras, incluso si sus dones como caballero eran impecables, esta transferencia al palacio no habría sido posible sin Rolf.
Aún así, no había duda de que al ser un lugar importante, había muchos celos cuando se trataba de realizar el trabajo. 

Después de todo, tal vez era real cuando comenzaban a decir que no encajaba allí.

El caballero abandonó el lugar.

Con la cabeza acalorada por la droga, comenzó a pensar en la posibilidad de que tuviera que dejar de ser un caballero de la guardia. Estaba enojado así que pensó que incluso sus impulsos no eran tan malos si lo sacaban de allí. Sí ¿Por qué no solo dejaba ese lugar de una buena vez y se dedicaba a otra cosa? ¿Por qué no simplemente desaparecía? Pero de todas maneras, triste, cansado y muy caliente, se apresuró a la casa donde su bestia demoníaca estaba esperando. Deseaba estar con él antes de que su conciencia terminara vuelta un desastre. Es decir, el demonio no tenía la culpa de lo que había pasado con él.

"Rolf".

Cuando regresó a casa, abrió la puerta y llamó a su amada bola de pelo babeante. Sin esperar, la bestia demoníaca, que estaba frente a la puerta, comenzó a aullar y a saltar un montón de veces sobre el caballero. Normalmente, incluso si estuviera un poco borracho, él era el tipo de hombre que aceptaría cargarlo encima de su cuerpo como si fuera un pequeño bebé. Hoy, solamente le tomó de una pata.

Lo que le sorprendió, fue el instinto de la bestia demoníaca para saber que algo estaba mal. Pareció estar nervioso, moviéndose para la derecha y a la izquierda mientras gritaba "¡¡Kyaun!!" Tal vez, estaba tratando de ver qué era lo que estaba mal en el caballero porque incluso giró y rodó por el suelo una y otra vez y otra vez hasta que se volvió extraño. Luego, tras un terrible grito de "Wow", se levantó y olfateó la cara y el cuello del caballero mientras rechinaba su garganta como lo haría un cachorro. 
Cuando vio que el caballero tenía los ojos cerrados, gritó: "Wow, wow", igual a si ahora intentara mantenerlo despierto.

El caballero suspiró, con los ojos todavía cerrados, y se tomó de la cabeza.

"Acaban de darme un afrodisíaco. Está bien. No va a pasarme nada. Solo llévame a mi habitación".

Dicho esto, se puso de pie y comenzó a aferrarse al cuerpo del demonio para ir directo a su pieza. Sin embargo, incluso aunque finalmente habían llegado a centímetros de la cama, el caballero pareció estar al límite de su paciencia y de repente comenzó a arrancarse toda la ropa de su cuerpo. La bestia demoníaca estaba nerviosa, resoplando y deambulando alrededor del caballero de manera inquieta. Por supuesto, el caballero pareció no darse cuenta y continuó liberando su cuerpo de todo ese malestar. Sin embargo, pareció ser frustrante no poder tocarse como lo necesitaba.

"Maldita sea..."

Sus dedos no se estaban moviendo bien. Se quitó la chaqueta con las manos temblorosas y, aunque casi había logrado desabotonar su camisa, se dio por vencido y le dio máxima prioridad a bajar su pantalón y la tela de sus boxer. Su cuerpo estaba muy caliente y no podía respirar. Su cabeza pareció negarse a pensar y la excitación lo estaba picando en el pecho.

El caballero se sintió frustrado, se quitó los pantalones y sacó su pene.

Quería eyacular rápidamente.

Quería frotarse y permitir que su cabeza se llenara de placer.

Quizá, debido a la sensación de seguridad que tuvo al llegar finalmente a su casa, su razón se estaba perdiendo constantemente hasta que solo pudo pensar en satisfacer sus deseos.

"Ah..."

Cuando exhaló dolorosamente, el caballero se sentó sobre el suelo y comenzó a masturbarse.

"... Maldita sea".

Repitió.

La bestia demoníaca estaba mirando al caballero. Había deambulando por la habitación hasta hace un segundo, como si estuviera muy preocupado por él, pero ahora estaba mirando la mano del hombre sin siquiera detenerse a pestañear.

Estaba mirando como apretaba su verga.

Hubo un pequeño ruido. Era una señal de que la bestia demoníaca se estaba moviendo pero el caballero deslizó su mano sin prestarle atención a lo que hiciera o dejara de hacer. No podía permitirse preocuparse por la bestia demoníaca en un momento como ese.

El estímulo llegó de repente.

El caballero, que estaba absorto en el acto de cerrar los ojos y masturbarse, se sorprendió y tembló ante la repentina sensación áspera y viscosa de una boca.

"Ah..."

Y al abrir los ojos, descubrió que su amada bestia demoníaca le estaba lamiendo la punta.

"¡Estúpido! ¿Qué estás haciendo Rolf?"

El caballero estuvo a punto de perder el conocimiento debido al placer, pero aun así movilizó toda su conciencia para comenzar a gritar y regañarlo. Sin embargo, contrario a lo que pensó que iba a lograr, su cuerpo simplemente tembló con el placer que le había ofrecido la enorme bestia. Incluso podía decir que el movimiento de su brazo tratando de sacudirlo se había vuelto sorpresivamente lento.

No era algo bueno, pero igual se estaba dejando llevar por él.

Su cuerpo quería más.

Su pene deseaba más.

"No tienes que hacer eso, pero... Pero está bien. Ah, se siente bien."

La mano que había extendido para ahuyentar a la bestia demoníaca, ahora se estaba sujetando de él como si fuera su soporte. El caballero frotó la punta de su verga contra la base de la lengua del demonio mientras tiraba de su pelo y empujaba sus caderas hacia dentro como para pedir más estimulación.

"Wow, oh, oh, maldición..."

Se sintió tan bien que incluso comenzó a pensar que había enloquecido. ¡Era un placer tan aterrador que no pudo entender lo que estaba haciendo!
Abrazando el cuello del lobo, el caballero dejó caer toda su razón y se frotó un poquito más contra la boca del lobo. Dejando que él lamiera y estimulara su carne y los vasos sanguíneos que se estaban dispersando por aquí y por allá.

La bestia demoníaca abrió la boca abiertamente para no clavarle los colmillos. Era obsceno, misericordioso, adorable y horrible así que el caballero estaba asustado por las emociones que le vinieron a la mente debido a él.

"Rolf, Rolf, oh... No... No hagas eso... Por favor, corre. ¡No quiero que lo hagas!"

Mientras gritaba esto en el oído del lobo, el caballero lo abrazó y comenzó a sacudir todo su cuerpo justamente en su dirección. Contrariamente a la leve razón que estaba en su cabeza, no pudo detener los sentidos que habían comenzado a buscar placer. La cordura se fundió gradualmente en un placer proporcionado por una lengua que se movía con torpeza.

"Ah, ah, Rolf, no... ¡Ah!"

Las caderas del caballero se balancearon para hacer más notorio que las palabras y sus movimientos eran completamente contrarios entre sí. Abrazó al lobo en busca de estímulo, sacudió las caderas y frotó su pene todavía contra la boca de la bestia. El lobo estiró su lengua en consecuencia, estimulando y volviendo todo de él todavía más grueso.

El caballero gritó con fuerza, casi muriendo de placer.

"¡¡Ah!!"

La sensación lo había hecho sentir como si estuviera a punto de perder el conocimiento. Luego, logró hacer que todo su semen cayera en la boca de la bestia. Su cuerpo tembló, y el pene que salió de su hocico finalmente manchó la cara del lobo, el vientre y también sus pies.

Pero después de eyacular, pareció quedarse atónito.


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