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Hiperventilación. Volumen 1, 2 y 3 (Traducción finalizada) por yuniwalker

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La semana había pasado tranquilamente. El sábado celebraron una fiesta de fin de año y el domingo, que era cuando iba a encontrarse con Lee Myung, fue a una joyería a buscar el anillo que había pedido anteriormente para él.

Parecía que habían pasado meses desde la ruptura, pero solo fueron algunos días.

Seon-ho Han obtuvo la "libertad para pasar el día", que tanto había esperado cuando trabajaba horas extras pero, ahora que se enfrentaba al peso de una separación, se sentía como si no fuera tan bueno como lo estaba imaginando. ¿Alguna vez la televisión se sintió tan aburrida? Es decir, hubo un tiempo en el que su afición era beber cerveza mientras veía una buena película o un partido, pero ahora nada de esto pareció ser lo suficientemente emocionante.

Y así, el lunes volvió a trabajar.

El señor Song, que debería haberse ido de viaje de negocios a Alemania en lugar de Han Seon-ho, se disculpó y habló con él un total de diez veces, incluso si ya le había dicho que decir eso no era necesario. Al final, Song dijo que le invitaría un buen plato de arroz si no tenía ninguna otra cita para ir a cenar. Seon-ho asintió de inmediato con la cabeza. Hasta la semana pasada, había un lugar al que ir corriendo después del trabajo. Ya no tenía planes.

Después de la reunión, Dae-ri Song llevó a Seon-ho Han a un restaurante bastante lujoso. Era un lugar donde para cada plato se servían ingredientes finos como tiburón y mariscos. Gastó 350.000 wones en licor tradicional así que, cuando se vacío todo el alcohol en la boca, de pronto echó de menos a su padre y derramó un montón de lágrimas silenciosas que terminaron con Han Seon-ho, consolandolo por el resto de la hora.

Después de enviar al diputado Song en un taxi a su casa, Han Seon-ho recordó la botella de licor que Lee Myung había comprado para él en su viaje a China. Era una botellita hermosa con dibujos de colores y unos bocadillos tradicionales envueltos en un papel rojo. Los llevó a Alemania y los comió allí. ¡Estaban de verdad riquísimos! Pero, lamentablemente, no pudo abrir el licor ni siquiera para olerlo porque estaba lo suficientemente ocupado y estresado con el trabajo como para morir.

¿Había algo que no le recordara a Myung? Han Seon-ho sintió que lo golpeaban de la nada, que se ponía un poco más triste... Y tan pronto como aparecieron las palabras Yeongsan-dong en el letrero de la carretera, cambió de carril para seguir derecho.

El GPS le indicaba constantemente que hiciera un cambio de sentido para llegar a casa, pero ahora iba en la dirección opuesta. Cuando se dio cuenta, ya estaba entrando por la entrada de un enorme conjunto residencial.

Estaba increíblemente loco.

A las 9:30 de la noche, Han Seon-ho llegó a la casa de su ex amante. Apagó todas las luces y miró hacia la ventana iluminada del quinto piso. Había una cortina bastante gruesa allí, por lo que las siluetas ni siquiera eran visibles desde el exterior. Era un lugar en el que una vez estuvo fumando con Myung...

"Si fumamos aquí, ¿No se enojarán los vecinos? Tal vez vengan a reclamar"

"No. El humo se va hacía arriba. Es un principio básico de... De la fuerza del viento y todas esas cosas."

Myung, que se rió con fuerza de sus palabras sin sentido, fue ciertamente encantador. De la cabeza a los pies, no tenía un rincón sin ser perfecto.

Han Seon-ho se quedó quieto hasta la medianoche, cuando vio que la luz de la habitación 501 se apagaba y todo se quedaba en completo silencio. Suspiró, acomodó su cuerpo en el asiento del conductor y puso en marcha el coche. Había dicho que lo esperaría el tiempo que hiciera falta pero, desde el cuarto día de la ruptura, la situación rápidamente se volvió en algo bastante difícil de soportar. La gente de la empresa empezó a preguntar, con expresiones increíblemente ansiosas y curiosas, sobre lo que fuera que estuviera pasando en su vida para que su cara se viera así de terrible. El trabajo se hizo pesado y la cantidad de tiempo que permaneció sentado sin comprender y mirando a un punto fijo, aumentó.

Han Seon-ho tenía la confianza para decir que podía recuperar a Myung si lo intentaba con todas sus fuerzas. Pero también estaba una parte en su interior que le hacía pensar que no tenía sentido ir a un encuentro tan apresurado. El poco tiempo que habían estado juntos, se sintió ahora como si hubiese sido parte de un sueño. Incluso si trataba de recordar con todas sus fuerzas, la depresión solo le provocaba ver algunas escenas inconclusas y sentimientos que parecían no llegar adecuadamente a su corazón. Pero incluso así y pese a sus constantes sentimientos negativos, Seon-ho Han fue a la casa de Lee Myung después del trabajo por segunda ocasión.

Estacionó su coche en una sombra oscura y miró la ventana con las luces apagadas. Alrededor de las 8 en punto, un hombre de mediana edad con gafas comenzó a decir algo al intercomunicador durante aproximadamente cinco minutos. La luz de la habitación 501 se prendió. Han Seon-ho observó en silencio al hombre hablar con alguien por teléfono y después de un rato, la puerta corrediza de vidrio se abrió y salió Lee Myung, con el mismo abrigo que utilizó para ir a la reunión escolar. El cabello que cubría su frente estaba todo desorganizado y aunque usaba prendas grandes, su cuerpo estaba evidentemente más delgado que la última vez. Mientras el hombre le entregaba una bolsa de plástico que parecía contener comida y decía algo colocando su mano en su hombro, Lee Myung miró al aire como una persona confundida.

La única razón por la que no podía correr hacia él era porque se aferraba a las cuerdas de la razón con todas sus fuerzas. Pero, en el momento en que observó la cara de Myung, las lágrimas cayeron y, poco después, corrieron por sus mejillas hasta hacer un desastre. Hasta ahora, lo que pensaba con seguridad, lo que esperaba y aguantaba, se volvió inútil. Han Seon-ho estaba extremadamente ansioso y angustiado.

El hombre habló constantemente durante unos minutos mientras Lee Myung seguía mirando a cualquier otro lugar con los ojos bien vacíos. Han Seon-ho no encendió el auto inmediatamente, incluso después de inclinar la cabeza hacia abajo con una actitud más que derrotada. En su lugar, se fue a casa solo después de confirmar que la luz en el quinto piso se encendiera y luego se apagara nuevamente después de un tiempo.

El décimo día de la ruptura, Han Seon-ho se fue a trabajar en un estado más vago que nunca antes. Se sentía como si algo se hubiera deslizado dentro de él mientras lloraba el día anterior. Algo con púas y cuchillas. Han Seon-ho pensó que era como un muñeco últimamente, sentándose y empezando a trabajar mecánicamente una y otra vez y otra vez hasta que llegaba la hora de marcharse. Pensó también que este tipo de vida no podría soportarse ni un momento más y, mientras redactaba el archivo solicitado por correo electrónico con expresión pasmada y escuchaba el segundero del reloj en su pared, se dijo a si mismo que necesitaba desesperadamente a Myung, y no valía la pena considerar nada más que eso. Sin embargo, ahora todo era confuso.
¿Qué había al final de este túnel? ¿Sería el final de la separación o el final del proceso de su amor? Originalmente, no tenía dudas, creyendo que la luz estaba esperando al final de un túnel corto. Asimismo, pensó que los pequeños conflictos no eran más que los giros y vueltas de una montaña rusa que podían resolverse con un poco de comunicación. Pero en ese momento, la idea de que Myung lo amaba tanto como lo amaba él, se había vuelto tan palido y aplastado que era difícil encontrarle la forma.

"Seonho, ¿Estás ocupado?"

Cuando el diputado Choi, del segundo equipo, se acercó a la mesa de la oficina con café en una mano y unos papeles en la otra, Seon-ho Han estaba tan abatido pensando en Lee Myung que no contestó en absoluto.

"¡Seonho!"

"¿Ah? Oh sí, lo siento."

"Como escuché, tu tez no es buena. ¿Qué está pasando? ¿Hay algo en lo que te pueda ayudar?"

Han Seon-ho lo intentó, pero no pudo reírse de su rostro preocupado ni siquiera como una cortesía. Todo era, simplemente molesto.

"No he tenido... Una buena semana."

"Tal vez puedes sentirte mejor si hablas ¿Tienes tiempo para fumar?"

El diputado Choi bajó la voz y señaló levemente con el pulgar hacia la salida de la oficina. Aunque Han Seon-ho no mostró ningún interés en ir a platicar con él o abrir su corazón ante un compañero, no pudo ser grosero con él, por lo que se vio obligado a empacar un paquete de cigarrillos y seguirlo. Los ascensores del edificio estaban ocupados por dos o tres personas en cualquier momento del día así que, mientras Choi y él subían a la sala de fumadores al aire libre, mantuvieron la boca cerrada y una distancia considerable todo el tiempo. Sin embargo, estaba escrito en el rostro del gerente que quería confesar algo rápidamente.

Con el tiempo, Dae-ri Choi, quien arrastró a Han Seon-ho hasta la esquina de la sala de fumadores, confirmó que no había nadie alrededor y preguntó en un tono un poco emocionado:

"Seonho, ¿Es cierto que en tu viaje de negocios a Frankfurt la semana pasada te aplaudieron de pie al final de tu presentación?"

Han Seon-ho no respondió a sus palabras, en su lugar, bajó la cabeza y encendió su cigarrillo. Luego, cuando vi al diputado Choi sacar uno de la cajetilla, se inclinó y ocupó su encendedor para prenderlo también.

"Pues sí, pero fue un aplauso de apoyo. Algo como ser el juguete de la empresa al que le dicen ¡No te desanimes!"

"Pues yo escuché cosas magníficas de ti."

"¿Qué quiere decir con eso?"

Llenó sus pulmones de humo, pero el efecto esperado que le ocasionaba fumar no se produjo de ninguna manera. En su lugar, simplemente se sintió miserable y más pequeño que nunca. Con una cara sonriente, el diputado Choi agitó su cigarrillo en el cenicero:

"Escuché tres solicitudes para ti, Han Seon -ho. Todo después de tu presentación en Alemania. Lo último que supe es que llegó a oídos del administrador corporativo".

"¿Es así?"

"Como que "¿Es así?" No es algo para que te quedes con esa cara de tonto, hombre. Hay mucha gente que dice que hay una falta de mano de obra para continuar con el trabajo de MIDI en Alemania. Es real. Un rumor desde arriba."

"Ah..."

"Iré a preguntarle al nuevo líder del equipo primero. Sin embargo, eventualmente los de R.H preguntarán sobre ti así que, por favor, piensa en el futuro".

El diputado Choi mostró una expresión de orgullo, como un niño emocionado con un nuevo regalo.

Han Seon-ho se volvió hacia una posibilidad en la que nunca había pensado, pero se sintió como algo... Extraño. El primer pensamiento que le vino a la mente fue: "Si eso sucede, entonces tendrás que tener una relación a larga distancia y eso es imposible." El siguiente pensamiento que le vino a la mente fue que la relación había terminado la semana pasada de todas maneras. La percepción de que no importaba donde estuviera, el hecho de que no tendría ningún efecto sobre Myung, rompió su frágil esperanza hasta el punto en que pareció sollozar.

El diputado Choi, que vio su expresión, apagó el cigarrillo como si estuviera avergonzado.

"No me hagas esto, hombre. Te dije que esto era para hacerte sentir mejor. Mira, si te vas a Alemania, tendrás cigarrillos mejores, las salchichas están riquísimas y la cantidad de dinero que vas a recibir, uff, se va a triplicar."

"..."

"Bueno, hace frío. Ahora entremos, entremos. Creo que no vale la pena hablarlo aquí ahora".

Han Seon-ho regresó al interior con Choi Dae-ri. Pronto almorzaron juntos y por la tarde tuvieron una reunión de equipo, aunque logicamente pareció como si la cabeza de Han Seon-ho estuviera a medio camino mientras que la otra mitad no podía pensar en nada más que en Lee Myung. La noticia de que el diputado Choi le daba una nueva posibilidad de cambio, es decir, la idea de que la relación con Lee Myung podría cortarse para siempre, lo golpeó. La sensación de crisis puso a Han Seon-ho en un estado de despertar que le hizo considerar varias formas y caminos.

Han Seon-ho tenía miedo.

Tenía miedo de perder la cabeza para siempre, tenía miedo de darse la vuelta y tenía miedo de irse hasta un punto sin retorno.

Cuando le quedaban 30 minutos de trabajo, entonces le llegó un mensaje:

[010 - *** - ***: Soy Lee Jung, la hermana de Lee Myung ¿Puedo hablar contigo?]

Tan pronto como Han Seon-ho vio la notificación, tomó su teléfono y salió corriendo de la oficina.

"¿Hola?"

"¿Jung Lee? Soy Han Seon -ho".

"Ah, sí... Perdón por contactarte de repente. ¿Puedes hablar un rato?'

"Sí. Por supuesto."

Durante un tiempo, solo existió un increíble silencio incómodo. Lee Jung-eun pareció increíblemente nerviosa, como si pensara que era difícil hablar.

"Mi hermano... ¿Sabes qué fue lo que pasó?"

Esta vez, pareció ser el turno de Han Seon-ho de guardar silencio. No era apropiado llamar a alguien que no conocía y preguntarle algo como esto. La intención de la pregunta también parecía bastante sospechosa así que estaba claro que algo andaba mal. Sintió intuitivamente que Lee Jung estaba tratando de ayudar a su hermano así que Seon-ho vaciló un poco antes de abrir la boca:

"¿Está bien?"

"No." La voz de Lee Jung tembló levemente. "No está para nada bien."

De repente, comenzó a murmurar:

"Oppa... Es muy sensible. Se está comportando de una manera preocupante porque, no ha comido nada y ya canceló todos los juegos del próximo año y la participación a los eventos de apertura. No me escucha a mí ni a mi mamá y dicen que cuando el maestro lo visitó, estaba como un loco."

La palma que se había estirado naturalmente, se curvó por si misma sobre sus pantalones. Han Seon-ho escuchó en silencio, con los puños bien apretados.

"A veces pasa por malos días, pero nunca se había derrumbado tan terriblemente. De esa manera, de esa manera, tengo miedo de que..."

Sus palabras fueron cortadas. Lee Jung respiró hondo un par de veces así que se hizo evidente, incluso a través del teléfono, que estaba temblando fuera de control. Jung prosiguió, con una voz que intentaba sonar tranquila:

"La razón por la que llamo a Han Seon -ho a ciegas y digo esto... Es, es..."

Su voz deprimida volvió a aparecer. Han Seon-ho pudo predecir algunas de las palabras atrasadas que no había logrado completar. Lee Jung-eun quería decir que era muy probable que su hermano terminara muriendo. Han Seon-ho asintió de inmediato.

"Yo... Saliendo del trabajo voy a ir a revisar que todo esté bien."

"¿Pueden hacer las paces?"

"..."

"Ahora no, no tiene que ser ahora pero..."

Él frunció el ceño. Cuando escuchó eso en voz alta, el dolor fue como si lo hubieran apuñalado sobre el corazón.

"Tu hermano... Fue quien rompió conmigo así que no quiero ser tan brusco..."

Lee Jung, que había estado en silencio por un largo tiempo, murmuró en voz baja:

"Esta es una relación entre dos personas, lo entiendo, y entiendo muy bien que un tercero no debe intervenir. Pero Myung tiene esa personalidad estúpida y difícil así que pensé en todo lo malo que pasaría si realmente lo dejaba solo. Por eso acepté hacerte una llamada tan vergonzosa..."

"Está bien. Puedes tener confianza conmigo."

"No es del tipo de persona que se aferra primero a los demás. Si cree que puede soportarlo solo, entonces lo hará hasta la muerte. Quiero que sepas que incluso si dice algo frío o si parece inexpresivo en el exterior, en el interior es algo completamente diferente."

"..."

"Él siempre está preocupado por ti, a él realmente le gustas mucho desde hace un tiempo así que ¿No puedes hacer algo para demostrarle que también lo quieres? Solo... Solo por una última vez..."

La voz ardiente, que seguía sonando del otro lado del teléfono, se cortó de repente. Lee Jung-eun pareció muy avergonzada por las palabras que acababa de decir.

"Suena realmente presuntuoso. ¿No es verdad? No tienes que... No tienes que hacerme caso si no quieres. Lo siento."

La llamada terminó antes de que Han Seon-ho siquiera dijera algo. Luego, se quedó un rato con la mirada completamente perdida y sosteniendo un teléfono celular con la pantalla en negro. Volvió la cabeza lentamente y suspiró. Cuanto más pensaba en las palabras de Lee Jung, una por una, más todas las circunstancias apuntaban a un solo lugar: La mente de Myung todavía lo estaba viendo a él. Con ese hecho, el corazón de Han Seon-ho latió rápidamente y su pecho entero se calentó como si le hubieran vaciado agua caliente. La conversación alimentó sus planes anteriores y pensó, que entonces no tenía que preocuparse por qué hacer si Myung lo alejaba. Ya no parecía que ese pudiera ser el caso.

Al regresar a su asiento, Han Seon-ho terminó su trabajo y se preparó rápidamente para lo que haría a continuación. A las 6 en punto, se mezcló con la multitud que salía de la oficina y salió del edificio casi corriendo. No podía imaginar un truco para hacer esto más fácil, así que pensó en verter sus sentimientos tal y como estaban. Cuán feliz estaba de conocerlo, cuán ansioso e infeliz se sentía mientras no lo tenía entre su brazos, los pensamientos que había visto y escuchado y sus celos hacia el maestro Lim y otros conocidos. Han Seon-ho planeaba mostrar a Lee Myung todo esto y esperar que lo aceptara.

Cuando llegó al puesto de guardia en la entrada del apartamento, el policía lo reconoció de un solo vistazo y lo saludó. Han Seon-ho detuvo el auto en el estacionamiento y miró su reflejo en el espejo para verificar que no se viera tan increíblemente lamentable. Después de arreglarse el cabello y revisar su ropa, salió del auto... Y tal vez por coincidencia, encontró que el coche de Lee Myung estaba justo al lado de él.

El cielo se estaba oscureciendo. La brisa de invierno estaba penetrando fríamente en el dobladillo de su abrigo pero su cabeza estaba tan llena de pensamientos sobre Myung que no sintió ni siquiera una pequeña pizca de frío. Han Seon-ho metió las manos en ambos bolsillos y caminó hacia el apartamento. Aunque la distancia era lejana, Han Seon-ho volvió la cabeza por completo ante un extraño tipo de premonición y entonces, un suspiro increíblemente pesado salió de su boca al darse cuenta de lo que estaba sucediendo en realidad... Su hermana había dicho que estaba medio muerto y tal vez era verdad. Pero aunque su cara literalmente se volvió la de un esqueleto en estos pocos días, su infinita belleza todavía estaba allí.

Lee Myung caminaba hacia su auto cuando de repente se detuvo. Al ver el todoterreno negro, aparcado a unos centímetros de el suyo, se quedó quieto como si hubiese visto un fantasma y luego se volvió bruscamente en dirección a Han Seon-ho para poder verlo. Los dos se enfrentaron desde una distancia considerable. El rostro inexpresivo de Myung se manchó de sorpresa y pronto la línea de sus labios bien cerrados se arrugó hasta convertirse en una expresión de llanto impresionante. Parecía que se aventaría contra los brazos de Han Seon-ho en un momento pero se quedó allí. Han Seon-ho esperó pacientemente hasta que Myung caminó hacia él, paso a paso... Seon-ho finalmente pudo ver a la perfección sus mejillas temblorosas y sus labios secos. Sin embargo, en sus ojos marrones, una especie de "voluntad involuntaria" estaba brillando. Lee Myung miró sus pies por un instante y luego, en algún momento, cerró los párpados y dijo:

"Yo perdí".

Tenía curiosidad por saber que iba a decir, pero apareció algo que realmente no podía imaginar. Han Seon-ho solo parpadeó.

"Como dije la última vez, no estamos en sintonía. Solo te estoy molestando, solo soy un montón de cosas desordenadas que te decepcionarán en algún momento. Yo hice... Entiendo que esa vez te hice enojar y frustrarte . Soy tan patético y estaba tan, tan angustiado. Pensé que tenía que defenderme porque sentía que me estaba cayendo a pedazos así que traté de detenerme y dejarte..."

Myung se detuvo a la mitad, pero luego escupió rápidamente, todavía con los ojos cerrados:

"No puedo. Porque... Te extraño a morir y porque me gustas increíblemente mucho. Me he sentido tan mal en estos días que pienso que puedo renunciar a cualquier cosa por tí".

Su mano, apretada en puño, estaba temblando.

"Sé que soy egoísta, pero... Me esforzaré más así que, solo una vez, solo esta vez..."

Lee Myung parecía a punto de arrodillarse. Han Seon-ho no escuchó su petición hasta el final porque ya se había aproximado a él para envolver su mano izquierda con la suya y meterla de inmediato en el bolsillo de su abrigo.

"No digas eso. No tienes que renunciar a nada, mi amor".

Lee Myung abrió los ojos y levantó la cabeza.

"Solo no me alejes otra vez".

Una mirada de vergüenza se extendió por el rostro pálido de Myung, quien miraba la increíble sonrisa de Han Seon-ho como si no pudiera creerlo. Sus labios temblaron unas cuantas veces, pero no pudo hablar. Lo mismo sucedió con Han Seon-ho. Había muchas cosas que quería decir, pero por eso mismo había tantas cosas que tenía que seleccionar y perfeccionar que ahora no quedaba nada en su cabeza. Estaban haciendo contacto visual, y la mano fría pero palpitante de Myung seguía en su bolsillo. Han Seon-ho pensó que estaría bien actuar ahora... Metió los dedos en su bolsillo, insertando lentamente el arito que había estado cargando todo el tiempo desde que había estado en la joyería. Myung parpadeó varias veces, luego sacó su mano izquierda y lo miró: Le había puesto un anillo brillante alrededor del dedo anular que se ajustaba como nunca antes. Cuando vio que las lágrimas crecían alrededor de sus ojos, Han Seon-ho lo abrazó. Lo encerró contra su pecho y besó dondequiera que sus labios cayeran.Las primeras veces, no se detuvo hasta que Myung, avergonzado, se rió y cerró los ojos. ¿Qué debería decir sobre esta situación? ¿Qué palabras podía utilizar para expresar sus sentimientos? La mente de Han Seon-ho estaba vacía pero, por otro lado, su corazón estaba bastante lleno de alegría.

Mientras Han Seon-ho besaba constantemente sus ojos, mejillas y cuello, Myung lo alejó.

"Detente ahora. La gente nos verá".

Pero Han Seon-ho le besó la nariz, la frente y la coronilla, y luego volvió a abrazarlo por la cintura para besarle los labios. Pensó que el cielo estaba bien y que el clima estaba bien también, ahora era de un hermoso azul marino.

"¿Tienes hambre?"

"¿Qué? Ah... Sí."

"¿Qué es lo que más quieres comer?"

"Lo que sea está bien..."

Han Seon-ho endureció deliberadamente su expresión y lo miró fijamente. Los ojos de Myung se entrecerraron con preocupación y luego abrió la boca imprudentemente.

"Yo..."

"Dímelo todo ¿Qué quieres comer?"

"Ah... Panceta de cerdo y... Pues, soju ".

Han Seon-ho besó la mejilla del hombre antes de abrazarlo.

"Perfecto."


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