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Maldita Pubertad por senyu

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Tweek continuaba escribiendo es su cuaderno, su mente cada ciertos segundos comenzaba a divagar, algo que lo obligaba a sacudir la cabeza e intentar centrarse en el ejercicio que tenía que resolver; la tarde había transcurrido con aparente normalidad, nada que pudiera considerarse anormal incluso se podía catalogar como un día bastante aburrido, hasta el momento en que en su mente volvía a reproducirse el recuerdo de él abriendo la puerta y ver a Kenny a Kyle en una muestra tan abierta de afecto, si es que si le podía llamar…

 

Su mano izquierda se deslizo de la mesa a la tasa de café que tenía al lado y no dudo en darle un gran trago, pero antes de que pudiera darse cuenta se estaba bebiendo todo el contenido de una sola vez sin siquiera detenerse a respirar. A su lado Craig le veía pasarse el café por la garganta más ansioso de lo normal, había notado a Tweek distraído y torpe ese día en particular, aun más de lo que normalmente era y finalmente se resolvió en preguntar.

 

—¿Qué tienes, Tweek? Te noto más ansioso.

 

Tweek miro a Craig por unos instantes y finalmente dejo la tasa a un lado pensativo, comenzaba uno de sus miles de debates internos, decirle a Craig o no decirle; por lo general y desde hacía algún tiempo Craig había encontrado la manera de hacerle sentir mejor, que ya no hablaba con uno más que no lograba entenderle, se había adaptado a su errática manera de ser y actuar y al fin le había ayudado a encontrar su norte en el mundo, un mundo que no lograba entender y que aun lograba abrumarle pero que después de algunos años se le hacia un poco más fácil de sortear.

 

—- no es nada realmente. —- tembló ante la pregunta sintiendo como su tic comenzaba a descontrolarse ante lo improvisto del interrogatorio de su novio. — solo que cuando el señor Garrison me envió a buscar a Kenny me encontré con algo que no esperaba ver.

 

—-¿y que fue eso?

 

—-¡no se! —respondió alterado levantándose de su asiento, agarrándose las manos, nerviosos. –no es buena idea violar la privacidad de la gente

 

—¿de que estas hablan Tweek? ¿Qué fue lo que viste?

 

El rubio se quedó mirando a Craig sintiendo su cuerpo temblar violentamente, nada que no conociera o fuera extraño, pero le era más presente, podía sentir como los músculos de su espalda se contraían en tensión y su boca se sacaba y le obligaba a apretar los labios indeciso, pero su mente ahora estaba recordando las palabras de Kenny y su mirada pícara e interrogante sobre él.

 

<<¿Acaso Craig no te besa?>>

 

Esas palabras retumbaban en su cabeza, por qué si, estaba con Craig, intempestivamente estaban juntos por qué el mundo se había propuesto a tenerlos así; tomaban sus manos y se decían palabras cariñosas, aprendieron a convivir el uno con el otro y Craig le mantenía concentrado, eran Años largos de relación; La ausencia del pelinegro le llevaba a buscarle como sería evidente pero nunca desde que andaban, jamás se habían besado, no al menos como las yaoistas de la escuela retrataban en sus cuadros.

 

—Tweek.... Cariño... — escucho a Craig, quien se levantó de su silla y se acercó a él posando su mano en el hombro de Tweek, y este le vio como le sonreía comprensivo. —sabes que puedes decirme lo que quieras, amor.

 

—¿lo que sea?... Craig... ¿Absolutamente lo que sea? —cuestiono con su corazón acelerándose confundido, ese día estaba viendo a Craig como jamás le había visto, realmente le veía como se suponía que era, su novio y eso lograba ponerle más nervioso.

 

—si claro....

 

—ya tenemos quince años Craig.... Hemos sido novios desde hace siete años... Y aparte de palabras cariñosas y roses de manos jamás nunca hemos pasado de ahí... ¿Estamos en esto solo por qué el mundo nos unió o duramos tanto solo por qué sí?

 

Ante el golpe de duda Craig se sorprendió, se quedó mirando a Tweek en silencio, sin saber realmente como responder a eso, por qué tal como el rubio lo había dicho él también lo pensaba, solo estaban juntos por qué el mundo los obligó, todo gatillado por la idea fantasiosa de un grupo de niñas locas, Pero ¿qué más? Ahora que entendía el mundo un poco más... ¿Por qué seguía allí? Y pronto la voz de Tweek le hizo reaccionar.

 

—Bésame Craig... Bésame y acabemos con la duda... Y solo así podremos decidir si seguir con esto o no, ya han sido muchos años... Nadie puede juzgarnos si decidimos que esto no va con nosotros....

 

—Tweek...— el corazón de Craig también de aceleró nervioso. Aunque cierto que su hormona estaba bien puesta como la de un adolescente normal, y escuchaba las historias de sus amigos sobre chicas y sexo dónde él no aportaba por qué ninguno de ellos quería saber sobre historias de maricas, obviamente quería tener su primer beso, el tema es que no se había planteado este acto con Tweek, de hecho, no se había permitido pensar en ello y eso le hizo preguntar se ¿Era el momento de confirmar definitivamente si era o no gay? ¿Y si a él le gustaba, pero a Tweek no? ¿O al revés?... Y si a ninguno le gustaba... ¿Terminarían? Y si era así ¿qué pasaría después? A esas alturas no sabía si podía imaginar su vida sin Tweek ... ¿Pero eso era necesidad u obligación?

 

Sus ojos se quedaron fijos en Tweek, era el peor momento para tener una crisis existencial teniendo en cuenta que tenía una pequeña bolita de inseguridades mirándole impaciente; sentía sus propias manos temblar y automáticamente o más bien por reflejo su mano, la que había estado en el hombro de Tweek se había deslizado por el brazo de este terminando por tomar su mano, como siempre, y aunque era común jamás habían entrelazado sus dedos; esta vez se aventuró a hacerlo, despacio e indeciso entrelazó sus dedos con los de Tweek, así le era más claro sentir el temblor de su propio cuerpo mezclado con el temblar natural del cuerpo del rubio, y se quedó en blanco, no sabía que hacer ahora.

 

—Tiemblas…— señaló Tweek.

 

—Lo sé.... También me lleno de ansiedad....

 

—¿Tienes miedo como yo?

 

—Si... Son años dónde no quise cuestionarme lo nuestro, lo que soy o lo que somos y como nos afectaría después.... – explico Craig en un hilo de voz, con su mirada fija en como su mano estaba sujeta a la de Tweek, intentando mantenerse lógico y no hacerse más preguntas de la cuenta que pudieran sacar todo de contexto o incluso de su propio control.

 

—si no quieres hacerlo... Lo entenderé... –hablo de pronto Tweek ante el silencio que se había hecho entre ellos por apenas pocos segundos que se sentían pesados y aplastantes, o al menos para Tweek.

 

—no, no lo entenderás, yo tampoco.... Por qué la duda seguirá hay y todo lo que hemos construido estos años se va a fracturar...

 

—¿realmente construimos algo Craig? ¿O solo creemos que es así?... Quizás solo seguimos siendo un par de desconocidos jugando a algo que jamás entendimos....

 

—¡no Tweek! — le gruño soltando su mano sintiendo como su estómago se sentía vacío, pero a la vez pesado generándole molestia. —¡nadie te conoce mejor que yo!

 

—Lo sé... Me conoces mejor que yo mismo... ¿Pero es amor o solo somos buenos amigos?

 

—¿por qué ahora parece que la respuesta importa tanto? —murmuro dejando que su cabeza comenzara a jugarle una mala pasada y dejarse llevar por la ansiedad; sentía una mezcla de muchas cosas, desde frustración pasando por el remordimiento incluso por el miedo. Tweek lo estaba viendo de primera mano, el cómo Craig comenzaba descompensarse y no sabía que decirle para hacerle sentir mejor y pudo observar que sentía Craig cada vez que él entraba en una de sus crisis maníacas; pero aun a pesar de lo gris del panorama y de lo urgente que parecía su actuar en toda esa situación, Tweek se quedó clavado sin saber que hacer.

 

Craig se alejó del rubio y se sentó nuevamente en la silla intentando poner sus pensamientos en orden, y pronto en su mente se estrelló algo que nunca había pasado por su cabeza, ¿Tweek quería terminar con él? ¿Acaso había alguien más? Y eso le obligó de golpe a clavar sus ojos negros sobre Tweek logrando sobresaltar al rubio quien sin pensar dio un par de pasos hacia atrás.

 

—¿Quién es? —cuestionó de golpe y la pregunta confundió a Tweek

 

—¿Quien?

 

—¡él! Te gusta otro ¿verdad?

 

—¿Que? ¡Espera Craig!, ¿¡de que hablas!?

 

—¡Entonces habla! ¿que viste? ¿por qué comenzaste a cuestionarte lo nuestro? ¿Quieres dejarme?

 

—Craig... ¡Espera!... ¿Qué tiene que ver eso, con lo nuestro, con la existencia de otro que no sé de dónde lo sacaste? — cuestionó Tweek más confundido ahora. Pero se obligó a retroceder cuando Craig se acercó rápidamente hacia él, sujetándole de la muñeca y jalándolo para que no pudiera escapar; podía leer la furia en sus ojos confirmada por la fuerza de su agarre, como su muñeca dolía y solo pudo usar su mano libre para intentar poner algo de distancia entre Craig y él, solo para quedarse mirando fijamente.

 

—¿Quién es? —cuestiono Craig entre dientes conteniendo su irá.

 

—nadie Craig... No hay nadie...

 

—¡no me mientas! — grito Craig y de pronto la puerta del cuarto de Tweek se abrió dejando entrar a la madre del rubio, quien ahora los miro interrogante.

 

—Craig... ¿Pasa algo? — cuestionó la mujer confundida. Había pasado furtivamente por el corredor mientras limpiaba la casa y el grito había llegado a ella logrando asustarla, el "no me mientas" fue tan claro que la llevo a girar el picaporte sin pensar, en todos esos años jamás nunca había oído a Craig gritar, solía ser un chico paciente y a pesar de un temperamento imponente había resultado una influencia positiva para Tweek, hasta ese instante en que les veía a ambos, tensos, algo acalorados; no necesitaba pistas para entender lo que pasaba, había interrumpido una pelea de pareja, y eso le pareció más extraño,  nunca los había sentido pelear, pero eso no debía ser anormal ¿No? Lo que debía evitar era que escalara, eran adolescentes, podían perder el control rápidamente sobre todo teniendo en cuenta que eran dos varones, no solían controlarse, aún menos a esa edad tan volátil.

 

A pesar de la intromisión de la madre de Tweek, Craig no soltó su agarre, de hecho, ahora apretaba más fuerte; Tweek luchaba por no quejarse e inmiscuir a su madre, de hecho, no quería siquiera seguir con la discusión y sentía que quería gritar, como una olla a presión a punto de estallar, pero apenas logro hablar para tranquilizar a la mujer.

 

—no es nada... Estamos bien....

 

—Tweek... ¿Estás seguro? — cuestionó ella sin quitarles la mirada de encima; era evidente que no les creía.

 

—puedo manejarlo... No te preocupes... Solo es un mal entendido...—logro decir entre su tartamudez, una que empeoraba antes sus peligrosos niveles de ansiedad a punto de desbordarse.

 

—Tweek...

 

—puedes traerme más café y limonada para Craig, ¿sí? Bien fría ... Le hace falta

 

Ante la petición la mujer se movió insegura. Sabía que no debía dejarles solos, no podía predecir como escalaria la pelea, pero también era cierto que solo Tweek debía solucionarlo; así que finalmente se dio media vuelta y salió de la habitación a cumplir la petición de su hijo, pero no cerró la puerta, por el contrario, la abrió de par en par, solo para acudir si escuchaba algo que la obligará a correr a la habitación y detenerlos si todo empeoraba. Y cuando los pasos de la madre se perdieron en las escaleras, Tweek se sintió seguro para jalar su brazo bruscamente, liberándose del agarre de Craig

 

—¡Maldición, Craig! —gruño entre dientes para no gritar. —¿¡qué coño pasa contigo!? ¿¡Me quieres partir la jodida muñeca!?

 

—no, escúchame con atención, no me desvíes el maldito tema, ¿quién es? — volvió a cuestionarle Craig, apretando los puños para no acercarse a Tweek, quería mantener la distancia por qué la madre de este no tardaría en aparecer por esa puerta y también para no hacer algo de lo que se arrepintiera el resto de su vida; pero quería respuestas antes de que la mujer regresara o perdiera los estribos.

 

—Ya te dije que no hay nadie, ¡maldición! —gruño Tweek, con su voz entrecortada intentando controlar un aveniente ataque de ansiedad; temblaba violentamente y apenas podía controlarse, —por un segundo el momento ha sido lo más romántico que hemos compartido y de pronto te atacan unos celos incomprensibles y no lo entiendo.

 

—¿entonces de dónde sacaste toda esa mierda Tweek?

 

—de Kenny. —respondió al fin Tweek molesto.  Pero antes de poder continuar vio a Craig avanzar como un rayo hasta el escritorio tomando su abrigo y su gorra, a una velocidad tal que casi parecía que lo perseguían; no se detuvo a recoger sus libros solo salió por la puerta como si hubiera visto al mismísimo diablo, y eso no le había permitido a Tweek explicar lo demás, Solo logro gritar. —Craig ¡Espera!

 

Y sin poder hacer más, el rubio siguió a su novio escaleras abajo, notando apenas a su madre asomar por el comedor; pero eso no importaba, detener a Craig era primero pero no lograba alcanzarlo, solo le vio abrir la puerta de un tirón y atravesarla.

 

—¡Maldita sea, quieres detenerte un segundo!

 

Y tenía toda la intensión de seguirle hasta que lograra hacerle entrar en razón y le escuchará, pero cuando Tweek quiso cruzar la puerta, en ese momento algo lo sujeto por el hombro y le impidió seguir su camino; se volvió a mirar a su espalda y ahí estaba su madre, deteniendo su andar y solo podía estudiar su expresión sería y como negaba con la cabeza como si hubiera hecho algo muy malo.

 

—No lo entiendes...—salió de sus labios en un exabrupto de sorpresa e incomprensión, como si esa fuera la única explicación que necesitara darle a la mujer para dejarle seguir su camino, y evitar que pudiera juzgarlo cuando ella no sabía que pasaba.

 

—deja que se tranquilice, si lo sigues y continúas intentando explicar él no te va a escuchar y se sentirá abrumado, es un chico listo, se tranquilizara pronto y podrán hablar.

 

—Craig no es como papá.

 

—no, no lo es, pero es hombre y todos actúan igual.

 

***

 

Kyle y Stan continuaban mirándose el uno al otro en completo silencio mientras los segundos pasaban lentamente; ya hacia un rato Stan había entrado a su casa y no se habían dicho gran cosa, algún comentario eventual insignificante que había muerto rápidamente. La tensión era palpable entre ambos y comenzaba a hacerse incómodo.

 

—Stan… ¿a qué has venido…?

 

Kyle se había cansado de esperar a que Stan le confesara la razón por la que había ido a su casa, y por ello finalmente había tomado la situación en sus manos y prefirió encarar al que en algún momento había considerado su mejor amigo, y que justo en ese momento ya no sabía siquiera si se conocían o lo que pasaba entre ellos, si es que pasaba algo, y si eso importaba, como todo lo demás en su vida en ese mismo instante.

 

Stan por su parte aun tras la pregunta no se despabilo, de hecho, ni siquiera le sorprendió la pregunta de Kyle, la esperaba, llegaría eventualmente tras su propia indecisión de no saber cómo abordar la situación; pero ya que el pelirrojo había abierto la puerta abruptamente, era mejor simplemente soltarlo y ya.

 

—tuve las clases para meditar lo que dijiste… donde todo lo que pasaba siempre se trataba de mí y que ya no eres mi amigo.

 

—¿y? ¿qué pasa con eso Stan?

 

—No lo acepto Kyle.

 

—Esto no se trata de si lo aceptas o no, Stan, es lo que hay y ya no sé por qué darle tantas vueltas.

 

Esas palabras le arrancaron una sonrisa a Stan, pero no era de diversión, la situación estaba lejos de ser graciosa, había sido más una reacción inconsciente a la estupidez que estaba escuchando y prefería eso a gritarle cualquier cosa.

 

—que fácil tiras una amistad de años a la mierda Kyle, quizás yo sea el egoísta, pero tú tampoco lo haces nada mal.

 

—Di lo que quieras, ahora mismo puede llover mierda y no me interesa. Quiero mantenerme lejos de todo lo que me robe calma y tú eres una de esas cosas, una de esas grandes cosas que me estresa, siempre teniendo que estar preocupado por ti y solo recibir miserias.

 

—Vaya manera de definirlo, es como si para ti yo jamás me tuviera que preocupar por ti.

 

—¿Cuándo Stan? Rara vez te doy de que preocuparte.

 

— Como en este momento, por ejemplo, estoy preocupado por ti, no quiero dejarte, quiero que sigamos siendo los dos como antes, como siempre. — Gruño el pelinegro comenzando a caminar por la habitación como si fuera un animal enjaulado, necesitaba pensar mejor las siguientes palabras que diría, solo eso podía garantizarle tener aun a su mejor amigo a su lado. —Siempre hemos enfrentado cuanta loca situación juntos y ¿tú me sales con esa mierda Kyle?

 

—No quiero darle mayor atención a eso Stan, no quiero pensar en ello, tampoco quiero gastar energía en empujarte o forzarte a hablar conmigo, eso hazlo con Wendy o con la puta de turno, no soy ni tu novia ni tu esposa para estar detrás de tu puto culo.

 

Y al fin tras esas palabras, una pausa necesaria había llegado; solo para darse cuenta que ambos estaban enfrentándose cara a cara en medio de la habitación, mirándose directamente a los ojos como prueba inequívoca de que ese encuentro había escalado de discusión a una pelea, una que no parecía que fuera a acabar pronto. La sangre de ambos hervía y Stan aun tenía mucho que recriminarle a Kyle, pensando que, si liberaba el pecho y ganaba esa contienda, solo así conseguiría volver a encausar su amistad con el que en algún momento había sido un lógico pelirrojo y no solo un adolescente estúpido, y sabía que hay estaba su momento para sacar el tema por el cual realmente había acudido a esa casa y aún más molesto lo tenía.

 

—¿y eso le dijiste a Kenny cuando le estabas comiendo la boca? — cuestiono el pelinegro conteniendo la ira que sentía y pudo ver de primera mano como esa sola pregunta había descolocado a Kyle. La sorpresa ahora era la única presente en su rostro, su expresión era casi una melodía y tardo unos segundos en volverse a centrar.

 

—Eres un estúpido, eso fue algo completamente diferente, fue algo que simplemente paso y no entiendo del todo; y no eres nadie para reprochármelo u opinar y menos decirlo así… ¿Cómo que comiéndole la boca? ¿Que estas jodido de la cabeza?

 

—¿Yo jodido de la cabeza? Kenny fue el que lo dijo y la verdad solo me preocupa que estés fuera de control.

 

—¿Fuera de control? ¿de qué carajos hablas? fue un beso nada más.

 

—Hubiera sido bueno que me dijeras que eres gay desde el principio, ¿hace cuánto Kyle?

 

—No lo soy, y no lo sé. no he querido tampoco pensar en ello, es salgo que paso hace escasas horas y no entiendo del todo, pero tampoco permitiré que me critiques por eso, ¿Qué pasa contigo? ¿Quién te crees que eres?

 

—¡tu amigo! — le grito Stan y simplemente camino unos pasos revolviéndose el cabello fastidiado alejándose al fin del pelirrojo poniendo un gran espacio entre ellos. —es verdad, tienes razón, si eres gay o no, no es mi problema, independientemente que seamos amigos o no, solo me restaría aceptarlo y ya… ¿pero tu prospecto de algo bueno es Kenny? Es solo la muestra de una espiral caótica a la autodestrucción.

 

—Has meditado un segundo lo que me estás diciendo? — cuestiono Kyle mirándole con molestia. —Solo fue un jodido beso, eso no determina ni prueba nada, ni que soy gay, ni que ando con Kenny… de hecho, ni siquiera se eso como me hace sentir…

 

—Pues piénsalo ahora, quiero saberlo. — le increpo Stan volviendo a acortar esos metros que había puesto entre ellos, sujetando al pelirrojo de los hombros para mirarle fijamente a los ojos, —¿cómo te hace sentir?

 

—que pregunta tan marica. — farfullo Kyle enojado moviéndose bruscamente logrando así que Stan le soltara. —Que parte de “no se” ¿no entendiste? Idiota.

 

—mira no vamos a ningún lado.

 

—Desde esta mañana se hizo evidente que no vamos a ningún lado, ¿porque estas tan tenso con ello? ¿Por qué de pronto te importa tanto lo que paso? — le interrogo subiendo a cada palabra la voz. — eso es algo que nos compete a Kenny y a mí, y no entra o no tiene por qué entrar en tus preocupaciones.

 

—porque son mis amigos y me preocupo por ustedes. — respondió al fin Stan en un hilo de voz, sorprendido de pronto de notar la furia en los ojos verdes de Kyle, sintiéndose completamente desarmado, que ya no tenía más argumentos para continuar con esa discusión.

 

— Bien por ti. —respondió Kyle altanero, enderezándose, se sentía cansado y solo pensaba en esa necesidad que tenia de estar solo y no dudo en hacérselo notar a Stan. — si terminaste, vete de mi casa.

 

—¿Así nada más? —le gruño con molestia Stan notando esa necesidad que tenía por partirle la cara a Kyle si con eso ayudaba a que se organizaran sus ideas.

 

—no quiero verte, quiero que me dejen en paz.

 

—tu horrible actitud empeoro con tu cambio de imagen, no es que yo sea egoísta, es que tú te has vuelto un cretino, una actitud muy acorde a tu nueva imagen.

 

—no me importa…—murmuro por lo bajo sin saber si sentía ira o tristeza por esas palabras, solo bajo la cabeza y suspiro, comenzaba a sentirse enfermo. —si fueras mi amigo, al menos me apoyarías, y me sostendrías si me sintiera mal… unas palabras de aliento, unas palmaditas en la espalda y simplemente decirme que todo estará bien… pero no… estas aquí gritándome por algo que ni siquiera tu entiendes. No sabes por qué estas enojado, si es por el beso, o por Kenny o por que por fin te diste cuenta que ya no quiero seguir siendo solo una sombra más para ti y que ya no estaré para aguantar tus mierdas… de una u otra manera solo tu percepción importa, solo lo que tu creas importa, y la verdad ni la realidad importan…. Y yo solo quiero que te vayas, duele, pero siento que eso es lo que necesito, lo que necesitamos; no me siento bien ahora y solo me quiero recostar.

 

—No Kyle… no es mi problema de entendimiento, es que tú tienes una actitud de mierda de “todos están en mi contra” y no ves lo mucho que me preocupo por ti. pero bien, me iré… pero no voy a dejarte solo en esto te daré tiempo a meditar la mierda que te molesta tanto…— el pelinegro se quedó observando a Kyle por unos miseros segundos más y solo se despidió. —sabes donde buscarme.

 

Y sin agregar una sola palabra más Stan cruzo la puerta y se fue, y no lograba imaginar la calma que solo ese acto le había dado a Kyle; aun cuando la mente del pelirrojo era un desastre, aun cuando lo que Stan decía él sabía que era verdad. Desde hacía algún tiempo había perdido el color en su vida, todo era gris y horrible, nada le hacía feliz… y cada día que pasaba solo se sentía más enojado, pero solo una cosa le había sacado de su agujero un segundo por más extraño que pareciera, había sido Kenny y ese beso. Y eso le asustaba más de lo que nadie podía imaginar y se sentía aterrorizado porque no sabía cómo abordar ese problema.

 

***Continuara***


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