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Maldita Pubertad por senyu

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—¿Pero qué mierdas?... ¿Kyle? — la voz de Stan y de Kenny salió como un exabrupto.

Por qué si, todos habían cambiado, pero el que había sido un pequeño judío pelirrojo, sin gracia y moralmente correcto ahora era no solo un adolescente delgado y curvilíneo, obviamente había dejado de ser un niño; otro que había abandonado su suéter naranja y guantes verdes por un suéter rojo y unos jeans negros entallados que terminaban en unos converses rojos. su sombrerito con el que escondía su cabello afro rojo ahora no existía y el afro mucho menos, tenía un cabello rojo, liso y un poco largo y que le caía juguetonamente sobre el rostro.

—Yo si me lo tiro—murmuro Kenny a Stan en un susurro bajo que hizo al pelinegro mirarle interrogante; Stan no sabía cómo reaccionar ante el comentario y finalmente prefirió ignorarlo apenas pudiendo murmurar un regaño.

—Cállate Kenny.

—¿Que? Niega que no pensaste lo mismo. —se defendió el rubio metiendo las manos en los bolsillos de su chaqueta.

—Eso era justo lo que venía a decirles. —intervino ahora Cartman llamando la atención de sus compañeros. —ahora tenemos un judío gay entre nosotros.

—Cállate Cartman. —al fin la voz de Kyle había salido molesta como siempre, lo único familiar para Stan era su voz, de resto sabía que si alguien no le aseguraban que era Kyle no lo reconocería por sus propios méritos.

—Ya no me decido quien es más gay aquí, si tú o Kenny. — continúo vociferando Cartman ignorando las protestas de Kyle, Mientras el pelirrojo y el rubio le miraban con molestia.

—Ya te dije que te calles culo gordo. — volvió a gruñirle Kyle, y le entendía, después de tantos años no sabía cómo aún podían seguir soportando a Cartman, pero hay estaban.

—Ignóralo Kyle, su cerebro nada en manteca. —sugirió Kenny entre dientes. —Por qué no más bien nos dices ¿dónde estaba guardado todo eso? —cuestiono el rubio evidentemente interesado no viendo necesario señalarle, con la mirada que le había enviado había sido más que suficiente.

—solo es un cambio de imagen, eso es todo. —se defendió el judío algo avergonzado, intentando ocultar sus mejillas levemente ruborizadas; sentía que su rostro comenzaba a ponerse caliente, pero prefirió ignorarlo si eso le garantizaba que su vergüenza pasaría desapercibida. —Era cuestión de tiempo.

—Si... Era tiempo, muy a tiempo la verdad. — Kenny estaba mostrando mucho más interés de lo que era normal y obviamente una tensión comenzó a hacerse presente, una tensión que Stan y Cartman notaron pero que el castaño fue el que se dignó a señalar.

—vamos chicos, ¿les pago un motel?

Kyle rodó los ojos en exasperación y simplemente prefirió ignorar a Cartman e incluso a Kenny, quienes nuevamente se habían enfrascado en una de sus tantas peleas estúpidas. Ahora los ojos verdes de Kyle se habían concentrado en Stan, quien solo parecía escuchar desinteresado, no había dicho absolutamente nada, siempre prefiriendo quedarse atrás y solo ser un oyente más; y sin esperar a que los otros dos reaccionarán, Kyle se acercó al pelinegro haciendo una seña con su cabeza para alejarse de los otros dos y concentrarse en otros temas.

Y así fue, despabilándose, Stan siguió al judío casi en una reacción automática, y cuando menos pensó se habían alejado de Cartman y de Kenny y ahora caminaban por el corredor al casillero de Kyle.

—¿No vas a decir nada? —le increpo por fin el pelirrojo sin dejar de caminar.

—Te ves bien... No vi la necesidad de decirlo, Kenny se encargó de ello.

—No hablo de eso, Stan. — Gruño Kyle en su típico tono de voz de regaño. —¿O es que olvidaste lo que paso antes de las vacaciones?... Ni siquiera fuiste capaz de llamarme.

—Estuve ocupado en la granja. — Se defendió deteniéndose en el casillero del pelirrojo, viéndole abrir este y meter sus cosas.

—¿Ah sí?... ¿Trabajando o fumando? —el reproche llegó y el pelinegro gruño, sabía que ya iba a fastidiarlo.

—No comiences...— Murmuró Stan en una mezcla de exasperación e incomodidad.

—No, Stan no me ignores como vienes haciendo el último año, siento que ya no te conozco.

—¿De qué carajos estás hablando?... Todos hemos cambiado, aunque yo siento que sigo siendo el mismo.

—No, tienes razón, todos cambiamos, pero tú más rápido que todos los demás, estoy preocupado por ti... Eres mi mejor amigo.

—¡Oh por favor! — murmuró restregándose el rostro incómodo. —No comiences con tus jodidos discursos de moralidad Kyle, enserio que ya te he dicho que no los soporto.

El casillero se cerró de un portazo y los ojos verdes de Kyle le estaban mirando fijamente de manera crítica; su mirada de sabelotodo tampoco había cambiado, era otra cáscara, pero el mismo contenido. Stan se vio obligado a desviar la mirada, jamás nunca era capaz de soportarle la mirada.

—Mírame Stan

—¿Para qué?

—por qué te estoy hablando maldita sea. ¡Siempre que haces eso es porque sabes que tengo razón!

—¿Y no te cansas de tenerla? — gruño Stan apoyando su espalda en los casilleros cruzándose de brazos. —Ese es el tema Kyle, la gente se cansa de los sabelotodo.

El silencio cayó como un pesado bloque de hormigón; Kyle se había quedado mirando a Stan, mientras el pelinegro continúo apoyado contra los casilleros cruzado de brazos y mirando a un lado preparado para aguantar cualquier nueva réplica del judío, por qué así era Kyle, creyendo que podía darle clases de moralidad al mundo entero, cambiarlo a como a él le gustaría que fuera esa triste y mísera pelota azul llena de mierda; pero cuando no escucho nada y sabía que había pasado un tiempo prudente después de la última replica, Stan se volvió a mirar a su amigo dándose cuenta que este ya no estaba a su lado y rápidamente le localizo muy lejos de él doblando en una esquina, le habían dejado hay prácticamente hablando solo. Su espalda automáticamente se despegó del metal y aceleró el paso alcanzando al pelirrojo y cuando estuvo cerca le hablo.

—Que maduro Kyle. — Le regaño Stan caminando a escasos metros detrás del pelirrojo.

—Pensé que no soportabas a los sabelotodo, Stanley. — Se defendió Kyle sin dejar de caminar. —Pero sabes, tienes razón... —se detuvo de pronto y se volvió a encararlo. —Parte del cambio que me propuse no fue solo físico, ni ropa bonita o mil tratamientos capilares para cambiar mi cabello u otros elementos que no me gustaban de mí mismo, también decidí que debía alejarme de esas cosas que me desgastaban, que no me aportaban nada y lo pensé Stan cuando me di cuenta que ya no podía salvarte...y tampoco podía entender todas esas locas fases por las que pasaste y que a hoy sigo sin entender; no puedo quedarme toda la vida esperando a qué me quieras decir que pasa, que te molesta o que necesitas, ahora la pregunta que solo abarca mi mente en este momento y los últimos dos meses que estuve en San Diego es… ¿Somos mejores amigos?— se le quedó mirando un segundo en silencio, y finalmente suspiro apesadumbrado mirando el suelo un segundo antes de volverle a encarar.— yo creo que no… y duele, duele saber que solo somos uno más... Y pudiste evitarlo, pero de pronto todo siempre se trataba solo de ti, y no… ahora haré que se trate de mi... si no tienes que aportarme Stan, entonces te voy a pedir que no me quites.

—Espera… ¿qué?...— Apenas pudo murmurar impactado con todo ese discurso, con sus ojos clavados en Kyle, abiertos por el impacto y su boca semiabierta por la impresión, se había quedado frío y sin entender muchas cosas que Kyle le estaba diciendo.

—¡Oigan! ¿por qué no escogen otro lugar para terminar señoritas?, están dando un espectáculo que nadie quiere ver. — La aguardientosa voz de Craig se escuchó al fondo de su conversación y les obligo a volverse a encarar al chico, uno que también había dado su estirón y quién presumía tener la relación gay más estable de la escuela.

Craig estaba cruzado de brazos mirándolos con prepotencia, típico en él, y antes de que esté pudiera decir otra de sus apreciaciones ingeniosas o Stan pudiera mandarlo al diablo, el dedo medio de Kyle había terminado a unos centímetros de la cara de Craig, y se sostuvo allí unos momentos antes de pronunciar muy lentamente su siguiente insulto.

—Vete a mamar verga, Craig. Y métete este por el culo jodido imbécil.                     

Y tras ello, Kyle retomo su camino; todo el corredor que presenció el acontecimiento se quedó en profundo silencio completamente paralizados.

—¿Que carajos fue eso? —murmuro Craig atónito.

—Kyle está harto del mundo, se levantó con arena en la vagina... parece que viene con el cambio de imagen.... —respondió Stan sintiendo como si su cuerpo estuviera clavado en su puesto como si tuviera zapatos de concreto puro; sabía que debía seguirle e intentar hablar, pero una parte de sí mismo le decía que no era muy buena idea, de igual modo su atención se concentró en Craig, el cual le miro en una combinación aún de anonadación y confusión.

—¿Que le hiciste Marsh? ¿No se la chupaste bien?

—Vete al diablo Craig.

El timbre sonó en ese mismo instante y finalmente la situación paso a segundo plano. Los pies de todos se movieron en automático directo al salón de clases, y con ellos la mente de Stan se alejó por un segundo de la confrontación con Kyle; Intento mantener su mente en blanco, tomar asiento en su puesto y solo intentar pasar el día antes de que llegara nuevamente una situación donde él y Kyle tuvieran que volver a tocar el tema; solo se quedó esperando como siempre que el judío se sentará a su lado y fingieran que nada había pasado, pero tras unos minutos el profesor se hizo presente pero el pelirrojo no llego, por el contrario la puerta se cerró y con ello cualquier esperanza de que Kyle llegará.

—Oye Ken... Kenny. — Llamo entonces el pelinegro al rubio quien le miro con desinterés. —¿Dónde está Kyle?

Ante la pregunta el rubio se enderezó inclinándose más para alejar su respuesta del afinado y chismoso oído de Cartman.

—Viejo, pensé que estaba contigo.

—¿Le vez conmigo? — cuestionó Stan fastidiado.

—Si la cagaste, no tienes que enojarte conmigo.

—No me enojo, solo te hice una jodida pregunta.

—Y yo te estoy dando una jodida respuesta, pero te ayudaré. —Respondió Kenny con una sonrisa zorruna en sus labios mientras su mano se levantó llamando la atención del profesor, uno al que no había prestado atención y que le hizo gruñir al verle. — señor Garrison... ¿Pero qué carajos hace aquí?

—¡¿Oh, Kenny eres tú?! — Cuestiono el hombre sorprendido. —Sin tu abrigo naranja no te reconocí.

—¿Que hace aquí? Pensé que se quedaría atrás, en primaria, ya sabe... Tras su cambio de sexo para volver a ser hombre ... otra vez…—murmuro Kenny incómodo; él y el señor Garrison al parecer del rubio, no se llevaban bien o al menos la actitud del hombre hacia él le hacía sentir un rechazo que con los años se volvió mutuo.

—Precisamente por ello, a la escuela le pareció prudente que siguiera con ustedes, habiendo cruzado mis cambios de sexo conmigo, son maduros con el tema. — Explico el señor Garrison, aclarándose la garganta para prepararse a iniciar la clase, pero un comentario, un pequeño susurro le obligo a detenerse.

—Solo entendemos que es un jodido amorfo indeciso. — gruño por lo bajo Cartman deslizándose en su puesto molesto de ver también al hombre, si así podía definirle.

—Te escuche Eric, ahora cierra el hocico y comencemos las clases.

—Antes de comenzar ¿puedo ir al baño? — cuestiono Kenny levantándose.

—Lárgate Kenny, a ver si me dejas dar clases.

<<Claro... Clases ... ¡Jodido anormal!>> pensó Kenny, pero no dijo nada más, solo paso frente al puesto de Stan directo a la puerta, no sin antes poner su mano con disimulo sobre la mesa del pelinegro, moviendo sus dedos como una señal de esperar algo; para Stan el mensaje era claro, por lo que solo coloco en la mano del rubio una bolsa pequeña, viendo al rubio cerrar la mano y seguir su camino hasta perderse por la puerta, aunque la duda le asalto de pronto, como si se diera cuenta de algo importante.

—No se en que me ayudara esto…—murmuró Stan, apoyándose en su mano aburrido mirando al señor Garrison comenzar a escribir cosas en el tablero, cosas que realmente no le importaban, hasta que su atención se posó en el papel de Craig pasó hasta su puesto y cayó sobre su mesa, una nota que no tardó en leer.

”¿Eres consciente que Kenny se va a coger a Kyle?”

La nota era clara y directa, pero Stan tuvo que leerla varias veces porque simplemente no lograba entenderla, ¿Kyle y Kenny?... Bueno Kenny era muchas cosas, podía hacer muchas otras y ser casi un temerario, pero esa situación en concreto de Kenny tirándose a Kyle se le hacía imposible, impensable, casi Tan imposible como que la nieve en South Park se derritiera y apareciera una playa secreta. Se volvió a ver a Craig sin guardarse su confusión y solo vio a este sonreírse altivo.

—¿De qué hablas? —susurro en una mezcla de confusión y molestia.

—No te hagas, Marsh, ¿tu confías en Kenny? ¿Kenny?, Sería el último en el que yo confiaría y más con su historial.

—Cállate Craig.

—Yo solo digo que, si yo estuviera en tu lugar, y habláramos de Tweek... Yo ya hubiera salido por esa puerta, porque te guste o no... Kyle se puso interesante... Hasta yo me lo tiró, si no te importa claro...

—Has lo que quieras... A mí me vale. —respondió Stan con molestia, ignorando a Craig sin percatarse que Cartman estaba más concentrado en su discusión que en la clase; todo ese cuchicheo hizo sonreír al castaño porque ya había comenzado a fraguar uno de sus planes, porque ¿que era la vida sin un toque de problemas? Además, Kyle le debía unas cuantas, unas que aún no tenía ganas de dejar en el olvido.

Y mientras las clases transcurrían y los corredores permanecían vacíos, Kenny llegó hasta la puerta trasera del edificio abriéndola y saliendo por ella, viendo las escaleras e identificando a la persona que está a sentada en sus peldaños, y justo encontrárselo le hizo sonreír. El rubio cerró la puerta tras él y no dudo en sentarse a su lado haciéndose notar.

Kyle se volvió a mirar a su lado al notar una presencia y vio a Kenny sentarse junto a él.  Se quitó los audífonos mirándolo desinteresado, le vio sacar la bolsa del bolsillo y con habilidad como había terminado en segundos de armar un cigarrillo, un jodido cigarrillo de mariguana y eso realmente le molesto, aunque sus ojos verdes se quedaron clavados en cómo la lengua del rubio se pasó por el cuero del cigarrillo para sellarlo, haciéndosele un gesto curioso, casi hipnótico. Y no se sabía explicar por qué, pero se despabilo cuando finalmente el cigarrillo de mariguana termino frente a su cara, el como el rubio se lo tendía amistoso.

—¿Quieres iniciar? — le incito el Rubio sonriéndole pícaro.

—No, gracias Kenny, no voy con esas mierdas y tú tampoco deberías.

—Tú te lo pierdes... —sonrió Kenny encogiéndose de hombros, procediendo a prender el cigarrillo de marihuana. — ¿por qué no entraste a clases?

—No sé, no tenía ganas.

—Pensé que era por Stan. — apunto dándole una calada al cigarrillo, sosteniendo el humo por unos segundos antes de soltarlo lentamente.

—mi vida no gira alrededor de Stan. — se defendió Kyle, volviendo su mirada al frente, clavándola en cualquier elemento que tuviera a la vista para minimizar el impacto de las afirmaciones de Kenny.

—discrepo... Pero es tu culo, es tu problema por quién lo pierdes.

—¿a que viniste Kenny? ¿y que significa eso? ¿crees que pierdo el culo por Stan? ¿estás loco?

—tranquilo, no viene a juzgarte, solo a hablar, fumar y no estar en clase. Otro año con el jodido de Garrison me hace plantearme el abandonar la escuela.

—¿enserio? ¿Le darás el gusto a todos de decir que evidentemente no podías con esto?

—Kyle.... —gruño el rubio como advertencia, pero eso pasó desapercibido, el pelirrojo ya se había sumido de cabezas en su discurso motivacional del por qué era importante que terminara la escuela y por qué debía ser mejor persona. Los labios de Kyle se movían a cada palabra y le miraba cada cierto tiempo para hacerle una pregunta eventual que el rubio respondía con apenas un sonido de su garganta, solo fingiendo atención mientras atacaba la hierba con parsimonia. Así los minutos pasaban y pasaban y tras una última bocanada se decidió a actuar.

Kyle se volvió a mirarle nuevamente vigilando así que Kenny le estaba escuchando, y cuando estaba por retomar cualquier pregunta filosófica de las suyas, sintió como Kenny le sujeto por la muñeca con firmeza, logrando así que se callará y se le quedará mirando.

—¿qué…? — cuestiono automáticamente el pelirrojo, pero no pudo ser más concreto, su boca había sido acallada y ocupada por los labios del rubio sobre los suyos, no solo dejándole sin palabras sino sin aliento, paralizado; solo podía sentir la lengua del rubio acariciando sus labios buscando acceso a su boca, y Kyle no sabía qué hacer, sentía su cuerpo temblar, aunque estaba paralizado por la confusión del momento y como Kenny seguía con su sujeción a su muñeca como única medida para evitar que se alejara. y tras unos segundos Kenny retrocedió un poco para mirarle y sonreírle con picardía.

—Oye, relájate... No aprietes tanto los labios...

—Es que yo....

—Shhhh... — le chucheo en un tono bajo acercándose nuevamente para volver a besarle. — Déjate llevar, no lo pienses tanto...

—Kenny… no entiendes yo no voy a ese lado.

—No lo sabes si no lo intentas...— rio el rubio con diversión, dándole una calada a la mariguana, solo para darle un respiro al pelirrojo el cual seguía paralizado y perplejo ante lo que había acabado de suceder; Kenny alejo el cigarrillo de hierba de sus labios, pero no exhaló el humo, solo se volvió a mirarle, inclinándose y besándolo de inmediato, ignorando cualquier queja que Kyle hubiera intentado pronunciar; y poco a poco fue exhalando el humo en la boca del pelirrojo.

Solo unos segundos pasaron y el rubio se sonrío por unos segundos triunfante; había conseguido su cometido, la boca de Kyle se había abierto y la lengua de Kenny pronto estaba jugando con la lengua del pelirrojo, lento pero firme, solo ganando terreno. Poco a poco Kyle sin querer se había dejado llevar, porque si, no era su primer beso, pero ninguno antes de ese había Sido tan enserio mucho menos Tan intenso. Su boca tenia sabor a hierba pero más allá de incomodarle le hacía sentirse más desinhibido y suelto; pensó en las consecuencias de lo que estaba haciendo, pero todo fue relegado al rincón de las cosas que en ese segundo no importaban, ahora mismo solo le importaba seguirle el ritmo a Kenny y a su inquieta lengua, sobre todo cuando el rubio le había acorralado contra el barandal de las escaleras sujetándole por la nuca para profundizar tirando luego de su labio inferior con los dientes alejándose luego solo un poco.

—¿mejor? — Cuestiono con sus ojos azules fijos en los ojos verdes de Kyle, alejándose solo unos pocos centímetros, Kyle podía sentir el aliento de Kenny golpear suavemente sus labios, solo para ser atacados en cortos besos para que no se desconcentrara.

—¿define mejor...? —cuestiono Kyle en un murmullo bajo que casi podía pasar por un pequeño gemido

—¿estas tranquilo? ¿Relajado?

—¿por qué preguntas? —cuestiono nuevamente el pelirrojo en un hilo de voz, aunque sus cuestionamientos eran más una reacción automática, ya que por su mente no podía cruzar otra cosa que no fuera la espera por el siguiente movimiento de Kenny.

—porque yo estoy muy cómodo ahora... Y me está costando parar...—respondió el rubio volviendo a los cortos besos, intercalados entre sus palabras, enterrando sus dedos entre el cabello del pelirrojo mientras su mano libre se había sujetado a la espalda de Kyle obligándole a acomodarse contra la baranda de las escaleras permitiéndole a Kenny encajarse entre las piernas del judío y así permitirle pasar a la siguiente base, abandonando los labios del pelirrojo dibujando un camino de besos hasta su cuello deslizando su lengua por este, sintiendo como el cuerpo de Kyle inmóvil temblaba ante su gesto.

—necesitas tranquilizarte... —le susurro Kenny al oído, repitiendo luego los besos y lamidas en el cuello de Kyle sintiendo como se aceleraba la respiración del judío y las manos de este se aferraban a las escaleras quizás confundido, quizás abrumado, pero eso no le preocupaba, a esas alturas sabía que lo tenía y que no le haría parar; pero de pronto Kenny sintió que algo lo sujeto por los hombros y de un fuerte y brusco tirón lo alejo de Kyle.

Ahora Kenny estaba contra el barandal contrario, a un escaso metro de Kyle, viendo al judío inmóvil en su puesto con una expresión que no supo descifrar, más el que si estaba confundido era el rubio que se concentró ahora en la puerta que se cerraba lentamente y en el tercero que los había interrumpido, lo vio directamente a sus ojos azules y. Se sonrió.

—sabes... Estábamos ocupados... piérdete.

 

***Continuara***


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