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Lucha! Tomo 1, 2, 3, 4 y 5 (Traducción finalizada) por yuniwalker

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Su estómago estaba algo regordete a últimas fechas. Jooheon, quien estaba recargado contra la barra del café porque no había clientes, había estado muy concentrado bebiendo de su limonada como para ponerse a pensar en cualquier otra cosa. Extrañamente, a últimas fechas, está teniendo bastantes problemas con su digestión y su cabeza. Sin embargo, cuando pensó en que tendría que tomarse un tiempo para ir al hospital a hacerse una revisión, se sintió extrañamente bien y hambriento y lo pospuso para tomar el almuerzo junto a Kang.
Él desayunaba, comía y cenaba, pero de todas maneras quería almorzar. Almorzaba tres o cuatro veces al día, así que siempre lo hacía acompañado. A menudo Kang estaba allí, mirándolo como si estuviera muy preocupado por él. Sin embargo, él se sentía bastante cómodo comiendo. Era algo que no podía explicar, pero que se sentía como si lo necesitara urgentemente.

Luego tenía náuseas, comía de nuevo y lo vomitaba todo otra vez solo para volverse a llenar el estómago ¿Pero por qué se sentía bien cuándo iba a la escuela? Escuchó una vez que cuando pensabas en ir a la escuela con muchas ganas, podías enfermarte de gripa o tener mucha fiebre... Pero nunca escuchó que pudiera ocurrir de manera contraria.

"Joo-heon, ¿Ya subiste de peso?"

Kang murmuró esta pregunta cuando lo vio comerse todos los hot dogs que le compró para el desayuno. Jooheon, quien se llevó la limonada espesa a la boca, de repente miró su cuerpo con una cara temblorosa y tan preocupada como la que le había enseñado varias veces él. Por naturaleza era muy delgado, pero en estos días, el área alrededor de su ombligo, que solía ser plana, se sentía más suavecita y abultada que antes. Era natural que pasara eso después de beber varios vasos de limonada, que no eran diferentes de agua azucarada, y después de haber comido tantos panes y guarniciones de arroz con pescado. Jooheon se rió al darse un vistazo, pensando que realmente debería hacer ejercicio para ocultar su pancita y hacer que dejara de salir. Fue una idea muy lujosa, esa de reservar tiempo para hacer ejercicio. 

Hace tan solo unos meses no hubiera soñado con hacer planes así.

"Pero tal vez, debería ir a un hospital para..." Jooheon negó con la cabeza de inmediato ante sus propias palabras: "Es estrés". Y después pensó que lo único que necesitaban los adolescentes antes de ir al hospital por un problema gástrico era beber varias tazas de arroz con leche todos los días para intentar agilizar el metabolismo. No hay nada verdadero de lo que deba preocuparse.

Entonces, en un momento determinado, sintió una pequeña vibración en su bolsillo trasero. Jooheon puso su mirada en el reloj que tenía en la muñeca y se percató de que era hora del descanso de Kang y también, de que era hora de que terminara su turno y esperara a que llegara el estudiante de trabajo a tiempo parcial. 
Kang siempre le dejaba un mensaje cuando ya se iba a ir a casa, como si le preocupara que Jooheon se fuera solo tan entrada la noche o tuviera remordimiento por no invitarlo a dormir. Jooheon se frotó suavemente los labios, sacó su teléfono celular y revisó el mensaje.

[¡Ya terminé con las clases! ¿Ya llegó el otro trabajador?]

[¡Felicidades! Yo tuve un día muy aburrido. No, aún no.]

[Ha llegado muy tarde estos días. Dile a la jefa para que lo despidan.]

[Primero me van a despedir a mi.]

Era una temporada laboral terriblemente absurda y apagada. Después de que Kang desapareció del café, los clientes también dejaron de llegar así que recientemente, la expresión de la jefe no era lo suficientemente buena como para permitirse hablar con ella. En realidad, esperaba que tarde o temprano, le redujera el salario o decidiera que no podía mantener más mano de obra innecesaria. Se preguntaba si ya tendría que estar buscando algo más, pero no estaba especialmente preocupado por lo que podía venirle en el futuro. Siempre ha estado bien desde que conoció a Kang. No era optimista de que todo saldría perfectamente bien, por supuesto, pero tenía la confianza de que incluso si tropezara con una piedra inesperada, existiría una persona allí para él lo suficientemente cariñosa y atenta como para que pudiera sostenerse y salir a flote.

Esperando una respuesta, miró la pantalla una última vez y... Fue allí cuando sonó el timbre de la puerta del café. Jooheon levantó la cabeza con resentimiento. Él era un estudiante a tiempo parcial que estaba esperando a su reemplazo para poder irse a casa. Pero el rostro de Jooheon, que de por si parecía extraño, se oscureció todavía más cuando saludó y miró para adelante... Estaba vacío, pero había una silueta demasiado familiar reflejándose en la ventana. No llegaron más mensaje de Kang y Jooheon volvió a guardarse el móvil en el bolsillo mientras salía del café.

Incluso por la noche, era una estación calurosa. No había pasado mucho tiempo desde que salió por la puerta del establecimiento y Jooheon ya se estaba sintiendo ahogado por el horrible ambiente. Cuando se limpió el sudor de la frente y miró hacía atrás, el hombre, que tenía una gruesa capucha negra, rápidamente levantó la mano para decirle: "Hola".

"Hwang Moo-chan, ¿Qué estás haciendo aquí? ¿Por qué sigues viniendo?"

La luz de los faros de los vehículos que circulaban por la carretera, le iluminaron la cara incluso aunque tenía la capucha puesta. Abajo de ella, aunque le llegaba a más de media frente, había un rostro pálido con cicatrices bastante profundas. Además, parecían ser heridas que se provocó mientras luchaba contra alguien muchísimo más grande que él. No fue sorprendente que Jooheon todavía estuviera lejos, lanzándole una expresión desagradable cada determinado tiempo. Moochan, dando vueltas constantemente frente a su nariz, siempre estaba mirando en su dirección igual a si quisiera comprobar algo. Descubrió que Kang parecía muy ocupado con sus estudios últimamente y acudió a él aprovechando esta pequeña oportunidad. No obstante y a pesar de tanta determinación por probarle que ya no era el mismo "chico rudo de antes," entre ellos ni siquiera hubo un momento en el que no se sintiera incómodo a morir... Pero que estuviera frente al café lo molestaba todavía más. Debido a que estaba cerca de la academia de Kang, le preocupaba que pudiera encontrarlo, que existiera algún malentendido y que se pusieran a pelear. De por si ya era una carga tener que caminar con Moochan hasta la parada del autobús a una hora tan avanzada como esa. Mientras tanto, pensó que sería mejor no mezclar palabras en absoluto, por lo que la mayor parte del tiempo ignoraba si Moochan seguía persiguiéndolo como un perro o ya no.

"Espero que puedas parar aquí. En serio. Cuando hablaste con Kang antes, prometiste no ir al café".

"El primero que no cumplió con la promesa, fue Lee Kang".

Debido a esto, Moochan apretó los dientes como si el mero recuerdo fuera lo suficientemente terrible para él. Joo-heon alzó una ceja.

"¿Qué promesa? Ah, ¿Es sobre esa reunión o algo así? Kang está ocupado en estos días. Tiene que ir a un concurso el mes que viene y también estudiar para sus exámenes de ingreso a la universidad. Si pudiera, cumpliría con su promesa. No mintió sobre eso".

"Joder, ya te contagió la maldita manía de decir mentiras ¿No es cierto? Debido a ese sujeto, ahora soy la burla de mi padre y del resto de mi familia también pero, de acuerdo. Está bien. Cuando el rey termine su ajetreado trabajo, cumplirá con su promesa. Lo voy a esperar con una malteada de bienvenida y un cartel."

Cuando Jooheon se quedó parado, Moochan se adelantó y caminó hasta ponerse a centímetros de él. Lo suficientemente cerca como para ver la cara que estaba bajo la capucha. Iba a extender la mano para tocarlo, como un simple reflejo, pero cuando lo hizo, le tomó del brazo y se lo dobló hasta hacerlo gemir... Uno de los párpados del hombre estaba amoratado como si alguien lo hubiera golpeado con el puño y el otro también estaba en un estado de hinchazón que le impedía abrirse correctamente. Tenía una marca roja alrededor de su nariz como si hubiera tenido una hemorragia nasal y una costra de sangre se asentaba alrededor de su boca y la causaba una sombra extraña... Hwang Moo-chan era un humano despreciable, pero era la primera vez que lo miraba estar tan mal. Jooheon, que estaba escaneando su rostro detenidamente, volvió sus ojos a otro lugar solo después de que se encontró con la suya clavada en sus párpados.

"... ¿Te rociaste perfume?"

"No."

Moochan ensanchó sus fosas nasales con una cara extraña y frunció el ceño con una expresión intensa de dolor. Al parecer el movimiento había estimulado su herida.

"Ah, parece que me golpearon con todo lo que tenían".

Parecía estar hablando consigo mismo, pero comenzó a caminar mientras todavía sostenía la muñeca de Jooheon. No era grande, pero lo arrastró unos pasos contra su voluntad debido a lo terriblemente fuerte que era. Aunque su altura y su físico fueran los mismos que los suyos, parecía no poder resistirse correctamente cuando trataba contra él. Incluso había ocasionado que su rostro se pusiera caliente debido al esfuerzo.

"Espera un minuto, ¿A dónde me estás llevando?"

"A casa, ¿O es que ya no vas?"

Las cejas de Jooheon se estrecharon, pero a Moochan no le importó la manera en la que se desfiguró su expresión y se adelantó con la muñeca de Jooheon todavía entre la mano. Fueron en dirección a la parada de autobús y tan pronto como el vehículo llegó al frente de la escuela, él se subió primero y Moochan, que se había subido casi pegado a su espalda, lo miró, le palmeó el hombro y le hizo una seña a Jooheon para indicarle que nuevamente no contaba con una tarjeta que pudiera utilizar para pagar el servicio. Jooheon, con una cara más que enojada, pagó el pasaje del autobús de Moochan también. Aunque eso no había impedido que sus cejas se juntaran hasta estar en contacto.

"No traje mi billetera porque tenía que llegar a la academia antes de que fuera la hora de entrada. Te compraré arroz la próxima vez como agradecimiento. Te lo prometo."

En lugar de comprar arroz por estar agradecido, debería dejar de venir, pero ni siquiera fue capaz de escupir esas palabras frente a Moochan por temor a lo que pudiera sucederle teniéndolo tan cerca de su cuerpo. Jooheon se quedó mirando por la ventana del autobús con la boca cerrada mientras que las piernas de Moochan, abiertas de par en par y casi en ángulo recto, se frotaban contra las suyas cada vez que el autobús se movía. Sin embargo, Jooheon lo ignoró y no apartó la mirada de la ventana del autobús en ningún instante.
No pasó mucho tiempo para llegar a casa. Jooheon se bajó rápidamente del autobús y miró a Moochan que lo seguía todavía. Solo tenía que hablar claro con él y decirle que no podía ir al frente de su casa, como en otras ocasiones. Pero extrañamente Moochan se puso extraño y pareció realmente reacio a irse primero, como de costumbre.

"¿Qué estás haciendo? ¿No te vas?"

"¿Has visto mi hermosa cara? Esta vuelta mierda ¿Podrías aplicarme algún medicamento o algo para que se me quite el dolor?"

Moo-chan agarró la capucha que llevaba y se la quitó. Su cara, que estaba claramente expuesta gracias a la luz de la calle, se veía incluso peor que cuando la observó gracias a las farolas. Jooheon frunció el ceño porque estaba mirando un rostro bastante hinchado que más bien, parecía la expresión de un monstruo de película. Incluso llegó a preguntarse si lo habían aplastado. Esa no parece la herida que recibiría al pelear con alguien, era evidente que le habían infligido violencia unilateral. ¿Pero de quién? No hay nadie que pueda atreverse a tocar a Moochan por esta área así que definitivamente era algo por lo que tener miedo.

"Oh, todavía está sangrando".

Después de quitarse la capucha con la mano, Moochan, que se había frotado la cara, se sintió avergonzado y murmuró esta oración mientras se quitaba las manchas de sangre con el dorso de los dedos. Habría sido una lástima verlo si se tratara de cualquier otra persona. Sin embargo, Jooheon solo lo miró con indiferencia y asintió. ¿Sería muy cruel decir que había nacido un poco de aprecio por la persona que lo había golpeado?"

"No tengo medicina que ofrecerte."

"Entonces ¿Dónde está la farmacia más cercana?"

"Tampoco lo sé."

Moochan distorsionó su rostro cuando lo escuchó hablar y poner una expresión así de estúpida. A medida que la cara hinchada se arrugaba cada vez más, se convertía en una forma fea parecida a una bola de masa.

"¡Entonces solo llévame a tu casa y déjame ver si hay algo que pueda beber! Joder ¿Eres así para Lee Kang también? ¿Si él te pidiera tu ayuda le dirías que no?"

Jooheon no podía entender que tenía que ver Kang en todo esto. No solo era el mejor estudiante de la escuela o una de las mejores puntuaciones de la nación, jamás podría existir la posibilidad de que fuera golpeado de esa manera, e incluso si se lesionaba así alguna vez, lo más probable es que se debiera a un accidente. No había necesidad de ser comparado con Moochan. Si Moochan fuera atropellado por un automóvil mientras cruza la calle y Kang, viendo la escena, cayera por sorpresa en una zanja, Jooheon correría hacia Kang sin dudarlo un momento. Los dos tienen presencias diferentes y de todos modos, a uno lo odia y al otro no. ¡Y no le gustaba que siempre tuviera que meter el nombre de Kang en todo lo que hacía!

"¿Por qué un joven que solo estudia se lastimaría así?"

"Entonces es un maldito Dios. Discúlpame, Dios Kang, hijo de puta."

"... Ya me voy. Deberías ir al médico."

"¿Nos vas a ayudarme?"

Aunque no le dio una respuesta inmediata, el rostro de Moochan se levantó para ver si su imagen se reflejaba en las pupilas de Joo-heon. Parecía que estaba muy enojado ahora porque, a medida que su rostro magullado se calentaba, se tornaba de un color rojo oscuro y se veía todavía más aterrador.

"Demonios, no te estoy pidiendo nada de otro mundo."

"No tengo en casa tal cosa como un desinfectante".

"Joder, entonces saca un curita ¿¡O es que realmente no tienes una mierda, joder!?"

Jooheon recordó una palabra que había aprendido durante la evaluación de desempeño del idioma coreano. Al escribir un poema, decir el principio y el final con la misma palabras era conocido como: Sumi Sang-eupJooheon no conocía muchos poemas que tuvieran un sumi, pero escuchar a Moochan era la relación sumi más desagradable del mundo entero.
Jooheon se dirigió a su casa, dejando a Moochan hablando solo para que pudiera notar lo enojado que estaba y , para que se hiciera a la idea de que no le daría nada ni lo invitaría a pasar a su hogar mientras estuviera con vida. El camino a la casa en la ladera detrás de la escuela era un camino de montaña crujiente sin una sola farola. Si le trae algunos ungüentos y tiritas, ¿Qué le puede asegurar que no rodará colina abajo y morirá? Y no estaba dispuesto a perder la vida por culpa suya.

Jooheon abrió la puerta y miró directamente a la habitación para ver si la abuela no se había acostado todavía.

"Abuelita, estoy aquí. Pero... Tengo que salir por un tiempo, ¿Me puedes traer un frasco de medicina para la piel?"

No quería quitarse y volverse a poner los zapatos, así que se paró en la puerta principal y levantó el sonido de su voz de una manera que le permitiera a esa mujer escuchar. Iba a llevarle medicina a Moochan y luego regresaría sin compartir ninguna otra palabra. Sin embargo, no hubo respuesta alguna al grito de Jooheon. Jooheon se quedó un rato en el porche y miró a su alrededor como si la estuviera buscando. Es una casa pequeña que ni siquiera tiene muchas habitaciones y además, era cierto que la puerta de la habitación donde la abuela y Hee-ju descansaban estaba abierta de par en par. Ella por lo general cerraba para poder dormir.

"¿Abuelita? ¿Dónde estás?"

Lentamente, se quitó los zapatos y pisó el suelo vistiendo solo calcetines. Un chirrido sonó dentro de la casa mientras ponía su peso en el piso viejo. Es algo que siempre había escuchado, pero que hoy le generó muchísima ansiedad... Jooheon miró alrededor y caminó hacia el baño. Encendió la luz y comprobó el interior, pero el baño estaba vacío. Ahora que lo pensaba con un poco más de calma, no había razón para que estuviera todo vacío. La abuela estaba enferma, por lo que rara vez salía de la casa a menos que estuviera en el hospital durante el día o comprando algo de pan... La ominosidad se elevó a lo largo de su espalda de un modo aterrador. Jooheon volvió la cabeza hacía la cocina y buscó también allí. Era una casa vieja por lo que la cocina era un poco más baja que las otras habitaciones. No hay una puerta ni una cortina, pero es oscura y el interior es difícil de ver desde el exterior.

La cara de Jooheon se puso azul después de presionar el interruptor de la luz y descender lentamente a la cocina.

"¡¡Abuelita!!"

Corrió en su dirección y se agachó de inmediato, su cuerpo estaba tan frío como el hielo pero, afortunadamente, se escuchaba un leve gemido salir de su boca todavía rosada. Con sus manos temblorosas, apenas logrando cargar a su abuela, salió de la casa y corrió por el sendero de la montaña. Su visión estaba manchada de agua, así que no podía ver bien. El sudor seguía resbalando por sus manos y dedos así que hizo el mayor esfuerzo en no soltarla. Puso toda su fuerza en sus manos y brazos aunque su tobillo, al correr en la carretera, se había doblado varias veces de un modo que parecía doloroso. Jooheon ni siquiera lo notó. Solo estaba concentrado en llegar al frente de la carretera para tomar un taxi.

"Oye, ¿Qué pasó?"

Alguien agarró a Jooheon por el hombro y lo giró con brusquedad, así que no pudo evitar jadear sin responder porque su respiración no subía adecuadamente. Jooheon, que estaba cargando a su abuela con un rostro azul profundo, miró hacia arriba y hacia abajo y Moochan se mordió los labios mientras le sostenía ahora de la cara.

"Hey... Respira."

"119… Por favor."

De repente Moochan dejó de agarrarlo y saltó al camino de entrada. Al mismo tiempo, un automóvil se detuvo repentinamente hasta provocar que las ruedas golpearan contra el asfalto tan fuerte que casi salió volando en su dirección. La ventanilla del conductor bajó casi de golpe y escuchó al taxista profiriendo malas palabras sobre lo irresponsable que había sido ese niño. La puerta del conductor se abrió como si quisiera comenzar a pelear de forma física pero, antes de que el taxista se bajara, Moochan, que también parecía asustado, volvió a cerrar la puerta del conductor y se inclinó hacia la ventana abierta.

"Entiendo. Me equivoqué, ¡Pero tengo un paciente que necesita llegar al hospital! ¡Vaya a la sala de emergencias más cercana!"

Moochan volvió a rodear el taxi y abrió la puerta detrás del asiento del pasajero. Luego, después de recibir a la abuela de manos de Jooheon, empujó al chico, que solo respiraba erraticamente, al asiento de al lado y cerró la puerta con un fuerte azotón. Entonces Moochan se sentó en el asiento del pasajero y el taxi arrancó rápidamente.

No importa cuán urgente sea, el taxista siguió quejándose sobre lo peligroso que era tomar un taxi así.


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