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Lucha! Tomo 1, 2, 3, 4 y 5 (Traducción finalizada) por yuniwalker

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Pasó horas completas sentado en el banco frente a la unidad de cuidados intensivos. No había nada que pudiera hacer al respecto ni palabras que pudiera compartir, así que cuando se dio cuenta, ya había pasado un día entero. El cuidador llegó corriendo con una cara de sorpresa.

"¡Joven Jooheon ! ¿Has estado aquí todo este tiempo? Oh, Jooheon no debería hacer eso cuando se ve tan débil. ¡El estudiante Jooheon debería apoyar a la abuela mostrándole a la abuela que está bien! Vaya rápido y coma, lávese y cámbiese de ropa. Voy a estar aquí con ella ¿Bueno?"

El toque de golpear su espalda mientras hablaba con él, fue áspero pero bastante amistoso. Joo-heon se levantó del asiento y se estiró, pero no podía decir que tuviera ganas de volver a casa.

En primer lugar había pensado que debería lavarse la cara así que comenzó una lenta caminata hasta el baño que estaba a final del pasillo. Se tambaleó porque había estado sentado en un mismo lugar todo el día, pero su cuerpo supo recomponerse por su cuenta sin hacer algo extraordinario. Jooheon entró revoloteando en el baño y dejó de caminar cuando se vio reflejado en el espejo: Sus ojos oscuros estaban extrañamente hinchados y parecían medir menos de la mitad de su tamaño habitual. Su rostro, que se había vuelto demacrado después de lo ocurrido, estaba pálido y casi sin sangre. Llevaba una camiseta que estaba completamente estirada y vieja por lo que parecía más una persona enferma que un tutor. Jooheon levantó la mano y barrió su mejilla, entendiendo entonces la preocupación del cuidador. Se lavó la cara con agua y jabón y se enjuagó la boca. Incluso si no ha comido nada, tendría que lavarse los dientes así que quería comprar un cepillo. Además, si va a la tienda de conveniencia, puede conformarse con una comida rápida que pueda prepararse arrojando agua caliente en ella. Jooheon se dirigió al ascensor mientras intentaba recordar donde estaba la tienda de conveniencia o si había una allí mismo en el hospital...

Cuando salió del cubículo y caminó hasta el piso de la tienda, el olor de todo tipo de comida le apuñaló la nariz con demasiada fuerza. Fue porque además de una tienda de conveniencia había un restaurante. Antes hubiese sentido hambre después de oler tanta comida deliciosa, pero de repente su estómago se hinchó en protesta y tuvo que cerrarse la nariz y la boca para soportar las náuseas. Tenía hambre, pero estaba preocupado porque comer parecía completamente imposible. La comida era buena, pero pensó que sería mejor tomar un trago de cualquier cosa para enjuagarse la boca. Algo como jugo de naranja o limonada bien fría.
Jooheon, que caminaba rápido con el ceño fruncido y cubriendo todavía la mitad de su rostro, se detuvo por un momento y respiró. Lentamente bajó la cabeza y miró su vientre aún plano. Era un síntoma que había sufrido hace ya un buen tiempo. Sentía náuseas y le costaba comer sin motivo. La limonada, que no le gustaba, ahora le parecía muy rica así que bebía varios vasos de eso al día. Uno tras otro. Jooheon se tocó el estómago con cuidado... Después de enterarse de que había otra vida creciendo dentro de él, todo quedó muchísimo más claro. Eran náuseas matutinas provocadas por su bebé.

"No estaba solo..."

Una risa informal se filtró de sus labios. El teléfono celular seguía en silencio así que durante un día completo, se sentó solo en la sala de espera, aplastado por el miedo. Había pensado que estaba solo, pero no lo estaba. Había alguien que mostraba su presencia girando dentro de él y provocándole dolor, como para que comenzara a ser un poquitito más consciente de su existencia.

Jooheon, quien entró en la tienda, tomó primero un cepillo de dientes y luego dio la vuelta a la sección de la comida. Tenía que comer algo, pero estaba enfermo del estómago así que definitivamente nada le iba a caer bien. Joo-heon hizo una ronda más con la cara temblorosa, intentó tomar una sopa pero finalmente se rindió y fue a la sección de bebidas. Naturalmente, sacó una limonada y, durante un rato, se quedó atónito y volvió a mirar su vientre... Todavía era solo una masa de células, pero eran células fuertes. Originalmente, a Jooheon no le gustaba mucho el sabor amargo y no podía permitirse gastar dinero en algo como una bebida de esas. Cuando comenzó a trabajar a tiempo parcial en un café y pudo comer lo que quería, elegía los más caros y se los comía con mucho gusto. Normalmente eran helados o leches con chocolate. Las bebidas que contienen agua carbonatada en verde limón no son lo suficientemente buenas para él, por lo que ni siquiera habían estado en su lista de candidatos. Pero desde hace algún tiempo, tenía ganas de tomar limonada. Se le antojaba todo el tiempo y se encontró a si mismo, buscando y bebiendo mucho de esto una y otra vez. La boca de Jooheon tembló repentinamente mientras miraba la limonada en su mano... Había resultado que había una personita a la que le gustaba mucho la limonada y eso, aunque no debía, le ocasionó mucha ternura.

Jooheon, quien regresó a la unidad de cuidados intensivos después de completar sus compras en la tienda de conveniencia, arqueó las cejas al notar un ambiente un tanto bullicioso. La puerta de la unidad de cuidados intensivos se abrió y cerró repetidamente y el personal médico entró y salió corriendo en una estampida. Otros guardianes, que estaban sentados en la sala de espera en un ambiente incómodo, también se levantaron de sus asientos y miraron hacia la unidad de cuidados intensivos con mucha curiosidad. Jooheon se acercó rápidamente al cuidador.

"Señor, ¿Qué está pasando?"

"Joven Jooheon ..."

Solo han pasado unos días desde que lo conoció, pero era una persona gentil y amable que siempre lo estaba cuidando como si fuera su hermanito. Los ojos del cuidador temblaron esta vez, evitando la mirada de Jooheon. La mano que sostenía el jugo de limonada y el cepillo de dientes estaba sudada debido a este acto y después, intentó luchar contra la ansiedad cuando preguntó:

"¿Qué pasó...?"

"¡Familiar del paciente Kim Koo - bun !"

Era una voz urgente e histérica. Sintió como si su corazón se cayera al suelo pero de todas maneras, Jooheon se volvió lentamente hacia la dirección de esa voz y elevó las cejas. Como sumergido en agua, como flotando, su cuerpo era ligero y fluido, pero no parecía moverse por su propia voluntad. Los ruidos circundantes se alejaron rápidamente y después zumbaron todos a la vez. Cada vez que daba pasos hacía allí, sentía que podía caerse así que incluso era difícil respirar sin hacerlo por la boca. El doctor, que ahora tenía demasiado cerca, tenía sudor en todas partes. En la nariz, en la frente, parecía demasiado cansado por algo así que se estrelló contra una pared y decidió cerrar los ojos, luego se aclaró la garganta y comenzó a hablar:

"Tuvo un paro cardíaco... Actualmente estoy practicando RCP pero, parece que no hay esperanza."

Un grupo de personal médico saltó detrás del doctor, abriendo la puerta de la unidad de cuidados intensivos y haciendo tanto ruido que incluso él volteó a ver. Hay un hombre en la cama, puede verlo a través de una cortina a medio cubrir. Está sobre el cuerpo de su abuela y le presiona el pecho repetidamente con todas sus fuerzas. Una vez, y otra vez, y otra vez. Las piernas del paciente temblaban cada vez que le aplicaba presión, pero eso era todo. Un muñeco palido...

"¿Qué quieres que hagamos?"

"¿Qué...? ¿Qué tengo que hacer?"

"RCP. ¿Te gustaría probar más?"

Jooheon miró al doctor sin comprender, y después volvió a mirar detrás de él. El cuerpo de la abuela debajo del otro médico era tan pequeño y seco que incluso temía que desapareciera si le daba otro apretón. El doctor, al ver la mirada de Jooheon vagar hacía él fondo, simplemente levantó la mano para quitarse el sudor y asintió.

"Entonces continuaré".

El médico se dio la vuelta y entró en la unidad de cuidados intensivos. Habló con otro personal médico en el medio y luego se acercó al médico de turno y a las enfermeras que estaban cerca de la cama. De nuevo, volvieron a presionar fuerte el pecho de la abuela y repitieron el temblor de sus extremidades, como una ramita que era agitada por el viento. Se quedó sin comprender y luego intentó mirar un poco más de cerca, pero la puerta de la unidad de cuidados intensivos se cerró y le bloqueó la vista. El ruido circundante regresó lentamente así que Jooheon levantó la mano y se tapó la boca para dejar de jadear. Fue increíble que pudiera respirar... La mirada de Jooheon se volvió hacia el gran reloj electrónico colgado al lado de la sala de operaciones de enfrente. El tiempo corría salvajemente. 3 minutos, 5 minutos, 15 minutos. Jooheon, que estaba mirando como cambiaban los números, miró hacía atrás al sonido de la puerta abriéndose. Esta vez, un médico sudoroso con bata azul salió con el rostro tan cansado como aparentemente lo estaba el primero. Después de eso, las piernas desnudas, como ramas secas que se agitan, se vieron borrosas. Pensó que no había pasado mucho tiempo después de que su abuela se sometiera a la cirugía. Si le tiemblan las piernas así, seguro le dolerá después. Si la persona que presiona el cuerpo se moja de sudor de esta manera, ¿Qué tan doloroso será para ella recibir el poder de ese hombre tan inmenso? Ella no soporta el dolor. A ella no le gusta el dolor porque la pone triste.
Antes incluso de que el médico abriera la boca, Jooheon se sujetó el cuello con una mano y gritó.

"¡Para!" Las lágrimas se derramaron antes de que todas las palabras continuaran. Jooheon sollozó, colgado de la manga de un médico que nunca había visto en su vida. "Ah... Díganle que se detenga... Dejen de lastimar... Dejen de lastimar a mi abuelita. Por favor. ¡Por favor deje de hacer eso!"

Su cuerpo se deslizó hasta el suelo. Una enfermera y el cuidador, corrieron e hicieron que Jooheon se apoyara contra la pared para que pudiera respirar y después, poco después, Jooheon recibió apoyo, le dieron un momento y le acompañaron a la unidad de cuidados intensivos. Se recolectaron todos los tubos que estaban conectados al cuerpo de la abuela y se cubrió su torso desnudo con un paño blanco limpio. Junto a él, un médico de rostro cansado declaró en voz baja la fecha y hora de la muerte... La mano azulada y seca, que salía de la tela, fue sostenida en silencio por él. Era dura, como el tronco de un árbol y no tenía calor. Jooheon se quedó de rodillas y frotó su mejilla contra la mano de su abuela. Cuando su mamá y papá fallecieron, en esos momentos, esta mano siempre limpiaba la piel húmeda de Jooheon y ahora, era el momento en que incluso esa mano lo dejara también...

"Abuelita, ah, abuelita... Lo hice mal. Yo, yo estaba mal. Lo siento, lo hice mal. Lo siento tanto. Yo estaba mintiendo... Yo no quiero no ser tu nieto y no quiero... No quiero que dejes de ser mi abuelita. Um... ¿Puedes abrir los ojos? Realmente te necesito mucho así que, solo una vez, solo una vez... Solo tienes que abrir los ojos una vez y decirme... Que todo va a estar bien."

Aunque las lágrimas caían sobre sus mejillas, sus manos endurecidas ya no podían limpiar la cara de Jooheon. Él agarró la mano de su abuela con todos sus dedos, como si estuviera tratando de darle de su calor. Su corazón pareció estallar y luego... La escuchó decir "Todo estará bien" desde algún lugar. Aunque no era posible.

"Ay no... Ah, abuelita." Jooheon jadeó y comenzó a llorar a gritos. "Todo fue por mi culpa."

Ni siquiera sabía que lo que tenía era tan precioso y había dicho que era abrumador y que esperaba que desapareciera. Si lo pensaba bien, Jooheon siempre tuvo mala suerte y ahora, cayó sin cesar y fue arrastrado hasta el fondo de un pantano.

"Lo siento. Lo siento. Lo siento. ¡Nunca más lo volveré a decir! ¡Nunca más diré que deseo algo más! Abuelita, realmente, realmente quiero que me perdones. Por favor, mirame. Por favor, por favor... Ugh, um... ¿¡Qué voy a hacer sin ti!? ¿¡Qué voy a hacer si no estás allí para cuidarme!? Ni siquiera... Um... Ni siquiera pude contarte del bebé..."

La confesión había terminado, pero sus ruegos no fueron escuchados. Al final, solo un largo grito le atravesó el cuerpo.


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