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Querido B. tomo 1 (Traducción finalizada) por yuniwalker

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"Oh, Dios mío..."

Isaac no podía hacer que los gemidos dejaran de escaparse de sus labios. En realidad, se estaban desbordando tanto y tanto que finalmente, pensó que sería mejor dejar de luchar.

"¡Ah! ¡Ah, maldición...!"

Después de lo fuerte que le había resultado todo el proceso del enlace, comenzó una lucha constante contra el dolor de sus articulaciones y músculos. Las feromonas de Cole seguían adentro, pero las de Félix ya estaban actuando. Cubriendo y borrando de tal manera, que había vomitado tres o cuatro veces mientras limpiaba su nariz repleta de sangre. Se sostuvo el estómago y luego gritó debido al dolor de cabeza más terrible que hubiera experimentado jamás en la vida. Fue un dolor inimaginable... Abrazó su cuerpo, que estaba teniendo escalofríos escandalosos y después mordió con fuerza sus labios desgarrados.

A medida que pasaba el tiempo, sentía que las feromonas de Cole se habían suavizado hasta casi desaparecer... Pero en su lugar tenía un montón de feromonas amenazadoras alrededor de su cuerpo. Es como una envoltura que debería estarlo protegiendo y que en realidad lo está haciendo reaccionar de la peor manera... Hace 4 años tuvo su primer y último ciclo de calor. El mismo calor y la misma sensación que ahora está sintiendo ¡Es exactamente la misma!

"Ah... De ninguna manera."

¿Por qué el ciclo de calor tuvo que venirle precisamente en este lugar? Pensó en la pregunta, pero las respuestas no llegan fácilmente cuando todo es nebuloso y tienes la cabeza tan mareada. Apretó los dientes mientras sostenía la parte delantera de su playera, agitándola para intentar hacer un viento que pudiera refrescar su maldito cuerpo.

"Hmm... ¡Ah, maldita sea!"

Isaac no podía soportar lo enojado que lo hacía sentir su propio cuerpo así que golpeó el sofá una y otra vez... Pero nada iba a cambiar si solo lograba sacar polvo.

Respiró profundo, aguantó el aire y se arrancó de encima la playera de Félix. Sus manos bajaron entonces hasta su vientre, a su pecho, pellizcaron los pezones que todavía tenían un moretón azul ocasionado por Cole y, luego siguieron el camino de su vello. Sollozó, bajó lentamente hasta tocarse la ingle... Su cintura salta de inmediato. Dios mío. ¿Qué demonios es esto? Sus ojos estaban oscuros, pero sus manos parecían saber exactamente lo que querían conseguir.

No hubo dudas cuando agarró y frotó sus genitales de arriba para abajo, muy, muy lentamente... Se sentía tan bien que no pudo aguantar las ganas de darse la vuelta contra el sofá para restregarse justo como un perro. A veces se frotaba la frente, las mejillas y el pecho expuesto contra los cojines. Otras, simplemente se tumbaba y levantaba el trasero en el aire para comenzar a meterse los dedos.

Ah, es horrible que el calor no se desvanezca aunque lo intente con tantas ganas.

Masturba sus genitales lo mejor que puede hacerlo y con más ganas que nunca, pero la sed no desaparece y en su lugar solo comienza un ardor que le quema la garganta. Comenzó a llorar...

Dentro de su trasero había una extensa cantidad de fluidos. Ya ha pasado mucho tiempo desde que se sintió tan humedecido así que ni siquiera recordaba lo extraño que se sentía cuando los muslos también se manchaban.
En general, es un asco perder la cabeza y estar haciendo esto cuando no tiene noticias sobre lo sucedido con su madre ni con Benjamín. Isaac trató de dejar en paz su cuerpo y aguantar de alguna manera, mordiéndose los labios una y otra vez o apretando los párpados hasta que comenzó a ver pequeñas luces. Sin embargo, aunque la sangre estalló, no pudo dominar el ciclo de celo que ya había tomado completo control de él.

"¡Oh! ¡Maldita sea!"

Tan injusto... No era lo que quería, pero su cuerpo ya no lo estaba obedeciendo. Su voluntad ya no era su voluntad. Su sudor frío se mezclaba con sus gotas de sangre y caían hasta la punta de su mentón. La ropa de Félix estaba toda bajo su rostro porque le encantaba olfatearlo mientras gemía con todas sus ganas. Frotó la entrada húmeda de su ano con las yemas de sus dedos.

"Ah, ah, Félix..."

Sollozó otra vez... Porque no importaba cuanto frotara su pene o su pubis ni cuántas veces comenzara a jugar con sus pezones. Su hambre es verdadera... Su sed es dolorosa y no se puede resolver.

No necesita sus dedos. Lo que quiere ahora es, algo más duro.

"¡Félix! ¡Félix...! Por favor... Ah, por favor ven por mí..."

Ese sonido no parecía ser conocido. No sonaba como su voz. No parecen ser sus manos las que masturbaban su culo. Pero lo hace, y le encanta.

"Félix... Ah, Félix."

"Aquí estoy, mi amor... Casi exploto cuando escuché que me llamabas."

Fue en ese momento cuando escuchó una voz bastante bajita. No podía verlo porque sus hombros estaban encogidos y sus ojos seguían estando fuertemente cerrados, pero, al voltear la cabeza, ve a Félix apoyado contra el arco de la puerta.

Sus botas suenan con bastante fuerza cuando se aproxima hasta él.

"Uh, ¿Cuándo...?"

Mientras lo miraba con los ojos bien abiertos, Félix sonrió de un modo demasiado amplio. Llegó hasta el frente del sofá.

"Desde que te quitaste la ropa..."

Su tono era infinitamente ligero, pero su mirada fija en el rostro de Isaac era más que oscura. Extiende la mano, le acaricia los labios ensangrentados.

"Oh, Dios mío. ¿Por qué estabas mirando en lugar de ayudar?"


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