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Querido B. tomo 1 (Traducción finalizada) por yuniwalker

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Fue un tiempo bastante largo. No había forma de saber cuánto exactamente, pero ya era de noche.
Isaac solo lograba entender que había estado balanceándose de atrás para adelante, gimiendo y rompiéndose una y otra vez...

Después de repetir todo en su cabeza y abrir los ojos, descubrió que ahora ya estaba acostado en una cama. El sillón fue desplazado hasta la pared para que la cabina se convirtiera en una habitación improvisada.

Isaac sentía que su cuerpo estaba bastante crujiente.

" Ugh "

No había lugar que no le doliera. Le estaban punzando las extremidades, su cadera era un desastre, sus muñecas hormigueaban y sus muslos estaban pegajosos. Las huellas rojas que le ocasionaron sus dedos estaban tatuadas a lo largo y ancho de toda su piel.

Había sido muy rudo aunque le había contado de sus planes... Es por eso que estaba pidiéndole a todos los Dioses existentes que le ofrecieran el milagro de poder caminar en la mañana.

Suspiró, se sentó en la cama y miró a su alrededor por un rato pequeño, Félix ya no estaba allí... No se había dado cuenta de eso, ni siquiera sintió que se moviera. Al lado de la cama, el baño también estaba tranquilo así que tal vez había decidido caminar por la cubierta para ver la luna sobre el mar... Eso es lo que haría él de estar en su lugar.

Isaac se recostó sobre su espalda y soltó un gemido al instante.

Estaba absolutamente sucio. Su cuerpo estaba pegajoso y se sentía rígido. Luego notó... Que el semen seguía fluyendo por su trasero como si fuera un pequeño riachuelo desagradable.

Maldita sea ¿Cuánto semen tiene almacenado en las pelotas?

"¿Estás durmiendo todavía?"

La voz baja lo inundó en el momento en que Isaac había decidido cerrar los ojos para ignorar el desastre de su ano.

"Hmm..."

Félix no esperó a que dijera nada más, lo sostuvo entre sus brazos, lo llevó a la orilla y levantó la parte superior de su cuerpo para que quedara más o menos erguido. Fue un movimiento rápido, ni siquiera había podido reaccionar.

Él estaba recostado, pero Félix se había puesto de rodillas en el suelo mientras sostenía una copa de agua contra sus labios. Con un mal movimiento, logró que se desbordara hasta empaparse los pantalones.

"Mira nada más, eres el único hombre que me ha hecho quitarme los pantalones dos veces en un día".

"Oh... ¿Lo siento?"

Ya sea que continúe sudando o sean los rastros del sexo, el cabello negro se le pega terriblemente a la frente y en las mejillas.

"¿Te sientes bien? ¿Descansaste un poco?"

Félix se sacudió los pantalones mojados... Parecía que había logrado darse una ducha antes: Tenía el cabello mojado, una camiseta blanca de manga corta y pantalones de pijama. Estaba preparado para ir a dormir.

"¿Quieres que te lleve al baño?"

"En realidad, creo que estoy bien por el momento"

Félix asintió y finalmente liberó el aliento.

"Es tan extraño. Tengo la costumbre de dormir solo así que, es sorprendente cuando alguien habla conmigo en la cama".

Isaac se limpió la frente húmeda y sudorosa con la palma de la mano así que Félix, con la copa medio vacía, volvió a ponerla justo junto a él.

"Tienes que beber un poco, seguramente tu garganta está doliendo".

Isaac tenía tanta sed que estaba dispuesto a echarse todo en la boca sin cuestionarle nada...

Ah, el agua estaba fría. Cuando pasó por su esófago, era como si definitivamente todo se hubiera vuelto más claro para él.

"¿Puedo... Preguntar algo antes de que lo olvide?"

Isaac, sosteniendo una copa vacía en la mano, de repente abrió la boca y soltó esa oración mientras parecía esperarlo pacientemente. Félix dijo que sí. Se acercó, y gateó hasta acomodarse justo a su lado. Puso una almohada bajo su cabeza.

"¿Qué es?"

Isaac lo miró durante mucho tiempo y después respiró hondo.

"¿Por qué odias tanto a los Omega?"

Cuando hizo esa pregunta, la frente de Félix se volvió toda arrugada. Como si hubiera recordado algo que definitivamente odiaba.

"Si tienes problemas para responder, no tienes que..."

"Los Omega me gustaban antes, pero no me gustan ahora".

"Ya."

"Ocasionalmente, las feromonas que se desprenden de los omegas son muy fuertes y me marean. Es una sensación desconcertante... Pero, hubo una vez en que disfruté mucho de un olor".

"¿En serio?"

"Era de un omega arrogante, hace cuatro años".

Los ojos de Félix, que continuaba hablando mientras miraba a la nada, de repente se volvieron feroces y oscuros. Parece que los tendones se están hinchando en su mano así que Isaac subió un poco más el vaso vacío hasta cubrirse la cara con él.

"Sí... Un omega al que le llegó el celo en un lugar inesperado. No pude evitar acercarme y, tomarlo. Tenía otras cosas que hacer pero, igual lo sostuve ¿Sabes? Durante toda la noche y... No sé, pero estoy convencido de que no le hice daño."

"Pues..."

"Pero después, ese tipo Omega me pegó con la punta de una pistola y... Cuando me desperté, ya me había atado." La voz de Félix comenzó a hundirse poco a poco hasta hacer que se escuchara apagada.

Isaac apartó los ojos de él. Ya no necesita escuchar más...

Sin embargo, Félix continuó la historia:

"¿Entonces sabes lo que dijo la perra?"

Isaac tragó saliva.

"Dijo:  "La razón por la que no te doblé el cuello antes fue porque quería saber hasta dónde llegarías. Que decepción. Hasta en el sexo eres un asco"  ¡Lo dijo en serio! La perra descarada, después de lo que yo... ¡Se atrevió a insultarme y ocasionó que me atraparan!"

"..."

"No fue solo eso... Me rompió el brazo ¡Te lo juro! Lo piso implacablemente y luego crack.  "¡Para mantenerte fuera del camino"  Dijo."

El Félix enojado, golpeó la cama con el puño. Las mantas sacan polvo, así que se levanta.

"Calmé su celo, pero él solo me jodió."

Parece que no puede soportarlo más, pero igual se puso a reír después.

"¿Sabes lo que es gracioso? El niño me rompió el brazo derecho... Pero resulta que soy zurdo."

"... Oh"

Félix lanza una sonrisa miserable que era tan espeluznante como la manera en la que abría y cerraba los dedos. Isaac se frotó la boca seca con la mano, sin dejar de sentir las palmas frías y llenas de sudor.

Entonces, una voz fuerte se dispersó en sus oídos.

"Algún día lo  atraparé  y antes de que me haga quedar como un estúpido nuevamente, le romperé los dos brazos y le abriré el cuello."


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