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Querido B. tomo 1 (Traducción finalizada) por yuniwalker

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La nariz recta, la barbilla afilada y los labios sensuales que se ven debajo de las gafas de sol negras llaman la atención de todo el mundo.

Es suficiente para que nadie pueda concentrarse en la fiesta.

Es un rubio brillante que tiene un físico alto y robusto, y la marca completa de un actor o modelo de ropa interior. Incluso estaba allí, con su actitud nada discreta. Con ropa elegante y cara. 
Si estuvieras en las calles de Hollywood, es poco probable que vieras a un hombre destacarse así por lo que era natural que los ojos de los padres estuvieran bien abiertos.

¿Qué hacía alguien así en una fiesta de cumpleaños?

"Vaya, realmente hay muchos de estos".

El patio trasero de una inmensa casa particular en La Jolla, literalmente era una jungla de niños pequeños. Félix chasqueó la lengua y se arrepintió de inmediato de estar allí: El patio, donde la fiesta estaba en progreso, ya era un absoluto desastre. Niños tirando juguetes de un lado a otro, un niño obeso que comía pastel con los dedos, un niño que corre... El mismo niño cayendo. El mismo niño llorando.

Ah, que fastidio.

Félix pareció estar asqueado de todo eso, así que de inmediato dio un paso hacia atrás. Isaac solo se quedó allí, observándole.

Después de pasar un tiempo en el yate y una vez que fue de mañana, atracaron en el muelle deportivo y se bajaron de allí... 
Félix pareció pensar que era una buena idea ponerse en modo "perro callejero."

"¿Hasta dónde me vas a seguir?"

Finalmente, en lugar de caminar por la calle como si no lo conociera, giró la cabeza y le gritó.

"¿Por qué? Vas a una fiesta de cumpleaños así que voy a ir también."

Félix había respondido con mucha naturalidad, así que Isaac no tuvo más remedio que poner una mirada entre frustrada y enojada.

"No tienes que venir."

"Sé que no tengo que, pero quiero."

"Me niego."

"¿Por qué? ¿Hay alguna razón por la que no deba ir?"

Por supuesto, no había una razón real para no hacerlo... No todos los días se cumplen años, una felicitación extra no venía mal nunca y también, debería aprovecharlo porque Félix había prometido POR ESCRITO proteger a Benjamin.

No debería... No debería haber ningún problema.

Sin embargo, se estaba volviendo cada vez más difícil caminar así que Isaac tuvo que detenerse un momento para pensar en su siguiente movimiento... Carajo ¿Qué podía hacer exactamente? Cuando intentó hacerle saber que no quería llevarlo, no pareció querer entenderlo y lo siguió hasta que no tuvo más remedio que aceptar. Se subió a su auto y se dirigieron todos juntos a la casa de su madre. ¿Qué situación es esta? Es irreal, absolutamente irreal.

El auto es rápido. Mientras corría, Isaac parecía molesto y no podía hacer más que mirar el paisaje fuera de la ventana... Pero Félix, por el contrario, se ve divertido. Mira su celular y tararea una canción de pop inglés, como un niño que va rumbo a un picnic.  Sin embargo, tan pronto como llegó y miró el gran jardín donde se estaba celebrando la fiesta, Félix alegre se convirtió en Félix deprimido.

Aunque parece un niño, odia las fiestas de cumpleaños de niños.

Isaac, parado detrás de él, notó que estaba incómodo. Se estaba frotando la boca bajo las gafas de sol negras con toda la palma de la mano...

Sin embargo, la ansiedad de Isaac por el hombre aburrido demostró ser temporal: En un rincón del jardín, dónde hay un montón de niños jugando con globos de colores, Benjamin está parado frente a un payaso que arma para él una pequeña espada azul... Tenía los ojitos brillantes y las manos juntas.

Todos sus malos pensamientos desaparecieron en un instante.

"¡Benjamin!"

"¡Papá!"

El niño agitó su mano y siguió el llamado de su padre. Corrió con todas sus fuerzas y entonces, Isaac, que no estaba seguro de qué hacer exactamente, se sintió terriblemente emocionado de verlo precipitarse así hacía él. Incluso se permitió reírse y extender los brazos.

Fue entonces...

"Oh, ¿Me reconoces?"

Félix dio un paso adelante. Agitó el brazo hacia Benjamin y gritó "¡Hola Benjamin!"

Además de eso, incluso tiene el coraje para llamarlo por su nombre en voz alta... Mientras tanto, Benjamin todavía corre hacia Isaac y le dice: "¡Papá!"

El hombre rubio volvió a agitar los brazos, sonrió brillantemente y dijo: "¡También te traje unas galletas hoy!"

Y allí se notó la atención de todos.

Félix, que se parece exactamente a Benjamin, debe ser el padre del niño. Es decir, es un hombre con una apariencia preciosa, estaba emocionado, saludando mientras le decía sobre las galletas y el niño gritaba PAPÁ...

La gente decía:

"Miren al padre de Benjamin".

Isaac se congeló con fuerza. No esperaba que esto sucediera y en realidad, era bastante vergonzoso.

"Mira, me sonrió tamb ién. Eso quiere decir que a Benjamin le gusto ¿No es así?"

Sin conocer la velocidad de la reacción de los demás, Félix miró a Isaac como si estuviera orgulloso de lo que había logrado con sus propios méritos. Su rostro le decía que estaba eufórico...

Lo miró, estaba a punto de decirle...

A punto de, confesar que...

Pero de nuevo, no pudo decir la verdad. Tuvo que soportarlo.

"... Yo creo que sí. Le agradas."

Isaac murmuró esto con una débil voz que pronto comenzó a desvanecerse. Quitó la mirada de su rostro y miró hacia otro lado.

"¡Galletas!"

"Está bien, también hay algo más. Fue gratificante para mí preparar un regalo para la calabaza".

"¿Qué dijiste?"

Isaac estaba sorprendido. No quería, pero volvió a ver hacia arriba.

En unas gafas de sol negras, los ojos del hombre estaban completamente ocultos. No podía descifrar lo que pensaba pero él obviamente lo estaba viendo a la cara... Solo entonces, Félix se encogió de hombros y contestó:

"Bueno, es su cumpleaños ¿No? Así que preparé algo anoche. Era una sorpresa, por eso no te dije."

"No, antes de eso... ¿Llamaste a Benjamin calabaza?

"Sí..."

"¿Por qué mi niño es una calabaza?"

"Porque parece una calabaza madura con ese color de cabello tan amarillo."

¿La mayoría de las personas no pensaba en los pollitos cuando miraba el amarillo? ¿Se atrevió a llamar calabaza a su Benjamin?

"Estás loco."

"Es redondo como una calabaza".

"¿¡Le dijiste gordo a mi hijo!?"

"Redondo no es lo mismo que gordo."

Mientras observa a Félix, que lo ha interpretado todo a su antojo otra vez, se da cuenta de que las cejas del hombre comienzan a elevarse.

"¿Por qué me miras así? Solo haces que me muera por besarte."

"Creo que he recibido suficientes besos".

"No hoy".

"Bésame solo los lunes."

"... No eres divertido".

Esta vez, la boca de Félix estaba haciendo un nuevo puchero gigante, así que Isaac tuvo que hacer lo necesario para ignorarlo. Se dedicó enteramente a mirar a su Benjamin: El niño ya se olvidó de todo porque ahora está viendo al payaso hacer girar un globo de un extremo a otro. Estaba muy emocionado de mirar la forma en la que lograba sacar un cachorro y luego, una flor. Amaba esos ojos luminosos, sus mejillas rojas, su cara gordita y los labios rosas que estaban bien abiertos... Definitivamente era una pena que no pudiera ver al niño otros días. Era terrible no poder ser como otros padres y tomarle una foto. Ni siquiera en su cumpleaños.

"Entonces, ¿Qué tipo de regalo preparaste?"

Isaac, tratando de borrar por la fuerza los sentimientos tristes, volteó hacia Félix y se puso de pie. El hombre se encogió de hombros exageradamente.

"Lo sabrás cuando lo veas".

"Gracias... Es un bonito detalle, supongo."

Isaac se siente extraño.

Hubiera preferido no decirle que era la fiesta de cumpleaños de Benjamin, pero conociendo a Félix seguro lo hubiera molestado hasta el cansancio para obtener la respuesta que quería.

"A Benjamin le gustará"

"¿Cómo puedes decir eso cuando ni siquiera conoces los gustos de Benjamin?"

"Porque escuché que a todos los niños les gusta... A mí también me gustaba cuando era más joven".

No sabe qué tipo de regalo es, pero Félix tenía una completa cara de confianza.

Entonces, el hombre mira a Benjamin con los brazos cruzados y una sonrisa arrogante... Cómo un padre mirando con orgullo a su pequeño hijo.

Esa idea le cruzó la mente tan rápidamente que Isaac tuvo que apartar la vista otra vez.

Benjamin estaba esperando su turno en la cola que organizó el payaso para regalar globos. Al niño le habían dado un camión de bomberos, así que corrió de inmediato con su padre.

"¡Papá! ¡Esto, mira! ¡Un camión de bomberos!"

Benjamin, que corría con un globo en la mano, diciendo que le encantaba, se tropezó de pronto y cayó de estómago contra el suelo... Sucedió muy rápido, pero el niño, que estaba todo extendido sobre la hierba, por supuesto que comenzó a llorar.

"¡Oh! ¡Papá! ¡Papá! ¡Papá!"

Una voz fuerte se extendió por todo el lugar... Pero Isaac ya había corrido para abrazar a Benjamin. Sus rodillas estaban rojas debido a sus pantalones cortos, pero afortunadamente era un césped. No había nada de sangre.

"Ugh... Me duele mucho."

"Está bien, no pasó nada. Mira, no hay sangre."

Isaac la acariciaba tiernamente la espalda mientras que, una señora mayor con cara preocupada, llegaba justo desde atrás para ponerle alcohol sobre las piernitas.

"Abuelita Pina..."

"No llores cariño. Todo va a estar bien cuando te pongas la bandita ¿Recuerdas? Prometo que ya no va a doler."

La madre de Isaac hacía lo mejor que podía para apaciguar al niño histérico... Hasta que descubrió una sombra gigantesca sobre su cabeza. Solo entonces, ella miró atentamente a Félix con los ojos más que redondos y pronto, incluso se volvió hacia el propio Isaac.

Un hombre que se parece a Benjamin, está parado allí de una manera más que abrumadora.

"Es..."

Isaac sacudió la cabeza en silencio a su madre, que seguía alternando la mirada entre Félix y Benjamin.

Su madre se tragó todo, respiró hondo y se apresuró a cargar al bebé: "Benjamin, mira. Tu papá tiene razón... No tienes sangre. Tu piel está tan bonita como siempre"

Benjamin asintió, pero la lágrimas continuaron cayendo a toda prisa y su corazón comenzó a ir muy rápido. Ya ni siquiera parecía respirar.

Félix, que todavía estaba mirando a Benjamin atentamente, se acercó un poco a él para hablarle con lentitud:

"Hey, eres un niño valiente ¿No es verdad? Si dejas de llorar, te daré tu regalo de cumpleaños justo ahora"

"¿Mi regalo?"

Había funcionado.

Benjamin dejó de llorar en un instante y se volvió hacia Félix... Isaac, que todavía estaba limpiando la nariz del niño, voltea la cabeza y lo mira tan curiosamente como lo hace Benjamin.

"Es tu fiesta ¿O no?"

Reconociendo que la curiosidad del niño era abrumadora, Félix comenzó a emocionarse de nuevo. El niño hizo brillar sus ojos azules una vez más.

"¡Regalos!"

"¿Quieres verlo?"

"¡Sí!"

Y sin que Isaac pudiera evitarlo, la abuela le pasa al niño a Félix... Y él lo abraza contra su pecho y le sonríe otra vez.

Benjamin comenzó a reírse mientras lloraba.

"Si lloras y te ríes a la vez, tu cabello se pondrá muy feo. Te quedarás calvo pronto".

"¡No es verdad!"

"No. ¿Debería apostar? Mira cuántos años tienes, y tu cabello es una mierda"

"¡Señor Felice!"

Isaac se aproximó de inmediato, mirando a un Félix que ni siquiera parecía estarlo escuchando.

"¡¡Félix!!"

Félix levantó las cejas y se volvió hacia él.

"¿Qué?"

"Bájalo"

"¿Qué hice?"

"Ahora, decirle a mi hijo de tres años que tiene un cabello de mierda".

"... Pues es la verdad".

Félix tiene una cara de no entender el motivo de su enojo. ¡Es definitivamente imposible hacer que él entienda lo que está bien y lo que no! ¿Quién tiene tres años realmente?

"Ya no importa".

Cuando Isaac rápidamente se dio por vencido y sacudió la cabeza, Félix volvió a sonreír y sostuvo a Benjamin igual que lo haría con un peluche. Terminó cruzando el jardín como si incluso hubiera olvidado que tenía a Isaac y a su madre de frente.

"¿Y ahora a dónde vas?"

Félix simplemente respondió diciendo: "¡A darle mi regalo!"

Isaac era un padre muy sobreprotector, pero ahora se había quedado parado en el patio. Mirando como si nada a Félix llevarse a Benjamin a la puerta de atrás.

Un niño pequeño y un niño grande.

"¿Es el padre de Benjamin?"

A un lado, el sonido de un pequeño murmullo le hizo dar un salto terrible. Isaac suspiró otra vez y se volvió hacia su madre... Cuerpo pequeño, cara elegante, canas por todos lados. Era una mujer beta de mediana edad ordinaria y bonita.
Isaac, que estaba tratando de mirarla a la cara, en realidad se había puesto más que ansioso.

"... No."

Trató de responder con una expresión indiferente, pero temblaba. Su voz temblaba.

La madre frunce la boca, palmea la espalda del hijo y lo lleva a la sombra de un árbol apartado. El sol seguía brillando intensamente. Los niños están hablando y riendo... Isaac se paró a un paso de su madre y apartó la mirada otra vez. Sin embargo, a diferencia de la serenidad de la risa de los invitados a su alrededor, su pecho se sentía pesado.

"Mamá..."

"Se veía igual. Benjamin y el hombre."

"No..."

"Para negarlo enfrente de mí, entonces no debiste traerlo".

No puede hacer nada contra ella.

En primer lugar, es una persona que tiene buen ojo. Ya había intuido que mentirle no funcionaría en lo más mínimo, pero igual se arriesgó.
Desde pequeño siempre se había dado cuenta de lo que era verdad y lo que no. Era inútil fingir... Porque incluso había estado allí desde que Benjamin era apenas un recién nacido. Cada una de las expresiones faciales, palabras y acciones de Benjamin entraron en sus ojos y se quedaron grabadas en su mente para siempre. El hombre tenía todo, los ojos, el cabello, la personalidad.

"No preguntes qué está pasando... No digas nada y escúchame. Ese hombre todavía no sabe que Benjamin es su hijo."

"Isaac..."

"Y así tiene que quedarse ¿Bueno? Porque mamá, él en realidad no es el padre de Benjamin." No quería, pero parecía estar a punto de llorar. Su madre lo miraba como si no lo pudiera entender. "El padre de Benjamin soy yo. Nadie más. ¿Quedó claro?"

A la última palabra que lanzó, ella dejó de hablar. 


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