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Querido B. tomo 1 (Traducción finalizada) por yuniwalker

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La pequeña tienda estaba llena de todo tipo de flores y árboles pequeños. La mayoría de las tiendas de flores tienen todo dispuesto en cubetas, pero, la tienda de Isaac es más bien algo inusual. Las macetas tienen tierra real, raíces, están dispuestas para plantarse y todas las flores que despacha en su mostrador, han sido especialmente cultivadas por él.

De hecho, a Isaac siempre le había gustado más tener árboles y macetas que flores cortadas...

La flor que está sin raíz, se encuentra al final de su vida por lo que solo espera marchitarse. No importa cuán finamente embalado esté o que color de papel se utilice... Solo será por un momento y al segundo siguiente, se marchará. Por otro lado, las plantas en maceta significaban la vida misma.

Aunque eran plantas en una pequeña maceta y no en un gran patio, estaban vivas y crecían salvajemente. Abriendo sus pétalos cuando los tocaba. Agitándose.

Cuanto más verdes son las hojas, más brillantes florecen los capullos.

Es por eso, que Isaac quería desesperadamente que su vida se pareciera más a una maceta que a un ramo feo... Aunque obviamente, dependía de la situación y de las personas que conociera a lo largo del camino. Porque ahora, no se sentía completamente vivo que digamos.

"Hola, florista Isaac".

Isaac dejó de moverse. Estaba afuera, arrodillado frente a una maceta de barro porque realmente quería aprovechar los primeros rayos del sol...

Solo fue capaz de ver el zapato de un hombre. Cuero limpio, brillante y sin nada de polvo. La mirada de Isaac subió lento: Eran zapatos finos, pero las piernas estaban envueltas en jeans bastante casuales. Una camiseta blanca ajustada. Por fin, sus sentimientos embarazosos llegaron a su máximo apogeo cuando, sin querer, incluso reparó en su sonrisa.

Definitivamente era embarazoso, pero no creía que tuviera la suficiente confianza en si mismo como para decir "Adiós" y correrlo de allí... Incluso piensa, ¿Cómo puede un hombre igual a él pasear por las calles de San Diego tan casualmente?
Sin ganas de seguir pensando en eso, Isaac sacudió la cabeza y extendió las manos para continuar levantando la planta.

"Estás aquí de nuevo, cliente".

La sonrisa del hombre se hizo más fuerte. Después de todo, había respondido positivamente al saludo que le lanzó.

El cabello dorado que fluía naturalmente sobre su frente, ondeaba con ayuda del viento... Era literalmente, un hombre hermoso.

"¿Entonces te acuerdas de mí?"

"... Eres muy guapo. Claro que me acuerdo."

"Wow, no sabía que iba a escuchar un cumplido así de un florista como tú."

El hombre fue exagerado al momento de levantar las manos y también, lo fue bastante para demostrar que se sentía alegre... No estaba seguro de cómo había pasado, pero cuando Isaac se levantó y arregló su delantal, terminó por conducirlo al interior de su tienda.

El otro hombre no estaba allí ahora, Jack. El que se paraba erguido como un oso pardo listo para darle una bofetada con su pata. En cambio, un tipo más viejo y feo se inclinó ante él y luego, sin decir nada, lo siguió.

"¿Qué está buscando hoy?"

Solo le tomó un momento volver al mostrador... Pero de inmediato la sensación de un frío ardiente se transmitió con rapidez desde el costado de su cabeza. Un sonido de hierro y metal, un "click"... A regañadientes, evitando levantar las manos o hacer algún tipo de movimiento brusco, Isaac volvió los ojos hacia el hombre: Una colt gold cup 45 estaba en manos del cliente hermoso. Había también, una sonrisa brillante de dientes perfectos.

El hocico del Colt gold apretó de nuevo la sien de Isaac:

"¿Me conoces?"

Isaac, que tragó en seco, volvió los ojos para mirar hacia el frente. Al espacio con flores y plantas en macetas detrás del mostrador.

"Sí, eres el famoso Félix Felice. Te he visto en el periódico una vez". Isaac respondió inocentemente. Muy calmado. En esta situación, era más difícil mirar a su alrededor que mirarlo a él.

Félix analiza la expresión de Isaac, su rostro, su cuerpo, y sonríe. Luego dice en voz alta: "¿Realmente lo sabías? ¡Vaya que es interesante!"

Esta vez, Félix exageró de nuevo y se encogió de hombros. Era hora de que Isaac se moviera así que el hocico que empujaba todavía contra su cabeza, lentamente bajó y se perdió bajo su chaqueta. Félix chasquea la lengua y saca un billete de $100 para colocarlo en la palma del hombre.

"Nunca le he ganado a Tony en este tipo de apuestas. Tengo mala suerte".

"Es que el jefe es muy distraído".

"No, yo soy normal. Tú te das cuenta de todo".

El hombre le gruñe a Félix como si no estuviera de acuerdo con sus palabras. Sacude la cabeza, de un lado a otro, y luego pone el billete de $100 en el bolsillo delantero de su pantalón. Isaac, mirando de nuevo al cliente, se tragó a la fuerza un suspiro y dejó que se aproximara elegantemente hasta él. Ya no quedaba de otra.

Nadie sabe nunca en que está pensando.

Es la clase de hombre que apunta con el hocico de su arma a las personas y luego apuesta mucho dinero solamente porque le da la gana. Aunque sea absolutamente obvio que perderá... Pero tal vez, para Félix Felice era tan normal que no sabía que lo consideraban inesperado o que pensaban que estaba loco.

Como era de esperar, era precioso, aún desde el punto de vista de un hombre. "Tony" en realidad se llamaba, Lee Mok-bi. Lo había seguido fielmente por años hasta descubrir que aunque lo parecía, no era del tipo que caminaba por las calles concurridas, no le gustaba el sol, ni hablar, y sus palabras y actitudes eran muy diferentes de lo que se esperaba. No era un hombre que tuviera mucha confianza en si mismo y los años en los que estuvo trabajando le habían dejado secuelas terribles...

Félix Felice, es un hombre italoamericano de 30 años que es famoso por traficar armas. En el exterior, finge tomar una ruta comercial legítima y honesta, pero todos saben que en las rutas ilegales es donde se tiene la mayor riqueza. Era tan cruel y peligroso como los hombres de la mafia o del narco. Tenía los medios y el capital para distribuir y dirigir un negocio peligroso con completo éxito... Al menos hasta el momento lo había hecho muy bien. Se rumoreaba que su abuelo era un ejecutivo de la mafia italiana, los "Cosa Nostra", pero no se ha revelado nada importante todavía. Por lo tanto, no había una, sino dos o más instituciones pisándole los talones cada uno de los días. Por supuesto, entre ellas estaban el FBI y la CIA.

Aunque en los últimos cuatro años habían creído que estaba muerto, sus acciones en aumento eran cuestionables.

Félix levantó la barbilla de Isaac con un dedo largo. Sus ojos estaban reflexivamente entrelazados con aquellas pupilas azul oscuro.

"Pero me pregunto... ¿Cómo es que apareció un artículo de mí en el periódico sin que yo me enterara? Si es así, dime qué más decía".

"... Era un periódico de investigación en una universidad. Decía, que una base secreta se instaló hace cuatro años en una pequeña isla en América del Sur. La búsqueda de emergencia fue dirigida por la CIA, pero no encontramos... Perdón, no se encontró nada. Y aunque usted fue arrestado, finalmente lo liberaron sin cargos."

Después de un silencio incómodo, Félix sacudió la cabeza.

"Tu información es bastante exacta. La CIA me causó muchos problemas por un tiempo, sufrí un montón gracias a todos ellos."

Félix se rió, como si estuviera hablando de los chismes de una revista semanal... Pero sus ojos azules pronto parecieron nublarse. Quizá ahora estaba pensando en algo diferente, porque la mano que agarra la barbilla de Isaac comienza a cerrarse en sus huesos... El dolor sordo le llenó la piel.

"Entonces, ¿Es todo?"

"¿Perdón ...?"

"Lo que sabes de mí, ¿Eso es todo?"

Mirando los ojos prusianos, Isaac perdió sus habilidades por un momento... Por supuesto, también sabe que Felix Felice, un traficante de armas peligroso, un hombre de la mafia italiana, un extraño Alfa dominante absolutamente asfixiante. Por lo tanto, tener habilidades y una apariencia así de buena, es una dicha y una bendición en cada sentido de la palabra.

"... Eso es todo."

Isaac se mordió la lengua. No tiene que decir cosas peligrosas nada más porque su mente tiene ganas de hacerlo. Félix se rió, con los ojos entrecerrados.

"Entonces solo me reconociste por un artículo en un periódico..."

"Solo un artículo."

"Como dije, eres todo una sorpresa". Félix miró a Isaac, como si todavía estuviera divirtiéndose... "¿Por qué fuiste tan indiferente a pesar de que sabías quién era desde el principio?"

El pulgar de Félix frota suavemente su mandíbula inferior, luego sube y se detiene en su mejilla. Isaac quería golpearlo para evitar ese terrible cosquilleo que estaba subiendo... Pero no puede hacerlo porque el hocico de la colt probablemente estaría de vuelta en su cabeza.

"Eres un cliente, me compraste un ramo. Yo no trato mal a las personas que me ofrecen su dinero."

"Que chico tan misterioso. Las agallas dentro de tí deben ser inmensas ¿Cómo puedes ser tan insensible? ¿Dónde aprendiste a actuar así?"

"...Tengo una personalidad fuerte porque soy el dueño de  una  tienda de San Diego. Hay asaltos. Ya sabes..."

La sonrisa de Félix estaba fruncida al final.


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