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Querido B. tomo 1 (Traducción finalizada) por yuniwalker

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"¿Dónde nos conocimos?"

"... Pues, compraste un ramo de flores en mi tienda hace una semana."

Isaac respondió rápidamente... La oscura mirada de Félix era tan aguda que parecía que estaba tratando de mirar dentro de él. Pronto, sin embargo, murmuró:

"Que decepcionante".

Isaac fue liberado del agarre a su mandíbula así que, mientras se frotaba la piel de arriba para abajo, lo escuchó decir ahora: "Haz otro ramo para mí."

Cómo el tendero no dijo nada de inmediato, probó a cambiar sus palabras:

"Pido disculpas si el método que utilicé fue radical. Me sorprendió lo que me dijo Tony, que parecía como si me conocieras... Es raro que una persona común me conozca"

"¿Creías que era alguien del FBI o de la CIA? ¿Enserio?"

"Bueno, pareces un tipo diferente. En primer lugar, eres un florista y no puedes armar un ramo decente. Tienes las cosas en macetas, terrible con las manos..." Félix, que escupió todas estas palabras groseras, miró casualmente a Isaac de la cabeza a los pies. "Y no te dio miedo tener una pistola en la cabeza. No te moviste, ni siquiera titubeaste."

Isaac suspiró, con un montón de palabras atoradas en el pecho.

"Entonces, ¿A qué conclusión llegaste? ¿Crees que un florista como yo podría haber trabajado antes en las fuerzas especiales?"

"Pues no lo sé, tal vez sí".

Fue una respuesta incómoda... Era natural que se encogiera de hombros.

"Es que... No me entra en la cabeza ¿Cómo es que eres tan malo en esto? Intento darle respuestas lógicas pero parece que mi cerebro quiere llevarme a otro lugar... Tal vez, sea solo mi deseo de que tengamos otro tipo de conexión además de esta".

"... Soy un florista normal, que casualmente tiene problemas para empacar un ramo de flores".

"Eso es lo que me dice la vista". Apoyado en el mostrador, Félix se rió mientras cerraba los ojos. Era una sonrisa fascinante, una que la televisión normal clasificaba como "La sonrisa de un millón de dólares." 
Cualquier persona podría perderse fácilmente en ella...

Y allí fue cuando Isaac se puso más que nervioso. Dios, está tan asustado. ¿Pero ese no era su plan en primer lugar?
Hubiera sido imposible acercarse a él con el pretexto de que iba a revelar su identidad y no tenía las agallas suficientes como para contarle lo que recordaba... Pensó, que para hacer contacto directo con Félix tenía que volverse un buen hombre pronto. Un ciudadano común y corriente, con un puesto normal pero perfectamente bien distribuido en una zona comercial de libre acceso. Era la viva imagen de un tendero que quería vivir sin encontrarse con el infame traficante de armas.

No tuvo que acercarse primero... Fue Félix el que entró cuando quería cerrarla. Le enseña su letrero, le dice que ya es tarde. Que se vaya ¿Qué podría creer? Isaac no trató de retenerlo nunca, no tenía actitudes sospechosas... Y aun así, era inteligente.

A medida que tiemble de miedo y aumente sus frases sobre su vida, Félix verá, escuchará y confiará solo en la información que recopile.

Se dará cuenta.

"No digo que yo sea el mejor, pero esto es lo que hay". Isaac no tuvo más remedio que seguir sus palabras. Una conversación normal. "Amo lo que hago."

Las cejas de Félix se arrugaron de pronto... Entonces, lo miró fijamente otra vez y le ordenó exactamente lo mismo de hace un rato:

"Haz un ramo de flores para mí".

"¿No dijiste que no te gusta el empaque que le pongo a las flores?" Isaac sonrió, pero igual estaba sintiéndose especialmente cansado. "Tus palabras no tienen lógica."

"Un florista no puede hacer un ramo perfecto solo deseando que eso pase. Tienes que practicar".

"Ya..."

"Pero, esta vez elige una flor más noble. No es para ninguna cita."

Félix, tras esas palabras finales, casualmente apoyó la barbilla en el brazo que estaba recargado sobre el mostrador. Era, literalmente, como un cliente ordinario que estaba esperando a que se apurara...

Isaac se vio obligado a dar un paso hacia las macetas.

"El mostrador está hecho un desastre. Solamente tiras todo aquí conforme llega ¿No es cierto?"

Todavía tenía la barbilla sobre su mano para cuando estiró los dedos de la otra: Las diversas notas y tarjetas estaban desparramadas, como si el cajón solo hubiese decidido vomitarlo todo... La mirada de Félix entonces se fijó en un punto exacto dónde una letra hermosa decía: "Querido Benjamin".

El sonido de su voz se dispersó desde la punta de los labios de Félix y terminó por rebotar en todas direcciones. Fue lo mismo que la última vez. También había pasado con una tarjeta.

Apresurándose de nuevo al mostrador en lugar de recoger las flores que se habían venido abajo, Isaac rápidamente agarró la tarjeta y la guardó en su cajón.

"Vaya... Escribes con mucha ternura"

"..."

"¿Tienes una relación a larga distancia?"

"No."

"¿Entonces por qué escribes cartas como esas?"

Los ojos de Félix estaban llenos de una intensa curiosidad. Isaac guardó silencio, se elevó de hombros y se dió la vuelta para volver con sus flores.

Detrás de él, todavía está la fuerte mirada de Félix:

"Benjamin... Tu querido Benjamin ¿Es un amante, verdad?"

"¿Qué color quieres? ¿Rosa o beige?"

"Tu nombre es fuerte, pero tal vez seas un Beta. Benjamin, un hombre, cartas... Hacer algo tan gay..."

"Si quieres algo elegante, el beige y el amarillo deberían ser la mejor opción".

"¿No eres un Omega, verdad?"

Fue el momento en que sintió que había dado todas las respuestas incorrectas. La mano de Isaac se quedó estática a centímetros de las flores.

"Los Omega me ponen nervioso".

Félix había murmurado eso con una voz helada, algo que en definitiva daba mucho miedo y te dejaba con la mente vuelta un caos. Isaac lo ignoró otra vez.

"... Afortunadamente, las Calas están muy bonitas y frescas hoy. Haré un ramo principalmente de Cala ¿Bueno?"

Y así, las preguntas que eran muy parecidas a un nivel elevado de acoso sexual, no continuaron por más tiempo... Aunque había una serenidad terrorífica en el ambiente de la tienda.
Félix, que estaba parado todavía junto al mostrador, se dio cuenta cuando terminó de hacer el ramo.

"Realmente el arreglo es un desastre. Esto me hace dudar todavía más de tu identidad... ¿Sabes qué? Prefiero llevar solo las flores para la próxima. En maceta."

Félix lanzó dos billetes de $100.

"Es demasiado. Si no te gusta el embalaje, entonces solamente dame 50".

Isaac no aceptó los billetes que le dio, más bien, no quería recibirlos. Entonces, Félix los azotó en el mostrador para hacer un sonido verdaderamente fuerte. "Yo lo ordené así que yo lo pago como me dé la gana. Incluso si es malo, tienes que ser generoso por el trabajo que tomó."

"Las Cala no valen 200"

"Cualquiera que sea el precio de la flor está bien, el resto es una propina".

Giró su cuerpo, con el ramo en la mano. No hubo despedida y tampoco abrió la boca otra vez... La puerta se movió, se sacudió la campana, y finalmente él salió. Como Tony también había salido, el silencio absoluto finalmente llegó.

Los hombros de Isaac, que estaban tensos, se aflojaron... Y de nuevo pareció que sus pulmones le estaban pidiendo una cantidad exagerada de un oxígeno que no podía darle. Jadeó ¿No será solo un sueño?... Sin embargo, los dos billetes de cien dólares en el mostrador le decían que lo que estaba sucediendo era absolutamente real.

El hombre llamado Félix Felice era como una piedra arrojada terriblemente a la vida diaria de Isaac. La piedra había salpicado sobre las aguas tranquilas e inevitablemente hizo vibrar toda su superficie.

Si nunca lo hubiera vuelto a ver...

Si tan solo...


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