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Querido B. tomo 1 (Traducción finalizada) por yuniwalker

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(Querido Benjamin...)

Escribir el inicio de la tarjeta era sencillo, continuarlo era un asunto completamente diferente.
Supone que si sigue pensando, con el bolígrafo apretando el papel, entonces eventualmente sucederá algo y escribirá sus más honestos pensamientos.

A veces es difícil expresar a la perfección lo que uno siente.

En primer lugar, en el momento en que escribió el nombre "Benjamin", la imagen de su rostro le llegó a la cabeza y su corazón se sintió completamente lleno.

"Te extraño...."

Isaac murmuró esto en voz baja, con ambas manos en la frente y los ojos cerrados. La tarjeta estaba en blanco y tal vez iba a quedarse así por bastante tiempo más.

"¿Qué pasa? ¿Quieres verme tan desesperadamente? ¿Pensaste en mí?"

De repente, un tono juguetón sonó sobre su cabeza. Isaac se inclinó hacia el mostrador y se levantó con la frente en alto... No había aparecido ningún sonido, ni una señal. Pero justo en el marco de la puerta, un hombre de un rubio cegador estaba parado bastante firmemente. Saludando.
Sintió un escalofrío terrible por el hecho de que un tipo con tal físico apareciera sin que lo hubiera podido percibir.

¿Qué pasó?

¿Estaba tan triste que ni siquiera escuchó el sonido de la maldita campana tambaleándose en la entrada?

Miró de nuevo: La puerta estaba abierta de par en par...
Si la puerta está cerrada parece que la tienda está cerrada también. Generalmente deja todo abierto durante algunas horas al día por lo que era absolutamente obvio que el timbre no iba a sonar.

Isaac había olvidado esto y ahora no había podido prepararse para la enorme presencia que representaba Félix Felice, quién caminaba hasta el mostrador con las manos metidas en los bolsillos del pantalón.

Al darse cuenta de que su mirada descansaba en la tarjeta que estaba llenando, Isaac la colocó en su cajón y preguntó:

"¿Cómo puedo ayudarte hoy?"

Isaac, como a otras muchas personas, de pronto le soltó una sonrisa amplia y bastante agradable. No fue intencional, es solo que ahora estaba escribiendo una tarjeta pensando en Benjamin y no pudo evitar sentir un oleaje dentro de su pecho que le llenó de una infinita sensación de paz y a la vez, de algo parecido a la euforia. Como opina que muy seguramente va a notar que no es el mismo de siempre, en lugar de vigilar a Félix, mira a Tony: Parece tener más de cuarenta años, serio, muy alto, y ahora estaba sentado cómodamente en la silla para los clientes mientras miraba la pantalla de su teléfono celular...

No lo parece, pero es claro que se está enfocando en todo lo que está pasando a su alrededor.

"Las cartas se siguen acumulando en tu escritorio. ¿No las estás terminando correctamente?"

La pregunta llamó la atención de Tony. Isaac negó, porque finalmente había decidido enfrentrarse a Félix con todo ese tema de las tarjetas... Cerró el cajón con la punta de los dedos para emitir un sonido que pudiera tomarse como agresivo.

"Por supuesto que lo estoy llenando bien".

"¿Si? Porque solo he visto la frase "Querido Benjamin" un millón de veces. Tengo curiosidad por el contenido inexistente."

Félix se encogió de hombros como si fuera un asunto bastante trivial... Pero Isaac no parecía cómodo con eso.
Antes quería, pero ya pasaron dos semanas desde que espera que ese hombre deje de caminar tan libremente por el centro de San Diego. Era difícil verlo a la cara y de todos modos, Félix entraba y salía de la tienda como si fuera su segunda casa. Compraba ramos a precios altos, hablaba y criticaba el embalaje tan desordenado aunque de todos modos se llevaba el ramo. Decía "Practica un poco más." "Practica para ser mejor."

Isaac no se quejaba, aunque era una situación bastante ridícula. ¿Por qué cree que necesita de su dinero?

"¿Qué tipo de ramo quieres?"

Cada vez que se lo encontraba, le hacía la misma pregunta. Igual que si fuera un cliente nuevo.

Con las manos todavía en los bolsillos, le habló a Isaac con una mirada inusualmente irregular. Dijo: "¿Quieres ver a Benjamin?"

Eso fue suficiente para hacer llorar su corazón...

¿Había preguntado si quería verlo? ¡¡Benjamin era en lo único en lo que pensaba últimamente!! En lugar de responder a la pregunta con una frase diferente o concentrarse de lleno en el ramo, recogió lo que había olvidado por un tiempo:

"Sí, quiero verlo de inmediato".

Una inesperada cara infantil apareció en el rostro apuesto que supuestamente debía tener Félix. Siempre había evitado hablar de él, nunca respondía sobre las preguntas de las cartas o del nombre ¿Qué era diferente ahora?

"Entonces tú...."

"¿Qué tipo de ramo quieres?"

Era la tercera vez que hacía esa pregunta, pero de todas maneras no había ninguna respuesta.

Todo estaba tan silencioso que incluso le pareció extraño.

"¿Me escuchaste, señor cliente?"

"¿Cuál sería... Tu tipo de ramo ideal?"

"...Me gusta más estar en un jardín que recibir un ramo."

"Vale, entiendo eso..." Félix tuvo un enorme corto en su flujo normal de pensamientos. "Pero ¿Crees poder hacer un ramo que sea de tu gusto? Algo que digas "Rayos. Quiero llevarme esto a casa"..."

"¿En serio?"

"Sí."

Entonces, un ramo a su gusto...

Eligió una maceta de flores rosadas. Le gustan las peonías, porque florecen de una manera hermosa y natural. Son elegantes y atemporales, como una flor que transmite la belleza tranquila y la tentación salvaje a la vez... En cierto modo, en el lenguaje de las flores, sentía que combinaban con ese hombre hermoso llamado Félix.

"Estás son..."

"¿Lo puedes envolver para regalo?"

Era una orden extraña, pero Isaac silenciosamente envolvió la olla en papel de regalo y le puso una cinta colorida encima. Félix, que observaba en silencio lo que estaba haciendo, nuevamente sostuvo las flores y pagó por ellas más de lo que costaban.

Entonces fue cuando dijo: "Para ti" y de repente empujó la olla de nuevo hacia atrás... Los ojos de Isaac se abrieron demasiado.

"Ya las pagaste ¿Por qué me las das de vuelta?"

Isaac se veía tan desconcertado, que Félix no tuvo más opción que mostrarle otra sonrisa bonita.

"¿Como qué por qué? Es un regalo... Estoy interesado en ti."

Oh, es vergonzoso cuando el hombre que te recuerda a una peonía te la da como un regalo. Isaac se rascó la mejilla como si estuviera en problemas...

Ciertamente ya no sabía que decir.

"¿Por qué estás interesado?"

"Bien, te lo diré. Siento que te conozco... ¡Pero no sé de dónde y no se por qué! Mi cabeza no funciona bien desde mi encuentro con la CIA ¿Sabes? Pero, hay... Partes de mi que... Desesperadamente..."

"Oh..."

"¡Entonces te ví una noche! Y pasé y te compré un horrible ramo y luego leí tu nombre en esa ridícula tarjeta... Creí que me ibas a ayudar a recordar de dónde te conozco pero, dices que tampoco sabes."

Félix murmuró todo muy rápido, chasqueando su lengua para que entendiera que estaba de verdad frustrado... Isaac estaba perplejo, pero tomó toda la fuerza que tenía y la juntó en su pecho para sacudir la cabeza frente a él.
Quién se le está confesando, no es otro que el conocido traficante Félix Felice. ¿Quién podría haber rechazado esa apariencia, ese poder, riqueza y esa notoriedad alguna vez? Te guste o no, lo hubieses aceptado sin pensarlo ni un segundo por el simple hecho de existir. Y estaba claro que la personalidad y la actitud del hombre se habían desarrollado en base a eso.

"Gracias por fijarte en mi pero, voy a tener que rechazarte."

No es sorprendente que una ceja de Félix suba... Como si pensara que definitivamente estaba mal de la cabeza. Su increíble expresión lo hizo parecer como si tuviera una enorme roca incrustada en el pecho.

"¿Cuál es la razón?" Pero antes de que Isaac dijera algo, Félix había hecho que sus ojos parecieran todavía más salvajes. ¿Por el "Querido Benjamin"?"

"Sí." Isaac tragó la tensión y lo miró directamente. "No te estoy pidiendo que no nos veamos más... En cambio, ¿Por qué no me sigues tratando como lo has hecho hasta ahora?"

"... Deja a Benjamin".

"No".

Una vez más, las cejas de Félix se levantan ante una respuesta tan firme... Ahora, el acto de apretar y apretar los puños se hace más fuerte. Los tendones de sus antebrazos, que estaban expuestos debajo de las mangas dobladas, se apretaron también y se llenaron de venas.

"¿Sabes que eres el primero que me rechaza?" Félix estaba triste y puso una voz muy molesta, pero Isaac estaba a punto de estallar en carcajadas. Sería bueno poder decirle que no tenía que actuar como un niño de tercer año de preescolar.

"Lo siento."

Pero la verdad es que está orgulloso de haberlo escuchado decir "Eres el primero"

"¿De verdad no...? ¿No tengo ninguna oportunidad?"

Félix chilló y abultó los labios. En serio, era como un bebé.

"Ninguna"

"Piénsalo de nuevo... Si te niegas, te arrepentirás después porque definitivamente soy una buena opción. Puedo hacerte disfrutar más que nadie en la cama. Es más, ¡Ni siquiera tenemos que hacer algo más que dormir si es eso de lo que tienes ganas!"

Deprimido e infantilmente aplastado, la verdad es que se veía demasiado lindo como para que lo pudiera resistir. Por segunda vez desde que se enfrentó a Félix, se dibujó una sonrisa sobre los labios de Isaac... Aunque ahora esta expresión era toda para él.

Los ojos de Félix, que miran fijamente la expresión, están extrañamente abiertos ahora...

"De todos modos, acepta mi regalo. Y si quieres que te de un tiempo para pensar, está bien. Puedes pensarlo tanto como quieras. Pero la próxima vez tendrás que responder con un sí."

Es más persistente de lo que pensaba que era.

Después de eso, Félix se dio la vuelta como si no pudiera soportarlo más... Isaac entrecerró los ojos a su espalda y lo siguió completamente hasta que desapareció. Tony, que estaba sentado todavía en la silla, sin ningún tipo de señal, se acercó a Isaac y abrió la boca:

"Aquí tienes, por el esfuerzo."

"No es necesario que me de más dinero"

Tony negó con la cabeza. "Me parece que no hay de otra..."

"Es tan extraño... Si fuera él, no estaría paseando tan tranquilamente por estos lugares. Conociendo su reputación, supongo que pueden atraparlo de un momento para otro."

"Mi jefe se parece mucho a ti... Tal vez por eso decidió tener sexo contigo".

"..."

"¿Entiendes lo que quiero decir? Deberías tener cuidado y olvidar lo que sea que estés planeando, porque no eres tan inteligente como te sientes".

Tony, quien le dio una advertencia misteriosa, al final ignoró la palabra de no dejar propina y puso un billete de $100 sobre el mostrador...

Después de dejar la tienda, Isaac cerró los ojos, con la frente acomodada fuertemente entre sus manos... ¡Maldita sea! Si lo pensaba con calma, en realidad todo se había ido al carajo desde la primera vez que Félix ingresó a la tienda. Antes, ¡Cuando hizo su equipaje y escapó de la isla!
No puede evitar arrepentirse del tsunami que causó y de las cosas que dejó que se llevara con él...

Isaac se quedó así por un momento largo.


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