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Encuentro trascendental por Katt-chan

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Notas del capitulo:

¡Espero que lo disfruten!

Después de su triunfo del día anterior ese día parecía ser tan prometedor. Oikawa se levantó animado de su cama, deseoso por jugar algo de volley, ver a sus amigos y a su lindo a novio después. Sin embargo, su buen humor se vio pronto entorpecido por su madre.


"Hola, mamá." Le saludó contento.


"Hola, cariño. ¿Por qué tan feliz?" Dijo ella con una sonrisa. Tooru, al oír esto, quedó algo confundido. Él estaba seguro de que les dijo sobre el buen resultado de su último partido.


"¿Porque ayer ganamos y pasamos a la siguiente fase del campeonato de la prefectura?" El muchacho dijo incrédulo, aun con una sonrisa. Se reusaba a que eso le arruinara el día.


"Ah, solo pensé que sería algo más importante." Le respondió con tranquilidad, dando por finalizado el tema. Pero Tooru no podía creer lo que estaba escuchando.


"Disculpa, pero esto es bastante importante para mí. En Seijoh hemos trabajado harto para este campeonato, y demostrar eso podría conseguirme una buena oportunidad para continuar profesionalmente."


"Sí, lo sé." La mujer respondió de forma aburrida tomando de su té mientras veía algo en su celular. Oikawa, sin querer comenzar una discusión con ella, solo se comenzó a preparar un sencillo desayuno. "Tooru, ¿has estudiado suficiente para tu examen de ingreso a la universidad?"


'Ah... Así que de eso se trata todo esto...' Pensó amargado. Su madre, si bien no se lo había dicho explícitamente, cada vez le daba más indirectas sobre su futuro y sobre ese maldito examen. No estaba del todo seguro, pero tenía la sospecha de que ella no aprobaba del todo su elección de dedicarse al volley. "Sí, lo tengo controlado." Terminó respondiendo cortante.


"Bien. Asegúrate de no descuidar eso."


Después de eso, ninguno de los dos se volvió a dirigir la palabra. Tooru terminó de comer rápidamente y salió de su casa, sintiéndose algo molesto.


'No voy a dejar que me afecte.' Respiró hondo e intentó sonreír para así volver a animarse. Después de todo, independientemente de la aprobación de su madre, sabía que ella no se opondría a que hiciera lo que quería hacer si le demostraba que era bueno en ello. No era tan grave. Ese día iría bien.


--


Ese día era una mierda. Si lidiar con las indirectas de su madre no fuese suficiente, el consejero de la escuela juntó a los estudiantes de tercero del club de volley para convencerlos -nuevamente- de evaluar si era conveniente para su futuro seguir dedicando su tiempo al club. ¿Cómo le explicaban que ya era muy tarde para arrepentirse aun si quisieran hacerlo? De seguro no lo entendería.


Pero las sorpresas aún no se terminaban. Había llegado la hora del almuerzo, y se dio cuenta que no había empacado su comida por salir casi escapando de casa a causa de su madre.


"Oikawa, ¿vienes a comer?" Le dijo Iwaizumi cuando no lo vio prepararse.


"Olvidé mi almuerzo. Iré a comprar algo y te veo donde siempre." Respondió mientras se levantaba para ir a la cafetería. Además de la enorme fila para poder comprar, cuando al fin pudo llegar a la vitrina quedaba únicamente una especie de guiso de espinaca hervida. No tenía muchas opciones... debía almorzar para poder después tener energía para el entrenamiento. Así que compró lo que quedaba. 'Bueno... podría ser peor... podría haberme quedado sin comer...'


De esa forma, partió rumbo al punto donde acostumbraba a almorzar con Iwaizumi. Pero no sin antes que alguna muchacha se le ocurriera que era buena idea acosarlo para llamar su atención. Por lo general, tenía la paciencia para poder manejar esas situaciones, para así con su característica gentileza y caballerosidad rechazarlas. Pero ese no era uno de unos días... Oh, sí... ese definitivamente no era uno de esos días.


"¡Oikawa-senpai! ¿Vas a comer?" El castaño miró entre la chica y el estúpido guiso en sus manos. Apretó sus labios para contenerse de preguntarle si era deficiente mental o ciega, y, en su lugar, respiró hondo para calmarse.


"Sí." Le respondió con una sonrisa forzada.


"Ya que estás solo, puedes venir a almorzar con nosotras." Dijo ella tomando su brazo para dirigirlo a otra dirección. Esa chica realmente estaba probando su paciencia.


"La verdad, Iwa-chan me está esperando en otra parte, así que, si fueses tan amable de soltarmepor favor." Oikawa replicaba mientras intentaba librarse lo más delicadamente posible.


"Iwaizumi-senpai siempre te monopoliza." La joven hizo un puchero demasiado exagerado. "Mejor ven con nosotras, ¿sí?"


'Ok, ser sutil no está funcionando...' Oikawa terminó por lanzar un pequeño suspiro frustrado. "Mira, de verdad aprecio la oferta, pero prefiero ir con-" Sin embargo, ella volvió a tirar de su brazo, esta vez con más fuerza, la suficiente como para hacer que el castaño soltara el almuerzo y cayera suelo. El contenedor de plástico se abrió, y por el impacto el alimento saltó, regándose por los alrededores, incluyendo sus pantalones y zapatos. Hubo un momento de silencio en toda la cafería, mientras todas las miradas se dirigían hacia él y el desastre que había hecho. La chica, completamente avergonzada, soltó apresuradamente su brazo para luego desaparecer de su alcance en un pestañeo.


Intentando ignorar al resto que solo lo miraba atentamente, comenzó a limpiar esa cosa verde que se suponía que sería su comida. Mientras la tiraba a la basura, de pronto se comenzó a ver ligeramente más apetitosa que antes... debía tener mucha hambre. Obviamente, cuando quiso comprar otra cosa más tarde no quedaba absolutamente nada, por lo que terminó yendo a su sala de clases deprimido y hambriento.


"¡Oye, Oikawa! ¡Te estuve esperando todo el puto almuerzo!" Le regañó su amigo cuando volvieron a verse en el salón. Pero a los pocos segundos, notó el aspecto rabioso y desaliñado del castaño. "¿Qué te pasó?"


"Una niña tonta me hizo tirar mi comida en medio de la cafetería..." Tooru murmuró amargamente apoyándose en su escritorio. Iwaizumi relajó sus facciones y se sentó a su lado, mientras comenzaba a revolver dentro de su bolso. Finalmente sacó un pan, el que dejó sobre el escritorio.


"No es mucho, pero es algo."


"Gracias, Iwa-chan." Le dijo con genuino agradecimiento. Lo abrió rápidamente para comerlo antes de que comenzara la clase. Alcanzó a darle una gran mascada, cuando entró el profesor.


"Oikawa, en mi clase no se come. Sabes eso." Dijo el hombre severamente al verlo. El castaño tragó con rapidez para poder hablar.


"Sí, lo siento, es que no pude almorzar y-"


"Tus problemas personales no son de mi interés. Dame eso." El profesor se acercó a él extendiendo su mano para que le entregara el pan. Oikawa miraba entre la botana y el hombre.


"Está bien, lo guardo." Dijo cerrando el empaque para meterlo a su bolso.


"¿Hablo en chino acaso? Dámelo. Ahora." Lentamente, le acercó el pan y el profesor se lo arrebató de las manos. Luego, fue hacia el basurero de sala para arrojar el alimento en él. "Para quien se le ocurra traer comida a mi clase, esto es lo que pasará. Ahora, saquen sus cuadernos."


Tooru quedó mirando el basurero durante varios minutos, evaluando seriamente si podría rescatar el pan una vez que todos salieran del lugar, mientras Hajime no sabía si reírse o compadecerse de su amigo.


Como era de anticiparse, el hambre y la falta de energía le pasó la cuenta en el entrenamiento. Después de una hora de ejercicio, se comenzó a sentir fatigado. Iwaizumi, ligeramente preocupado, le obligó a sentarse para evitar que se desmayara. Pero por supuesto, eso no fue bien visto por los entrenadores, quienes lo regañaron de forma no muy discreta por no cuidarse adecuadamente en medio de un campeonato. Terminó por sentirse completamente humillado... o aun más humillado de lo que ya se sentía.


--


Finalmente, fue en dirección a la casa de su pareja, esperando que una velada con el lindo pelinegro lo animase un poco después de ese desastroso día. Lo esperó como habituaba en la entrada de su hogar hasta que lo vio acercarse. Se saludaron rápidamente, y Tobio le dio un besito en la mejilla. Oikawa sintió que, con solo ese gesto, las cosas de pronto comenzaban a mejorar.


Estar con Tobio era refrescante. Él le hacía sentir como una persona tal vez más genial de lo que era... Y era difícil no quererlo cuando lo veía sonreír dulcemente ante sus gestos amorosos, o cuando le cocinaba las delicias que sabía hacer. Mientras probaba ese delicioso curri que decidió preparar, se sintió aún más agradecido de tener a ese chico a su lado.


"¿Cómo te fue hoy?" Le preguntó el pelinegro. ¿Qué le iba a decir? ¿Qué había sido una mierda? Ni siquiera quería hablar de eso, solo deseaba olvidarse de todos los problemas con Tobio.


"Emm... normal." El castaño le terminó diciendo, para evadir comentar más y tomó un gran bocado de comida. "Como siempre, está delicioso." Estuvo un rato en silencio, sin notar que el otro joven lo miraba con detención.


"Bueno, en la próxima fase nos toca jugar uno contra otro." Dijo de repente Tobio.


"Sí, y ni se te ocurra contenerte, porque yo no lo haré."


"¡Por supuesto que jugaré con todo! ¡Y planeo ganar!" El rostro decidido del chico le daba tanta ternura, así que sintió la urgencia de reír de pura felicidad.


"Excelente." Definitivamente, Tobio era precisamente lo que necesitaba en ese momento.


"Tooru... No cambiará nada entre nosotros después de ese partido, ¿cierto?"


Un momento... ¿qué? ¿Por qué Tobio le estaba diciendo eso?


"¿A qué te refieres con eso?" Le terminó preguntando seriamente.


"Pues... Para los dos es importante ganar... Y obviamente uno de nuestros equipos perderá... Y, bueno, sé que es muy importante para ti ganarle a Shiratorizawa así que..." No tenía idea que era exactamente lo que estaba pasando por la mente del pelinegro, pero las sospechas que tenía sobre ello no eran de su agrado. Fue entonces como todo el estrés que sentía se manifestaban en una furia incontenible.


"¿'Así que' qué?" Le dijo molesto. "¿'Así que' qué, Tobio? ¿Acaso crees que planeo algo en tu contra?"


"¡N-no! Yo-"


"¿Entonces qué? ¿Qué romperé contigo si nos eliminan?" No había que ser muy inteligente para ver que la expresión de Kageyama indicaba que había acertado. Esa revelación le dolió, probablemente más de lo que debería. De repente, ya no se sentía como una persona genial junto a Tobio, ni siquiera como una decente... "¿Tan pobre es tu imagen de mí que piensas algo como eso?" Respiraba con dificultad hasta que decidió seguir. "Si eso piensas de mí, ¿entonces... por qué estás conmigo?" Realmente no comprendía por qué el muchacho querría ser su pareja si aparentemente no era confiable con algo tan básico.


"Yo- yo te quiero..."


"Pero aun así no confías en mí... Esto va más allá de los partidos y de la competencia. Tú realmente no confías en mí."


"¡Sí confío en ti!"


"Si lo hicieras, no tendrías que estarte preocupando por eso." Ya no quería seguir ahí. Había llegado con la esperanza de mejorar ese día, pero se estaba sintiendo aún peor.


"Tooru-" Sin querer lidiar más con él, se levantó y fue a paso acelerado hacia la puerta "¿A dónde vas?"


"¿Sabes qué, Tobio? Yo te quiero mucho. Enserio." Le respondió con honestidad, porque no había forma de dimensionar cuanto adoraba a ese muchacho. "Pero tal vez deberías decidir si realmente quieres que sigamos, porque no necesito esto." Tomó su bolso y abrió la puerta. "Así que, cuando te decidas, me avisas. Adiós." Y dicho eso, salió de ahí dando un portazo.

Notas finales:

Agradezco cualquier comentario o retroalimentación para mejorar.

¡Muchas gracias por la oportunidad!


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