Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Seducir / Lencería por DanyNeko

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

"No hay afrodisíaco más poderoso que hablar, no hay seducción más efectiva que la curiosidad” Manju Kapur.

 

Bakura gruñó como un animal huraño mientras deslizaba el pulgar izquierdo por la pantalla táctil de su celular, silenciando la molesta alarma que probablemente lo haría odiar la canción elegida.

Si algo odiaba Bakura de asistir a una escuela lejos de su casa era tener que levantarse temprano para llegar a tiempo a las malditas clases.

Bostezó como un león mientras tiraba de las sábanas sobre su cuerpo. Era una mañana levemente fría por lo que parecía, con un poco de suerte estaría nublado y no tendría que lidiar con un sol ridículamente brillante en su camino a la escuela.

Por lo pronto, cinco minutos más~

Un tintineo diferente sonó desde su celular, antes que la repetición de su alarma se activara.

Bakura maldijo sin recato mientras buscaba el maldito aparato, a ciegas, con la mano izquierda. ¿Quién diablos estaba enviando mensajes de texto a esa hora?

Era demasiado temprano para que nadie reportara que el profesor de la primera clase no iba a asistir.

Dentro de su pequeño capullo de mantas color rojo oscuro, el albino de cabello disparejo entreabrió un solo ojo para mirar la pantalla con el brillo al mínimo.

La somnolencia fue mandada por el excusado cuando vio la imagen de contacto del remitente.

Una fotografía de Ryou que fue tomada sin que el chico lo supiera. El pequeño y dulce albino estaba mirando al cielo, con ojos sutilmente nublados, la más ínfima sonrisa en sus rosados labios y la cara apoyada en una mano, como si estuviera profundamente perdido en sus pensamientos.

Era una de las fotos favoritas que Bakura había tomado a escondidas de su precioso hikari no tenshi.

Una de tantas.

De vuelta al punto. Bakura miró su teléfono como si este fuera a explotar en cualquier momento. Porque debía ser un error ¿No? Ryou debería estar aún dormido, dado que vivía un poco más cerca de la escuela, por no hablar de que el menor nunca le enviaba un mensaje primero. Siempre era Bakura el que empezaba la conversación.

Conversaciones que, en los últimos días, habían sido… intensas.

El primer pensamiento de Bakura fue que Ryou, seguramente recién levantado, había escrito un mensaje a uno de sus mejores amigos y, en su somnolencia, lo había enviado al contacto equivocado. Tendría sentido, Bakura estaba seguro que su contacto estaba muy arriba en la lista de Ryou desde que le había enviado un mensaje anoche.

Esperó un momento, por si la notificación del mensaje cambiaba a "este mensaje ha sido eliminado" 
Esperó unos buenos tres minutos hasta que se hizo obvio que el mensaje no iba a ser alterado.

Solo por si acaso, Bakura se pellizcó un brazo. Aparentemente, estaba despierto. Luego miró la hora y fecha en su teléfono. Viernes, apenas pasadas las seis de la mañana.

Todo normal.

Inusualmente dudoso -el pequeño Ryou no tenía ni una maldita idea de cuánto afectaba a Bakura, y él esperaba que no lo supiera hasta que consiguiera encantarlo como quería- Bakura tocó el mensaje para abrirlo.

Los ojos casi se le salen de las cuencas y se ahogó con su propia respiración.

¡¿Realmente estaba despierto?!

El mensaje corto y conciso estaba acompañado por una imagen. Bakura repasó ambas cosas con ojos incrédulos y ambiciosos, sin creer del todo lo que estaba viendo.

Buenos días~
¿Tuviste algún sueño interesante hoy?
Parece que finalmente obtuviste lo que querías.
Soñé contigo esta noche.

El mensaje estaba acompañado por una fotografía recortada del rostro de Ryou que enfocaba específicamente sus labios. Labios más rojizos de lo habitual, se veían levemente rotos, como si los hubiera mordido repetidas veces y, de hecho, una pequeña parte estaba apresada entre los dientes.

Bakura sintió una chispa de calor en su vientre mientras el hambre y el deseo espesaban su sangre. Cuántas ganas tenía de morder el mismo esos apetitosos labios y dejarlos igual o peor magullados de lo que estaban en la fotografía.

(Una que sin duda iría a su carpeta más escondida y la única guardada bajo contraseña en su celular)

Quién sabe cuánto tiempo estuvo mirando la foto, Incluso canceló la repetición de su alarma, justo antes de que un nuevo mensaje entrara.

¿Sin respuesta?
¿Estamos cortos de inspiración hoy o simplemente te aburriste?

No. Simplemente atónito, precioso. Respondió su mente automáticamente.

Porque, de verdad, Bakura no sabía en qué dimensión paralela había despertado esa mañana.

Llevaba loco por Ryou tanto tiempo que había perdido la cuenta.
La primera vez que lo vio lo había descartado como el nuevo presumido niño bonito en la escuela. Había llamado la atención de casi todas las chicas de inmediato y probablemente algunos grupos de chicos harían de él su nueva víctima. Su constitución delgada, suave y elegante daba la apariencia de una presa.
Entonces vio como rechazaba cada intento de las chicas de acercarse y coquetear. Pensó que era un presumido por un segundo allí, pero el chico era gentil y educado al rechazarlas, casi tímido, y no iba después alardeando de cuantas chicas hacían fila para invitarlo a salir.

Bakura no está seguro de qué fue lo que despertó su curiosidad por Ryou, pero pronto se encontró observándolo cuando el menor no se daba cuenta. No tardó mucho en embobarse con las sonrisas del pequeño albino, no las que les daba a las chicas, sino las genuinas, de cuando estaba en las clases de arte o con el pequeño grupo de amigos que finalmente había conseguido.

Al principio se habían topado una o dos veces a la semana. Ryou no había sido más que gentil con Bakura. No se encogía de miedo si tropezaba con él, en cambio le daba las miradas más tiernas y se disculpaba genuinamente, preguntando si estaba bien o si podía hacer algo para disculparse.

Al principio, Bakura simplemente lo descartaría y se alejaría para seguir mirándolo desde lejos.

Entonces, Ryou se hizo amigo de Malik, uno de sus pocos amigos genuinos, y Bakura empezó a tomar confianza para molestar a Ryou.

Serían pequeñas bromas dirigidas al lindo albino al principio. Luego comentarios subidos de tono, lanzados como si simplemente tratara de avergonzar al oji-verde en lugar de estarse muriendo internamente por probar sus labios y su piel.

Cuando se dio cuenta que Ryou no iba a ignorar su existencia por completo, ni a salir corriendo en la dirección opuesta por ese comportamiento, Bakura aumentó la apuesta.

Empezó a enviar mensajes de texto picantes.

Al principio, Ryou simplemente respondería después de largos minutos, regañándolo para que dejara las bromas, pidiéndole qué dejara de intentar avergonzarlo.
Luego, Bakura se dio cuenta, los hermosos ojos verdes de Ryou lo buscarían ocasionalmente durante la escuela, si encontraba su mirada, el menor se sonrojaba y desviaba la cabeza, apretando su mochila o chaqueta contra su cuerpo nerviosamente.

Bakura llegó a preguntarse si su ridícula estrategama estaba funcionando. Si acaso Ryou tenía pensamientos subidos de tono con él tanto como Bakura los había tenido por semanas, muriendo por la oportunidad de tener al adorable chico entre sus brazos.

Teniendo todo eso en cuenta, Bakura jamás en la vida hubiera esperado que Ryou fuera el que iniciará la conversación.

¿Aburrirme? ¿De ti? Como si pudiera, Ry.
Dime ¿Fue un sueño divertido? 
Tus labios por lo general se ven más suaves que eso.

Logró escribir, casi sin ser consciente de lo que hacía, mirando nuevamente la fotografía.

Por eso se sorprendió de recibir otra.

Define 'divertido'

La segunda foto apuntaba al regazo de Ryou. El chico aún estaba en cama. Suave tela color aguamarina acariciando su piel, arrugada para cubrir solamente la ingle del chico. Las delgadas y pálidas piernas estaban desnudas y expuestas, una estirada mientras la otra se flexionaba hacia un lado, en la parte superior de dicha pierna, los dedos de Ryou apretaban la piel del muslo interno.
Bakura agradeció infinitamente por la buena calidad de la cámara en el teléfono de Ryou cuando notó que la piel íntima estaba ligeramente sonrosada.

Mierda. Ahora tenía ganas de agarrarlo de los muslos, separarlos y enredar esas piernas alrededor de sus caderas.

Maldita sea si Ryou no necesitaba casi nada para volverlo un lío ansioso y caliente.

Bakura aventó las sábanas al suelo antes de lanzarse hacia su baño.

De todos modos, necesitaba empezar a prepararse o no iba a llegar nunca a la escuela. Y necesitaba llegar para ver a Ryou en persona. Tenía una imperiosa necesidad de arrinconarlo para poder llenarse los pulmones de su delicioso aroma. Necesitaba enfriarse un poco.

El teléfono sonó con algunos mensajes más mientras Bakura se preparaba para el día

Cuando salió del baño, solo llevaba el pantalón del uniforme, mientras revolvía su cabello -de por sí desordenado- con una toalla suave. El vaho restante de su ducha esparciéndose y desapareciendo de su habitación. Se apresuró a revisar su celular, por si acaso Ryou seguía en humor de compartir fotos.

De hecho, había una fotografía del lado vacío en la cama de Ryou (aparentemente, una cama para dos. Carajo, se veía realmente cómoda) con la mano del menor descansando en la almohada vacía.
La foto estaba acompañada de un breve mensaje donde el menor mencionaba como aún no se acostumbraba a su cama demasiado grande para él.

Bakura solo quería ocupar ese lado vacío en su cama y deleitarse con la vista de Ryou listo para dormir… u otras cosas.

Estaba tan atónito con los mensajes de Ryou que no tenía idea de cómo responder mientras se apresuraba a la cocina para conseguir algo decente de comer.

Afortunadamente, Ryou carrileaba la conversación sin problema alguno.

La siguiente foto era en pequeño balcón o junto a un ventanal, Bakura no estaba muy seguro, pero Ryou estaba sentado en una pequeña mesa de jardín, con la superficie transparente sobre la que se veía una taza con algún tipo de bebida láctea como una malteada o un té con leche. Lo llamativo en la foto era una esquina inferior, dónde la mesa traslúcida permitía ver las piernas desnudas de Ryou, de nuevo con las caderas apenas cubiertas, esta vez bajo la parte inferior de una camiseta evidentemente más grande que la talla del oji-verde.

Lo que Bakura no daría por deslizarse bajo esa mesa, separarle lentamente las piernas a Ryou, y empezar a besar y morder toda esa hermosa piel lechosa.

Maldita sea. Bakura tenía un problema y acababa de salir del baño.

Tenía más que un problema, en realidad.

Ryou era muchísimo mejor que él empezando conversaciones picantes. Bakura se sentía avergonzado de sus insinuaciones pervertidas frente a la lenta seducción construida en los mensajes de Ryou. Estaba tan absorto en su conversión que se preparó en automático para la escuela. Ni siquiera estaba seguro de qué diablos había desayunado ni que arrojó dentro de su mochila cuando se encontró agarrando la chaqueta del uniforme y sus llaves.

Mientras corría hacia la parada del metro (porque prefería tomar el metro antes que un autobús que se internaba en la ciudad y daba infinidad de vueltas) preguntó casualmente, preocupado de romper el ritmo de la conversación, si Ryou no debería estarse preparando para la escuela.

Si el chico le decía que no iba a asistir hoy a clases, Bakura iba a tener un aneurisma. Necesitaba tenerlo frente a frente.

Lo siguiente que recibió no fue un mensaje de texto si no de voz.

Ansioso por oír la gentil y dulce voz de su hikari no tenshi, Bakura se puso los audífonos y se sentó en una banca mientras esperaba el metro.

>No~ hoy puedo perder un poco más de tiempo. 

Bakura se dio cuenta del sonido del agua y la loza al fondo, probablemente había respondido en audio mientras lavaba los trastes del desayuno. Suspiró en silencio al oírlo, la voz que adoraba escuchar le hizo relajar el cuerpo.

>Duke se ofreció a recogernos a Malik y a mí esta mañana. Tenía cosas que hacer en el vecindario antes de clase.

Bakura gruñó mientras el audio continuaba. Una mujer joven con uniforme de cajera que estaba sentada en el otro extremo del banco le dio una mirada cautelosa que el adolescente se perdió por completo.

>Además, estoy esperando que el agua se caliente un poco más antes de tomar mi baño. Está un poco frío esta mañana ¿No crees?

Y vaya que lo estaba. La mañana estaba nublada, como Bakura había deseado, pero iba más allá. Una sutil niebla se extendía por las calles, limitando un poco la visibilidad; también había vientos fríos corriendo de vez en cuanto, agitando los árboles y obligando a los locales a dejar solo las cosas con suficiente peso en las exhibiciones exteriores.

¿Sabías que compartir el calor corporal es una buena forma de combatir el frío?

Logró responder el mayor, un poco más centrado.

Ryou mandó un segundo audio.

>Bueno, eso suena mucho como un ofrecimiento.

El menor se detuvo un momento, en su voz cantarina, y tarareó lo que sonó mucho como un jadeo o incluso un gemido ahogado. Bakura sintió un escalofrío recorrer su espalda de arriba a abajo, y esa chispa de calidez invadir nuevamente su vientre. Casi gimió él mismo.

>Acabo de tener un escalofrío

Aparentemente, como excusa al hermoso sonido que acababa de hacer… o quizás era una indirecta a qué su ofrecimiento era bien recibido.

Maldita sea.

Bakura frecuentemente olvidaba que Ryou tenía un don con las palabras. Puede que no fuese un buen orador, pero disfrutaba las historias de fantasía y los juegos de rol.
Tragando con la garganta repentinamente seca, Bakura se dio cuenta que había iniciado un juego en el que Ryou tenía absoluta ventaja, tal como se lo estaba demostrando ahora.

Bakura no estaba seguro de poder aguantar las clases en vez de abordar a su pequeño travieso y llevarlo a cualquier rincón solitario para besarlo hasta que se les apagara el cerebro.

Justo cuando el metro llegó a la estación, Bakura se apresuró a entrar y conseguir un asiento en la parte de atrás, dónde nadie se sentaba. De todos modos, no había mucha gente en esta línea y a esa hora. Rápidamente pulsó el botón del micrófono y envió su propio mensaje de voz.

> ¿Te he mencionado antes lo encantadora que es tu voz, conejito? 

Ryou le había dicho en más de una ocasión que no lo llamara así, sin embargo, por la forma y el tono de voz en que lo hacía, Bakura nunca estaba seguro si realmente lo odiaba o simplemente estaba avergonzado, pero no podía detenerse, era el apodo perfecto para su pequeño.

El siguiente audio era un poco más largo.

>Tú y ese absurdo apodo.
Nunca vas a sacártelo de la cabeza ¿verdad? Mm~
Entonces ¿Te gusta mi voz? Eso es interesante
¿Debería seguir enviando audios?
 

Hubo una pequeña pausa en la que se escuchó movimiento de tela. Bakura se erizó brevemente.

>Discúlpame unos minutos.
Voy a tomar mi baño ahora.
Pero, dime ¿Ya vas camino a la escuela?

Bakura respondió automáticamente que sí, a todo. A qué le gustaba su voz, a que siguiera hablándole y a qué ya iba en el metro. Adjuntó una foto de los asientos vacíos circundantes.

Luego, reprodujo un par de veces más la nota de voz con el delicioso sonido que Ryou había hecho antes de recibir una nueva respuesta.

>Eh~ conseguiste un asiento apartado.
Nunca he tomado un metro para ir a la escuela, pero parece mucho menos desastroso que la mayoría de autobuses.
Más tranquilo… sería agradable estar allí, solo los dos.
Sin nadie alrededor podríamos sentarnos lo suficientemente juntos para, um- ¿Cómo dijiste? ¿Compartir el calor?

La piel de Bakura se erizó mientras su sangre espesaba, dirigiéndose al sur mientras imaginaba tantas formas en que podría tocar a su pequeño conejo y devolverle el favor por esta tortuosa seducción.

Me encantaría.

Se preguntaba si Ryou estaría sonriendo al leer sus respuestas ¿Qué tipo de sonrisa sería? ¿Una orgullosa? ¿una traviesa? Tal vez incluso esa pequeña risilla que solía dejar escapar sin darse cuenta.

>He notado que toleras el frío menos que yo a pesar de que, estoy bastante seguro, tienes una temperatura corporal más alta que la mía.

A Bakura no se le hizo extraño el comentario. Para 'molestar' a Ryou, muchas veces lo había rodeado con un brazo sin ningún aviso, apretándolo contra su cuerpo por el mero deseo de sentirlo cerca. De tantas veces que lo había hecho, Bakura estaba bastante familiarizado con la silueta de su cuerpo, su temperatura habitual y el aroma de su shampoo. No era extraño que Ryou hubiera notado cosas similares de él mismo.

>Así que, tomaría tus manos entre las mías, para que ninguno de los dos pase frío.
También me acercaría a ti, para mantener el calor.
No hace daño que me guste mucho la colonia que usas
¿Lo he mencionado alguna vez?
Es un aroma sutil y rico que va muy bien contigo.

En cuanto terminó el audio, Bakura levantó la tela de su camisa para cerciorarse de que había usado dicha colonia hoy. En realidad, lo había hecho y, aparentemente, también había metido el frasco del producto en su mochila, por cualquier razón que no podía recordar.
Pensó en rociarse un poco más cuando el metro llegara a la estación, pero no confiaba en su cerebro con Ryou aparentemente dispuesto a derretir su mente en un charco con sus mensajes y notas de voz, así que lo aplicó de una vez, asegurando de rociar su cuello.

Me estarías tentando a sentarte sobre mi regazo en lugar del asiento. Gracias por el cumplido.

>Hmm~ ¿Sería suficiente si solo subo mis piernas sobre las tuyas? 

Hm. Probablemente, aún con solo eso, notarias un cierto problema que tengo ahora mismo. 

Bakura tenía su mochila sobre su regazo, conteniendo las ganas que tenía de deslizar la mano entre sus muslos y sofocar la ansiosa necesidad que tenía por el toque de Ryou.

Cuando reprodujo el siguiente audio, un suave suspiro de placer fue lo primero que llenó sus oídos. Bakura logró ahogar un gemido lo suficientemente bajo al oírlo.

>Oh, bueno… eso es halagador. Kura

¿Kura? Ryou nunca lo había llamado así. Pero, mierda, le gustaba.

>Si los demás pasajeros estuvieran lo suficientemente lejos y te aseguras de mantenerte callado, no me importaría… darte una mano, con tu problema.

Oh, carajo. Como si no estuviera lo suficientemente duro ya. Ryou realmente estaba empeñado en joderle los sesos.

>Tal vez incluso podría- 

Un jodido claxon de auto interrumpió lo que sea que su conejito estaba a punto de sugerir.

> ¡Oh! ¡Duke y Malik están aquí!
Lo siento, Kura.
No podré enviar más audios, pero enviaré un mensaje en cuanto suba al auto.

Bakura dejó caer su cabeza hacia atrás con un quejido, maldiciendo al pelinegro con el deportivo que seguramente estaba luciéndose como un pretencioso fuera de la casa de Ryou.

Por lo general, Bakura no tenía nada contra Duke, pero saber que estaba llevando a su conejito a la escuela, especialmente ese día que, sabrán los dioses qué diablos poseyó a Ryou para que estuviera devolviéndole todo el juego, sumado al abrumador deseo de tener al pequeño peliblanco en sus brazos, lo estaba poniendo de muy mal humor hacia el pelinegro.

Lo siguiente que recibió fue un corto vídeo de apenas seis segundos.

Ryou estaba claramente sentado en la parte de atrás del auto mientras Malik fungía de copiloto. El pelicenizo y Duke iban por la calle cantando junto con la voz de Alexandra Stan en el equipo de sonido del auto.

Bakura casi se cae de su asiento cuando Ryou se unió a ellos, relativamente audible dado que estaba justo detrás del teléfono.

Hey sexy boy
Set me free.
Don't be so shy
Play with me.
My dirty boy
Can't you see…
You are the one I need?

Apenas puedo creer que estemos haciendo esto a estas horas.
Incluso si es viernes.
Es divertido y vergonzoso a la vez.

Podía imaginarlo perfectamente con una sonrisa nerviosa y las mejillas sonrojadas.

Apostaría dinero a qué Malik y Duke no comparten tu vergüenza.

No, estoy bastante seguro de que no.
Malik seguramente estaría bailando en su asiento si Duke no lo obligara a mantener el cinturón de seguridad puesto. 

Ahora, ahí había una buena idea.

Algún viernes deberíamos irnos en grupo a bailar, después de clase.

Él y Malik conocían algunos lugares cerca del centro que no exigían identificaciones o hacían la vista gorda a los estudiantes.

Mmm~ Solo si prometes no dejarme tirado en algún momento de la noche.

¿A ti? ¿Estás bromeando, conejito? 
Tendría que tenerte a la vista toda la noche.
Solo para asegurarme que nadie quiera robarte.

¿Por qué sigues llamándome 'conejito'?

Bakura se levantó cuando el metro finalmente llegó a su parada.

Porque te queda perfecto~ 
Lindo y travieso conejito que eres.

Bakura caminó el par de cuadras que le faltaban hacia la escuela, con la chaqueta atada a la cintura y el maletín sujeto contra su abdomen con el brazo libre.

¿Eso es lo que piensas de mí? 

Pienso en muchas cosas contigo, Ryou.

Oh. ¿Te gustaría elaborar al respecto? 
Te veo~

Bakura se detuvo en seco nada más caminar un par de pasos dentro de la escuela, terminando de leer el mensaje antes de levantar la mirada.

Me encanta cuando tú cabello se ve así de salvaje.
Tal como en mi sueño~
Te queda muy bien.

Bakura apretó inconscientemente su mochila contra su abdomen, ocultando una erección que prometía volverse dolorosa si no la atendía pronto, mientras desviaba la mirada al camino de la escuela que llevaba a un parking.
El auto deportivo rojo cereza con acentos negros y dorados de Duke se estacionó mientras bajaban bruscamente el volumen de la música, ahora con Just Dance sonando en los parlantes.

Vio y escuchó a los tres chicos reírse en voz alta mientras Malik y Ryou saltaban fuera de sus respectivos asientos antes de sacar sus mochilas del auto.

—Gracias por traernos, Duke —agradecieron a coro, con sus respectivas sonrisas dulces.

Duke les devolvió su propia sonrisa coqueta, lanzando su maletín por encima de su hombro en un movimiento casual —no es problema. Seguro fue más divertido que conducir solo a clase.

Malik se rió entre dientes mientras los tres caminaban hacia la entrada principal de la escuela.

Bakura se dio cuenta del momento exacto en que Ryou lo buscó con la mirada. Los ojos verdes brillaron de una manera que no había visto jamás, antes de decirle algo a sus dos compañeros.

—Adelántense. Voy rápido a la cafetería por algo de beber.

Duke y Malik se encogieron de hombros en aceptación. Habían llegado un poco temprano después de todo.

Cuando vio al par desaparecer dentro de la escuela, Ryou toqueteó su teléfono mientras Bakura empezaba a caminar hacia él.

Bakura comprobó su celular por impulso cuando lo sintió zumbar.

¿Vienes, Kura? 

Ryou le dio una mirada sobre el hombro antes de dirigirse a las escaleras más cercanas.

Bakura no dudó en ir tras él.

Notas finales:

Canciones referidas:

Mr. Saxobeat, de Alexandra Stan
Just Dance, de Lady Gaga


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).