Subieron las escaleras con cuidado en la oscuridad, Vanitas no emitía ningún ruido al caminar, Ventus en más de una ocasión volteo para asegurarse de que aún lo seguía.
-Este es mi cuarto- abrió la puerta permitiéndole el paso, cerrando lo más despacio posible para no hacer ruido, busco su celular a tientas hasta encontrarlo y activar la lampara, ya con algo de luz vio con más claridad a Vanitas, estaba sucio de pies a cabeza de tierra, mojado, lo que llamo más su atención fue unos moretones tanto en los brazos y las piernas.
-Voy a buscar una toallas, siente comodo-fue al clóset mientras el pelinegro solo se quedó de pie mirando la habitación, curioso se acercó a la ventana, la lluvia había disminuido su fuerza.
-Aqui tienes-Ventus regreso con varias toallas y ropa.
Mientras se secaba y cambiaba, Ventus preparaba la cama.
-Quieres el lado de la pared o la orilla?-pregunto acomodando una almohada extra.
-En la pared, si alguien entra me verían-se metió a la cama dándole la espalda.
-Buenas noches-no recibió respuesta, tenía muchas preguntas y tenía curiosidad sobre su posible nuevo amigo, lentamente el sueño hizo su efecto, Vanitas por su parte no pudo dormir en toda la noche. A la mañana siguiente, al despertar se asustó al toparse con la mirada fija de Vanitas.
-Hola, qué tal dormiste?-Vanitas entrecerró los ojos, ahora con la luz del día noto que tenía ojeras y también la mejilla derecha de un suave color morado.
-No pude dormir-se oculto bajo las sábanas sin decir nada más.
-Voy a bajar a desayunar, quieres algo?-de nuevo sin respuesta, sin insistir demasiado salió del cuarto, camino al comedor no se sentía tranquilo con dejar a Vanitas solo y pensó en una excusa para no ir a la escuela. Aqua preparaba el desayuno y Terra estaba sentado en la mesa.
-Buenos días Ven....te ves fatal-comento Terra ante la expresión de dolor del rubio.
-Me duele el estómago.....yo bajé anoche a comer otra rebana de pastel-se sostenía la panza fingiendo aún más dolor.
-Ay Ventus, lo mismo paso el año pasado y ya sabes lo mal que te pusiste, bueno, te quedas en casa, come algo nutritivo y nada de comida chatarra-Aqua le revolvió el cabello y fue a sentarse a la mesa, Ventus por su parte volvía a su cuarto.
-Vanitas, mentí para quedarme, que te gustaría para desayunar?-camino a la cama alzando las cobijas encontrándolo dormido, tratando de no hacer ruido se cambió y espero a tener casa sola, la ropa que llevaba Vanitas continuaba en el piso, la tomo percatándose de lo maltratada que estaba, siendo lo mejor tirarla a la basura, dejo en cambio ropa sobre la cama si Vanitas quería cambiarse cuando despertara. Terra y Aqua se fueron a la escuela y Ventus bajo a preparar el desayuno, huevos revueltos y pan tostado con mermelada. Con el desayuno servido subió a despertar a Vanitas, mientras subía escucho el ruido de la regadera, se acercó al baño tocando la puerta.
-Vanitas el desayuno ya está listo- dijo entrando despacio al baño, en ese momento, el azabache salía de la regadera, Ventus pudo ver que en la área de la espalda y también en algunas partes de sus brazos y piernas tenían moretones, algunas pasando de morado a amarillo, hubo una la cual llamo toda su atención y al parecer era las más dolorosa, Vanitas al pasar la toalla sobre su hombro izquierdo donde se ubicaba un gran moretón de un tono más oscuro a los otros hizo una mueca de dolor, lo escucho quejarse, entonces por el rabillo del ojo se percató de la presencia de Ventus, girándose y mirándolo fijamente.
-Que haces hay parado?, me estabas espiando?- se oía molesto tratando de taparse con la toalla.
-Que te pasó en el hombro?- pregunto sin prestarle atención a la reacción del otro.
-Tu responde la pregunta-ahora parecía un gato aterrado listo para atacar, retrocedió unos pasos deteniendo en el marco de la puerta.
-Solo venía a decirte que el desayuno está listo-salio cerrando la puerta, antes de bajar fue al cuarto de Terra para buscar una pomada para el dolor muscular, en una ocasión al bajar las escaleras dio un mal paso cayendo por tres escalones, se lastimó el tobillo y durante ese tiempo le dolía al caminar, Terra, quien suele ejercitarse a menudo le regaló un poco de su pomada, ayudándolo bastante. No fue difícil encontrarla, al salir se dirigió a su cuarto donde Vanitas ya estaba cambiándose.
-Toma, te ayudará para los moretones-lo miro con duda antes de aceptar el bote, Ventus se fue para darle privacidad. Desayunaba cuando Vanitas por fin bajo, en lo primero en lo que se fijó fue en la comida, comió con calma, disfrutándola al terminar volvió arriba sin decir ninguna palabra, Ventus lavo los platos y se sentó a ver la televisión, para la hora de la comida fue igual, subió a buscarlo encontrándolo acostado, ambos bajaron juntos.
-Sabes cocinar?- pregunto casual comiendo la sopa de verduras.
-Si, mi papá suele trabajar todo el día, así que mis hermanos y yo nos dividimos las tareas, Aqua fue quien me enseñó a cocinar-recordo sus pequeños errores al principio, o la comida se quemaba o quedaba cruda.
-Cocinas bien- al terminar volvió de nuevo arriba. Sus hermanos volvieron de la escuela y luego su padre la cena transcurrió normal, pero a escondidas se subió unos pastelillos. A la hora de dormir Vanitas ya estaba acostado mirando a la pared.
-Buenas noches-apago la luz acostándose. Despertó ante un ruido extraño, luego se percató que era Vanitas, temblaba aferrándose a las sábanas, empezó a sacudirlo finalmente despertandolo, lucia aterrado.
--Vanitas, tranquilo solo fue una pesadilla-el pelinegro comenzó a llorar tapándose la cara con las manos.
--No, si el me encuentra va a lastimarme....yo...yo quiero a mis papas-habia tanto dolor y miedo en su voz, Ventus se acerco abranzolo, acariciándole la cabeza, pasaron los minutos y ambos se quedaron dormidos, con Ventus abrazándolo y Vanitas acurrucado contra su pecho.