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Una bufanda roja… por Yakaylex2

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Notas del fanfic:

Digimon… y todos los personajes y nombres utilizados, son propiedad de sus respectivos autores (Akiyoshi Hongo y anexos). Fanfic sin ánimo de lucro. Hecho por una fan, para fans.

Notas del capitulo:

Anime: Digimon

Fanfic relacionado: Crónicas de una fujoshi…

Pareja: Miyako x…

Es la mañana de Navidad. Toda la mañana recorrí la mayor parte de mi vecindario buscando algo especial, para una persona especial ¡y no encontré nada!


- Tienes que relajarte Miyako. - Me dice con su voz preocupada y hace que me altere más.


- ¡No puedo, Iori! Hoy es la fiesta anual de los digielegidos y voy a llegar sin su regalo. - Abrazo la almohada histéricamente. - Es mi oportunidad para decirle lo que siento.


- ¿Y por qué no buscas algo en la tienda de tus padres? - Estoy a punto de arrojarle la almohada. Solo que lo quiero mucho y jamás dañaría a mi amigo.


- ¿Crees que en una tienda de abarrotes pueda encontrar algo verdaderamente especial? - Iori lo piensa un momento y niega con la cabeza.


- ¿Tú ya tienes el regalo del superior Joe? - Miro como su rostro se ruboriza mientras asiente. Él es su persona más especial.


- ¡Genial! pero, - grito desesperada, - ¿qué voy a hacer yo?


- ¿Por qué no le pides ayuda a nuestros amigos? - Me mira serio. - Quizá alguno de ellos se encuentre más allá de nuestro vecindario.


- No lo sé. - Le expongo mi situación.  -Takeru se fue con Yamato a su concierto. Joe tiene exámenes como es su costumbre, - Me mira molesto. - Ok, ok. Ya no diré nada de él. Koushiro iba a trabajar, Sora iba a ir a no sé dónde y Taichi se fue a practicar futbol con Daisuke y Ken. ¡Nadie puede ayudarme! - Iori me abrazó con fuerza. ¿Era posible que una chica de diecisiete años fuera consolada por uno de catorce?


- Lo siento, yo…- Justo en ese momento llaman a mi habitación. Es mi madre, que viene a avisarle a Iori que su abuelo lo busca. - No es necesario entregar algo caro y lujoso, lo sabes. - Podría tener razón -.


Recorro mi cuarto de un lado a otro. Tengo algunos aparatos electrónicos, pero las palabras de Iori me retumban por mi mente. Pienso en que le gusta y me doy cuenta de que no tengo nada que pueda ofrecerle, hasta que...


Flash back


-Vaya, que bonita es. - Me dijo con su voz tan amable, en una de esas rarísimas ocasiones en las que visitó mi casa.


- ¿De verdad lo crees? - Me ruboricé un poco. No pude evitarlo.


- ¿Tú la tejiste? - Asentí torpemente. Ella me sonrió con esa sinceridad que siempre la ha caracterizado. - Eres genial. Yo jamás podría haber hecho una bufanda tan linda.


- La hice pensando en... - Lo pensé mejor mientras ella me miraba confundida. - Mi madre, si... A ella también le gusta el color rojo.


- Ya somos tres.... -Susurró suavemente.


Fin del flash back


¡Ya sé lo que voy a darle!


Llego a la fiesta en su casa anticipadamente. De hecho, bastante antes. Pero estoy tan ansiosa que no puedo quedarme en casa a esperar que sea la hora de la fiesta. Toco el timbre y su madre me abre la puerta.


- Pasa, Miyako-chan. - La mujer me sonríe amable. - Si quieres puedes esperarla en su habitación.


- ¡Muchas gracias! - Me inclino respetuosamente y me dirijo a su habitación.


Es la primera vez que entro. Todo a mi alrededor me recuerda y me dice que es de ella. Las fotografías, los libros. Todo. Voy hacia su cama y huelo su almohada. El delicioso aroma a fresas que ella usa se filtra por mi nariz. Estoy tan extasiada que no escucho a mi alrededor.


- ¿Por qué estás oliendo mi almohada, Miyako? - Me paralizo del miedo y pienso rápidamente algo cuerdo que decir.


- Me gustas... - ¡Diablos! ¿Eso fue lo primero que se me ocurrió?


- ¿Cómo? - Me pregunta confundida. - ¿Te gusta mi almohada? - Ya no puedo echarme para atrás. Me pongo de pie y le tomo las suaves manos.


- Tú me gustas mucho. - Veo su rostro sonrojado, y no es precisamente por el baño. Llevo sus manos a mis labios y las beso.


- ¿Esto es una nueva broma? - Mira de un lado a otro, esperando quizá que salga alguien de su escondite. - Porque no me avisaron nada y... - La interrumpo con un suave beso en sus labios. Para mi sorpresa, lo corresponde de una manera lenta y hermosa. Siento que mis piernas no me sostendrán. Termino el beso, pero no la suelto.


- Nunca he bromeado con eso. - Le digo con toda la sinceridad que puedo. - Ni siquiera esa vez.


- Tampoco yo bromeaba.  -Me dice sonriente. - Y también me gustas mucho, Miyako. - La suelto un instante y tomo el regalo.


- Toma, ábrelo por favor. - Lo desenvuelve con cuidado y veo que su rostro se ilumina.


- Pero si es la bufanda roja. - Noto la emoción en su mirada, hasta que vuelve a introducirla en la caja. - Muchas gracias, pero no puedo aceptarla.


- ¿Por qué no? - Le pregunto confundida.


- Porque la hiciste pensando en tu mamá.


-Espera, espera. - Le digo. - Esa fue una mentirilla piadosa. - Me mira con esos hermosos ojos marrones. - La hice pensando en ti.


- ¿De verdad? - Asiento y ella me abraza. Es hasta ese momento que noto que solo lleva alrededor suyo una toalla y me sonrojo demasiado. - Muchísimas gracias, entonces.


- No hay de qué. - Logro articular. La separo de mí y le doy un beso casto en la frente. Será mejor que huya de allí antes de que ya no pueda manejar la situación. - Te dejo para que te cambies. - Avanzo hacía la puerta. Estoy a punto de salir cuando siento su abrazo por mi espalda. Mi corazón da un vuelco. Es demasiado inocente.


- Feliz Navidad, Miyako. - Su voz se escucha tiernamente.


- Feliz navidad también para ti, Hikari.

Notas finales:

Bueno, hasta aquí la historia. Esta parejita, no sé, como que me llamó mucho la atención desde las fusiones DNA. Ya saben que el yuri no es mucho lo mío, pero algo me llama a escribir sobre ellas. Creo que hacen una linda pareja. Ahora, dejando a un lado el tema yuri, sinceramente yo hubiera hecho la fusión de Takeru con Hikari e Iori con Miyako. No sé, tenían más en común entre ellos.


En fin, espero que les haya gustado y le mando un abrazo enorme a mi hermano Alekay que ama este género. Esta historia está pensada en ti, hermanito. ¡Nos vemos!


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