Confesión.
.
~O~
Te querré. Todos los días. Todas las noches. Mañana y tarde, al amanecer y en el crepúsculo. Te querré. – Joël Dicker.
~O~
.
Mello estaba acostado en su cama, panza para arriba, con la cabeza colgando en el borde, dejando caer sus cabellos rubios al suelo y con las plantas de los pies apoyados contra la pared.
Estaba jugando un juego de hacer saltar a un pequeño cubo por una serie de obstáculos en el celular que le regaló L, pero muy pronto se aburrió luego de ganar el Clubstep y lo saco, viendo que otra aplicación podría descargar para entretenerse. Su búsqueda se vio interrumpida cuando le llegó una notificación de wattpad. Lo abrió curioso y sonrió, habían actualizado sus historias favoritas.
Sin perder tiempo decidió primero entrar a la historia que hablaba sobre los signos, en dónde decía lo siguiente:
NO puedes ocultarles nada porque ellos YA LO SABEN.
Piscis.
Tauro.
Cáncer.
Capricornio.
Virgo.
VIRGO.
Oh. Por. Dios.
¡Near era de virgo!
Eso quería decir que...
¡Near ya sabía de sus sentimientos!
El pequeño genio albino ya era consciente sobre el amor que Mello sentía hacia su persona.
Pero sí Near sabía de sus sentimientos de amor hacia él, ¿entonces porque no lo enfrentó y le dijo algo? ¿Tal vez porque era su manera de evitar hacerle daño con un obvio rechazó? No, Near era una persona muy directa, no se detenía por nada ni por nadie, tampoco tenía pelos en la lengua cuando era momento de decirle las verdades a alguien. Entonces, ¿estaba esperando que Mello le hiciera frente y le expresara sus sentimientos verbalmente?
Mello rodó en su cama y se tiró al suelo, levantándose y corriendo hacia la puerta de su habitación. Iría a encarar a Near y decírselo de una vez. Él no era ningún cobarde. Planeaba ir y enfrentar a Near para decirle lo que hace tiempo sentía por él.
Fue directamente a la sala común, el lugar en dónde más solía estar Near porque a Roger no le parecía sano que el pequeño genio estuviera encerrado en su cuarto todo el día.
—¡Near! —lo llamo, sentándose a su lado en el suelo y tirando sin querer algunas de sus construcciones hechas con cartas, ocasionando un desastre.
—¿Qué sucede, Mello? —preguntó calmadamente Near, sin dejar de armar su rompecabezas y sin sentirse enojado por el derrumbe de lo que le tomó horas construir. Nada le molestaba si venía de Mello.
—Tu lo sabes —afirmó Mello, mirándolo intensamente.
—Sé muchas cosas, Mello. Tendrás que ser más específico.
Mello lo miró exasperado y sus mejillas obtuvieron un tono rosado.
—Ya sabes lo que yo siento por ti —mascullo por lo bajo, avergonzado.
Near se puso a pensar. ¿Lo que Mello sentía por él? Seguramente se refería a la competencia que tenían por el título de L. Near comprendió con el tiempo que Mello no sentía odio ni rencor hacia él, de lo contrario buscaría cada ocasión que tuviera para lastimarlo o hacerle alguna travesura, pero Mello no hacía nada de eso, incluso lo defendía de otros chicos infantiles que siempre lo molestaban y se burlaban de él. Near llegó a la conclusión de que Mello lo respetaba. Y Near también respetaba a Mello, incluso sentía algo más que simple respeto y admiración. A sus ojos, Mello era alguien realmente especial, quien hacía que sus días no fueran tan grises y aburridos.
—Si, lo sé —respondió el chico menor con su usual voz tranquila.
—¿Y... qué sientes tú por mi?
Near colocó la última pieza del rompecabezas en el único lugar disponible y luego volteo el rostro para mirar a Mello fijamente. Luego de unos segundos le dedicó una pequeña sonrisa sincera.
—Yo siento lo mismo hacia ti.
En ese momento sintió su espalda chocar contra la suave alfombra y el cuerpo de Mello subirse encima suyo. Near abrió sus ojos enormemente y antes de que pudiera reclamar o decir algo, sintió unos cálidos labios chocar contra los suyos, junto a unas manos que acariciaron suavemente sus mejillas. Mello no perdió tiempo y aprovechó el desconcierto de Near para profundizar inmediatamente el beso. La lengua de Mello fue guiando a la de Near en una danza erótica muy apasionada y dulce, arrancándole un gemido al pequeño albino.
Cuando ya el aire se hizo algo urgentemente necesario, Mello se apartó con un suave sonido húmedo y sonrió.
—¡Bien, eso significa que somos novios! —Mello volvió a besarlo, al menos unas tres veces más en los labios pasivos y rosados de Near, luego se alejó riendo felizmente y apoyó su frente contra la del pequeño—. ¡Iré a contárselo a Matt! —exclamó con una sonrisa brillante y besó una vez más a Near, juntando sus labios con mucha ternura y suavidad, y luego se apartó para irse corriendo del cuarto.
—¿Qué acaba de pasar? —pensó el albino mientras se incorporaba un poco del suelo y tocaba sus labios, completamente sonrojado y sintiéndose extrañamente feliz.
Near sonrió tímidamente con su corazón latiendo acelerado cuando todo se aclaró en su mente.
Mello correspondía a su amor.
.
.
.
The end.