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Un Omega parecido a una flor. (Traducción finalizada) por yuniwalker

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"¡Ay, ay!"

La voz hizo eco en toda la habitación así que Natsume simplemente negó con la cabeza. 

"No puedes hacer eso, mi amor. Tienes que usar una camisa apropiadamente"

"¡No!" 

Salió al pasillo, por la puerta abierta, y comenzó a gritar con una voz muy fuerte. 

"¡No quiero!"

"¡Shiri! Shiri, espera".

Cuando salió al pasillo, se encontró con que Shiri ahora estaba siendo abrazado por Kotoku, ambos a unos metros de distancia de él y casi a punto de llegar a las escaleras. El travieso niño de tres años balanceaba su cuerpo para adelante y para atrás, luego Kotoku lo levantó y se lo acercó a la cara para poder besar su cabecita.

"Shiri ¿No prometiste vestirte bien para la fiesta? Dijiste que querías utilizar una corbata parecida a la de mamá".

"¡Como mamá!"

"Sí, el mismo tipo. Corbata y una camisa muy bonita".

"Puedo hacerlo yo mismo. Puedo hacerlo sin mamá".

Shiri agitó las piernas otra vez. Recientemente pareció haber entrado en esa etapa en la que no podía estar quieto.

Natsume se arrodilló frente al niño pequeño que regresó a la habitación solo para acostarse en el suelo.

"Shiri, puedes abotonarlo todo por ti mismo porque eres muy bueno para esas cosas. Pero al menos quiero ser yo quien te acomode el dobladillo de los pantalones ¿Está bien?"

"Umm..."

Tenía la carita enojada, pero al final pareció que ese pequeño "Está bien" de mamá había ganado contra eso.

"Bueno, está bien".

"Gracias, Shiri. También puedes ponerte la corbata tú mismo si quieres pero el botón en la parte de atrás todavía es mi responsabilidad".

"¿Koto tendrá corbata también?"

"Sí. Los tres miembros de la familia van a ir completamente iguales, Shiri".

Mirando a Kotoku, los ojos del niño parecieron brillar con una hermosa luz verde. Tenía la piel morena y el pelo, que era un poco largo, de color negro y liso. Era el pequeño hijo de Natsume y había cumplido tres años este año.

Natsume rápidamente le acomodó el dobladillo de los pantalones y le subió el cierre. Además, sabía que si le dejaba ponerse la corbata por su cuenta y lo felicitaba, entonces iba a comenzar a sonreír y le dejaría continuar vistiéndolo.

"Bueno, Shiri-kun, es hora del desayuno ¿De acuerdo? Es el jugo de naranja que me pediste ayer."

Satoko, un ama de llaves, tomó a Shiri en su regazo y lo llevó de inmediato a la cocina. Cuando se convirtieron en dos, Kotoku finalmente le sonrió y le mostró la corbata que tenía entre la mano.

"La ajustaré por ti."

"…Sí, Kotoku-sama."

Estaban uno frente al otro, así que Natsume bajó la mirada como si estuviera muy avergonzado.
Sin el niño allí, la habitación estaba tan terriblemente silenciosa que tuvo que controlar incluso el modo en el que tragaba saliva. Un anillo de platino brillaba en el dedo anular izquierdo de Kotoku, que todavía estaba ajustando la longitud de su corbata. 

"¿Está realmente bien dejar que Shiri participe en la fiesta?"

"¿Todavía dices eso?"

"Tengo un poco de miedo por lo que pueda pasar."

"Creo que todo estará bien. Ya fue antes a la fiesta en el jardín de nuestros vecinos y todo estuvo en orden."

"Pero... La verdad es que decir que eres el padre no nos está ayudando mucho que digamos."

"Oye, solo mis amigos van a ir. Es cierto que Shiri no se parece en nada a mí pero nadie le toma importancia. Créeme, no van a difundir rumores extraños sobre esto."

Apretó el nudo de su ropa así que Natsume suspiró sin poder mirar a Kotoku todavía. En lo que estaba pensando no era en los rumores sobre quién era o no el papá sino en que las características de su niño eran fáciles de entender. Era de ojos verdes, cabello negro y piel morena. Tan parecido al príncipe del país árabe que pensó que cualquiera que lo conociera pronto se daría cuenta de la situación. Y era peor porque muchos de los amigos de Kotoku dirigían grandes empresas con ascendencia histórica y tenían conexiones con países extranjeros a través del trabajo. No era de extrañar que hubiera personas familiarizadas con la familia real en su fiesta. Y si alguien conociera personalmente a esa persona (O sea Harried) ¿No le dirían a todo el pueblo de Jashar que Natsume estaba aquí?

Tres años parecían ser algo largo, pero no lo era. Ya habían pasado tres años desde que fue atacado por varios hombres y arrojado al lago como basura. Cambió el número de su teléfono inteligente, se mudaron de casa y de estado y se mantuvo oculto y teniendo como único contacto a Kotoku. Harried y los hombres que habían atacado a Natsume deberían haber pensado que se había estado escondiendo o bien, que estaba muerto. Sin embargo, si se sabía que seguía por allí, esta vez podían no solo atacarlo a él, sino a su pequeño niño. Solo quería evitar eso. Era claro que se trataba de un país lleno de locos.

"No te preocupes, estoy aquí contigo."

Kotoku, que rara vez lo tocaba, acarició suavemente las mejillas de Natsume. 

"Después de lo que pasó, es natural estar traumatizado. Entiendo lo que piensas, pero estoy sosteniéndote. No llamaré tu nombre completo en público, no te soltaré y seguiremos con la idea que tienen mis amigos sobre nuestro matrimonio ¿De acuerdo? Además, los guardias también van a estar allí así que el niño va a estar bien supervisado. Confía en mí".

Kotoku arregló el cuello del traje de Natsume. Era un esmoquin negro formal, brillante y completamente a pedido.

La fiesta parecía más un recordatorio de sus incertidumbres que una unión por su familia. El mismo anillo que el de Kotoku estaba encajado en el dedo anular de Natsume, tenían trajes y corbatas magníficos, y si los ponían juntos, cualquiera podía decir que eran ciertamente un matrimonio de ensueño.

"Lo siento. Te estoy cargando de tantas cosas..."

Después de todo, Kotoku se encargaba de recoger y llevar a la guardería a Shiri. Lo llevaba al doctor, lo llevaba a caminar, de compras y se encargaba básicamente de todo lo que surgiera en su camino. Natsume no salía nunca, entraba en contacto con los otros familiares de Kotoku o al menos trabajaba.

"No tienes que preocuparte por eso justo ahora. ¿No prometí que te protegería? Fue el día en que te conocí, cuando eras muy chiquito".

"Lo recuerdo".

Sonrió y le dedicó una mirada amable. Natsume gentilmente inclinó la cabeza en su dirección. 

"Muchísimas gracias por todo. En serio."

Mientras decía "gracias", pareció que lo sentía completamente en su corazón. Aunque había crecido con el deseo de retribuirle en algo, la realidad pareció lejos de ser lo que tenía en mente. Solo lo había estado cuidando, especialmente en los últimos años. Se sintió como si no pudiera hacer nada sin la ayuda de Kotoku ahora que tenía a su bebé y también fue una especie de suerte que lo ayudara cuando estuvo en peligro. Sintiéndose extraño por la forma en la que estaba actuando Natsume, notó que había salido de la villa temprano en la mañana y lo persiguió rumbo al lago. Y gracias a eso, el joven sobrevivió con solo un hematoma y un brazo roto. Sin embargo, tal vez debido a la conmoción y el horrible estrés, su memoria estuvo confusa por un tiempo tan largo que durante los tres meses siguientes ni siquiera supo lo que estaba pasando. Fue inquietante descubrir que estaba embarazado
Y gracias a Kotoku, que lo apoyó pacientemente, Natsume se estabilizó lo suficiente como para aceptar la situación y recordar el pasado. Después de todo, no podía haber un niño en su vientre que no fuera el de Harried. Y aunque fue duro, se sintió como si no tuviera la opción de abortarlo. Es decir, no le cabía en la cabeza hacerlo. En lugar de esconderse y olvidarse de todo lo relacionado con Harried, quería al menos cuidar al niño que le había dado como un regalo.

Pero este niño debía mantenerse en secreto.

Si las persona que atacaron a Natsume lo sabían, entonces los dos serían el objetivo. Kotoku aceptó la determinación de Natsume de dar a luz y luego se ofreció a casarse con él diciendo que quería protegerlo.

"¿De verdad estará bien?"

"Escucha, la verdad es que nunca me ha gustado nadie en un sentido romántico. Por supuesto, desde que llegó Natsume a mi vida te he amado como si fueras mi hermanito pero es lo único que logro sentir. No estoy interesado en la actividad sexual y seguramente jamás lo estaré".

Kotoku se encogió de hombros después de confesar su asexualidad. Luego dijo que era algo que le hacía sentir un poco solo

"Yo mismo lo he aceptado, pero no se lo he confiado a ninguno de mis familiares porque probablemente no lo entenderían. La gente de la empresa no dejaba de hablarme sobre mi futura esposa o mis futuros hijos y honestamente me he estado cansando cada vez más de la situación. No quiero casarme así que, si Natsume acepta hacer esto conmigo no solo será para ti, sino también para mí."

Natsume no sabía si realmente ese era el caso o se trataba de una historia que se había sacado de la manga para no hacerlo sentir mal. Sin embargo, aunque había vivido con él durante muchos años, nunca lo vio teniendo un amante o un novio o dando señales de amor. Natsume asintió ante la frase. Quería hacer cualquier cosa que pudiera ayudar a Kotoku así que estaba agradecido de que lo quisiera como su compañero. Incluso si era algo fingido. Prometió que algún día le devolvería el favor pero, por desgracia, pareció que el momento en que finalmente iba a poder cumplir con su deseo todavía estaba muy a la distancia. Natsume volvió a mirar a esa persona que ya no podía llamarse simplemente su benefactor y luego le tomó la mano:

"Todo es gracias a Kotoku-sama. Si Kotoku-sama dice que está bien, entonces lo aceptaré. Ya sea la fiesta de hoy o algo más. Porque confío completamente en ti."

"Y yo confío en ti". Kotoku entrecerró los ojos y puso su mano en la espalda de Natsume. "Al final del día se siente como si solo nos tuviéramos el uno al otro."

"Porque es así."

Se dirigieron al comedor y después a la habitación infantil donde estaba su niño. Luego, en el jardín, llegaron hasta la parte que tenía un montón de mesas blancas alineadas sobre el césped y se entretuvieron acomodando las lámparas de aceite, los globos y la vajilla. Y por supuesto, cuando ambos se aproximaron, un gran aplauso les dio la bienvenida e incluso hubo un par de palabras amables volando directamente hasta caer sobre los dos.

Bajo la cálida luz del sol de septiembre, todo se veía tan brillante y feliz que no pudo evitar sentirse un poco aliviado.

"Gracias a todos por venir a acompañarnos hoy. Como saben, esta es una reunión para celebrar la vida de mi amado esposo y mi precioso hijo, pero omitiré las formalidades y dejaré que lo disfruten en su lugar. Más tarde, los tres iremos con cada uno para saludarlos".

"Sí, yo quiero eso."

Cuando se volvió hacia el susurro, descubrió que algunas personas estaban riendo y saludando en su dirección muy animadamente. Estaba seguro de que eran amigos de la oficina de Kotoku así que él también sonrió.

Además de la comida que se podía tomar libremente en la mesa colocada en el borde del césped, el personal estaba sirviendo pequeños bocadillos. Después de todo, Kotoku, a quien normalmente no le gustaba mucho estar rodeado de gente en la mansión, llamó a todos los sirvientes que estuvieran disponibles para que pudieran atender durante el día. Lo hizo más que nada para reducir la ansiedad de Natsume y mostrarle que todo estaba lleno de caras conocidas.

(El señor Kotoku es muy considerado. Tengo que actuar correctamente como esposo hoy.)

El perfil de Kotoku, que levantó la mirada suavemente en su dirección, pareció mucho más joven que los 38 años que decía tener. Era tranquilo y elegante así que, incluso cuando tenía 29 años, podía decir con toda confianza que nunca se había visto tan equilibrado, dulce y guapo, como ahora.

Kotoku y él se acercaron a una mesa que estaba llena de bebidas y saludaron a una pareja que estaba bastante bien vestida: 

"Señor Kotoku. Me alegro de conocer finalmente a esa pareja maravillosa de la que se rumorea tanto."

"Lo siento. Cuando nació mi niño me volví perezoso con todo esto. Creo que me gusta más lo discreto." Acariciando la cabeza de Shiri, comentó: "Saluda, cariño."

Pero Shiri estaba nervioso así que solo dijo "Hola" muy quedito.

La pareja pareció derretirse. 

"¡Eres muy lindo! ¿Cuántos añitos tienes, bebé?"

"Estos."

Y los dos sonrieron aún más ante el gesto de levantar tres dedos. 

"Es genial que puedas decir cuántos años tienes. ¿Cuál es tu nombre?"

"Su nombre es Utari Shiri".

"Utari-kun. Es un nombre maravilloso".

La mujer, a la que parecían gustarle mucho los niños, le dio una mirada tan cálida a Natsume que no tuvo más remedio que sonreír.

"Mi nombre es Natsu. Lamento tanto el saludo tardío".

"No te preocupes, está bien. Me alegra mucho conocerte". 

Y cuando respondió "me encantaría" al matrimonio que lo invitó a comer la próxima vez, Shiri agarró su dedo con fuerza y gritó un estornudo que sonó como un: "¡Achú!" Seguido de un "Estoy enfermo, mami." Y por supuesto, gracias a esto fue como si los alrededores estallaran en carcajadas. Algunas personas cerca de la mesa, los que preparaba las bebidas, le trajeron varias servilletas y otros más un trapito mojado para limpiarle la nariz.

"¿Ya estás bien, pequeño principito?"

Natsume sacudió los hombros ante las palabras que se pronunciaron tan casualmente en su dirección, pero Kotoku le dedicó una mirada cariñosa y le pidió que se tranquilizara. Shiri extendió la mano. 

"¡Manzana!"

"¿Manzana? Es deliciosa la manzana ¿Verdad? La quieres."

"¡La quiero!"

Los invitados acariciaron la cabeza del niño y luego fue como si todos lo estuvieran mirando con una sonrisa gigantesca. No había señales de agitación o de mal humor.

"Eres un príncipe hermoso."

"Principe" o "principito" se habían vuelto un apodo para el niño, pero Natsume pareció sentirse nervioso con esto. Puso su mano sobre el hombro de su hijo e inconcientemente lo atrajo contra su pecho para protegerlo de los demás. Por supuesto, a nadie le pareció antinatural.

El hombre que estaba en la mesa contigua se puso de pie y habló con Natsume:

"Lo siento, tú ya dijiste tu nombre pero yo no he dicho el mío todavía. Soy Saito. Conozco a Kotoku porque básicamente le debo más que mi vida."

Kotoku se rió como si quisiera restarle importancia al asunto, pero el hombre continuó:

"Y puedo decir también que fue el primero que me enseñó sobre el arte de la jardinería. Y vaya, se ve que todavía tiene mano para cultivar. Es un jardín maravilloso".

Saito se volvió hacia el otro lado del césped y sonrió con verdadera admiración. El amplio espacio estaba rodeado por setos y macetas y de los cuatro arcos salía un pequeño caminito para pasear teñido de un rústico pero frondoso verdor al estilo inglés. Los árboles estaban llenos de bayas y manzanas y las rosas colocadas aquí y allá parecieron brotar incluso en septiembre. A ambos lados del camino había muchos otros tipos de flores, como hierbas y oxalis con lindos núcleos amarillos, grandes clemátides moradas, caruna roja y blanca y cosmos de chocolate. Esto debido a que Kotoku, que a menudo trabajaba en casa, lo cuidaba para que se viera hermoso durante las cuatro estaciones.

"La persona que puede mantener un jardín limpio es quien puede escuchar la voz de las flores. Siempre pensé que Kotoku elegiría una persona que fuera tan pura como una. Y me alegra ver que no me equivoqué".

"... Gracias".

Inesperadamente, fueron unas palabras cálidas. Y ni él o la pareja que acababan de saludar hablaron sobre la apariencia de Shiri para nada parecida a la de Kotoku. Además, incluso el niño que había estado nervioso hasta hace unos minutos por ver muchos adultos a su alrededor, pareció terminar por relajarse completamente.

Por eso, después de darle a Kotoku el vaso de jugo que había terminado de beber, miró a sus nuevos amigos con ojos brillantes y dijo: "¿Vamos a ver más flores?"

"Claro ¿Shiri-kun va a guiarnos?"

"¡Sí!"

Y cuando estuvo nuevamente con los pies contra el suelo, corrió de inmediato hacia el seto más cercano y se agachó para señalar una pequeña plantita utilizando su dedo meñique:

"Este es Minto. Es una rosa muy, muy extraña."

"Oye, es increíble".

Saito se inclinó con admiración. Kotoku se rió y explicó:

"Natsu suele estar en el jardín todo el tiempo, así que camina con Shiri por aquí y por allá hablando de sus nombres. Él sabes sobre estas plantas mejor que yo".

"Shiri-kun, ¿Cuál es la rosa de allí?"

Shiri estaba de buen humor porque le encantaba ser elogiado. Iba por el camino que conducía directamente a la puerta principal cuando Natsume corrió para alcanzarlo. 

"Espera, Shiri. Te dije que no fueras tan lejos."

Pero cuando trató de llamarlo de nuevo, vio a una persona misteriosa entrar de lleno al jardín. Era lo suficientemente alto como para ser visto incluso si estaba lejos, tenía el cuerpo con un sólido ancho de hombros, era llamativo y hermoso y de todos modos... No fue esa la razón por la que se quedó en silencio. Era la primera vez en tres años que veía a alguien con un traje típico y un pañuelo de Oriente Medio en la cabeza. 

"Miren quien llegó, es Harried".

Dijo Saito mientras saludaba en su dirección. 

"Oye ¿Por qué vas tan tarde?"

"¿Harried?" 

Se sintió tan mareado como si se estuviera hundiendo en el agua. El hombre estaba caminando delante de su campo de visión así que Natsume sostuvo un poco más al niño contra su cuerpo. Saito se acercó, habló y comenzó a contarle de lo que estaban haciendo en el jardín pero fue como si no le estuviera prestando atención.

"Natsume..."

"..."

"Oh, bienvenido."

Este fue Kotoku.

Cuando pensó que estaba a punto de llorar, estiró su mano para intentar contenerse, escondió a Shiri justo detrás y se aferró al brazo de Kotoku. Lo sostuvo del traje de modo que su mano izquierda temblorosa y pequeña quedó a la vista y luego, incluso bajó la mirada.

"¿Quién es? Me temo que no lo conozco."

Y así, Kotoku puso su mano firmemente sobre el hombro de su esposo.


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