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Un Omega parecido a una flor. (Traducción finalizada) por yuniwalker

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"¡Más rápido!"

"¿De verdad?"

"¡Como un cohete!"

"¿Qué es eso? Lo siento, hay muchas palabras que aún no conozco en japonés..."

"¡Significa mil veces más rápido!"

Harried empujó el triciclo muy, muy fuerte. Cuando corría, utilizando sus piernas largas, era tan rápido que de verdad se sentía como todo un cohete de verdad.
Natsume se sentía un tanto incómodo pero la velocidad pareció ser irresistible para el niño. Agitaba los piecitos de adelante para atrás y cuando finalmente se detenía, entonces lo bajaba haciéndolo volar entre sus brazos.

"¡Más! ¡Harried, más!"

"Más tarde. Natsume trajo una bebida para ti así que ¿Está bien si tomamos un descanso ahora?"

Harried se giró para secarle el sudor y luego preguntó:

"¿Qué es lo que vamos a beber hoy? El té verde de ayer estaba bueno."

"Jugo de ciruela. Me sobró un poco de lo que hice en la comida del fin de semana."

Dispuso tres vasos en la mesa del jardín y comenzó a llenarlos. Sin embargo, puso té de cebada para el niño y varios palitos de fruta en un platito junto a él. Había un par de árboles grandes en el patio trasero e incluso instalaron un bonito columpio en el medio con una cadena de protección. Uno de los cerezos daba sombra directamente a un banco que estaba sobre el césped y las rosas amarillas plantadas a lo largo de la pared ahora les estaba dando un ligero soporte para el calor. Era perfecto para pasar tiempo con la familia y por supuesto, se trataba del lugar favorito de Natsume.

Harried había estado en este jardín todos los días durante una semana desde que hicieron el acuerdo.

Aparte de Natsume, que se comportaba de la manera más discreta posible y lo suficientemente antipático como para no levantar sospechas, Shiri estaba completamente fascinado con él y solo hablaba sobre qué hacer en la mañana y qué hacer hasta justo antes de irse a la cama para dormir. Kotoku lo apoyaba en el cuidado del niño pero, si tenía que trabajar, se quedaba en el estudio durante varias horas y a veces hasta el día siguiente. Shiri pareció estar feliz de tener alguien con quién jugar aún así.

"¡Waaa, es agrio!"

Shiri nunca había tomado jugo de ciruela, pero sostuvo el vaso de su mamá aún así. Quizá lo hizo porque quería igualarlos pero, cuando tomó un sorbo, apretó la boca y comenzó a hacer una cara muy extraña. Harried rió otra vez:

"¿Es tan amargo? No bebas entonces".

Pero los ojos del niño parecieron estar muy brillantes y redondos. 

"Es ácido, pero delicioso. ¡En serio está rico!"

Fue lindo desde el punto de vista de Natsume y seguro también desde el de  Harried. El hombre decidió probar el jugo de ciruela:

"Wow, si está rico. ¿En serio hiciste una bebida tan deliciosa tú solo? Natsume es un genio."

"Es un jugo popular en Japón y además, hay muchas personas que lo hacen. No es algo especial."

Pero Harried miró el vaso vacío y repitió: "No, de verdad es buenísimo. No me gustan los jugos dulces, pero puedo beber mucho de esto. Las ciruelas son deliciosas, a diferencia del limón."

"A mí tampoco me gusta el limón."

Dijo el niño.

"Hay que pedirle a mamá que haga mucho jugo de ciruela a partir de ahora".

Harried era muy bueno en el japonés. Al recordar que incluso se escuchaba realmente sensual cuando hablaba en inglés, Natsume negó con la cabeza y bebió del jugo de ciruela hasta casi ahogarse.

"Además, estar juntos en este jardín se siente muy bien".

Murmuró Harried, entrecerrando los ojos hacia las flores. La sombra de las copas de los árboles que caían sobre el suelo se agitaba con el viento y luego, incluso comenzaba a fluir un suave silencio que era un tanto encantador. Era un buen momento...

Pero el familiar patio trasero a la luz del sol se veía tan excepcionalmente hermoso que la parte de atrás de los ojos de Natsume pareció calentarse.

Si hubiera estado conectado con Harried desde el principio ¿Tendrían estos días siempre? Los tres, pasando pequeños momentos de felicidad, sin preocupaciones. Se sintió como cuando estaban en el jardín de la universidad solo besándose y prometiendo visitas al desierto para ver un planeta en el cielo.

"Harried..."

Fue Shiri quien rompió el dulce momento. Cuando volvió la mirada, encontró que el niño estaba estirando las manos para suplicarle otro abrazo. También quería estar en sus rodillas otro momento.

"Harried ¿Cenarás con nosotros?"

"La comida casera de Natsume es deliciosa y quiero comerla todo el tiempo. Pero, no creo que Kotoku quiera esto."

"¡No te preocupes, Harried! Utari se lo pedirá a papá por ti."

Sin embargo, a Natsume no le gustaba que se quedara hasta tan tarde porque eso significaba que tendría que pasar la noche allí. Y no importaba cuán lejos estuviera la habitación, si Harried estaba en la misma casa, pareció completamente seguro de que no iba a poder dormir. Incluso Kotoku no se sentiría cómodo. Trató de decirle a Shiri que no debería invitar a la gente así como si nada, pero Harried dijo "Gracias". Y fue todavía más rápido al agregar. "Sería feliz si pudiera hacer eso y verte todo el tiempo, pero no puedo quedarme".

"¿Eh? ¿Por qué?"

"Es... Un tema de adultos. Antes de eso, es hora de que Shiri tome una siesta ¿No es verdad?"

El niño hinchó sus mejillas. 

"¡No tengo sueño! Quiero estar con Harried y mamá."

"Estaré contigo ¿Recuerdas ayer? Estaré a tu lado hasta que te quedes bien dormido."

"¿Promesa?"

"... Promesa".

Natsume volvió suavemente la mirada cuando Shiri se aferró a sus brazos. Si hacían esto, solo podía verlos como padre e hijo así que, evidentemente, le hacía tener un montón de sentimientos complicado y le hacía tener vergüenza para con Kotoku. Le había dicho que solo se quedaría un mes porque quería convivir un poco con el niño. Y aunque no recordaba nada, ya que Shiri era completamente igual a Harried, Kotoku estuvo de acuerdo en hacer cumplir sus planes. Aunque igual pensó que tenía que mantener la moderación

Mientras Natsume limpiaba el vaso vacío con un trapito húmedo, opinó que no debería reparar tanto en este asunto. Más que nada, porque esto se sentía como una ilusión de algo limitado.

(No malinterpretes esto solo porque ahora eres feliz.)

Recordó la primera vez que estuvieron juntos en Inglaterra, la pasión que recibió de sus manos y el consuelo de sentirse tan profundamente enamorado de él. Y por supuesto, después de lo que pasó en el lago era evidente que no quería repetir el mismo error.

Cuando Harried regresó silenciosamente a la mansión y dejó caer al niño sobre la cama, Shiri bostezó solo una vez antes de quedarse dormido. Tal vez había estado muy cansado de jugar desde hace un rato, pero había dicho que NO porque quería intentar seguir junto a él. 

"Es un niño perfecto. Todo en él. Desde la cabeza, hasta cada uno de sus deditos." Harried acarició suavemente la cabeza de Shiri, arrodillándose a un lado de la cama. "Siento que cada segundo que pasa lo amo más y más". 

"Ahora, eso no significa que puedas llevártelo". 

Era una especie de broma, pero si lo pensaba bien había sonado algo grosero. Tenía miedo de que se llevaran a su hijo pero era lo mismo que decir que no confiaba en él. Además, la razón por la que actuaba así era para controlar sus sentimientos más que por cualquier otra cosa. Harried volvió a ver al niño y suspiró:

"No importa si no puedo estar al lado de mi niño. Me siento bendecido porque al menos hay una prueba de mi amor a Natsume en este mundo".

"Hay muchas otras personas que tienen el mismo color de piel..."

Aunque se sintió culpable por decir esto, también fue como si no lo pudiera evitar. Harried se elevó de hombros y dijo: "Sí", justo como lo haría un niño. 

"Puede que sea el caso, pero es tu hijo aún así. Los rasgos en su carita se parecen mucho a los tuyos. Aunque supongo que la gentileza la tomó del señor Kotoku".

Las palabras de Harried no eran una mentira, pero su cabello claro, su peculiar forma de hablar, sus ojos verdes, sus labios y su atmósfera llamativa eran completamente similares a los de Harried. El lo sabía, pero quería darle espacio.

"... Lo siento. Creo que me estoy pasando un poco con todo esto." Harried se puso de pie a toda prisa, se mordió los labios e incluso inclinó la cabeza. "Estoy hablando tonterías, no tengo derecho. Tendré cuidado a partir de ahora".

"No... No es..."

"Además, tenía algo que quería darte hoy".

Y entonces, Harried sacó un paquete de la bolsa que había dejado en la esquina de la habitación. Era una caja rectangular, no tan grande pero si considerablemente amplia. 

"Puedes abrirlo".

"¿Es para mí...?"

A Harried parecía gustarle mucho eso de dar regalos. Cuando quitó la tapa, el interior mostró una billetera larga que combinaba tela azul brillante con cuero. Era una opción rara para un regalo.

"Es... Algo muy simple. No estaba seguro acerca de las joyas porque Natsume no las aceptaría si eran muy caras así que, al final me decidí por esto. El patrón es el de los textiles tradicionales de Jashar."

"De Jashar... "

El elaborado patrón geométrico le recordaba a un mosaico de mezquita. Tenía un aire moderno gracias a la combinación con el cuero negro y ya que era tradicional, de verdad podía decir que era un regalo un tanto exótico.

"Japón exporta principalmente petróleo y joyas, pero nuestro objetivo es lograr una economía estable mediante la producción de productos de valor agregado en la industria primaria. Esto es en asociación con marcas japonesas. Quiero decir, es un trabajo mío. También tengo ropa. Espero abrir algunas tiendas en el centro de Japón muy pronto".

Harried se mostró un poco orgulloso de explicarlo. Natsume bajó la cara sin abrir su billetera.

"Estás haciendo mucho trabajo, incluso aunque eres un rey".

"¿No te dijo nada Kotoku? Mi hermano es el rey de Jashar, no yo. Quiero decir, la familia es preciosa para nosotros. Mi hermano Ether es una persona que tiene la personalidad de un rey por naturaleza y mi hermana Laila lo ayuda con los asuntos que necesitan de un conocimiento un poco más especializado. Además, ambos son inteligentes y bastante tranquilos. Siempre me han apoyado en todo lo que quiero hacer. Aunque claro, todavía me asustan cuando se enojan."

Como antes, Harried, quien hablaba de su familia con una impresionante sonrisa en la cara, pareció estar muy entretenido con la explicación de todo ese asunto. 

"Mi padre falleció ya hace un tiempo, pero mi madre aún está con nosotros. Es alegre y risueña, y vigila a la familia de una forma increíblemente admirable. Me gustaría que Natsume pudiera conocerlos a todos."

Sin embargo, cuando miró a Natsume, dijo de inmediato.

"Lo siento. Sigo siendo abusivo. Puedes olvidar esa última parte".

Natsume negó con la cabeza porque tampoco quería que se preocupara tanto. 

"Me gusta escuchar de tu familia. Además, tus historias sobre Jashar hacen que sienta que realmente es un país hermoso. Hay montañas en medio del país, una ciudad moderna en el lado del mar y un desierto rojo que se extiende infinitamente. Suena irresistible".

"Sí, eso es verdad." Harried sonrió como si estuviera aliviado. "El turismo está prosperando y, como dije antes, es tan seguro que puedo prometer que ya nadie va a dañarte. Las medidas de derechos humanos para los Omega se han actualizado muchísimo y creo, creo que han cambiado drásticamente en los últimos años. El novio de mi hermana también es un Omega así que, yo sería feliz si Natsume y Shiri vinieran algún día conmigo. Claro, junto con Kotoku".

Bruscamente, algo que no era ni tristeza o alegría pareció estarse arrastrando por su piel. La voz y la expresión facial de Harried estaban llenas de preocupación por su futuro y de un amor que no podía ocultar. Y aunque Natsume estaba a punto de decir algo, pareció dejarlo en segundo plano cuando observó el brazo de Harried. Estaba un poco rojo arriba del codo. También pareció hinchado. 

"Harried, ¿Te picó un mosquito?"

"¿Un mosquito?"

Harried miró alrededor de su cuerpo así que Natsume dejó su billetera sobre la cama y tocó su brazo, diciendo: "Aquí está". 

"Con razón me está picando."

"No lo rasques demasiado. Te traeré un poco de medicina, así que espera".

Bajó rápidamente al primer piso y trajo la medicina del pequeño botiquín que estaba cerca de la cocina. Cuando llegó, Harried tenía una cara nerviosa incluso aunque solamente estaba esperando. Retiró la pomada del tubo y la aplicó en el área que estaba lastimada.

"Los mosquitos tienden a picar. Y ya que mi bebé no puede evitar rascarlos, tengo un tipo de medicamento que puedo poner para reducir la molestia. Por eso la llevo conmigo siempre".

"Sí. Gracias... No tenías que..."

Natsume se sorprendió cuando se dio cuenta de que había agarrado el brazo de Harried a quemarropa

"¡Lo siento! Siempre estoy colocando esta pomada en mi bebé así que, creo que ya me volví adicto a hacer esto".

"No, para nada. Me alegro de haber recibido el tratamiento de manos tuyas."

Harried tenía la cara ligeramente roja cuando miró para abajo. 

"Bueno... Me voy a casa. Estaba esperando que el bebé se durmiera para que no se pusiera a llorar como la otra vez. Además, supongo que lo veré mañana".

"Bueno, mañana... Mañana quiero enviar a mi hijo a la guardería. Se tomó un descanso la semana pasada porque quería verte pero... No, no quiero decir que no puedas venir." Natsume reformuló después de perseguir a Harried por el pasillo. "Puedes venir por la noche a cenar? Poco tiempo."

Pero eso que dijo tampoco le gustó. Era lo más cruel que podía hacer, incluso aunque fuera solo para controlarse a si mismo. Frente a Harried, sentía que siempre estaba diciendo cosas egoístas sin darse cuenta.

"Gracias. Me alegrará verte aunque sea por una hora así que, estaré aquí."

Harried esperó a que Natsume lo alcanzara y luego volvió a sonreír tímidamente. 

"Natsume es amable".

"No lo creo."

Pero siempre que bajaba las escaleras era acompañado por Natsume, le ayudaba a ponerse los zapatos y le abría la puerta. Aunque tal vez solo era porque estaba acostumbrado

"Más bien ¿No te has decepcionado?"

"¿Eh?"

"Es porque... La persona que has estado buscando durante cuatro años tiene una personalidad tan... Horrible. Seguro tu impresión ha cambiado un poco."

Harried miró a Natsume de un modo un tanto nostálgico.

"Para nada. Cuando te conocí hace cuatro años, eras como un gatito tenso. Eras muy cauteloso con tu entorno y, por supuesto, siempre desee protegerte gracias a esto. Pienso que eres como una de esas margaritas en el desierto".

"¿Por qué una margarita?"

"Son flores que crecen una vez al año. Tienen un color naranja brillante pero se marchitan rápidamente y tienen una apariencia débil que hace pensar que serán arrastradas por el viento en un segundo. El hecho de que siempre florezca todos los años significa que tiene la fuerza de echar raíces en la tierra y atar semillas incluso aunque le queden pocos días de vida. Siento que Natsume tienen esa fuerza".

"Es la flor favorita de mi hijo... Pero no soy fuerte".

"Si lo eres. Eres fuerte para decidir y eres fuerte como para tomar desiciones por tu cuenta." Harried entrecerró suavemente sus ojos verdes. "Ojalá... Ojalá te hubiera mantenido a mi lado para hacer que te vieras con mis ojos."

"Harried..."

Natsume se detuvo involuntariamente cuando se dio cuenta de que la salida estaba justo detrás de ellos. El sensor detectó a Harried de inmediato e hizo que la puerta se abriera hacia el exterior. Y mirando hacia atrás, a unos pasos de distancia, Harried levantó la mano para despedirse.

"Olvida todo lo que dije si te lástima ¿Está bien? Solo... Cuídate mucho y cuida al niño. Nos vemos mañana".

La puerta se cerró y ocultó a Harried en la oscuridad hasta que se dio cuenta de que verdaderamente se había alejado. Natsume se quedó inmóvil. La piel pareció hormiguearle y la boca le estaba temblando con ganas de decir que se quedara. No deseaba que fuera a casa. Quería que volviera a mirarlo directamente a los ojos y sabía, incluso aunque era algo muy pequeño, que no era una sed instintiva de las que tenía durante el celo. Tal vez no porque fueran una pareja destinada sino simplemente debido a que el hombre era atractivo y tan encantador que se sentía fascinado por él. Porque fue una persona que tocó lo más profundo de su corazón. Incluso si fue su instinto lo que lo atrajo de un vistazo hace tres años.

Regresó rápidamente a la mansión, saltó a su habitación y entonces Natsume abrió el armario. Dentro de una caja de cartón, que estaba herméticamente sellada con cinta adhesiva, había una camisa mezclada con varios artículos que le dio Harried la última vez que estuvieron en Inglaterra. Después de todo, era como un recordatorio del tiempo que estuvieron juntos.

Natsume sacó su camisa con sus manos temblorosas y lo abrazó fuertemente contra su pecho. Había pasado un tiempo desde que lo hizo, así que quiso llorar como un loco cuando descubrió que ya no olía a él.

(Es normal. Han pasado tres años.)

No era mucho, pero si lo suficiente. Y ya no podía decirle a nadie que estaba enamorado de él...


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