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Un Omega parecido a una flor. (Traducción finalizada) por yuniwalker

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Cuatro días después, Natsume detuvo el taxi frente a su puerta. Aparentemente iba a ir a la villa de Kotoku en Yamanashi. 


Mientras pagaba la tarifa, vio a Kotoku saliendo de la entrada y llegando directamente hasta su puerta. Como de costumbre, estuvo a punto de ser abrazado y por supuesto que trató de aceptarlo, pero pareció como si su cuerpo lo rechazara por su cuenta. Ya era demasiado tarde cuando pensó en lo que acababa de hacer pero Kotoku, con una ceja levantada, solo estaba sonriendo suavemente como si entendiera el motivo. 


"Bienvenido de vuelta, Natsume".


"...Ya estoy de regreso".


No quería que Kotoku lo tocara.


Cuando sintió que el olor era diferente al de Harried, su cuerpo simplemente se negó. Kotoku no hizo nada cuando vio que estaba mirando hacia abajo.


"Debes estar cansado. Haré que preparen té para ti ¿Vale?"


"Gracias".


El interior del edificio tenía una atmósfera cálida, algo que era completamente diferente a la apariencia del exterior. Sentado en el sofá de la gran sala de estar con vista al jardín, Kotoku se acomodó a la distancia y le tendió una charola. 


"¿Estás más flaco?"


"No, no creo que haya cambiado mucho."


"¿Sí? Tienes algo diferente. Como si la atmósfera a tu alrededor estuviera más pesada. Pero, tal vez sea porque ya ha pasado un tiempo desde que te vi."


Natsume se sintió aliviado de poder devolverle la sonrisa.


"Gracias por dejarme ser libre durante cuatro años".


"No te dejé "ser libre", es algo que obtuvo Natsume al trabajar tan duro por su cuenta. Aunque tengo que admitir que estaba preocupado por los gastos de manutención y los gastos escolares. Juro que los ingleses son muy exagerados".


"Jaja. Gracias Kotoku-sama, por cuidar de mis gastos de matrícula."


Después de graduarse de la escuela preparatoria y ahora que había terminado con la universidad, Natsume estaba pensando en trabajar como ayudante en la mansión de Kotoku durante dos años y medio. También le había dicho que podía acompañarlo a trabajar en la empresa como un "oficinista exclusivo" así que, podía decir que contaba como su trabajo social. Después de todo, tenía la suerte de que su empresa contara con un programa de estudios en el que podía entrar muy fácilmente. 


"¿Disfrutaste de tu vida en Inglaterra?"


"Sí. Había gente de diferentes países y la ciudad era muy hermosa".


"A menudo me enviabas fotos del jardín. Seguramente te sentiste algo solo."


Natsume se apresuró a decirle que tenía un amigo llamado Matt. No quería entristecer a Kotoku dándole ideas equivocadas. 


"Matt era muy buena onda. Fuí a la fiesta de despedida con él".


"¡Que bueno! Seguro fue emocionante".


"Sí, mucho. Fue menos formal y más animado de lo que había imaginado."


Kotoku pareció aliviado al enterarse de eso así que se llevó el té a la boca. 


"Si Natsume la pasó bien, entonces estoy feliz."


"Muchas gracias."


Aliviado de que este fuera el final de la historia, Natsume también tomó su taza. El juego de té "Royal Albert" que solían utilizar en esa casa y el magnífico aroma del té verde que le gustaba tanto a Kotoku, le hicieron darse cuenta de que realmente había vuelto.


Y entonces, Natsume notó que Kotoku lo estaba mirando más atentamente que en otras ocasiones. Estaba sonriendo, pero pareció preocupado por algo. 


"Aunque fue divertido... Parece que también te trajo algo de dolor, Natsume."


"..."


La taza y el plato hicieron un ruido extraño cuando escupió y entonces el té se derramó completamente hacia el suelo. Movió la cabeza y luego dijo que "no era así".


"Lo siento, el problema es que todavía estoy cansado de viajar. Me mejoraré si duermo mucho esta noche".


Pero Kotoku no podía ser engañado. 


"Dijiste que estabas enfermo y que por eso cancelaste tu regreso a Japón ¿No es verdad? ¿De qué te enfermaste?"


"Pues yo..."


"Si no podías subir al avión, entonces no era solo un resfriado. Fueron diez días. Creo que eso es mucho tiempo".


La voz de Kotoku era tranquila, pero él había empezado a sudar frío. Natsume se abrazó el estómago con ambas manos porque había comenzado a sentir una pulsación en la parte baja debido a todos los nervios que había estado acumulando. Sonrió:


"En realidad fue porque me llegó el celo".


"¿El celo? ¿Así de pronto?"


"... Sí. Así que retrasé el vuelo por si acaso. Pero, era vergonzoso y difícil para mí decirte sobre eso. Lo siento, no quería preocuparte".


"No tienes que disculparte, solo fue tu celo. ¿No tomaste tu medicina?"


"Por supuesto, es solo que se me adelantó".


Entonces apartó los ojos. 


"Bueno, está bien. Pero si tienes algún problema o preocupación, consúltalo conmigo ¿Bueno? Incluso si es algo trivial. Somos familia, ya sabes. Y puedo decir que siempre voy a estar de tu lado. Pase lo que pase."


"... Kotoku-sama."


Pero Natsume todavía parecía sentirse algo "apagado" con él, por lo que solo sonrió para aparentar. 


"Gracias. Lo digo en serio. Tú eres la persona más importante para mí".


"Eso lo sé, Natsume. Pero igual pensé que podrías tener un novio escondido por allí. Ya sabes, como una de esas divertidas vidas universitarias."


"¿... Qué?"


"No me hagas caso."


Pero igual Kotoku se distanció casualmente de Natsume. Era una brecha de alrededor de uno o dos centímetros y medio.


"¿Por qué no te acuestas un poco después de tomar el té? Voy a preparar una comida japonesa tradicional para ti."


"Eso suena bien. El arroz de Kotoku es muy bueno y nunca encontré a alguien que lo pudiera imitar".


Natsume no podía quitar los brazos de alrededor de su abdomen y tampoco pareció poder actuar con normalidad incluso aunque lo intentara. A pesar de que Kotoku, que fue cuidadoso, se tomó la molestia de alejarse para que no sintiera su olor o su temperatura, era obvio que Natsume seguía estando completamente incómodo estando alrededor de él. El té que estaba bebiendo pareció más amargo que antes y la verdad era que parecía que el tiempo en vela le estaba pasando factura.


Todo había estado bien, hasta que dejó a Harried en el aeropuerto. Es decir, desde que esperaba su traslado a un vuelo internacional en Heathrow, la verdad era que había comenzado a sentirse cada vez más y más solo y confundido. Los cálidos sentimientos que había tenido alguna vez eran dolorosos ahora que la temperatura y el aroma de Harried había desaparecido de su lado y sí, podía hasta confesar que pensaba en lo terrible que era que el "destino" le hiciera sentir insoportable el hecho de estar tan lejos el uno del otro. Era como si deseara que Harried apareciera un día y dijera que nunca se había ido. Que le murmurara una palabra poderosa de esas que le curaban el corazón, o una confesión de amor directa y sin adornos. Que le dedicara una mirada de esas que sentía de repente en su espalda...


Pero Natsume, quien nunca se había enamorado antes, no tenía ninguna experiencia pasada que le ayudara a comparar sus sentimientos. Estaba preocupado por lo que estaba pasando con él así que pensó en llamar a Harried para preguntarle si estaba experimentando lo mismo... Pero, cuando recordaba el "consejo" que le había dado una de sus escoltas, se hacía pequeñito y parecía no atreverse a enfrentarlo. Y lo peor fue que desde ese momento todo pareció ir en picada. ¡No podía estar en paz ni siquiera mientras estaba en el avión! Su corazón estaba zumbando y se sentía cansado mientras imaginaba escenarios cada vez más y más dolorosos.


Natsume decidió llegar a Japón, pasar la noche en un hotel, despertar solo y comenzar a hacerse a la idea de su nueva vida sin él. Era como un bono para su despedida. Una manera de cerrar ese ciclo en el que al final de una divertida vida estudiantil, tuvo una pequeña aventura de amor. 


Natsume suspiró, se puso de pie y le agradeció a Kotoku por todo lo que había hecho antes de dirigirse a su habitación en el segundo piso. Esta era una de esas villas que utilizaban muy de vez en cuando para evitar el calor del verano así que no fue extraño que ese pequeño dormitorio, al que había entrado por primera vez en cinco años, no hubiera cambiado en absoluto. Y aunque claramente era nostálgico, también pareció comenzar a sentirse muy aburrido para su gusto.


Suspiró de nuevo.


La cara de Harried estaba en su cabeza, pero no podía decirlo en voz alta.


(Quiero verte. Quiero escucharte.)


Lo echaba muchísimo de menos pero no sabía a ciencia cierta si era a Harried o a la felicidad que había experimentado a su lado en esos diez días.


"Estoy enloqueciendo."


Natsume se dijo esto a si mismo.


Todo esto podía ser solo un efecto colateral del cansancio así que, si dormía en esta habitación y comía justo como siempre, seguramente podría hacer que Harried quedara en el pasado donde debió estar para empezar.


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