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The Power Of Love por Witch Chameleon

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Notas del capitulo: Muy Buenas Mañanas /Tardes /Noches! Esta semana ha sido un poco difícil, por eso me he tardado un poco más de lo normal, en verdad lamento hacerlos esperar. Espero que este capitulo le sea de su agrado y ante todo millones de gracias por el apoyo que le dan a la historia, siempre es mi motivante para seguirlo, incluso cuando cuento con ciertas adversidades, sus comentarios, leídas y corazones me ayudan muchísimo. 
 
Ahora sí, disfruten este episodio! 

Tora se encontraba trabajando desde el escritorio de su casa, mientras leía algunos informes que su propio jefe le enviaba a su correo electrónico para terminar el siguiente proyecto de su empresa, cuando recibió un llamado inesperado a su teléfono móvil, el cual se encontraba apartado en otra mesa cercana a su escritorio, donde normalmente llevaba algunos snacks o su jarra de agua fresca. En un momento intento ignorarlo, pensó que tal vez su jefe estaba llamándolo nuevamente (ya lo había hecho varias veces ese día) pero no se espero que el nombre SAKAMOTO se leyera en el centro de la pantalla. Por un momento estuvo a punto de atenderlo, pero al mismo tiempo recibía un siguiente correo que le pedía terminar aquello tan pronto como sea posible (eso sólo significaba una palabra YA). En ese momento no pudo pensar con claridad y prefirió ignorar la llamada, aunque en el alma aquello le pesara.

 

 

 

 

 

Las siguientes horas se encontró intentando terminar el proyecto, rellenando las planillas que le eran solicitadas, hasta que al fin su jefe termino llamándolo para avisarle que ya estaba todo preparado para el siguiente día. Cuando pudo respirar, tomó un gran vaso de agua y comenzó a aclarar sus ideas, su mente  estaba algo nublada aun y sus ojos le pesaban enormemente debido a lo mucho que había pasado frente aquella pantalla, sumada a las horas de juego que la noche anterior. Bastaron unos cuantos minutos, hasta recibir un mensaje de Shou, el mismo se trataba de un meme de un gato que sólo quería dormir, provocándole una risa suave. No lo respondió, ya que Shou acostumbraba a enviar esas cosas, pero no había necesidad de responder. Estaba a punto de perder el hilo de sus pensamientos, cuando recordó el llamado y todo comenzó a caer en su cabeza.

 

 

 

 

Comprobó si existía una llamada más, pero no. Sakamoto sólo lo había llamado una vez y realizo la misma en un horario que no era habitual, normalmente lo podría llamar para saber de los ejercicios pero en este caso, era demasiado temprano. Frunció el entrecejo a medida que observaba la pantalla de su teléfono sin poder entender a que se debía tal llamada. Tal vez su médico se confundió al marcar y sin querer lo había llamado, o apretó una tecla al azar, guiando la llamada hasta su teléfono. Cabían infinidad de posibilidades, entre ellas que realmente Sakamoto lo esté buscando por algo en particular, tal vez sus medicamentos o una nueva cita médica. Tora no podía dejar de pensar nuevamente en su médico, cuando había intentado de mil modos olvidar aquello y de repente una llamada cambio su panorama por completo.

 

 

 

 

Se cuestionó durante varios minutos sí era correspondiente volver a llamarlo o simplemente esperar, sí realmente estaba intentando hablar con él, volvería a llamarlo. Sí la llamada fue un error, simplemente quedaría el registro y todo quedaría en la nada. Pero dado el tiempo que había transcurrido, supuso que se trataba de la segunda opción, las horas habían transcurrido sin ningún tipo de aviso, por lo que comenzaba a perder las esperanzas. En ese momento, Tora decidió tomarse un baño y relajarse de todo aquello, pensando en qué hacer durante la tarde noche, para evitar seguir rompiéndose la cabeza.

 

 

 

En cuanto estuvo a punto de tomar el camino hacia el baño, su teléfono comenzó a vibrar en la mesa, volvía a ser un llamado  y en letras grandes se podía leer SAKAMOTO nuevamente. Su corazón comenzó a palpitar fuertemente dentro de su caja torácica, antes de atreverse a tocar con sus dedos la pantalla, deslizar el botón y dar inicio a la conversación, conteniendo su terrible emoción y ansiedad, al no saber el motivo de aquel llamado. Incluso sí sólo se trata de una cita médica, poder volver a verlo, era su mayor ilusión en ese momento.

 

-        ¿Amano-san? —  preguntó del otro lado de la línea.

 

 

 

-        Sí, dígame… —  contestó un tanto nervioso.

 

 

 

 

-        Oh que bueno encontrarlo. Disculpe que estoy molestándolo. ¿Cómo está marchando todo con ese corazón?

 

 

 

-        Esta…todo marchando bastante bien. —  respondió Tora, sintiendo una leve punzada en su interior, es que acaso el médico estaba bromeando con él. Justo le pregunta por su corazón, en ese momento quería responderle que estaba dolido y triste, pero recordando que Sakamoto era su cardiólogo aquella pregunta era más normal de lo que estaba pensando, sólo que todos sus sentimientos se estaban mezclando.

 

 

 

-        Me alegra saber eso. – La voz del médico sonó algo monótona, y por un momento hubo un gran silencio que separo a ambos en una conversación donde ni siquiera sus respiraciones se oían. Tal como si la línea se hubiese muerto, pero Tora estaba seguro que Sakamoto seguía del otro lado, sólo que no se atrevía a pronunciar palabra alguna. Se cuestionaba como podía pensar tanto todo el día, y cuando llegaba el momento, quedarse callado sin más. Aquellos eternos minutos en silencio, fueron cortados por el especialista, quien retomo la palabra. — Siento llamarlo de una forma tan repentina, quizás hasta inoportuna, pero la verdad es que he pensando estos días en usted.— Tora sintió su corazón detenerse durante unos breves segundos.— Recuerda la salida fallida, siento que me he quedado en deuda con usted, ya que me acompaño a un lugar que era de mis preferidos y luego…bueno ya sabe. Mi idea es…para compensar ese momento, me gustaría invitarlo a una nueva salida. Esta vez… a un lugar que sea de su agrado.

 

 

 

-        Disculpe Sakamoto…Pero le recuerdo que usted no me debe nada y que usted mismo menciono lo de no volver a cruzar esa línea. —  Tora se golpeaba contra una pared de manera mental por estar diciendo lo que en realidad no estaba pensando, lo que más deseaba era cruzar esa línea cuanto antes y precisamente su cardiólogo le estaba dando esa oportunidad, porque diablos no estaba aprovechándolo.

 

 

 

-        Recuerda que le mencione lo importante que es tener una vida sana, en ello incluye que uno tenga sus momentos de ocio, donde uno se pueda divertirse y des estresarse, llevo tiempo sin asistirlo a sus ejercicios, que supongo estará realizándolos incluso sin mi asistencia. — apunto Sakamoto en un claro tono de especialista. —  me gustaría al menos darnos un poco de aire. Seguro usted lo está necesitando y…la verdad es que yo lo necesito bastante. – Tora no quería seguir cuestionando la razón del cambio radical del doctor por lo que ante sus palabras, su puño se levanto hacia el cielo casi en señal de triunfo por conseguir aquella oportunidad, de forma tan inesperada.

 

 

 

-        Me parece bien…Déjeme pensar un lugar que quiero visitar mucho y se lo envió por mensaje de texto, usted me dice cuando tiene un tiempo libre. — respondió cómodamente, intentando fingir su emoción.

 

 

 

-        Prometo que esta vez no me emborracharé. — Agregó risueño Sakamoto, logrando la risa de Tora.

 

 

 

-        No se preocupe, si eso ocurre, sepa que no lo dejaré solo. Lo acompañaré hasta su casa. —   para cuando termino de mencionar aquello, sintió sus mejillas ponerse rojas y agradeció que Sakamoto no lo observara.

 

 

 

 

-        Gracias infinitas por asistirme. —  agradeció el médico con total sinceridad, incluso Tora había llegado a escuchar su voz tan natural, fuera de lo que era su ámbito profesional, podía sentirse aliviado.

 

 

 

 

Conversaron unos minutos más antes de cortar la llamada por completo, logrando que Amano se sintiera tan motivado, olvidándose del día duro en su trabajo. Tendría una cita con su doctor, una segunda oportunidad, quizás perderse mucho más en ese enamoramiento por él o simplemente darse cuenta que no era el camino correcto y definitivamente separar sus sentimientos por completo.

 

 

 

 

 

 

Un domingo a la tarde, cuando el sol estaba en su mayor esplendor, Kazumasa subió al piso en donde Hiroto vivía, para pasar el día juntos. Para Shou no era la primera vez que se quedaba en la casa del más bajo, pero aun sentía cierto nerviosismo y no se trataba de la compañía, sino más bien de lo que sucedía realmente con aquel rubio de labios prominentes. Tora le mencionó que debía hondar más en el pasado del mismo, pero no estaba tan seguro cuanto realmente podría hacerlo. Aun así lo intentaría.

 

 

 

En cuanto toco el timbre, el más bajo no tardo en abrir la puerta y recibirlo con su enorme sonrisa pintada en sus labios, dejándolo pasar y asistiéndolo para que se pudiera sentir cómodo. Shou no se había presentado con las manos vacías y traía una fuente de fresas, la fruta favorita de Hiroto, por lo que los ojos oscuros del mismo se posaron en aquella fuente, antes de que pudieran acomodarse, dado que el mismo se encontraba tocando guitarra. Estaba acostumbrado a tocar guitarra en sus ratos libres.

 

 

 

 

Kazumasa le pidió que no dejara de hacer lo que le gustaba, al fin de cuentas a él le gustaba oírlo tocar, por lo que mientras se hablaban de distintas cosas, comían y se reían, Hiroto aprovechaba a crear algunas melodías que le surgían en la mente. Para Shou no pasaba desapercibo que la casa del menor siempre se encontraba un tanto vacía, puesto que la mayoría de sus cosas estaban aun en cajas, eso le llamaba la atención pero no se atrevía a preguntar más. Quizás aquel momento era el adecuado para dar un siguiente paso, ver hasta donde Hiroto sería capaz de animarse a hablar.

 

 

 

A medida que la conversación fue cambiando entre temas, Hiroto tocaba suavemente las cuerdas de su guitarra, a veces tocando alguna que otra melodía, otras simplemente dejándose llevar por el sonido que podía crear. Shou se percató de como el mismo parecía bastante relajado, por lo que sutilmente se atrevió a hondar un poco más en el pasado del guitarrista. 

 

 

-        ¿Por qué tienes tus cosas embaladas? ¿Piensas mudarte? — preguntó con curiosidad, mientras se llevaba una fresa a la boca y la degustaba con tranquilidad.

 

 

 

 

-        En realidad están así desde que me mudé hace dos meses. —  hizo una pausa, mirando a los ojos de Shou, como si buscará sentirse en total confianza para continuar hablando. — Debido a mi poco tiempo, no he terminado de acomodarme. 

 

 

 

 

-        Comprendo… sabes que sí necesitas una mano, puedo ayudarte. — se ofreció el más alto con una suave sonrisa, logrando la confianza que estaba buscando.

 

 

 

-        Gracias Shou. La verdad  es que… hay muchas cosas que no me motivan a desembalar. Quizás algo de culpa. — señalo con tristeza. 

 

 

-        Puedes contarme, estoy para escucharte. — Agregó acercándose más al menor, no sólo para seguir mirándolo a los ojos, sino para crear un ambiente más intimo, incluso si se encontraban solos.

 

 

 

-        Estuve en pareja durante casi cuatro años. Los primeros dos años fueron especiales con esa persona, había mucha conexión y todo marchaba bien, hasta que comenzamos a convivir. —  su mirada se fijó en la ventana más cercana. —  comenzamos a tener nuestras diferencias, supongo que es normal. Pero poco a poco, ni sus horarios ni los míos coincidían, nos veíamos poco y cuando lo lográbamos… estábamos algo cansados. Sentía la monotonía y la falta de conexión, llevándome  a alejarme cada día más y más. Hasta darme cuenta que todo ese amor que sentía, se evaporó y solo le tenía un gran cariño. Pero no amor. —  suspiro algo frustrado. 

 

 

 

-        Lo comprendo…Y entonces decidieron separarse. — añadió inquisitivo Shou, queriendo comprender, dónde nacía la culpa del más bajo. 

 

 

 

-        En realidad, decidí separarme. Grave error. — Comentó llevando una de sus manos a sus cabellos para peinarlos suavemente. — él…sigue enamorado de mi. Y está ruptura, sólo lo ha vuelto más intenso. 

 

 

 

-        Pero… acaso te molesta, ¿te acosa? Debes hacer la denuncia.

 

 

 

-        No…No lo digo sólo por el cariño que le tengo, sino porque siento que no hay motivos para denunciarlo. Me llama constantemente para hablar y luego saca el tema de querer volver. Es ahí donde me siento culpable, la decisión de terminar fue sólo mía. Y entiendo que él aun este enamorado. 

 

 

 

-        Déjame darte mi opinión, pero tú no eres el culpable de nada. Al contrario, creo que esa persona simplemente no se da cuenta de qué en verdad no eran tan compatibles en un principio o que la relación simplemente se estanco.

 

 

-        Es ahí donde nace mi culpa. En verdad habíamos progresado muy bien juntos, incluso nos casamos. Teníamos intensiones de hacer algunos proyectos juntos. Pero aunque hicimos todo ello, sentía que nada era realmente suficiente. Como si me faltara algo. 

 

 

 

-        Con más razón Hiroto, tú estabas buscando que fallaba en la relación y quizás había muchas cosas o tal vez sólo algunas, pero las suficiente para tomar esa decisión. Que él este insistiendo con volver, es sólo porque aun está en la fase de la ruptura. Todos reaccionamos distinto, debes darle tiempo. Sólo me preocupaba que esa persona no dejara de acosarte. 

 

 

-        Lo siento, sí te he preocupado. Sólo que justo me ha llamado en los momentos que estamos juntos. Pero en realidad no llama tan seguido, su trabajo no le permite estar tan tiempo desocupado. — Añadió volviendo su mirada en los ojos de Shou, con un claro gesto de agradecimiento, por sentirse comprendido. — Lo que más deseo en este momento, es que el pueda encontrar a la persona indicada, que se olvide de mi. Quisiera que sea feliz, pero mientras siga llamándome, mientras hablemos…puedo sentir lo mucho que esta ruptura le pesa. 

 

 

 

-        Seguro es cuestión de tiempo, pronto encontrara la forma de olvidarte, quizás necesite ese empujón para tomar la determinación sobre eso. —  Shou menciono aquello, mientras se atrevía a acariciar los cabellos de Hiroto, logrando que el mismo cerrara sus ojos en respuesta.

 

 

Durante unos breves minutos, no emitieron palabras, puesto que el más bajo disfrutaba de aquellas caricias en sus cabellos, mientras Shou no dejaba de admirarlo, con sus ojos cerrados y sus labios tan apetecibles, pero en cuanto sus pensamientos comenzaron a volar, fue  que Hiroto cortó el silencio.

 

 

-        Desde que nos hemos conocido, he sentido un soplo de aire, lo estaba necesitando. Ya comenzaba a cavilar con la idea de regresar con él. — confeso con suavidad.

 

 

-         Me alegra mucho saberlo, siento exactamente lo mismo. Desde que te he conocido. - Susurro como sí en aquella pequeña sala, estuvieran más gente, cuando estaban solos. 

 

 

El resto de minutos sólo se miraron, como si pudieran reflejarse en los ojos opuestos, se sonrieron suavemente y por primera vez, fue Hiroto quien se acercó hasta el rostro de Shou, para lograr un toque sutil entre sus labios. El más alto cerró sus ojos y se dejó llevar por la increíble sensación, por la suave textura de las comisuras del rubio. Se besaron un poco más, con un simple toque, Kazumasa dejo que sea Hiroto quien decida cuando terminar el contacto, el mismo se prolongó durante algunos minutos, antes de ser finalizado. Ninguno de los dos necesitaba decir algo más, puesto que sus bocas se habían comunicado lo suficiente al igual que sus corazones palpitantes, saltando en su pecho. El amor se encontraba en el aire.

 

Notas finales:

Muchísimas gracias sí has llegado hasta aquí. Desde ya estaré esperándolos la próxima semana. Gracias por todo el apoyo. Hasta la semana que viene!


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