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Mes del amor por shiki1221

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Notas del capitulo:

Esto es parte del reto que puso la artista Hfroppy por el mes del amor, así que serán 28 días de pequeñas historias con prompts cada día diferente. Ella lo planteó para Naruto y Sasuke, pero yo decidí agregar a Menma y Charasuke porque me gustan, asi que este y el cap siguiente son MCM XD

Día 4: Besos

 

Charasuke siempre había sido muy consentido y sobreprotegido por su hermano mayor. Generalmente tenía mucha confianza en sí mismo y en que Itachi estaría allí para defenderlo en cualquier momento, cual superhéroe en las películas. Mas, cuando se vio rodeado por aquellos desconocidos no supo cómo actuar. Le insistían con que fuera con ellos prometiendo diversas cosas. Él podía ser sólo un niño, pero su hermano mayor le dijo con mucho énfasis que no fuera solo con ningún extraño. Se negó amablemente, pero le estaban bloqueando el paso. Comenzó a gritar y llorar, pero cada que un adulto pasaba cerca, aquellos sujetos decían un "disculpe, mi hijo está haciendo berrinche" y seguían su camino. Podía notar que miraban a su alrededor y estiraban sus manos hacia él cuando parecía no haber nadie y las alejaban cuando algún adulto los miraba.

―Si quieres podemos llevarte donde tus papás, pequeño ―dijo el hombre con un tono de voz algo sospechoso.

Charasuke era pequeño, pero no estúpido. Si hace unos momentos le ofrecían dulces y juguetes por ir con ellos a quién sabía dónde, no tenía sentido que repentinamente le ofrecieran llevarlo con sus papás. Por ello, él también buscó como zafarse de esa situación.

―No, yo estoy con mi… ―negó antes de correr hacia un chico de la edad de su hermano mayor abrazándolo con fuerza―. ¡Nii-san! ―gritó aferrándose a él.

Pese a que a este chico no le había visto la cara, quiso suponer que era mejor que los otros dos. Tenía miedo de esos desconocidos tan insistentes. Había intentado retroceder e ir donde sus hermanos, pero lo seguían. En su intento por evitarlos se había perdido y no sabía dónde ir o a quien pedir ayuda. Tenía mucho miedo. Estaba temblando y no se necesitaba ser muy listo como para saber que esos tipos no eran de fiar. Percibió los brazos de aquel chico apretándolo contra su cuerpo y se sintió más seguro.

―Qué bueno que te encuentro, hermanito ―exclamó Menma en voz alta―. ¡Mamá, papá lo encontré! ―gritó girando su cabeza un poco hacia atrás.

Charasuke espió un poco entre los brazos del mayor en busca de sus padres. Estuvo a punto de preguntar qué quiso decir, cuando notó como esos hombres que lo perseguían se iban. El azabache supuso que lo habrían llevado por la fuerza si no fuera por la cantidad de personas alrededor. Sus gritos y llanto fueron fáciles de obviar atribuyéndolos a un berrinche, pero de haberlo forzado físicamente sin dudas habrían atraído más la atención. Cuando los perdió de vista alzó la mirada hacia su salvador.

―Muchas gracias ―habló observando aquellos bonitos ojos azules que lo observaban fijamente antes de reconocerlo―. Oh eres el Dobe grande ―dijo sonriendo alegremente.

―¿Qué? ―cuestionó con el ceño fruncido.

―Nii-chan le dice “Dobe” a Naru-chan ―respondió sonriéndole inocentemente―. Así que te dice “Dobe grande” ―agregó sintiendo mayor confianza, pues conocía al hermano menor de su salvador.

―Oh eres uno de los Uchiha ―dijo el blondo al reconocer al niño.

El menor asintió feliz de saberse encontrado. Ahora podría buscar a su hermano mayor o a sus padres sin problemas. Sin embargo, no quería quedarse solo de nuevo. No sin estar completamente seguro de que no habrían más peligros.

―Ven ―dijo Menma sujetándolo de la mano―. Me ayudarás a buscar a Naruto y luego iremos con nuestros padres, ¿entiendes?

―Sí ―asintió con las mejillas sonrojadas. Aun le quedaban vestigios del llanto anterior, pero ahora se sentía feliz de tener a alguien confiable como su nii-san para guiarlo y cuidarlo de hombres malos como los que se topó.

El pequeño Uchiha sabía que sus padres estaban hablando con los padres de Naruto, por lo mismo si iban juntos volvería con sus propios padres a salvo. Mas, él era fácil de distraer y no podía despegar sus ojos de los puestos de juegos o comida. Cada tanto se quedaba parado mirando fijamente donde quería ir. El adolescente estaba preocupado por su hermano menor. Tras lo visto, tenía claro que no era seguro para ningún pequeño estar solo. Tendría que avisarle a sus padres para que notificaran a algún policía o tomaran alguna medida. Si intentaron llevarse a Charasuke, quien sabe si no se habían llevado a algún otro pequeño. Por su edad, más o menos entendía lo que podría sucederles a los niños sustraídos, pero el moreno se notaba que no. Él no comprendía el peligro que corría Naruto y se quedaba distraído en los juegos.

―¡Chara, vamos! ―ordenó el mayor con firmeza jalando su mano.

―Pero yo quiero ir ahí ―señaló a un juego de tiro al blanco haciendo un puchero.

―Debemos buscar a mi hermano, ¿qué no entiendes? ―interrogó con seriedad.

―Tal vez está con tus papás ―comentó pensando que el rubio ya debería estar con sus padres―. Nee, nee vamos ahí, por favor, juguemos ―pidió con insistencia comenzando a caminar en esa dirección.

―No.

―Pero…

―No ―negó nuevamente el blondo jalando de su mano para continuar la marcha.

―¡Quiero ir ahí! ―gritó comenzando a removerse para ir a ese sitio por la fuerza.

―¡Bien! ―exclamó Menma ya sin paciencia para tolerar un berrinche―. Vete a tu estúpido juego, pero si esos hombres malos vuelven te llevaran lejos y nunca volverás a ver a tu familia ―habló sin pensar.

Los ojos del azabache se llenaron de lágrimas de inmediato al recordar el miedo que había pasado hacia sólo unos cuantos minutos. Se puso de cuclillas y se cubrió los ojos con sus manos mientras gritaba y lloraba con fuerza. Eso llamó la atención de varias personas a su alrededor. Debido a las edades de ambos, quienes los veían intentaban deducir si eran familiares o era un adolescente problemático molestando a un niño pequeño. “Ahora sí prestan atención, ¿no, cabrones?”. Pensó el joven de ojos claros al darse cuenta de que lo juzgaban con mayor intensidad que a aquellos potenciales secuestradores. Intentó hablarle con suavidad para calmarlo sin resultado alguno. Por lo cual recurrió a lo mismo que solía hacerle a su propio hermano. Aprovechando que no lo veía le metió las manos entre las ropas y le dio un ataque de cosquillas. Eso lo forzó a reírse. Cuando Charasuke dejó de lado el llanto, el mayor detuvo su ataque para sujetarle ambas mejillas.

―Escucha ―habló con toda la paciencia que logró reunir―. Tu hermano debe estar muy preocupado como yo por el mío. Vamos a reunirnos con ellos y luego jugaremos todo lo que tu desees, ¿de acuerdo?

―¿Lo prometes? ―preguntó el niño alzando su dedo meñique hacia él.

―Sí, lo prometo ―aseguró dándole el meñique para evitar otro berrinche.

―Pero ―llamó nuevamente Charasuke.

―¿Qué sucede ahora? ―cuestionó el rubio intentando conservar su forzada sonrisa.

―Estoy cansado ―confesó el moreno haciendo un pucherito―. Cárgame ―pidió extendiendo sus brazos hacia él.

―Yo no… ―Estuvo a punto de negarse, pero al ver las señales de que iba a llorar se retractó―. Yo no tengo ningún problema en llevarte en brazos ―dijo forzadamente.

El pequeño Uchiha sonrió feliz y se acomodó en los brazos del otro. Menma no tenía idea de como llevarlo de forma adecuada. Así que optó por tenerlo como a las princesas o lo que fuera. Quería llevarlo en su espalda, pero el pequeño malcriado decía que esa posición le incomodaba. Soltó un suspiro al verse atendiendo tantos caprichos ese día. A su hermano nunca en su vida lo había consentido tanto, pero este pequeño demonio estaba manipulándolo para hacer todo tipo de cosas que en la vida haría de nuevo. Seguía buscando a su hermano menor minuciosamente hasta que finalmente lo vislumbró de espaldas. Lo vio tomado de la mano de una copia del niño que tenía en sus brazos. “Debe ser el gemelo malvado. Aunque viendo a este tampoco estoy seguro de haber encontrado al bueno”. Dejó de lado eso y apresuró el paso para alcanzarlo.

―¡Naruto! ―llamó entusiasmado y bajó la mirada hacia el niño que llevaba en brazos―. Allí está tu hermano, pronto volverás con tu familia ―avisó.

Al oír eso, Charasuke buscó con la mirada donde iban y ubicó rápidamente a sus hermanos. Sonrió feliz al saber que pronto volvería con ellos. Todo gracias al rubio que lo rescató de aquellos hombres malos.

—Muchas gracias por haberme salvado —dijo Charasuke.

El rubio bajó la vista con una sonrisa satisfecha por haberle ayudado, mas antes de que Menma pudiera entender lo que estaba sucediendo sintió algo suave apoyándose en sus labios. Era tibio y suave. Ese roce duró apenas unos instantes, pero su recuerdo fue más longevo. El pequeño azabache le había dado un beso en los labios siendo el primero en la vida de ambos. "Mi primer beso y me lo roba un mocoso que todavía no se sabe ni las tablas". Se lamentó Menma mentalmente. Por su lado, Uchiha sólo hizo lo mismo que le veía hacer a su mamá con su papá. Además en ocasiones veía eso en la televisión. A chicas dando las gracias con un beso en los labios. Sus padres decían que era muy joven para esas cosas, así que evitaban lo más posible que viera ese tipo de cosas y tampoco le hablaban al respecto. Sin embargo, su padre siempre se veía más animado luego de un beso de su mamá.

El joven de ojos azules estaba a punto de darle un corto sermón sobre el  por qué no debía volver a hacer eso, cuando sintió un fuerte dolor en su mejilla izquierda. Para cuando fue consciente de lo que estaba sucediendo a su alrededor, tenía a Itachi sobre él golpeándolo repetidas veces.

—¡¿Qué demonios le estabas haciendo a mi hermanito, pervertido?! ―demandó saber.

No le dio tiempo a responder o explicarse antes de retomar su ataque. El escándalo atrajo la atención de varias personas. El lado beneficioso es que sus padres también eran parte de esa multitud de chismosos. Minato y Fugaku se acercaron a separar a sus hijos mayores mientras las mujeres iban por los pequeños que de inmediato se soltaron las manos. Fugaku estaba consternado por el comportamiento de su primogénito, siendo algo que jamás había visto antes.

―Hijo, cálmate ―ordenó con severidad al verlo forcejear para escapar de su agarre.

―No hasta matar a ese bastardo ―respondió viendo como el rubio mayor revisaba los golpes en su hijo.

―¿Y ese lenguaje? ―cuestionó el patriarca de los Uchiha con una mueca de disgusto.

―Él besó a Charasuke en los labios ―contestó Itachi con rabia.

―¿Qué? ―preguntaron los adultos. Viendo cada uno a sus respectivos hijos en busca de respuestas.

Charasuke a quien nadie estaba vigilando o sujetando se acercó hasta donde estaba Menma e intentó disculparse en nombre de su hermano. No sabía muy bien que pasaba, o que hizo a su hermano pegarle al otro, pero él defendería al que lo ayudó.

―Nii-san no seas malo con mi novio ―regañó con un pucherito―. Algún día nos casaremos, así que sé bueno con él.

―Charasuke no sabes lo que estás diciendo ―habló su padre intentando sonar suave con su hijo menor.

―Sí lo sé ―contradijo con la frente en alto―. Me casaré con Menma. Él me cuidó de unos hombres malos y aunque me hizo llorar también me hizo reír mucho cuando me hizo cosquillas.

―¿Te hizo qué? ―interrogó el castaño viéndolo fijamente.

―Cosquillas ―respondió Charasuke creyendo que la pregunta era literal―. Metió sus manos por debajo de mi ropa y me tocó por todos lados. Aunque sus dedos estaban fríos y al principio no quería, me terminó gustando ―explicó lo mejor que pudo.

El mayor de los Uchiha se había quedado en silencio procesando lo que dijo su pequeño y unirlo a las afirmaciones del mayor. Lentamente soltó a su hijo, quien lo miró confundido.

―¡Mátalo! ―gruñó Fugaku pensando lo peor de aquel rubio.

―¡Fugaku! ―llamó su esposa en tono molesto.

―¿Qué? ―preguntó encogiéndose de hombros―. Se vería mal si yo como adulto lo matara. Mejor que lo termine de hacer Itachi.

Los más pequeños aun en brazos de sus madres observaban todo sin entender qué sucedía. Lo único seguro en sus cabezas era que apoyaban a sus respectivos hermanos mayores. Para Sasuke si su nii-san decía que algo era malo, lo era y punto. Si ese sujeto estaba siendo golpeado era porque se lo merecía. Por su lado, el más joven de los rubios no iba a permitir que nadie se metiera con su familia. Intentó zafarse de los brazos de su madre, pero al no conseguirlo se limitó a gritar.

―¡Hey, maldito bastardo aléjate de mi hermano o te las verás conmigo ttebayo! ―amenazó Naruto con el puño en alto.

―¡Naruto! ―regañó la pelirroja tapándole la boca con la mano pese a ser tarde―. Lo siento mucho, Mikoto ―se disculpó apenada.

Sin embargo, antes de que la morena pudiera responder o calmar a su amiga, el pequeño entre sus brazos se le adelantó.

―¡Tu hermano es un pervertido! ―gritó Sasuke con molestia. Pese a no saber el significado de la palabra, repitió lo oído de Itachi―. Le hizo cosas malas a Chara ―dijo antes de girar su cabeza hacia donde estaba su hermano mayor intentando alcanzar a Menma―. ¡Pégale duro, nii-san!

―Eres un bastardo hijo de… ―Intentó hablar Naruto pese a que la pelirroja batallaba para evitar más improperios de su hijo menor.

Las dos mujeres luchaban por mantener a sus hijos más pequeños calmados entre sus brazos. Ambas temían que de soltarlos imitaran a los mayores y comenzaran a golpearse. Minato intentaba mantener a su hijo lejos del alcance de Itachi, quien no paraba de darle vueltas intentando alcanzar a Menma. Éste se escondía detrás de su padre. Un acto bastante cobarde, pero su último recurso luego de que Fugaku cesara su ayuda para contener a Itachi. “Pero seguro si le hago algo a su hijito querido sí se meterá”. Pensó con fastidio mirando al causante de todo ese embrollo. Charasuke estaba cruzado de brazos haciendo un puchero.

 

Si no se portan bien no invitaré a ninguno a mi fiesta cuando me case con Menma”. Resolvió asintiendo para sí mismo conforme con su conclusión.


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