Pac, pac, pac.
El carro iba sin problemas.
Desde lo que pasó la última vez, pensé que ya iba estar prohibido salir para mí pero, resulta que Kai todavía me llevó a dar una vuelta más por la gran ciudad. Me pidió muchas disculpas, pero no fue como si realmente hubiera sido su culpa para empezar. Además ¿Quizá había más escoltas fuera de mi vista? No estaba seguro de esto porque en mi país, la paz nunca se controló con un caballero o con una armada. Además, Kai se disculpó porque pensó que estaba asustado con él por lo que había hecho pero, lo que me hizo sentir fue definitivamente algo muy diferente al miedo.
Hmm, ¿Qué debería decir para calmarlo?
Quiero que Kai esté a salvo, y no deseo que se lastime... Además, extraño que me toque y que comience a llevarme entre sus brazos como para hacerme sentir mejor.
Muchas veces después de eso, Kai extendió la mano hacía mi pero se retiró de inmediato. Además, siempre ponía una cara de preocupación por las más pequeñas cosas.
Las manos de Kai podían estar sucias de sangre, como decía, pero sabía que era la persona más amable del mundo entero. Tal vez estaba avergonzado de sus dedos por haber matado a hombres con ellos, pero yo jamás podía llegar a pensar que estuviera manchado. Es decir, era muy amable y tierno conmigo. Y que peleara con tanta fuerza era algo que yo podía alabar.
¿Cómo podía hacer que Kai me tocara sin que tuviera culpa?
***
"Solo faltan unos días para llegar a la capital imperial. ¿Puedo hablar un poco sobre el futuro?"
Bueno, finalmente es el momento. Pero después de asentir, de repente me di cuenta de que ¡Me olvidé por completo del tema del matrimonio! Desde el ataque, estaba tan lleno de Kai que pensaba en él en todo momento, cuando viajaba y cuando paseabamos por la ciudad. Tenía muchos pequeños rasguños que me gustaba repasar aunque no se notaran en la distancia y, cuando jugaba con ellos, resultaba que eran más suaves de lo que había imaginado. Estaba feliz cuando se reía y cuando me tomaba contra su pecho en un abrazo. Y debido a que Kai era grande, mucho más que yo, incluso ahora se ponía en cuclillas para hacer contacto visual y hablarme de manera que pudiera entender. Además de todo eso, su sonrisa incómoda era un poco divertida.
Cuando llegaramos a la Ciudad Imperial, y me reuniera con el Emperador... ¿Entonces tenía que decirle adiós a Kai? No se podía evitar, pero ¿Qué debía hacer si realmente dolía tanto? Estaba hasta pensando en hablar con él, decir que no aceptaba casarme y volver a mi país pero, eso no cambiaba nada porque cuando lo hiciera, Kai tampoco iba a estar allí.
"¿Y tú?"
"... Está bien. No va a pasar nada."
Las manos de Kai eran esponjosas cuando acariciaron mi cabello en un intento por hacerme sentir mejor. Aún así, sus toques torpes y renuentes me hicieron darme cuenta de que las lágrimas ya estaban saliendo de mis ojos y escurriendo por mi barbilla. Era extraño llorar y despedirse. Me dolía el pecho, pero probablemente era todo por mi condición mental.
Cerré los ojos y me concentré entonces en la sensación de sus manos y su calor corriendo dentro de mi. Quería llorar en voz alta.
***
La ceremonia de la boda imperial pareció comenzar de repente.
No podíamos conocernos antes de casarnos, así que íbamos a hacerlo por primera vez en la ceremonia. ¿No era eso algo estúpido?
"Tengo miedo porque soy un hombre"
"Informé al respecto, no hay ningún problema."
"... ¿En serio?"
"En el imperio, también se permiten los matrimonios entre personas del mismo sexo. Es inusual que el emperador tenga un hombre como esposa, pero no es inaudito."
El rostro de Kai era extraño. Sin embargo, si él lo decía entonces probablemente era verdad. Aunque igual no estaba seguro de qué hacer con toda esta situación tan exagerada. Un matrimonio para tener ventajas en el imperio era extraño. Más cuando mi país era pequeño y pacífico, sin fuerza militar alguna y sin suministros. Por supuesto, los pensamientos de antes llegaron de nuevo gracias a esto. Cosas como: ¿Qué pasaría si me niego a casarme con él? ¿Nos atacarían? ¿Mi país iba a sufrir? Y tal vez la gente de Grossa ¿Iba a tener alguna repercusión también?
"¿Por qué no nos escapamos juntos?"
Dijo Kai, con sus ojos gris azulados completamente puestos en mí.
"Roti, me gustas. Y no quiero que sufras lo que es tener un matrimonio no deseado."
"Kai..."
"Si el Caballero del Rey-Emperador escapara contigo, no habría culpa para tu país".
"Es que, yo..."
"No tienes que decírmelo ahora. Esperaré tu respuesta ¿Está bien? Te volveré a preguntar antes de entrar a la capital imperial así que... Por favor, piénsalo."
La verdad era que no quería dejar a Kai. Cuando pensaba en él, mi corazón finalmente estaba lleno y mis ilusiones de una vida junto a él se incrementaban. Sin embargo, dos días después de ese momento, todavía no pude decidirme por nada.
***
La ciudad, justo antes de la capital imperial, era la más grande de la historia. Podía ver la gran torre del reloj desde cualquier lugar y, cuando llegaba el momento, el sonido de las campanas resonaba perfectamente en cada parte y callejón en el que estuviera. Las calles eran tan anchas que se podían alinear cuatro autos, uno al lado del otro, y el pavimento de adoquín era plano y sin costuras por lo que el carruaje iba sin traquetear. Era solo mi cabeza la que no estaba bien.
¿Qué quiero hacer?
¿Qué es lo correcto?
Kai también parecía estar en un gran problema porque había estado preocupado todo el tiempo por mí, preguntándose qué le iba a decir o qué aceptaría. A menudo me miraba y, a veces, se reía como si estuviera nervioso cuando nuestros ojos se encontraban por fin.
Si le doy una respuesta negativa, seguramente voy a llorar.
Aprieto los labios y miro hacia la gran torre del reloj. El sonido en auge resonó en el cielo azul y mis lágrimas realmente parecieron a punto de brotar como una cascada.
***
"¿Te gustaría subir a la torre del reloj?"
Fue Kai quien me habló primero, incluso aunque había estado bastante pensativo en la posada. Creo que probablemente ambos estamos muy preocupados como para darnos cuenta de lo que nos rodea.
Mientras salíamos a pasear como de costumbre, nos abrimos paso entre la multitud y nos dirigimos directo a la torre del reloj. Extrañamente, el lugar estaba vacío por todos lados. No había nadie mientras subíamos las escaleras así que solo los pasos de los dos resonaban en las piedras.
Ah... Era muy difícil. Eran tantas y tantas escaleras que estaba terriblemente cansado al final. Y cuando mi respiración se volvió áspera y mis piernas temblaron, finalmente llegamos a la cima.
"WOW."
Justo detrás de las manecillas del reloj, podía ver la brillante capital imperial en la distancia. Una postal con el sol del poniente brillando justo en las paredes del palacio. Además, al mirar a mis pies, me di cuenta de además había mucha gente juntándose en la plaza para pasar el rato. Los rostros de todos estaban llenos de sonrisas y se notaba que no habían estado en una guerra civil desde hace ya un par de años. Estaba seguro de que llevaban un reinado gentil porque nunca escuché alguna historia mala de los aldeanos o del Emperador. Es más, cuando hablaban de él, su voz estaba llena de familiaridad y muchísimo respeto.
"Oye Kai. ¿Qué clase de persona es el Emperador?"
"Pues..."
"¿Qué quiere el Emperador de mi? ¿Por qué mi mano es importante para él?"
"... No sé. Pero seguramente vas a entenderlo cuando hablen."
Tal vez ese era el caso de verdad.
"Kai... Gracias por todo lo que has hecho por mi hasta ahora".
"¿Por qué dices eso? ¿Vas a aceptar el matrimonio?"
"Yo.... Amo a mi país y amo también a Kai".
"Entonces..."
"Por eso voy a aceptar. Porque definitivamente protegeré el lugar en el que vives".
Pensé que estaba sonriendo, pero las lágrimas comenzaron a derramarse de mis ojos por tercera vez. Ah, después de todo, de verdad estoy llorando. Un país importante. Gente importante. Era demasiado doloroso para mí y para Kai porque sabíamos que no podíamos tirar todo por la borda.
"Roti..."
Mi nombre, susurrado en mi oído, estaba lleno de sentimientos. Pero con solo escuchar esa voz sabía que no estaba equivocado en lo que hacía decidido. Después de todo, si este matrimonio iba bien, pronto yo sería el esposo del emperador. Y tal vez no iba a poder hacer mucho por este gran país, pero aun así, tenía que dar mi mayor esfuerzo. Quería que las personas que había conocido hasta ahora estuvieran a salvo y que la ciudad, tan viva y divertida, siguiera así. Además, mi persona favorita, Kai, tenía que seguir en un ritmo estable.
No quería tener otro conflicto en este país o que Kai sufriera más daño.
"Kai, en estos días me he enamorado de ti con mucha fuerza... Así que, prometo que haré lo mejor que pueda por protegerte. Es lo mejor que se me ocurrió."
Con lágrimas derramándose, miré a Kai y sonreí torpemente. Él, que tenía el rostro distorsionado y arrugado, me abrazó con fuerza y dijo:
"Perdóname..."
No entendí muy bien el significado de las palabras de Kai, pero al menos esa vez, me sonó como a una despedida.
***
El palacio era inimaginable.
Era natural que no fuera nada comparado con el de mi país, pero el edificio que pensé que era un castillo era solo la mitad de uno.
"¿¡Esto es real!?"
Dios, era inmenso. Hasta sentí que me iba a perder si no tenía cuidado de mis pasos. La estructura del palacio era tropical y hermosa y también tenía una gran diferencia si la comparabamos con la de mi país nevado.
El palacio, que estaba lujosamente decorado con blanco y oro, tenía una brisa fresca entrando por las ventanas y hermosas flores en un inmenso jardín de color verde. A diferencia de mi hogar, donde el invierno ocupaba la mitad del periodo, aquí siempre parecía ser verano. Por cierto, ¿Qué se supone que íbamos a hacer con la ceremonia? Solo había escuchado la explicación sobre la primera noche, pero tal vez también había cosas que hacer al momento de presentarnos o antes de eso. Pero entonces, mientras estaba pensando en esto, el carruaje se detuvo.
"¿Ya llegamos?"
Y cuando comenzaba a levantar mis caderas para salir de allí, Kai me detuvo de inmediato y utilizó su mano para agarrar la mía. Se arrodilló en el suelo del carruaje:
"...¿Kai?"
Él me sostuvo ambas manos y besó las yemas de mis dedos una por una. Sentí que tenía fiebre cuando sus ojos repararon en los míos otra vez porque, después de todo, era un rostro varonil y valiente. El de mi persona favorita.
"Roti, esto es todo por mi parte. De ahora en adelante, me haré cargo del palacio".
"Ya..."
"Definitivamente te veré de nuevo. Lo prometo. Por favor, perdóname".
¿Por qué tenía que perdonarlo? Quería preguntar, pero no pude formar una palabra que sonara adecuada. Al final, solo toqué mis labios con los cálidos y suaves de Kai y dejé que sus hermosos ojos me miraran fijamente. Gris, con bonitas pestañas largas.
Y mientras estaba aturdido y fascinado por eso, la fiebre desapareció y Kai salió.
No pude decirle ya nada.