Noah estaba envuelto en una manta, en la tumbona del taller. El interior de la habitación estaba oscura, y los finos bordes de polvo, que flotaban en el aire, parecieron comenzar a brillar intensamente. La mesa que estaba frente a él, tenía un montón de hojas de papel con círculos mágicos sin terminar y lápices sin punta. No llevaba trabajos urgentes encima pero, como despertó en medio de la noche, empezó a matar el tiempo como se le ocurrió.
Cuando cerraba los ojos, reaparecían marcos rojos en la parte posterior de su cabeza. Rojo fuego, rojo sangre, rojo del cielo. Seis años después, la pesadilla de esa noche catastrófica seguía atacando a Noah hasta el punto en que pensó que definitivamente no podría liberarse. Además, siempre que se despertaba, su ropa de dormir estaba fría y húmeda de sudor.
A Noah no le gustaba dormir porque pasaban cosas como... Las de esa noche.
El hermano mayor de Noah era un hombre que nació para ser el rey. Pero su poder era tan provocador que existían personas a lo largo del reino que parecían repeler sus palabras y órdenes a cada paso que daba. Incluso pasaba lo mismo con los hombres de la corona. Noah sabía todo el esfuerzo que había detrás de las acciones de su hermano y, contrariamente a la evaluación de que el rey era un estúpido, comenzó a ayudarlo arduarmente para que pudiera convertirse en ese personaje que todos esperaban. Pero, cuando pensó que llegaría el momento en que finalmente todos entenderían a su hermano, se dio cuenta de que aquellos que lo odiaban estaban tratando de llevar a Noah para tomar el trono en su lugar ¿Y por qué pensaron en eso? Tenía un rango alto, pero el manejo de la espada y el físico de Noah estaban muy por detrás de los de su hermano. En realidad, era un nerd mágico que nunca deseo ser rey y que admiraba fatalmente a su hermano mayor. Por si fuera poco, a veces simplemente actuaba de una manera idiota y ya habían ocurrido algunos incidentes en que atacaba Omegas durante el celo. Las mordidas en su brazo, que se hizo para mantenerse cuerdo, aún permanecían en el dorso y parecían volverse más aterradoras conforme pasaba el tiempo. Además, no tenía deseos de casarse y no le gustaban los niños. ¡Ya ni siquiera sabía el motivo por el que había anhelado un niño dragón con ojos brillantes como un rubí cuando era más joven! ¿Cuántas veces había pensado en lo que pudo haber hecho diferente de no haber tenido una herramienta mágica en su poder? Sin embargo, no había nada que pudiera hacer estando triste así que mientras estuviera vivo, tenía la misión de seguir adelante. Pero, aunque se suponía que Noah comenzaría un nuevo día la mañana siguiente del incidente, lo estaban matando sus sentimientos de culpabilidad. Las pesadillas nunca paraban así que ¿Era esto un castigo por ser débil?
"No quiero que tengas miedo."
De repente, recordó las palabras de su pequeño prometido así que Noah relajó la expresión. Era un adulto grande, tuvo un sueño aterrador y lógicamente no podía esperar ser consolado por un niño tan chiquito. Sin embargo, estaba tan feliz con los sentimientos que siempre le transmitía Luang que decidió llegar tarde al desayuno para no perturbarlo. No deseaba que se diera cuenta de que seguía teniendo pesadillas o que pensara que no estaba haciendo lo mejor que podía.
La puerta del taller se abrió cuando estiró todo el cuerpo.
"Buenos días, señor".
Viola parecía haber corrido todo el camino.
"Buenos días. ¿Qué pasa? No tocaste a la puerta."
"Venga al comedor. Luang está esperando por usted".
"¿Lu? ¿Aún no ha desayunado? ¿Por qué no comió primero".
Pero Viola no dijo nada. En su lugar, solo lo miró como si estuviera bastante enojado con él. No sabía de qué se trataba, pero parecía mejor ir inmediatamente.
"Llegaré tan pronto como me lave la cara y me cambie de ropa".
"¡No es importante la ropa! Por favor, señor. Venga ahora mismo".
"¿Eh?"
Noah asintió. Debió ser algo importante si estaba ocasionando que la mujer actuara así para empezar. Sin embargo, cuando abrió la puerta... Solo le llegó un pequeño olorcito dulce que era diferente al habitual.
"Buenos días, Lu."
Luang, que estaba acostado sobre la mesa, levantó la cabeza.
"Buenos días..."
"Lo siento, me quedé dormido por mucho tiempo".
"¿Tuviste pesadillas?"
El niño había estado viviendo durante doce años, así que era bastante inteligente. Luang junto sus labios con fuerza, estrujó sus manitas y finalmente sacudió la cabeza.
"El desayuno..."
"Oh, es cierto. El desayuno de hoy es diferente de lo habitual. Se ve muy delicioso."
Los ojos de Nigel parecieron fríos cuando miraron a Noah, quien estaba haciendo una voz brillante mientras hablaba del desayuno.
"Por supuesto, señor. La miel hervida con fruta es de una cosecha familiar. Además, Lu hizo los toques finales"
"¿Sí?"
Noah notó su pecado cuando vio el plato que estaba frente a su asiento. La miel seca encima del panqueque tenía su nombre y el símbolo de un corazón distorsionado. Luang preparó el desayuno para Noah y por eso había estado esperando por el.
"Oh, Dios. Lo siento tanto. No volveré a quedarme dormido de nuevo. Lo prometo."
Luang sonrió un poquito, aunque debería estar enojado.
"¿Es una promesa?"
Las suaves palabras del niño le dieron ganas de morir. Dijo sin pensar que lo prometía, pero no estaba muy seguro de no quedarse dormido cuando tuviera la oportunidad. Noah se sentó de todos modos y tomó los cubiertos.
"Oye, de verdad se ve muy rico ¿Lu ya comió? Vamos, pruébalo también."
Y después de ver una pequeña mano agarrando un cuchillo y un tenedor, Noah cortó un poco del panqueque, lo embarró con miel y se lo llevó de inmediato a la boca.
"Ummm. Es delicioso."
Noah estaba sorprendido de lo bien que sabía. La miel, cocida a fuego lento, era tan dulce que tenía un elegante sabor. Además, la frescura y el amargor de la fruta eran tan moderados que cuando masticaba, sentía una pequeña "fiesta" en su lengua.
"Esto es gracias a Luang. Ayudó a preparar todo ¿Sabe? A cortar, a exprimir, a mezclar y a decorar."
Nigel y Viola miraron directamente al pequeño que se ruborizaba mientras jugaba con los panqueques. Noah maldijo en su interior por haber llegado tarde.
"Quiero agradecerte por el mejor desayuno del mundo, mi pequeño Lu ¿Te gustaría que leyera para ti más tarde?"
Luang, que tenía la cara pegajosa, asintió al segundo siguiente de escuchar su propuesta. Sin embargo, no importaba si compraba los libros de hechizos más caros o las herramientas mágicas más raras del mundo si de todos modos parecía tan frágil durante las mañanas. Pidió que durmiera junto a él si volvía a tener alguna pesadilla.
"Está bien. La próxima vez que tenga una pesadilla, dormiré contigo. En cambio, ¿Lou escuchará mi pedido?"
"¿Un pedido?"
"Desayuna sin mí. Me hace sentir mal que te quedes así..."
Es decir, los niños pequeños necesitaban vivir una vida normal ¿No es cierto? Sin embargo, Luang pareció rechazarlo.
"Es que... Estoy solito."
Sintió que su corazón se apretaba ¿Acababa de decir que estaba solo sin él? ¡Qué cosa tan linda! Noah se puso de pie, con un plato de panqueques en la mano, y se sentó junto a Luang.
"Eldred...Cambia la mesa del comedor por una más pequeña. No ¿Qué te parece si comemos en la mesa de la terraza a partir de ahora? Siento que sería más conveniente para los dos".
Entonces, vio la miel escurriendo de la boca de Luang así que la limpió utilizando los dedos. Sin embargo, Noah pareció utilizar su lengua para raspar el dulce que se le había quedado. La cara de Luang se puso roja al instante.
"Me encanta esta miel."
Y era verdad, la miel hecha por Luang era especialmente deliciosa.
Tres días después, Noah fue golpeado por una pesadilla de nuevo. En la oscuridad, podía escucharse su áspero sonido de respiración y la manera en la que estaba temblando. Le había prometido a Luang que si tenía una pesadilla, pediría compartir la cama con él. Pero, ¿Estaba realmente bien llevar este miedo al dormitorio de un niño pequeño? Iba un poco en contra de sus modales.
"Fue una promesa..."
Noah se secó el sudor, se cambió la ropa de dormir y se dirigió a la habitación de Luang. Una herramienta mágica, una linterna occidental, iluminaba tenuemente la habitación del pequeño así que la atmósfera se sentía un poco... Adorable.
Aunque pensó que el sueño del niño era profundo, Luang abrió los ojos cuando Noah miró en su dirección:
"¿Um?"
"Lu, he venido a cumplir mi promesa."
Luang hizo un gran bostezo así que intentó acercarse lentamente por temor a perturbar el sueño del bebé o el sueño del gato.
"Perdón por esto..."
Luang se inclinó hacia el borde para poder levantar la parte superior de la colcha.
"Ven".
Noah vaciló un poco, pero al final se acurrucó y se acomodó a la fuerza en esa pequeña camita. Debido a que era muy estrecha, se sintió como si pudiera caer al momento de hacer un movimiento brusco y, además, el dulce aroma del champú, que le pusieron durante la hora del baño, estaba llenando su nariz casi de golpe. El bebé tenía mejillas redondeadas y unas manitas esponjosas que sostenían su ropa de dormir.
"Si no tienes nada que hacer mañana ¿Por qué no damos un paseo?"
"Umm..."
El bebé a menudo iba a la fuente, pero no le había mostrado ni la mitad de las criaturas acuáticas que existían allí. Algunas eran más grandes que los caballos, y tenían aletas pectorales y aletas caudales casi transparentes. Además, su cuerpo entero estaba cubierto con una piel blanca similar a la goma. Eran criaturas inteligentes que podían comunicarse contigo siempre y cuando tuvieras experiencia en magia acuática así que seguramente podían ser amigos del niño muy fácil. Y antes de que se diera cuenta, la cabeza de Noah estaba llena de Luang y de lo feliz que sería con todo esto.
"Descansa..."
Noah tiró de la sabana para ponerla sobre sus pequeños hombros y finalmente, cerró los ojos también. Después de tener una pesadilla, era una regla general que ya no podía volver a dormirse pero, en realidad pareció hacerlo rápidamente. Ni siquiera tenía memoria después de eso y a la mañana siguiente, Noah se despertó como nuevo y descubrió que el pequeño niñito que lo invitó dormía perfectamente entre sus brazos. Solo mirar su carita le hacía sentir como si su pecho se estuviera desbordando así que pensó que definitivamente era extraño.
Entonces, Noah comenzó a visitar la habitación de Luang frecuentemente. Y al amanecer del tercer día, abrió los ojos y se encontró con que el rostro de Luang estaba frente a él.
"Buenos días, Lu".
"¡Buenos días!"
Se sonrieron el uno al otro.
"¿Estás bien?"
"Sí. Gracias a Lu en realidad."
Noah se levantó de la cama con mucho cuidado. Tal vez había sido porque durmió con el cuerpo completamente encogido, pero su espalda hizo un ruido terrible.
"Bueno... El sol aún no ha salido. Puedes dormir un poco más".
El cielo aún estaba oscuro, pero los bordes parecieron comenzar a brillar. Eso significaba que el amanecer estaba cerca.
"Ya no tengo sueño..."
"Bueno, vamos a dar un paseo entonces ¿Qué dices?"
Noah recogió a Luang y salieron al jardín con su ropa de dormir todavía puesta. El cielo se estaba iluminando mientras se dirigía a la pequeña puerta que conducía al bosque.
"Yo..."
"Dime, bebé."
"Cuando te abrazo ya no tienes miedo ¿Verdad? Eso significa... ¿Significa que funcionó?"
"Lu, ¿Eres un genio o algo así?"
Besando su pequeña mejilla, el pequeño niño se sacudió como un pez.
"Umm..."
"Lu... ¿Y si dormimos juntos desde ahora?"
"¿En serio?"
"Si duermes conmigo, haré panqueques para Lu todas las mañanas. Voy a escribir tu nombre con miel así como hiciste conmigo".
"¡Panqueques!"
"¿O... Te gustaría ir en bote conmigo en lugar de eso? Sí, ¿Qué tal si exploramos las ruinas en donde estuviste cuando eras un huevo?"
Noah estaba emocionado por esto. De las ruinas de civilizaciones antiguas, no solo se encontraban restos de huevos de dragón, sino también muy buenas herramientas mágicas antiguas. Las técnica grabadas eran indescifrables y no se podían reproducir pero, si se descubría una vieja herramienta mágica que funcionara, podría venderlo a un precio tan alto como para comprar otro castillo.
"Eso me da miedo..."
"¿Por qué?"
"Mi novio decía que iba a buscar huevos para comerlos."
Noah resopló un poco. De hecho, el primer prometido de Luang realmente estaba bien alimentado, con una cara y un cuerpo redondos.
"Bueno... Él estaba mintiendo. Todos los huevos fueron buscados por el rey y puestos bajo su custodia. Sin embargo... Aparentemente alguien escondió a Lu en lugar de reportarlo a los altos mandos. Quiero decir, los cachorros de dragón deben ser entregados al rey cuando los encuentren porque es una ley general. Es un hecho bien conocido que un cachorro de dragón adulto ejerce un genio poderoso. Además, ya que son Omega, necesitan de una pareja especial. Él que lo hizo deseaba exprimir el poder del dragón como deseara, posiblemente para rebelarse contra mi hermano".
Luang estaba enojado.
"¡Yo no quiero hacer eso!"
"Lo sé, pero tus prometidos sí."
Luang, inquieto, comenzó a jugar con la ropa de Noah.
"¿Los... Castigaron?"
"No. Lamentablemente son tan poderosos que solo pudieron confiscar sus propiedades y quitarles sus títulos. Mi hermano dijo que eso igual era humillante para ellos y que definitivamente parecía ser un castigo ejemplar. Pero bueno, no estoy convencido."
Es decir, el castigo era beber vino no añejo y tener una esposa que se lamentaba de no poder conseguir un vestido nuevo. Era algo muy vano considerando todo lo que deseaban hacerle al niño.
"¿Qué tipo de castigo les darías tú, Lu?"
A diferencia del mar, las olas en el lago estaban en completa calma. Noah bajó el pequeño cuerpecito en un área arenosa y notó como el niño comenzaba a patalear. Era tan lindo como un milagro hecho por Dios. El agua del lago estaba lavando completamente sus diminutos piecesitos.
"No sé". Sus dedos esponjosos agarraron su camisón. "Ya no quiero pensar en eso. No me gusta."
"¿No?"
El perfil de Luang estaba teñido de naranja. El sol salió detrás de las montañas, más allá del horizonte, así que Luang y su peculiar cabello color perla se veían divinamente hermosos.
"No es bueno. Entonces no lo necesito."
El suave cuerpecito, el que abrazó con fuerza, estaba rígido y tenso. Su respiración era más rápida de lo habitual así que descubrió que realmente era un tema que parecía completamente incómodo para él ¿Este niño no quería venganza ni siquiera con todo lo que le habían hecho pasar.
Tener odio era perturbador. Pero incluso si lo sabía, debía admitir que por lo general era algo que lo acompañaba todo el tiempo. Un sentimiento que no se iba y que alimentaba sus pesadillas. Pero este niño, que no estaba atado por malos pensamientos ni tragedias, era precioso.
Noah besó las manitas de Luang.