Noah se había convertido en una existencia especial para el niño. En realidad, hasta podía decir que deseaba estar con él para siempre. Era extraño que fuera la primera vez que pensaba así de uno de sus prometidos.
Pero, en realidad se emparejaron por accidente. Luang era un cachorro de dragón pero los Omega no le gustaban a Noah. Lo que había entre ellos dos era básicamente... Solo un trato. Si Noah encontrara a su persona favorita, o si llegaba a encontrar un mejor compañero de matrimonio que Luang, todo habría terminado. Tal vez, el niño sería entregado a otro.
"Lu, vamos. Es hora de irnos"
"¡Sí!"
Luang corrió hacía él con los brazos abiertos.
Pero bueno, si perdía a Noah... Estaba bien. Es decir, entendía que había cosas que no se podían evitar en este mundo. Además, al menos se sentía bien de poder ser un niño dragón que pudiera estar a su lado eternamente. Después de todo, Luang todavía no podía crecer. No iba a desarrollar rasgos de Omega así que podría estar con Noah todo el tiempo que se le viniera en gana.
Después de eso, Noah cumplió rápidamente su promesa de explorar las ruinas. El lugar al que lo llevó parecía estar en una región con fuerte luz solar así que el hombre se puso unos lentes de colores claros en lugar de sus ya muy conocidos anteojos mágicos. A Luang le puso un sombrerito y bloqueador y luego les dijo a todos que ya estaban listos. Esa vez, los acompañantes de ambos eran Eldred y Viola, y dos caballeros de la escolta. Alexander también estaba en el hombro de Luang.
El grupo había llegado por medio de teletransportación, en un salón especial para eso ubicado en el centro de la capital real. Pagaron un par de moneditas de oro, entraron en la pequeña habitación guiada y en el momento en que se activó la magia, ya estaban en una ciudad en puras ruinas.
Cuando salieron de allí, notaron que estaban rodeados de edificios cuadrados color arena y de un viento un tanto insoportable. La boca de Luang se abrió completamente ante un paisaje seco que era completamente diferente de lo que veía a diario en la capital.
"¡Cool!"
"Jajaja, es cierto. Es bastante cool. Y te voy a mostrar muchas más cosas asombrosas en el futuro".
Se fueron al interior de las ruinas en el carruaje que habían mandado a preparar de antemano. La entrada estaba en un edificio cuadrado que se alzaba entre montañas rocosas. Y si bajaban las escaleras, entonces podían ver una magnífica ciudad subterránea.
"¡Mira! ¡Mira!"
El lugar estaba cubierto de vegetación, probablemente porque el suelo, que para ellos formaba el techo, se derrumbó en varios lugares y la luz del sol había comenzado a entrar. Ya habían encontrado ciudades subterráneas similares en todo el mundo, pero la mayoría de ellas parecían estar completamente enterradas en tierra y arena. Este sitio fue descubierto hace mucho tiempo, pero la mayoría de las casas seguían estando intactas y aún se podían encontrar habitaciones ocultas, lo que lo hacía popular no solo entre los turistas y académicos, sino también entre los ladrones de tumbas.
Alexander había estado inquieto desde que estaban en el carruaje. Sin embargo, cuando lo dejaron explorar, comenzó a caminar sobre los hombros del caballero de escolta y dejó que él lo llevará de derecha a izquierda. Al llegar al fondo, saltó al suelo y trató de entrar por su cuenta entre las casas antiguas.
"Alexander, no. ¡Te vas a perder!"
Cuando los adultos, en total pánico, comenzaron a gritar, Alexander solo les dedicó un enorme maullido.
"Bueno, está bien." Dijo Noah. "Lu ¿Sabes lo que dice Alexander?"
"¡Sí!"
Pero eso fue todo lo que dijo.
El pequeño gatito negro corría entre los edificios de piedra marrón como le venía en gana así que aunque los adultos parecían alterados, lo siguieron sin decir una sola palabra al respecto.
Cuando ingresaron a una sección donde las casas parecieron alinearse sobre parte del techo derrumbado, entonces empezaron a verse señales de una antigua civilización. Y viendo que ya estaba cubierto de una enorme infinidad de plantas, pensaron que el derrumbe debió haber sido hace ya bastante tiempo.
El gato negro entró en un edificio semienterrado en tierra y arena y arañó la pared que estaba al frente. Luang se apresuró y empujó las piedras, pero eran tan anchas y pesadas que le costó muchísimo trabajo. La hiedra, que había entrado por la ventana rota, crecía por todas direcciones. El patio fuera de la ventana parecía estar medio enterrado en tierra y en una pequeña habitación que era tan ancha como un corredor, encontraron un hueco con paja y plumas de aves. Noah entró con Luang, quien ya estaba estirando la espalda para poder ver. Al parecer, los huevos de dragón habían sido colocados en este pequeño nido redondo.
"Es un lugar tranquilo".
Pero Luang cerró los ojos y se dedicó a escuchar.
"¿Pasa algo malo?"
"Antes había muchos huevos aquí. Yo estaba en uno y se sentía... Caliente."
"Lu, ¿Recuerdas cuando estabas en el huevo?"
"Sí ."
"Que maravilloso."
"¿Si?"
"Es porque normalmente lo olvidas cuando creces. ¿Recuerdas cuándo descubrieron los huevos?"
Luang se retorció. Por supuesto que lo recordaba. Sin embargo, no era algo del todo agradable.
"Hmm... Todos estaban felices de encontrarnos."
La mirada de Viola se balanceó sin parar, como nerviosa.
"Estaban felices de verme. Pero... Dijeron que querían que me apareara de inmediato así que... Yo tenía mucho miedo porque no quería hacerlo".
"Mi Lu."
Noah abrazó a Luang y besó su cabello de inmediato. La verdad era que le encantaba que Noah lo besara, así que no dijo nada.
"Pero cuando se enteraron de que no iba a crecer, fuí con el siguiente novio."
No podía ver el cielo estando en el huevo y descubrió que había muchas cosas agradables en el mundo exterior que no conocía antes, como comida deliciosa y peces nadando bajo el agua. Sin embargo, también había gente que quería lastimarlo todo el tiempo. Luang lo pensó un poco:
"Ojalá pudiera ir a mi huevito otra vez. No me gusta aquí."
Noah bajó a Luang al suelo, así que lo vio frotando sus ojitos con ambas manos.
"No quiero ser dragón."
"Pues... A mí me gusta mucho que lo seas."
"Noah..."
Una gran mano sostuvo la diminuta manita de Luang. Besó su palma, así que terminó por sacudir los hombros.
"No digo esto porque Lu sea un niño dragón pero, creo que eres más que maravilloso. Lu horneó panqueques, ahuyentó mis pesadillas y me mostró un montón de cosas que antes ignoraba. Todos los días han sido divertidos desde que te conocí. Cada uno de ellos."
"¿En serio?"
"Sí. Estoy increíblemente feliz de haberte conocido"
Noah frotó las mejillas de Luang con las dos manos. La mirada que le dedicó fue completamente dulce.
"Y de ahora en adelante, prometo que te apreciaré como es debido. Quiero hacer que solo tengas recuerdos hermosos".
Después de ser besado en la frente, Luang se puso de color rojo brillante. Su pecho estaba dando vueltas así que Luang agarró a Alexander y enterró su cara completamente en su abrigo de pelo.
"O... Okay"