"¿Te gustaría invitar a Aaron a la mansión?"
Noah agarró sus rodillas con fuerza debajo de la mesa.
"Sí. A él y a su amigo Cody. Aaron está interesado en las herramientas mágicas así que quiere hablar contigo."
Noah, parado frente a Luang, parecía más nervioso de lo que esperaba. Además, fue como si un montón de recuerdos estuvieran apuñalando su cabeza sin parar mientras lo escuchaba hablar: La apariencia encantadora del niño, cuando lo conoció por primera vez. Luang abrazando a un pequeño gato negro, su carita ansiosa, la miel sobre la mesa, la manera en la que se manchaba con los panqueques, la temperatura corporal alta que se mezclaba con la suya por las noches y la manera en la que sonreía solamente para él. Además, este niño también lo había liberado de la maldición de "La noche del terremoto". Y ahora, gracias a lo que hizo, antes de que llegara el celo de Luang le había encontrado una pareja indescriptiblemente buena. Es decir, ese jovencito era encantador y estaba seguro de que Luang estaría feliz con él. Sería un hombre amado por su esposo y a la larga daría a luz a un niño hermoso y tendría la familia que tanto deseó. Se sentía mal por no formar parte de su vida, pero Noah volvería a su antigua rutina y se enfocaría únicamente en el trabajo de inventar herramientas mágicas.
Esa noche, pareció estar muy complacido de que Luang estuviera durmiendo en su propia habitación. Después de todo, no hubiera querido mostrarle una figura tan lamentable como la que ahora tenía encima. Tras decidirse que Aaron podía ir a la casa, Noah pasaba sus días en el jardín y las noches encerrado en su estudio. No tenía pesadillas, pero no podía ni dormir. Y como se quedaba despierto hasta muy entrada la mañana, naturalmente no iba a desayunar y tampoco estaba en las comidas. Anteriormente, Luang comía hasta que Noah se despertaba, pero ahora era más importante tomar clases con Sir Elías que pensar en eso.
Cuando se despertaba en un taller vacío, cerca del mediodía, y observaba las partículas que brillaban a la luz del sol, podía escuchar también el sonido del agua y la hermosa risa del dragón. Y si Luang le perteneciera a otro hombre después de esto ¿Cómo serían las mañanas sin él? ¿Cómo se supone que continuarían los días? Pero mientras estaba pensando en eso, de repente la puerta se sacudió violentamente y descubrió que la pequeña vocecita de una mujer había estado hablando desde hace ya bastante tiempo.
"Debe levantarse, mi señor. Aaron ya viene y dice que quiere saludarlo".
Noah tiró de la manta sobre su cabeza.
"Oh, sí, hoy. Es verdad."
"Señor, arriba".
Le quitó la manta de encima así que Noah se levantó de muy mala gana. Tenía una pequeña barbita desarreglada y el cabello tan enredado que le daba una apariencia terrible.
"¡No puede verse así cuando vaya a saludarlos! Un buen adulto debe saber comportarse incluso en las situaciones más inesperadas."
Pero Noah estaba de luto. El príncipe se quejó y cayó en la tumbona una vez más.
"¡Señor, no intentes dormir de nuevo! ¡Levántate y vístete ya!"
"No quiero."
Realmente no quería saludarlos. Es más, ojalá pudiera fingir estar enfermo. Sabía que no debía comportarse como un niño pequeño porque todavía quería ser un guardián perfecto para Luang, era solo que... Se sentía complicado como el infierno.
Por si fuera poco, el despertar de Luang también fue el peor de ese mes. Aunque no se había quedado despierto hasta tarde, tenía tanto sueño que ya se había vuelto a dormir sin darse cuenta. Viola lo despertó un par de veces, pero no pudo levantarse fácilmente así que se quedó sentado por un rato que pareció una hora.
"¿Señor Luang? ¿Tiene invitados hoy?"
La clase de Sir Elías también fue más corta debido a esto.
Era tarde, así que esperaba desayunar con Noah por primera vez en mucho tiempo. Sin embargo, aunque se había asomado, no había nadie en la terraza ni tampoco en el jardín. Pensó que podía entrar en el taller de Noah para hablarle por un momento, pero no tenía espacio como para hacerlo hoy.
Terminó la comida por su cuenta y se preparó para recibir a sus amigos. Pero sin darse cuenta, continuó bostezando muchas veces más después de eso. Incluso Viola anunció la llegada de Aaron y su amigo cuando había comenzado a quedarse dormido en la silla.
Viola se adelantó:
"Gracias por venir, joven Aaron y joven Cody. Ahora... Pues, el señor Noah está trabajando justo en este momento así que ¿Les gustaría dar un pequeño paseo por el jardín mientras tanto?"
"¿Es cierto qué hay frutas tropicales?"
"Sí. Eso es verdad."
La existencia de su extravagante jardín, en la orilla del lago, parecía ser un tema famoso en la capital real, donde los precios de las frutas era bastante exagerado. Y cuando finalmente salieron, Aaron encontró de inmediato el taller del príncipe a unos pasos del manantial.
"Ya había escuchado que el taller de Su Alteza Noah estaba al aire libre ¡Pero es asombroso verlo en persona! Puedo sentir que el agua de manantial está lleno de poder mágico, incluso desde aquí."
Aaron, que tenía la apariencia de ser un noble perfecto, ahora estaba tan emocionado como si fuera un niño pequeño. Parecía que estaba realmente "intoxicado" por Noah.
"¿Qué hay allí?"
Y luego Cody señaló una pequeña puertecita que conducía al bosque, fuera de casa.
"Si vas por ese rumbo, puedes llegar hasta el gran bosque del oeste. Allí hay una torre de observación con vista al lago. ¿Quieren ir?"
Aaron y Cody lo miraron con los ojos completamente brillantes.
"¿En serio?"
Si hubieran estado allí Viola y Eldred y lo hubiesen escuchado, ellos hablarían sobre lo ridículo que sonaba la idea de llevar a los invitados a un bosque donde los caminos no estaban bien mantenidos. Sin embargo, había jardineros en todos lados y sabía que no podían perderse porque era bueno guiándose con las torres de piedra que se veían a través de la arboleda. Además, parecía que Aaron y Cody rara vez habían salido de la ciudad y no quería romper sus esperanzas. Cuando encontraban un hongo o una mariposa, le preguntaban a Luang qué era esto y el motivo por el que se veía así. Pero al contrario de los dos, que parecían estarse divirtiendo muchísimo, Luang comenzó a sentirse incómodo.
Algo estaba mal con él.
Apenas estaban en la mitad del camino, pero ya estaba respirando con mucho esfuerzo. Su cuerpo estaba pesado y sus piernas ya ni le estaban respondiendo bien. Cody se agachó a toda prisa frente a Luang, quien se dejó caer contra el césped.
"¿Estás bien?"
"Ah, yo... No sé."
Luang estaba asustado mientras trataba de limpiarse el sudor de la frente. La cara de Aaron, que estaba a su lado, se inclinó en su dirección para poder olerle el cuello:
"Oye, Lu... ¿Llevas perfume?"
"¿Qué?"
No se había puesto nada.
"Algo huele como una flor... Igual a una rosa. Me pregunto si es su temporada".
Pero Cody se acercó un poco más y lo jaló.
"Lu, tal vez ese no sea el caso pero... ¿Estás en celo?"
Luang se sorprendió. ¡Lo olvidó por completo! Era un Omega, y ya que había crecido, significaba que algún día estaría en celo. Este... Este debió ser el primero. Cody volvió a hablar.
"El olor de las feromonas de un Omega es similar al aroma de una rosa."
Por cierto, aunque pensó que Cody era un Alfa por ser amigo de Aaron, resultó que era más bien un Beta. ¿Y eso significaba que las feromonas omega funcionaba en betas también? No sabía nada de este mundo, así que Luang se estremeció.
"Aaron, aléjate de Lu. Vamos, vete."
"Hmm..."
Cody empujó su pecho con ambas manos hasta hacer que Aaron se cayera hasta atrás. El joven, que estaba bien hasta hace un momento, pareció tan borracho por el olor de Luang que hasta su piel se puso pálida y el aliento se le cortó. Tenía miedo de ver que sus ojos azules lo estaban siguiendo sin pestañear.
"Lu, lo siento tanto. Terminemos aquí. Me preocupa dejarte solo, pero probablemente sea más peligroso para ti estar juntos".
"Sí..."
"Tranquilo. Le diré a Su Alteza Real Noah lo que pasó ¿Está bien? Él vendrá a recogerte. Lo prometo. No vayas a moverte".
En el invierno, cuando la comida comenzaba a escasear, las bestias peligrosas de los grandes bosques del oeste comenzaban venir a esta área. También lo utilizaban como refugio. Sin embargo, dado que Noah no estaba lejos, probablemente fuera correcto obedecer a Cody.
"Sí... Está bien."
"Tranquilo ¿De acuerdo? No pasa nada. Vamos, Aaron."
Cody tomó el cuello de Aaron, que trataba de alcanzar a Luang, y luego lo obligó a pararse para caminar de regreso a la mansión. Luang se despidió en voz baja y comenzó a caminar hacia la casita de seguridad que ocupaban los trabajadores. Quería correr, pero sus pies se tambaleaban todo el tiempo y sus piernas estaban a punto de doblarse hacia adelante. Recordó a los Alfas de esa vez, reuniéndose en el muelle como si fueran moscas que rodeaban a Christian así que lógicamente comenzó a parecer muy asustado al respecto. Sin embargo, Luang era el hijo de un dragón. Mientras pudiera ir al lago, podía meterse, hundirse y nadar de regreso a la casa.
La parte baja de su vientre estaba extrañamente caliente y comenzó a sentir que su trasero se estaba humedeciendo.
"Ah, ah, ah."
Sabiendo lo que iba a pasar con él y conociendo cómo era el celo, Luang igual decidió crecer. En realidad, hasta podía decir que lo esperaba ansiosamente porque no deseaba que nadie se robara a Noah. Ah, si tan solo estuviera allí. Si tan solo pudiera... Abrazarlo fuerte.
En ese momento, lo golpeó una sensación más extraña que al principio
"¡Ah! ¿Qué es esto?"
Luang clavó su mano en el tronco de un árbol y trató de respirar profundo para poder seguir adelante. Detrás de él, se oyó un crujido de ramitas.