Recibió muchos besos de él en el pasado: En el cabello, en las mejillas, en las yemas de los dedos. Pero la manera en la que se sentía tener sus labios contra los suyos era algo... Que solo podía describir como completamente hipnotizante. Esto era un beso entre amantes, ¿No era verdad? Estaba temblando de miedo hasta hace un momento pero, ahora, había algo dentro de él que estaba gritando. Era igual a si estuviera a punto de explotar.
"Lu, abre la boca..."
Pero cuando le hizo caso y la abrió, entonces sintió la manera en que entraba su lengua.
Luang se sorprendió por esta sensación porque era como tener una criatura viva dentro de la boca. Hasta hace unos días, sus besos eran puros y gentiles y ahora, el beso que Noah planto sobre su carne era lascivo y tan fangoso, que comenzó a tener un poco de miedo por lo que estaba a punto de pasar entre los dos.
Noah exhaló un aliento caliente y esta vez, sacó la lengua para trazarle la mandíbula. Sus labios estaban mojados y los gestos que comenzaba a dibujar sobre su cara, demostraban lo bestial que podía llegar a ser cuando le gustaba algo. Luego, levantó su cuerpo entre los brazos, volvió a abrir la puerta y apoyó a Luang de inmediato contra él.
"Noah sama..."
"Aquí está oscuro y polvoriento. Subamos".
Con su ayuda, subieron la escalera de caracol y levantaron una pequeña trampilla que llevaba a una habitación tan pequeña como la de abajo. Era luminosa porque había una ventana que cubría toda la pared y, cuando miraban un poco en su dirección, podía observar todo lo ancho del lago fluyendo hacia el bosque. Noah bajó el catre, que estaba clavado a la pared utilizando un seguro, y luego acostó a Luang y volvió a bajar la trampilla hasta que el broche se soltó con un sonido áspero. Noah se quitó el abrigo para acomodarlo junto a él así que Luang se dio cuenta de que si estaba dispuesto a ir a saludar a Aaron y a Cody. Es decir, tanto el abrigo como el chaleco que llevaba encima eran finos y tenían unos delicados bordados sobre un fondo negro.
"Lu, discúlpame..."
Noah se desabrochó el chaleco mientras se acercaba hasta él. Luang, por otra parte, no podía apartar los ojos de ese atractivo sexual que parecía derramarse del cuerpo de su prometido.
"Perdón por decir que quería que ampliaras tus conocimientos. No sé que estaba pensando. No sé por qué lo dije cuando... Cuando yo te amo tanto."
Dejando caer el chaleco al suelo, Noah mostró ahora su camisa decorada completamente con encaje. La placa de su pecho, que pareció volverse bastante visible desde su posición, era inesperadamente gruesa y con unos músculos abdominales tan tensos que era hasta un tanto difícil creer que estaba siempre encerrado en el taller.
"¡Dios! No lo sé... Parece que me gustas mucho más de lo que pensaba. Y yo, ahora estoy seguro de que sin importar cuál sea tu destino, yo quiero estar allí porque no tengo la intensión de perderte. No quiero que dejes de ser mi compañero".
Luang suspiró también. Sus dedos habían comenzado a temblar por la alegría de que Noah finalmente lo aceptara como suyo. Incluso... Fue como si la parte de atrás de sus ojos estuviera comenzando a ponerse calientes sin notarlo. Sin embargo, Noah pareció malinterpretar las lágrimas porque miró hacia abajo como si pensara que lo había arruinado todo con él. Metió las rodillas entre las piernas de Luang y acercó un poco más el pecho.
"Lu..."
Sus labios se presionaron contra sus mejillas, sus sienes y sus ojos. Al mismo tiempo, su mano pareció llegar hasta su espalda, levantando ligeramente la parte superior de su cuerpo para poder quitarle el abrigo utilizando la otra. Lo emocionó el sonido de la ropa cayendo así que Noah sonrió honestamente por primera vez en toda su vida.
"... Tenía muchos pensamientos complicados sobre venir aquí contigo. Solo, quería protegerte así que pensé que estaría bien si te dejaba en manos de Aarón. Obviamente no pude hacerlo y hasta creo que es algo diferente a lo pasó con Christian porque ahora que no puedo parar."
"Noah..."
"Y cuando veo tu rostro, solo puedo pensar en hacerte completamente mío. Aquí. Justo ahora."
Le quitó todos los botones hasta hacer aparecer una piel de porcelana increíblemente blanca frente a sus ojos.
"Lu, te amo. Te quiero tanto que estoy seguro de que podría matar a Aarón si se apareciera."
Luego le quitó el botón de los pantalones y lo bajó junto con su ropa interior. Sus extremidades inferiores quedaron completamente expuestas para él pero fue como si Luang ni siquiera lo notara. No tenía motivos para sentirse avergonzado después de todo.
"Ah..."
Los labios de Noah finalmente corrieron por su abdomen y se deslizaron hacia su pene. Levantó la rodilla de Luang y se concentró en acariciar cada parte de la delgada piel que tenía bajo los dedos. Luego, respiró cerca de un lugar que nunca le había mostrado a nadie.
"Ah, se siente... Caliente..."
"Estás mojado."
Tenía miedo de revelar un sitio que nunca había tocado, pero también estaba lo suficientemente excitado como para dejar que lo buscara con la boca.
"Noah... Noah..."
Los largos dedos de Noah apretaron el viscoso tubo de su carne así que Luang quedó impresionado por esto. Se sentía tan bien, tan malditamente bien, que el Omega que estaba dentro de su pecho no había quedado satisfecho para nada.
Quiero más.
Esto no es suficiente.
Quiero que llenes el vacío dentro de mi.
Después de todo, era un hecho que si hacía eso, seguramente iba a sentirse muchísimo mejor de lo que lo estaba ahora.
El interior se le contrajo con fuerza hasta que apretó los dedos que habían decidido inspeccionar un poco más. Brotó agua y luego, la sensación de desbordamiento corrió por las grietas de sus nalgas hasta parecer un tanto desagradable.
"Por favor... Más."
Quiero más.
Noah chasqueó su lengua.
"¡Maldita sea, no puedo soportarlo!"
"¡Aaah!"
Entonces su cuerpo se volteó y sus caderas quedaron levantadas. Luang, quien obedientemente sacó su trasero en su dirección, sintió que algo lo estaba golpeado por atrás y por supuesto, hubo un momento en que no supo que hacer ante esto. Después de todo, Noah era alto y sus genitales eran de un tamaño bastante razonable. Luang, por otro lado, era pequeño y tenía una cintura muy delgadita. No parecía que su pene pudiera ser aceptado así como si nada dentro de él pero no lo comentó. Después de todo, Luang era un Omega así que pensó que básicamente estaba diseñado para ser abrazado por un Alfa. Y era conocido que todos los Alfa tenían un buen físico.
Noah estiró su mano entre sus piernas y tocó la verga de Noah.
"Um..."
Y mientras sentía el calor inesperado de su cuerpo, trata de guiarlo hacia él...
"Rápido, Noah. Te necesito desde hace mucho tiempo."
Noah se estremeció cuando suplicó. Sus manos seguían unidas a su pene y su respiración no dejaba de fluctuar. Era obvio que estaba tan impaciente por él como horriblemente asustado por el sexo. Como dijo antes, era de un tamaño considerable así que pareció lógico que no quisiera experimentar dolor.
"Respira hondo..."
La punta se hundió en su trasero y más adentro que eso. No tenía ganas de resistirse ahora que había conseguido tenerlo bajo su cuerpo pero Noah era demasiado grande y las caderas del dragón se escapaban solas cada vez que empujaba. Luego, Noah besó su espalda y agarró su cintura utilizando sus manos grandes. Si lograba tirar de él en su dirección, solo una vez, entonces iba a poder quedar ensartado.
"Ya casi..."
Y así como una llave entraba a la perfección en el ojo de una cerradura, el pene de Noah encajó a la perfección dentro de Luang. Luang pensó que era como si hubiera estado preparado para ser penetrado desde que se volvió un adulto así que sonrió sin importar que no pudiera notarlo. Y sí, además esto significaba que cada parte le pertenecía completamente a su prometido. Su trasero, su carne e incluso los pedacitos que estaban muy escondidos.
Empujó hacia adentro, luego un poco para afuera y dejó que Luang se quejara tanto como quisiera cuando le tomó de las caderas de nuevo. Quería esperar un poco, pero no pudo hacerlo más.
"¡¡Ah!!"
Se estaba moviendo incluso aunque había intentado dejarle respirar. Y sin saber qué hacer, Luang puso sus uñas sobre el catre y dejó que la cabeza se le inclinara como si estuviera a punto de venirse para abajo. Esto se sentía tan bien que su cuerpo ya no tenía forma.
"Noah..."
"Oh, Lu. Mi pareja hermosa..."
Noah habló de una manera un tanto entrecortada. El movimiento de sus caderas se volvió más intenso así que Luang se sacudió junto con él.
"Ah, ah, Noah, sama, Ah, ah ¡Noah sama!"
Su piel estaba resbalosa por el sudor y las patas de la cama no dejaban de chillar cuando le penetraba. Se sentía bien. Tan bien que parecía un poco vergonzoso que se filtrara un sonido tan extrañamente agudo de sus labios cada vez que lo empujaba en su dirección.
"Mi amor..."
Sintió los dedos de Noah tomando a Luang por el cuello así que gritó con fuerza ¿Era este el instinto de un Omega? Al tocarlo cerca de la nuca, su piel se puso en guardia y comenzó hasta a sentirse más sensible que el resto de su piel. Finalmente, Luang recordó que seguía utilizando esa extraña gargantilla que evitaba que un Alfa lo tomara. Era un anillo de cuero blanco que utilizaba incluso cuando dormía y que tenía un diseño elegante con hermosas perlas nacaradas alrededor. Era suave y no era incómodo de usar, pero llevaba metal en el centro así que no se podía quitar sin usar un equipo especial. Incluso si lo movía completamente hacia arriba, los dientes le chocarían y terminaría por hacerle daño así que mientras estuviera allí, entonces no podía reclamarlo como su pareja.
Aunque Noah probablemente se olvidó de ella.
Era mejor dejarlo por hoy porque no había más remedio que eliminarlo después de regresar a la mansión. Además, escuchó que el ciclo de celo de un Omega podía durar de tres días a una semana completa. ¿Iba a llevarlo a casa o esperarían en el bosque con el cuerpo completamente en llamas? Aunque claro que eso no sonaba posible.
Luang presionó su frente contra la cama y levantó una mano para sujetar su cuello. Noah de repente gruñó porque también había comenzado a desesperarse por eso y sin embargo, al momento siguiente insertó el dedo índice debajo de la gargantilla, encontró una pequeña forma irregular y rasgó un poco utilizando la uña. Y al deslizar la mano un poco más hacia arriba, el collar, que debería ser de metal, se cortó sin poner resistencia y cayó sobre el colchón haciendo un pequeño ruidito de "click". Al parecer, tenía una trampa que solo Noah conocía.
"Noah..."
Luang empujó sus manos, bajó su cabeza y expuso finalmente su nuca frente a Noah. Quería dedicarle todo a él hasta un punto en que se pertenecieran mutuamente... Y ahora, él sabía que quería justo lo mismo.
"Lu... ¿Sabes que ya no podemos volver atrás si hacemos esto?"
Noah dejó de moverse y lo agarró del hombro. Luang lo miró:
"¿No dices que me quisiste desde el principio? Es lo mismo para mí así que, no voy a cambiar de opinión. No voy a retroceder, Noah. Me alegro de estar a tu lado".
"Me gustas, Lu".
Volvió suavemente la cabeza, olfateó su nuca y finalmente le mordió el cuello como si fuera una bestia del bosque. Luang instintivamente colocó sus uñas en el colchón y gritó cuando sus duros dientes lo penetraron. Fue como si todo lo que había en Luang, por dentro y por fuera, se volviera a dibujar gracias a él.