El canal, que conectaba a la capital real como una red bastante organizada, también se extendía hasta el castillo real y las inmediaciones del bosque por lo que podían llegar directamente a la zona donde vivía el rey sin el mayor problema. Normalmente las compuertas estaban bien cerradas, pero ese día, cuando la noche cayó y se colgó una luz occidental a lo largo del canal, unos caballeros con armaduras de color plateado se pararon en los atriles izquierdo y derecho. Y poco después de que se abriera, un pequeño botecito se acercó tambaleándose. Levantando la linterna, el caballero notó que Noah, el hermano del rey, y Luang, su prometido, eran quienes estaban sentados adentro.
El barco avanzó lentamente a través del canal y eventualmente, cuando vieron el muelle donde podrían atracar, parecieron ponerse tan nerviosos que se levantaron incluso antes de detenerse. La reina, con una sonrisa bastante hermosa, esperaba junto al caballero que sostenía la linterna. Y mientras el capitán llevaba el barco a la orilla, Luang fue sostenido cuidadosamente por Noah antes de ayudarlo incluso a cruzar hacia el muelle. Ivangeline los saludó a los dos y luego abrazó con fuerza a Luang.
"¡Felicidades, Lu! La noticia de un bebé siempre es maravillosa."
"Gracias".
Pero Noah pareció completamente confundido.
"¿Por qué saben eso? Todavía no lo hemos anunciado".
"El rey lo sabe todo."
"... Fue Eldred ¿Verdad?"
"Fue él."
No había mandado el anuncio porque esperaba que el embarazo llegara a un periodo más estable y sin embargo, pareció que nadie en casa podía ser capaz de guardar ni siquiera el más pequeño de los secretos.
"Pero igual. Muchas felicitaciones, mi querido Noah."
"Gracias, su majestad."
Tomados de la mano, siguieron a la reina por los cortos escalones de piedra que llevaban desde el muelle hasta el palacio.
"Y no se preocupen, ya pedí que prepararan la cena para los dos. Seguro estás muy hambriento."
Luang, quien subió los escalones de piedra con ayuda de su prometido, asintió con la cabeza un montón de veces incluso aunque ella ya no podía verlo más. Luego, llegaron hasta un jardín con muchos canales excavados en él y grandes árboles en el medio, techo de paja y hasta en algunos lugares, plantas que parecían estar en pleno floreciendo. Era como si las rosas blancas, que fluían por el canal, brotaran desde la superficie del agua y además, había muchas luces esparcidas por cada una de las paredes y sobre una mesita previamente preparada, había bebidas calientes y mucha, mucha comida. Los asientos también estaban hechos de piedra, pero tenían cojines para que no tuvieran que preocuparse por la incomodidad. Y cuando Noah y Luang se sentaron, se les ofreció de inmediato una copa. Era un fuerte licor de fuego para Noah, y un té de frutas para Ivangeline y para Luang. Aun así, Luang solo humedeció un poco sus labios.
Junto a Luang, sentado sobre un gran cojín, Ivangeline comenzó a moverse.
"Lu, ¿Puedo tocar tu pancita?"
"Por supuesto."
Sus manos recorrieron suavemente todo el vientre de Luang.
"Que lindo, me pregunto si es un niño o una niña".
"Estaremos contentos con cualquiera de los dos".
"Ojalá sea un niño, de lo contrario no habrá nadie para gobernar el Reino de los Nueve".
El corazón de Noah se aceleró ante los comentarios de Ivangeline. Incluso su hermano, que estaba detrás de ellos, también pareció elevar una de sus cejas.
"Ivangeline, no digas eso.. Todavía no te rindas. Aún puedes tener un bebé."
"Vamos, Noah, no intentes esto otra vez. No podemos tener hijos y estamos perfectamente bien con eso. Deberías disfrutar al tuyo y ya."
El hermano mayor, que escupió esto de una manera un tanto amarga, se puso de pie y fue en dirección a la cocina con la excusa de traer una nueva bebida. Noah se levantó también y le dijo a Ivangeline que necesitaba hablarle solo por un minuto. El rey atravesó el jardín y entró al edificio, el príncipe lo alcanzó y lo sujetó del hombro:
"Por favor, ¿Podemos hablar?"
"Lo siento. Sé que debería ser un momento feliz para nosotros como familia pero... Ese tema me pone de mal humor, ya sabes. Incluso aunque parezca que a Ivangeline no le ocasiona nada."
"No. Yo lo siento. Es mi culpa. Es mi culpa por obsesionarme tanto con la magia y arruinarlo todo siempre."
Las palabras brotaron de la nada, incluso aunque sabía que se trataba de una disculpa inútil que solo ocasionaba que su hermano se pusiera como un loco.
"Solo... Déjame mostrarte que realmente hay una solución."
El hermano mayor sonrió sin mostrar burla. Era la primera vez que hacía eso.
"¿Si te dejo hacerlo me vas a dejar en paz?"
"¿Cuándo he dejado en paz a mi hermano mayor?"
En el estudio del rey solo había una mesa central, que no era tan grande, y una estantería que estaba llena de copas y vinos caros. Noah colocó un libro gigante frente a los dos y comenzó a hablar:
"Esto es algo de lo que robó Christian, el hijo del barón de Blackburn. Lo descubrí ayer".
"¿No debiste decirme de esto de inmediato?"
"Bueno, quería asegurarme de que estuviera en orden primero."
El libro, revestido de cuero, era increíblemente pesado. Y tenía la forma de tener un largo trozo de papel doblado en forma de abanico encuadernado en el interior.
"Tenía este apartado, justo aquí... Se especializa en herramientas mágicas antiguas excavadas en ruinas. Hasta me olvidé de dormir y comer para decodificar esto."
Noah abrió la tapa. La portada tenía un lenguaje un poco anticuado pero todavía legible hoy en día.
"Y este es el registro de los "Niño Dragón"."
Abrió la tapa, desdobló el largo papel y le mostró. Lo que estaba dibujado en tamaño completo, era como el hueso de un brazo humano. Y algo así como un símbolo mágico completamente escrito en tinta blanca. En la segunda hoja estaba el dibujo de los huesos del pie, y en la tercera pieza, un cráneo que se doblaba verticalmente. Había descubierto que era el mismo tallado que estaba en la antigua herramienta mágica que encontró en las ruinas. La forma era extraña, pero era obvio que se trataba de una especie de "círculo de poder."
"Lo que está escrito aquí" Noah leyó en voz alta la oración. "Es una copia de los huesos de un cachorro de dragón obtenido por la "Segunda República" hace cien años".
Y eso significaba que el cachorro de dragón era originalmente solo un ser humano, y que las escalas y habilidades que tenían fueron dadas por un círculo de magia.
"Aunque era la primera vez para Lu, manipuló el agua más hábilmente que un mago experto. No sé si se debe al grabado directo que encontré en la superficie de su antiguo nido o si hay una técnica que amplifica el poder de la magia pero, creo que hay una forma secreta de obtenerla. Algo que es mucho más fuerte de lo que sabemos hoy en día."
"Pero..."
"Entonces, si es así, significa que puedo curar a Ivangeline tallando el círculo mágico de la misma manera que como lo hacen con los dragones."
La magia de recuperación necesitaba de un enorme poder, así que solo era cuestión de conseguir la ruta adecuada y grabar el círculo mágico directamente en la persona que lo necesitaba.
"Pero el análisis de métodos antiguos apenas ha progresado y necesitamos encontrar una manera de hacerlo sin que sienta dolor."
"... Siempre me conmueve que mi hermanito sea un genio."
El rey abrazó sus hombros antes de poner todo su peso sobre él. Pero aunque tenía una sonrisa juguetona en la cara, también debía decir que ciertamente sus ojos color negro, que eran los mismos que los de Noah, parecían estar un poco triste.
"Siempre haces lo posible por ayudarme... No sabes lo mucho que lo aprecio."
"Eres mi hermano, tonto. Claro que voy a hacer eso."
Aunque ciertamente era muy difícil. Se trataba de construir un equipo mágico desde cero repitiendo prueba y error incontables veces. Pero para ese propósito es que había desarrollado una serie de técnicas avanzadas para empezar.
Si quería tallar un círculo mágico en una herramienta, generalmente hacía un molde y lo quemaba él mismo, pero ahora tenía que intentarlo desde el punto en donde no provocara ningún daño a terceros. Y teniendo en cuenta que estaba intentando hacer que su hermano y su cuñada pudieran tener un hijo, cuanto antes lo hiciera sería muchísimo mejor.
Iba a estar tan ocupado a partir de mañana que seguramente se iba a morir.