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Quiero evitar su compromiso (Traducción finalizada) por yuniwalker

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Noah vivía bien con Luang. Nunca tuvo problemas para comer o dormir y tampoco era desordenado. La mansión donde estaban era grande y siempre había cosas en las que entretenerse. Sin embargo, todos los días, Luang se sentaba en una silla cerca de la ventana, presionaba su frente contra el cristal y pasaba su tiempo observando a las personas que vivían en la capital real. Entonces, un día, el hijo del jardinero le habló.

"¿Estás castigado?"

Cuando respondió que no era el caso, el hijo del jardinero invitó a Luang a jugar.

Hoy era un día festivo, el más agradable en la capital real. Hacía frío pero toda la gente estaba preparada para ver el famoso "Desfile de caballeros". Sin embargo, Luang dijo de inmediato que no quería ir.
Mirando en la dirección que señalaba el hijo del jardinero, el pequeño niño observó a los sirvientes sosteniendo a sus hijos en brazos o tirando de sus manos mientras sujetaban pancartas con la otra. En ese momento, Luang saltó de su silla y corrió hacia la puerta. El pomo, que agarró y giró, hizo un ruido de traqueteo impresionante pero no se movió porque estaba cerrado desde el exterior, como de costumbre. Era mentira que no quería ir. Solo estaba asustado.

Pero Luang, incluso aunque solo habían pasado tres días... Podía decir que estaba completamente feliz de su nueva vida. La ropa que llevaba puesta era mucho mejor que la del hijo del jardinero, y no tenía que hacer cosas que no le gustaran. La comida que le llevaban todos los días era caliente, pero deliciosa. Algo que los otros plebeyos nunca habían probado. E incluso lo bañaban todos los días con mucho jabón y un champú especial. No envidiaba a otros niños. Alexander también estaba a su lado y tenía un montón de juguetes nuevos. Nunca había sido golpeado por su "prometido" y ahora, Luang siempre tenía privacidad.

Cuando se despertó, justo al cuarto día, estaba en una habitación que todavía no conocía bien. Había un dosel con hermosas rayas, una mullida cama y baúles llenos de cosas que nunca había visto. Esta era la mansión del noveno novio. Un noveno hombre mayor que quería estar con él.

Pero Noah era, evidentemente, una persona muy extraña.

Era rico, pero la ropa que estaba usando ahora estaba desgastada y su cabello no parecía muy limpio que digamos. Casi nunca se lavaba la cara y no recogía sus platos al terminar de comer. Y además, lo trataba con amor incluso aunque las personas siempre le habían dicho que no valía nada hasta que pudiera creer. En otras palabras, era como una oruga antes de convertirse en mariposa. Y debido a que era una oruga, los "novios" que había tenido generalmente no lo tocaban pero tampoco lo trataban como una familia. Siempre había tenido que comunicarse a través de sirvientes y por supuesto, nadie le preguntaba si quería ir a jugar o a un festival. Y además, cuando Alexander los rasguñaba, esos hombres trataban de deshacerse de él incluso aunque Luang llorara con mucha fuerza. Pero Noah no solo escuchó la solicitud de Luang, sino que también se disculpó ¿Por qué? Seguro le había dolido y seguramente estaba enojado, pero Noah igual corrió entre los árboles y se coló en la cueva. Primero pensó que era solo porque era amable pero... Ahora ya no creía que se tratara solo de eso.

"Cariño ¿Quieres que te ayude?"

Luang saltó de repente. Pensó que no había nadie allí, pero escuchó una voz desde un lado. De la nada, apareció una mujer con un delantal blanco sobre un vestido negro que le colgaba por todos lados y que le llegaba hasta los tobillos.

"Hola."

"Hola, encanto. Mi nombre es Viola, soy la jefa de sirvientas."

Luang trató de ir hacia ella a toda prisa para saludar de acuerdo con los modales que le habían enseñado, pero sus piecitos no parecieron responderle. Cada vez que intentaba hacer algo, la alfombra provocaba que sus manos se hundieran así que evidentemente sentía como si estuviera caminando en un pantano profundo. Era difícil avanzar, pero podía decirse que se las arregló para llegar.

"Ven aquí. Ya te tengo, pequeño..."

Luang, que dejó el piso en brazos de esa nueva señorita, pareció no poder parar de mover la cabecita de un lado para otro. Había un maravilloso jardín que brillaba gracias al sol que se extendía por la ventana. También podía ver la brillante superficie del lago y todos los árboles frutales ¡Qué bonita habitación con vista! Viola le lavó la carita y le ayudó a ponerse ropa nueva, le acomodó el cabello y finalmente lo llevó hasta el comedor. Ya habían preparado platillos con huevos y frutas, pero no había nadie en el asiento de Noah, el que ocupaba al otro lado de la larga mesa.

"¿Noah?"

Preguntó Luang mientras lo levantaba, agarrándolo por ambos lados como un perrito y sentándole en una silla para bebés.

"El señor Noah está loco por su trabajo. No sé si está aquí o si salió".

"¿No está?"

"Si esperas, él comerá con Luang."

Bueno... Tal vez ese era el caso. En realidad, Noah siempre estaba sentado en el asiento opuesto así que no tenerlo era un poco extraño. Luang apretó en secreto el dobladillo de su ropa.

Para Luang, "tiempo de comida" significaba comer solo. Pero ahora, quería comer con todos en una mesa, con otras personas. ¿No deberían esperar a Noah? Viola volvió a abrir la boca porque lo veía retorcerse.

"Si quieres puedo llevarte a su lado. ¿Eso te haría sentir menos inquieto?"

"... Sí."

"Está bien. Nigel, ¿Puedes hacer una comida para el señor y el pequeño?"

El que se llamaba Nigel, era el hombre que había visto en la cocina la última vez. Tenía cabello de color negro largo y amarrado en una coletita y además, un cuerpo alto, musculoso y grueso que seguramente se vería mejor en el campo de batalla que en una cocina. Nigel, que parecía ser el cocinero, recogió un pan utilizando sus gruesos dedos y le clavó un cuchillo en un golpe preciso que se escuchó como un "Pam". Colocó ensalada en su interior, carne ahumada y luego lo envolvió todo en un papel de cera. Al siguiente pan le puso huevo y al siguiente estofado. Además, los envoltorios estaban alineados en una lonchera que parecía bastante bonita para un adulto. Luang finalmente se dio cuenta de lo que trataba de hacer cuando lo vio tomando una bandeja pesada con un juego de té y una taza de leche. Es decir, la jefa de sirvientas quería cumplir los deseos de Luang. ¡A eso se refería con la comida para el señor y por eso había preparado pan!

Luang estaba de buen humor cuando tiró del dobladillo del vestido negro de la señorita.

"Yo la llevo."

"¿La lonchera?"

"¡Lonchera!"

Tomando la comida, Luang corrió hacia Viola lo antes posible.

Juntos salieron de la casa y se dirigieron de inmediato rumbo al taller construido a un lado del manantial. Viola era alta y tenía un paso amplio así que la apariencia de Luang, persiguiendo a la mujer, era un poco como el de un polluelo detrás de su madre. A unos pasos de distancia, un gatito negro balanceaba la cola de izquierda a derecha, una y otra vez.

Entonces, después de cruzar el puente, Viola abrió la puerta y algo como electricidad corrió por su piel hasta darle escalofríos. Probablemente fuera por el poder mágico que llenaba el aire. En el centro del taller, un lugar tenuemente iluminado, estaba emergiendo una enorme luz mágica que brillaba como en amarillo. Y Noah estaba sentado en el centro de ese desordenado escándalo. Después de todo, este hombre no parecía ser un aristócrata en absoluto.

"Señor, lo siento tanto. Parece ocupado pero, le he traído la comida".

"Ajá".

"¿Puedo limpiar la mesa junto a la ventana?"

"Ajá."

"¿Está bien si come junto al pequeño? Luang-sama está también aquí así que creo que esto le haría bien para su desarrollo."

"Ajá."

"Perfecto, señor. Vamos, Luang-sama. Por aquí."

¿Ese hombre estaba escuchando a Viola correctamente? Luang, quien estaba confundido por Noah, quien respondía repetidamente "Ajá", siguió a la señorita lo suficientemente cerca como para verla limpiar la mesa. Tiró documentos y pergaminos, acomodó los estantes, limpió la superficie con agua y abrió las ventanas por completo. El viento que cruzó el lago sopló en la habitación así que varias piezas se dispararon.

"¡Vaya! ¿Qué estás haciendo, Viola? ¿¡No puedes ver lo importante que es esto!?"

Noah tomó sus gafas mágicas y se tiró sobre los documentos proyectados por el aire. Sin embargo, pareció como si finalmente se diera cuenta de que Luang estaba allí. Sus ojos brillaron.

"¿Oh, Lou? ¿Buenos días?"

Luang dobló las rodillas y se colocó la mano en el pecho.

"Oh, lo siento. ¿Todo está bien? ¿Te pasa algo?"

Noah volvió a mirar el brillante círculo mágico y dijo:

"Es magia. Mi trabajo es inventar herramientas que sean útiles para la vida, pero el efecto cambia según la forma y el material del cuál esté tallado. También tengo que ajustar las escalas, por lo que estoy tratando de averiguar la mejor manera para hacerlo. Dado que un círculo mágico es pequeño y, a menudo, difícil de ver, se proyecta en el aire de esta manera y se repiten los ajustes."

Tomó una hoja y se la mostró.

"¿Habías visto uno así antes? También puedo verter poder mágico para crear hielo que no se derrita nunca o llamar a una brisa fresca. Puedo hacer cualquier cosa que se te ocurra."

Cuando Noah empujó su mano en el costado del círculo mágico, una escarcha blanca flotó entonces en la superficie. Cuando el hielo comenzó a hacerse pequeños cubitos, entonces Luang redondeó los ojos y lo miró ¡Era increíble!

"Yo compré una herramienta mágica de hielo también. Se llama "refrigerador." El té frío que bebe el señor está fabricado con eso".

"¿Cómo que lo compraste? ¡Te di uno de estos la última vez!"

"Gracias. Pero siento que la magia es demasiado complicada para nosotros en la casa."

Viola pareció hablar en serio, así que Noah se encogió de hombros. Se sentó en su silla de madera y dijo que "Ya iba a cambiar de opinión con el tiempo" así que Luang también tiró de la silla al otro lado de la mesa y la acomodó en frente suyo. Era pequeño, pero en realidad todavía podía sentarse solito. Primero se arrastró en el asiento y luego levantó su columna. Levantó las rodillitas y empezó a subir lentamente. Al final, cuando se volvió hacia el frente, notó que Noah y Viola miraban a Luang con una cara sonriente. Él solo inclinó la cabeza, como para ver si algo andaba mal. Viola se aclaró la garganta.

"Bueno, como le decía. El pequeño Luang parecía estar preocupado de que el joven Noah no estuviera en la mesa junto con él. Pensé que sería bueno tenerlo a su lado."

"Ya veo. Lamento dejarte solo a pesar de que recién nos estamos conociendo. ¿Me disculpas?"

Noah pidió perdón de nuevo ¿Y por qué lo hacía? No había hecho nada malo. Además, los otros novios nunca trataron de disculparse con Luang por esto.

"Cuando empiezo algo, todo lo demás salta de mi cabeza. Me olvido de comer, de dormir y hasta de ir al baño. Entonces Viola siempre me trae comida. Pensé que era como siempre y resultaba que Luang se preocupó por mí."

Luang se quedó mirando su cara, estaba manchado y definitivamente no se había cambiado de ropa. Su cuerpo descuidado era el mismo que el de ayer, vistiendo una bata blanca larga, como una pijama rasgada y muy fea ¿Por qué el hermano del rey hacía tal cosa?

"¿Dormiste bien anoche?"

La voz suave de Noah era agradable a sus oídos.

"Ujum."

"¿En serio? La cama es cómoda, ¿No? Cuando fui a verte por la noche, pensé que era demasiado esponjosa. Estabas todo enterrado en el edredón, como una ovejita".

Luang abrió sus ojos color coral.

"¿Estabas allí?"

"Siempre tengo miedo de que de repente te despiertes en medio de la noche y te des cuenta de que estás en una habitación que no conoces. Entonces te pondrías ansioso... Aunque no sé si es tu caso."

"Nop."

"Eso es bueno, me alegra que seas tan valiente."

"Pero... Tú me odias ¿No?"

"¿Qué?"

Los vegetales cocidos a fuego lento de Noah cayeron de sus palillos y se estrellaron en la madera. Viola limpió en silencio la encimera.

"¿Por qué pensaste de esa manera, bebé?"

El hombre le había dicho a su hermano que odiaba a los Omega, pero Luang se tragó las palabras. Si decía algo así, se le preguntaría dónde escuchó esa historia y Luang todavía no confiaba lo suficiente en él como para revelar todo lo que sabía.

"No... Para nada." Noah puso el pan en el plato y lo manipuló con la punta de sus dedos. "Lo siento. Todo esto a sido muy repentino. Mi hermano no te explicó nada así que... Es bastante confuso. Para todos. Pero está bien. Ahora voy a hablar contigo ¿De acuerdo? Yo no quiero que tengas que preocuparte mientras estés aquí".

Luang sacudió su cuerpo.

"¿Cómo?"

¿Por qué esta persona estaba tratando de tratarlo bien?

"No quiero que tengas que estar comprometido con un anciano. Aunque bueno, desde tu punto de vista, hasta yo también podría ser un anciano."

"..."

"Pero... Confío en que soy diferente a esos enfermos. Yo no quiero utilizarte."

Ahora, que estaba acariciando las escamas de su muñeca con sus dedos, Luang se preguntó cuáles eran sus verdaderas intenciones. Luang no pensaba que un novio tuviera propósitos buenos porque básicamente ya había tenido 8. Y aunque él le daba una cama caliente y lo alimentaba, igual deseaba tener un Luang adulto. No importaba cuán rico fuera el novio ni que se portara amable. No iba a bajar la guardia.

Noah apretó el pan y sonrió.

"Además, hay beneficios para mí detrás de esto. Luang es popular, pero de hecho yo también lo soy".

¿Su novio era popular? Luang miró a Noah, que tenía varios cabellos desparramados sobre sus ojos. El hombre sonrió:

"Jajaja de verdad soy popular. Podría haber tomado el trono porque soy un Alfa más fuerte que mi hermano. Y aunque ahora él está en el poder, si algo inesperado le sucede yo seré el gobernante absoluto. Ni siquiera van a decir nada o a hacer votaciones. Así de importante."

"Oooh."

"Y como te dije, ya que estoy estudiando magia, creo que un dragón va a ser muy útil para mi investigación. Un cachorro de dragón es especial así que ¡Imagina el equipo que haríamos juntos! ¿Qué dices?"

Luang asintió. Noah también estaba tratando de obtener ganancias al estar con él pero... Era por algo no tan desagradable. Y siendo así, el pequeño niño había decidido aceptar sus palabras sin dudarlo tanto.

"¿No hay abrazos?"

En la mente de Luang, la figura de su ex "novio", abrazando y tocándolo por todas direcciones, todavía estaba presente en su cabeza. Noah se ahogó por un momento, pero sonrió y tomó el control:

"Por supuesto que no. A menos que me digas que está bien".

"¿En serio?"

"Mira, probemos... ¿Puedo tocar tus manitas?"

"Ujum..."

El duque de Harness siempre fruncía el ceño tan pronto como veía las escamas de Luang. Parecía que odiaba a las serpientes. Y las personas que no soportaban a las serpientes cambiaban de actitud cuando notaban las escamas y el color de los ojos de Luang. Estas eran las señales de que no era un ser humano. Pero Noah se rió como si nada hubiera pasado para empezar.

"¿Se siente mal?"

"Nop..."

"Yo tampoco me siento mal. Tus escamas parecen joyas. Son del color del coral y se ven dulces y deliciosas como caramelos. Creo que... Eres hermoso".

Entonces Noah levantó las caderas y besó la frente de Luang. La sensación era chistosa porque sus labios tocaron sus escamas.

"¡...!"

Su cara se calentó. Luang cubrió su rostro con sus pequeñas manos así que Noah, que se levantó del asiento, pasó alrededor de la mesa para llegar a su lado, miró la cara de Luang desde abajo y empujó sus rodillas contra el suelo.

"Luang, hermoso niño dragón. No soy digno en absoluto pero, ¿Te gustaría comprometerte conmigo?"

¿Por qué esta persona estaba diciendo una palabra tan dulce a pesar de que era un hombre adulto?

"Sí."

Luang se deslizó de su silla y abrazó el cuello de Noah con muchísima fuerza. Noah colocó toda su palma en su espalda.

"Jajaja, gracias por darme permiso. Oye, tu cuerpo es muy calientito ¿Te habían dicho eso?"

Pero el cuerpo de Noah era el calientito. Quizá Noah lo estaba haciendo a propósito para cautivarlo. Sus gestos eran lindos y sus manos eran lo suficientemente amables como para mover a Luang a voluntad. Incluso aunque tal vez no fuera su verdadera intención.

Pero, incluso si era solo por un tiempo relativamente corto, sería bueno si pudieran quedarse justo así.


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