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Aoitori (Traducción finalizada) por yuniwalker

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La conmoción que le dio Serina fue tan grande que ni siquiera pudo prestar atención a lo que estaba creciendo dentro de su vientre, y mucho menos a los alrededores. Quizá no quería admitir que estaba embarazado, ni siquiera durante este período. Era tan indiferente ante el asunto que hasta olvidó la fecha de su parto e incluso dejó de ir al doctor.

 

Como de costumbre, se fue rumbo a su casa después de ver una película en el cine, pagó su pasaje, acomodó la maleta en su hombro y entonces... Sintió que estaba goteando entre las piernas. Cuando miró hacia abajo, notó que su pantalón se había empapado tanto que hasta se formó un charco en sus pies y a lo largo del camino que había seguido. Se bajó del tren a toda prisa, preguntándose por qué se le había escapado la orina incluso aunque no tenía ganas. Y finalmente, se dio cuenta de que podría ser una ruptura de fuente.

 

Fue al hospital en taxi.

 

El bebé resultó ser un varón.

 

Pero cuando la enfermera dijo: "Felicitaciones"... No sintió absolutamente nada.

 

No estaba feliz, o sorprendido, ni impresionado o con preguntas. Solo estaba muy cansado.

 

El niño era blanco, tenía la nariz igual a la de Inukai y un mechoncito de cabello rubio. Ni siquiera pensó en el nombre, así que ya que le preguntaban constantemente cómo registrarlo, tomó dos letras del de su madre y se las dio a él.

 

El día de su nacimiento pero por la tarde, Inukai lo llamó por teléfono:

 

"Escuché de tu jefe que te operaron por unos cálculos ¿Verdad? Quiero ir a verte de inmediato para verificar tu condición así que, por favor dime cuándo sea más conveniente para ti. Recupérate".

 

Los cálculos eran una excusa e Inukai era consciente de que se trataba del nacimiento de su niño. Además, su simpatía también era tonta porque fue evidente que lo que quería era ver a su hijo y asegurarse de si él estaba bien pero, ahora, más que nunca antes, no deseaba ver a absolutamente nadie entrar a su habitación. Y tres días después de dar a luz, Kawachi regresó a su departamento. Como se le rompió la fuente de la nada y le hospitalizaron, no pudo tirar su basura así que la habitación estaba llena de un olor pútrido. No había preparado nada, así que ni siquiera tenía una cama para el niño, ropa o artículos que le sirvieran. Además, el bebé era muy pequeño. Le daba pecho cada hora y media y no dormía nada por la noche. No lo dejaba ni ir al baño sin él así que lo llevó al vestidor, abrió un poco la puerta para poder vigilarlo y se tomó unos minutos para ducharse. Cuando Yu (Ese era su nombre) lloraba, lo tomaba entre sus brazos y caminaba innecesariamente por aquí y por allá para que se callara. No le cambiaba el pañal muy a menudo, así que el trasero se le puso rojo en un abrir y cerrar de ojos y el llanto aumentó de intensidad. Pero incluso si quería que alguien lo cuidara por él, no había nadie allí a su lado. Ningún pariente suyo sabía que tuvo un hijo, ni sus amigos o sus compañeros. Su novia lo dejó y el padre... Solo no quería ver al padre.

 

El bebé lloró y lloró y lloró y cuando lo puso en la báscula, una que compró en línea, descubrió que había perdiendo mucho peso desde que lo sacó del hospital así que llamó a su pediatra. Le aconsejaron que usara leche de fórmula además de la leche materna pero, a Yu no parecía gustarle nada su sabor así que no la bebía con facilidad. No podía evitarlo, así que tuvo que darle pecho más veces de las que acostumbraba.

 

Yu... En realidad era lindo.

 

No importaba cómo nació el niño, era hermoso. Pero todos los días, cuando lo tocaba y cuando lo cargaba contra su pecho... Se sentía muy incómodo

 

La habitación se estaba volviendo desolada porque no podía limpiarla y aunque quería manejarlo, no lograba hacerlo bien y eso solo lo estresaba más. Y una tarde, cuando hacía buen tiempo, Kawachi, que estaba estático, descubrió que el bebé había estado llorando sin que se diera cuenta. Yu estaba empapado en sudor y su rostro era de un rojo completamente brillante. Estaba tan perdido que no lo notó. ¿Por qué no se dio cuenta de que estaba gritando? No sabía que estaba pasando con él porque Yu lloraba y aunque pensaba que tenía que darle leche, no podía moverse con facilidad o alimentarlo. Y lo peor era que cada día pareció más difícil. No tenía más leche, ni más pañales, ni ganas, o comida.

 

¿Por qué lloraba?

 

¿Por qué no dejaba de llorar?

 

"Ting, tong".

 

Ese fue el intercomunicador.

 

Yu estaba llorando.

 

Intercomunicador otra vez.

 

¿Pidió algo en línea? ¿Pañales? Demonios. Le dolía la cabeza. Era como si Yu estuviera llorando desde ayer sin detenerse así que se tambaleó y fue a la puerta principal para abrir.

 

"Hola... Lamento la hora."

 

No era el mensajero.

 

Inukai dijo: "Escuché que ya estabas en casa así que... Por favor, ten esto".

 

Le presentó una bolsa de papel con un enorme moño encima. Inukai tenía una camisa de manga larga y pantalones de un color claro.

 

"¿No tienes trabajo?"

 

"No. Hoy es domingo."

 

"Oh, tienes razón."

 

El grito de Yu se escuchó con bastante fuerza desde la habitación así que Inukai mostró un gesto de mirar hacia el fondo.

 

"¿Quién más está ahí?"

 

"Solo yo."

 

"¿Puedo... Pasar?"

 

"No. Porque la casa está sucia".

 

Yu volvió a llorar.

 

Hablando de eso, mientras estaba en el hospital, Inukai le dijo "Quiero visitarte." Pero se olvidó de responder y ya había pasado una semana. Tal vez por eso estaba allí ahora.

 

"¿Puedo ver al bebé?"

 

Ya que no podía deshacerse del hombre que estaba en la puerta principal, no tuvo más remedio que invitarlo a entrar. Inukai miró alrededor. Le dio vergüenza que viera que estaba cuidando a un bebé recién nacido en una casa tan sucia como esa pero, de todos modos no dijo nada. Yu estaba llorando como un gatito así que Inukai se sentó junto a él y dijo:

 

"Hola, cariño ¿Por qué lloras? Ah, ¿Puedo cargarlo?"

 

Le preguntó directamente, así que respondió que . Inukai levantó a Yu entre sus brazos y comenzó a acariciarle la cabeza muy suavecito. Y mientras le frotaba la espalda, el llanto de Yu se hizo más y más liviano. Cuando le dijo: "¿Cómo se llama?" Dijo "Yu" así que contestó:

 

"Es un nombre bonito".

 

Yu distorsionó su rostro porque iba a volver a llorar así que Inukai comenzó a palmearle suavemente la espaldita. Yu cerró los ojos como si estuviera agradecido.

 

"Pareces acostumbrado a eso."

 

"Tengo dos sobrinitos".

 

Después de regresar a su departamento, él era la primera persona con la que hablaba que no era un doctor. Y mientras sostenía a Yu, Inukai preguntó:

 

"¿Nadie está contigo?"

 

"No."

 

"Solo tú y el bebé..."

 

Aunque no quería, dijo: "Es difícil", y se echó a llorar con muchas ganas.

 

"Es... Es horrible. Yo no... Yo no quiero a mi bebé. Uah..."

 

Era extraño que estuviera llorando frente a alguien como él y aun así, las lágrimas se desbordaban tanto que pareció como si nunca fueran a parar.

 

"Está bien... Tranquilo, llora todo lo que quieras. Llora."

 

Y después de hacerlo por un buen rato, finalmente levantó la cara y se sorbió la nariz. Inukai le acarició la cabeza:

 

"Te ves tan cansado..."

 

Sus mejillas estaban sucias y su cuerpo más flaco de lo normal. Y ya que tampoco tenía la energía para oponerse, terminó por ir al hospital junto con Inukai. El resultado: Desnutrición extrema y depresión postparto así que tuvo que ser hospitalizado.

 

Inukai iba a cuidar a Yu por algunos días porque el médico decidió que debería estar alejado de su hijo por un tiempo. El hombre dijo que el bebé podía estar con su ama de llaves durante el día porque tenía trabajo hasta la tarde pero, para ser honesto, se sintió completamente aliviado de dejárselo a Inukai, quien estaba acostumbrado a los niños, en lugar de tenerlo allí todo el tiempo. Sin él, pudo dormir por la noche por primera vez en días y cuando lo hizo, su apetito volvió. Pidió que no le trajeran al niño a la habitación porque no quería verlo así que Inukai optó por pasar por la habitación de Kawachi cada momento de camino a casa desde el trabajo y mostrarle un video del desarrollo del bebé.

 

"¿Está mal... Que no quiera a mi hijo?"

 

Le dijeron: "Es natural que se sienta así por lo que le pasó. No piense demasiado en eso" y también cosas como "Es cuestión de tiempo." Pero no podía dormir y comenzó a tomar pastillas para controlarse. Y en una noche en que la sensación de su cabeza fue peor de lo normal, aumentó tanto la cantidad que se cayó de la cama del hospital y se torció la mano derecha. Decidieron extender su estadía por un tiempo más y le dieron tratamiento con un psiquiatra.

 

Se sentía extraño por no tener al bebé pero también estaba aliviado de no preocuparse tanto por ello. Además, no era extraño decir que pensaba que el niño podía estar más feliz con Inukai que a su lado. Después de todo, él no era un ser humano tan imperfecto como para terminar hospitalizado solo por criar a una persona tan pequeñita.

 

En pocas palabras, era un fracaso.


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