Llegó repentinamente por la tarde, cuando estaba sentado junto a la ventana en una habitación que se había ordenado después de mucho tiempo. Estuvo embarazado por meses, así que, aunque casi olvidó esa sensación, ahora estaba definitivamente seguro de que había entrado en celo. Por desgracia, no tenía ninguna medicina ahora. Agarró su billetera, saltó de la habitación y corrió al hospital en taxi para entrar en el departamento de pacientes ambulatorios O.
En ese momento, su cuerpo tenía sofocos y se estaba asfixiando tanto que le dieron el mismo supresor recetado en el consultorio del médico. Eso lo hizo más fácil por un momento, pero mientras esperaba su recibo de pago en la sala de espera, reapareció la sensación propia de tener un período de celo. Atrapó a la enfermera con prisa y habló sobre la situación.
Un supresor suave ya no era efectivo, por lo que lo hospitalizaron durante varios días para ajustar la dosis. Pero incluso si obtuvo un inhibidor un poco más fuerte que el primero, solo funcionaba durante 30 minutos aproximadamente. Y era obvio que no podía tomarlo muchas veces al día así que decidieron utilizar un supresor de goteo intravenoso para su caso. Sin embargo, el efecto secundario eran unas náuseas tan fuertes que tuvieron que dejarlo a la mitad. Su cuerpo ardía y la conciencia se le estaba convirtiendo en una película borrosa gracias al dolor de cabeza y los vómitos. Su médico le dijo que su celo tenía un patrón extraño que no podía controlar en absoluto con medicamentos, y que el único tratamiento restante era "terapia sexual". Se trataba de poner líquido caliente en la punta de un dispositivo, similar a un consolador, hacer que se moviera para estimular e inyectarlo en el recto durante unas cuatro horas.
Kawachi eligió la terapia sin dudarlo. No podía tener vergüenza cuando el celo era solo sufrimiento.
Pero, al sentir el movimiento del dispositivo dentro de él, se sintió tan triste que solo pensó en lo mucho que quería morirse. Los movimientos de flexión y las vibraciones llegaban al azar para acercarse lo más posible a la realidad de las relaciones sexuales naturales. Pero cada vez que lo estimulaba, escuchaba "Ah" y "umm" así que no pudo evitar ponerse a llorar. Nació como un O, tuvo sexo aunque no lo quería, y ahora tenía que recibir este tipo de trato. Era duro y desconcertante.
Asqueroso.
El tratamiento finalmente terminó después de aguantar durante 4 horas. Pero aunque soportó, no pudo suprimir completamente el período de celo y después de aproximadamente 3 horas, aparecieron nuevamente los síntomas del celo.
Agotado por el tratamiento continuo, el médico tratante habló seriamente con Kawachi, quien estaba acostado en la cama:
"Es una situación muy grave.Parece que la constitución del señor Kawachi ha cambiado drásticamente debido al hecho de que el período de celo que fue suprimido por la droga se salió de control justo antes del final. Además, es peor porque quedó embarazado. Dado que hay literatura extranjera que indica que los espermatozoides juegan un papel dominante en la supresión del ciclo, una terapia que utiliza semen es el último recurso"
"No quiero eso."
"El celo de un O básicamente disminuye si tienes relaciones sexuales con un hombre. El señor Kawachi no es homosexual, así que he estado buscando una manera de suprimir el celo sin tener relaciones sexuales pero, buscando en la literatura, en esta etapa no hay otra forma de suprimir el celo que no sea con esperma. Yo... Podemos hacerlo con el mismo dispositivo de hace rato, pero en lugar de agua sería semen. El semen sería de B voluntarios, por lo que la tasa de implantación es más baja que con un A. Además, todo sería controlado por el hospital, por lo que..."
Kawachi negó con la cabeza.
"No yo no quiero nada de eso"
Lágrimas y más lágrimas se derramaron de sus ojos.
"No me gusta. Ya no quiero quedar embarazado."
"Señor..."
"¡Prefiero morir antes que embarazarme de nuevo!"
El niño era lindo, pero eso no era lo que quería.
Deseaba morir antes que tener ese tratamiento.
Deseaba desaparecer.
"Me voy a casa. Ya no quiero seguir."
"¿Quiere decir que va a suspender el tratamiento?"
Kawachi estaba llorando así que trató de calmarlo tanto como pudiera.
"Por favor, escúchame. Entiendo tus sentimientos pero si pasas tu celo sin tratamiento, no puedo garantizar su vida. En el caso del señor Kawachi, los síntomas son peores que antes. Ya vio lo doloroso que es, después de eso empiezan las fallas en el organismo y..."
"Lo sé." Kawachi miró al doctor, respirando con dificultad. "Lo sé. Lo sé todo. No me importa."
El médico respiró hondo y dijo:
"No tome una decisión así ahora. Quédese y yo reajustaré las dosis y lo ayudaré con medicamentos orales".
"Pero no puede garantizar mi futuro. Y perdón pero, si existe la posibilidad de que el período de celo me empeore repentinamente, entonces prefiero que se detenga ahora."
Además, el niño que había dado a luz, no necesitaba de un padre tan imperfecto como él. Aunque muriera, Inukai lo cuidaría y seguramente lo haría muy feliz.
Ser O, el celo, el niño y todas las preocupaciones, eran demasiado para alguien como él. Estaba en el infierno, con el fuego ardiendo a su alrededor. Hacía calor y su garganta estaba ardiendo con solo respirar. Todo su cuerpo estaba temblando y había una gran ola de dolor que se precipitaba constantemente encima de él.
Fue a casa, y se encerró en su habitación justo de esta manera. Sin embargo, después de algunos dolores terribles, la fiebre y el dolor disminuyeron como si fueran una suave marea. Luego, cuando todo se fue a cero, comenzó a sentirse muchísimo mejor.
¿Estaba muerto?
¿Finalmente se murió? ¿Estaba en el cielo?
Lo había pensado porque se sentía muy bien ahora. Estaba más relajado y su espalda se estaba descontracturando completamente bien. Respiró lento y luego abrió los ojos y parpadeó. Podía ver el techo de madera y las luces de su apartamento así que no estaba muerto, pero su cuerpo se sintió mucho más cómodo ahora que con el supresor. En realidad, más bien parecía como si estuviera borracho. Su entrepierna estaba siendo acariciada, su pene tenía una erección y se retorcía de un lado a otro. Y cuando algo llegó finalmente a la parte posterior de su escroto y lo presionó, su espalda se extendió de una forma tan amplia que hasta le hizo suspirar.
¿Qué era esto?
El ángulo de lo que sea que estuviera dentro de él, cambió hasta que todo su cuerpo se volvió tan ligero como para que comenzara a jadear. Luego, una sombra negra comenzó a cubrirlo y la mano que se extendió desde arriba le acarició lentamente la mejilla. Era la cara de Inukai. ¿Y por qué era Inukai? ¿Ya era de noche? Inukai siempre llegaba al hospital de camino a casa desde el trabajo y le hablaba del bebé. No, ese fue en el tiempo de su hospitalización anterior. Esta vez, luego de estar internado en el período de celo, le dijo que no debería venir a visitarlo porque podían cometer el mismo "error" que antes del embarazo. Además, no tenía una bata de examen de hospital y el frente de su camisa estaba abierto.
Su cabeza perezosa finalmente entendió la situación actual.
"Shhh..."
Inukai se empujó suavemente dentro de él así que no pudo decir nada Se sentía tan bien que pensó que podía eyacular por cada poro de su piel.
"¡Aaah!"
Después de empujar muy fuerte, Inukai se movió de nuevo. El pene, empapado de semen, no llevaba un condón y por su culpa Kawachi había comenzado a correrse también. En el momento en que se dio cuenta, su mente se puso completamente en blanco.
"¿Qué estás haciendo?"
Inukai no respondió.
"¿... Eyaculaste dentro de mi?"
"Lo hice."
Kawachi se inclinó, con una cara completamente llena de pánico, y comenzó a limpiar su entrepierna a toda prisa. Metió los dedos y trató de sacar todo desesperadamente mientras decía un montón de palabras extrañas y un tanto groseras. Si no se apuraba, podía tener a su hijo otra vez y definitivamente no le gustaba la idea. Por eso rechazó el tratamiento en primer lugar, por eso volvió a casa.
"¿¡¡Por qué hiciste eso!!?"
"Ibas a morir si yo no..."
"¡¡Es que yo quiero morir!! Quiero morir todos los días desde que llegaste conmigo, quiero morir desde que nació el bebé, quiero morir siempre que lo veo y quiero morir cuando pienso en embarazarme de nuevo de ti ¡¡Prefiero morirme que pasar por esto todos los días!!"
Pero al mismo tiempo que gritaba esto, un dolor extraño explotó en su mejilla. Lo abofetearon.
Antes de quejarse, lo empujaron hacia abajo otra vez de modo que su cuerpo quedó completamente pegado en la cama.
"¿Odiaste tanto tener a mi hijo? ¿Odias al niño porque es mio?" La voz de Inukai era baja. "De verdad prefieres morir ¿No es cierto?
Luego se rió de un modo casi histérico.
"Y si de todos modos quieres eso, entonces no debería importarte tanto cómo trato a este cuerpo o no".
Su cabeza estaba completamente presionada contra la cama, luego lo volteó y al momento siguiente, comenzó a sentir un fuerte ardor en la base del cuello.
Era una mordida.
Habían... Quedado enlazados.