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Aoitori (Traducción finalizada) por yuniwalker

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Después de la prueba, tenían que dejar la etiqueta con su nombre en la recepción y con la misma mujer del inicio, ¡Pero no había rastro alguno del hombre amable que lo había llevado hasta el salón! Pensaba que era un empleado de la compañía, pero tal vez solo era un ayudante. 

"¿Estás buscando a alguien?"

Cuando Mizuguchi preguntó, Inukai le dijo que había un empleado bastante amable que lo había guiado hasta su lugar y que incluso le deseó buena suerte. 

"Ya, creo que sé de quien hablas. Cuando entré, estaban la mujer y un hombre. Definitivamente era una buena persona porque estaba hablando con los que parecían más preocupados."

"... ¿No crees que olía rico?"

"¿Cómo a qué?"

Mizuguchi inclinó la cabeza en su dirección.

"No lo sé. Muy dulce"

"No me di cuenta".

Ciertamente no era un tipo de fragancia que utilizara un hombre. Sin embargo, tal vez tenía una personalidad muy independiente de su apariencia fuerte porque... Era casi como un algodón de azúcar. Y, a pesar de que había estado con él muy poco tiempo, ese dulce aroma todavía estaba ardiendo dentro de sus pulmones y dando vueltas por los orificios de su nariz. Por supuesto, el interés de Inukai por la empresa médica aumentó cuando pensó que dentro había personas como él, que serían amables sin importar que fueran estudiantes descuidados o terriblemente impuntuales.

Fue hasta obvio que Mizuguchi y él pasaran con éxito la prueba secundaria.

La tercera prueba se iba a llevar a cabo en la sede de la empresa, luego les darían los resultados y finalmente, una entrevista para cada uno de ellos. Mizuguchi e Inukai venían de la misma universidad, pero el orden en el que los agendaron fue diferente. Su amigo era el séptimo en pasar e Inukai estaba en el número 40

Después de la prueba escrita, el responsable de las entrevistas le explicó que debía esperar en la sala de reuniones unos minutos en lo que terminaba con su compañero, pero pronto pasaron dos malditas horas. Todos los que iban delante de él estaban tensos, leyendo libros de preparación para entrevistas, revisando noticias de actualidad en sus teléfonos o bebiendo agua sin parar así que Inukai fingió ir al baño y salió de la sala de reuniones casi de puntitas. Ni el recepcionista ni quien estaba entregando los exámenes era el hombre que olía bien así que pensó que si no podían reunirse en ese momento, entonces nunca tendría la oportunidad de darle las gracias por haberle ayudado a llegar al salón. Hoy era un día entre semana y los empleados trabajaban normalmente, por lo que había muy pocas personas caminando por el pasillo. Sabía que su nombre era "Kawachi", así que tal vez si le preguntaba a alguien de por allí, sería posible que le dieran información al respecto. Sin embargo, si estuviera ocupado, sería molesto molestarlo solo para algo tan tonto como darle las gracias. 

Deambuló por un tiempo, pero no pudo encontrar a esa persona. No sabía de qué departamento era y tampoco si era posible que se hubiera ido de viaje de negocios o algo así. Y cuando estaba a punto de regresar a la sala de espera, de repente se dio cuenta que hasta el fondo, por unas flores falsas, había una zona cubierta completamente con una carpa. Era un espacio para fumadores, así que tres hombres estaban fumando. Entre ellos, ESA persona.

Sus sentimientos comenzaron a elevarse. 

Inukai dudó en acercarse al espacio para fumadores pero entró de todos modos. El hombre amable estaba hablando con un par de ancianos, casi de espaldas a él. 

"La sede está en Osaka, ¿No es así?"

Esa persona, Kawachi, le palmeó el hombro:

"Es posible que trabajes en la oficina central algún día".

"Estoy bien aquí. Es mejor relajarse en la sucursal".

Esperando que dejaran de hablar, Inukai finalmente les dio los "Buenos días" y se acercó lo suficiente como para que lo notaran. El aroma del humo se estaba mezclando con el hermoso olor del hombre.

"Oh, ¿Quieres un cigarrillo?"

Estaba avergonzado de que lo malinterpretara así que, mientras se sonrojaba, negó:

"No, está bien así. Yo solo... Eres la persona que me ayudó en el segundo examen el otro día. ¡Muchísimas gracias por eso!"

La persona inclinó la cabeza.

"¿Hmm?" Y recordó: "Ah, ¿Eres el que llegó tarde?" 

"Así es."

"Ya veo ¿Conseguiste el trabajo?"

"No. Hoy es el tercer examen y después van a hacerme una entrevista."

"Ya veo ¡Seguramente te va a ir de maravilla! Creo que debes estar muy nervioso si vienes a la sala de fumadores justo antes."

"Aún falta mucho para mi entrevista. Realmente solo pasé por aquí y, como te vi, quería aprovechar para agradecerte por salvarme."

"No te preocupes, me alegra mucho haber sido de ayuda para ti."

Tal vez, debido a que la habitación era pequeña, ese aroma sensual que desprendía el cuerpo del hombre comenzó a volverse un tanto aterrador. Es decir, pareció más cautivador que antes y para ser honesto, pensaba que era más penetrante que el olorcito de los cigarrillos. ¿Y que demonios era esto para empezar? Este no era el olor de los O que conocía y además, era imposible que un Omega pudiera trabajar normalmente como oficinista para empezar. 

"Bueno, me retiro."

Inukai salió de la sala de fumadores y regresó a la de espera. La entrevista había terminado antes del mediodía así que decidió irse al restaurante familiar que estaba cerca de la estación y de paso, invitar a Mizuguchi en celebración por su esfuerzo. Allí, pidieron carne al vapor y aprovechó el momento para hablar nuevamente del empleado que lo ayudó en el segundo examen y sobre el aroma que no lo dejaba en paz.

"Parece una buena persona, pero que un hombre se ponga perfume a ese nivel es extraño."

Mientras hablaba, Mizuguchi bebió del jugo de naranja que le había traído la camarera.

"No huele mal. Solo se me hace curioso. Huele como..."

Pero mientras hablaba, comenzó a llegarle un olor a Omega. Una mujer, seguramente de la misma edad que ellos, caminaba hacia la barra del buffet con una charola vacía entre sus manos. Su cabello era gris ceniza y su ropa toda negra. Era hermosa y por eso mismo, se destacaba muchísimo entre una multitud así que su amigo le sonrió. 

"¿Cómo a ella?"

Preguntó Mizuguchi, frotándose la nariz con el dedo como para hacer la representación.

"Oh, no". Y bajó la voz. "Ella está en celo."

"¿Eh? ¿En serio?"Mizuguchi se inclinó hacia delante y siguió la espalda de la mujer con la mirada. "¿No es peligroso?"

"Ya casi termina y, está tomando medicina además. Por eso está en un lugar como este".

"Tienes buen olfato, ahora entiendo tu fascinación por el hombre que huele rico".

Inukai respiró hondo. Sin embargo, el olor que salía de esa mujer era el de un O común. Y basado en esto, descubrió que era enormemente diferente del aroma de ese hombre amable. El de Kawachi era más fragante y sensual. Muy rico. Mizuguchi mordió su carne y dijo:

"En fin, ojalá nos vaya bien. Estoy de nervios. El salario es muy bueno como para perderlo". 

Cuando sacó su celular para ver la hora, confirmó que el fondo de pantalla que tenía era una foto de su esposa y sus dos bebés. Parecía tan enamorado que pensó ¿Realmente era tan bueno encontrar a tu destino? Y mientras estaba en eso, los fragmentos inconexos de su mente se conectaron entre si y las letras aparecieron en su cabeza como si estuvieran brillando.

"Mi destino".

Su corazón hizo ruido. Por supuesto, lo primero que le vino a la cabeza fue un "De ninguna manera" y un "No existe tal cosa". Simplemente lo había pensado porque Mizuguchi lo influenció por esa idea. Había innumerables O en todo el mundo así que, incluso si realmente existía el destino, había una probabilidad increíblemente diminuta de encontrarla. Pero no fue hasta que Mizuguchi encontró al suyo que pensó que tal vez, no era tan una "leyenda" como lo pensó. De hecho, aunque nadie en su familia lo había encontrado ni una sola vez, si asumía que esa persona era "su destino", entonces lo que sentía realmente comenzaba a encajar.

Negó con la cabeza y trató de estar tranquilo. Para empezar, la otra persona era mayor y un hombre. Incluso si fuera su "destino", no parecía posible que tuvieran un futuro juntos en el que pudieran... Salir adelante. No se imaginaba a un novio o un compañero de matrimonio con atributos distintos a un A, y además, nadie en la familia lo reconocería como su pareja por su posición tan baja. También recordó su reacción en la sala de fumadores y pensó que esa persona no recordaba su cara. No se dio cuenta de que era su "destino" porque, de lo contrario, hubiese dicho algo diferente o actuado de otra forma frente a él. Solo se quedó con el impacto de haberlo visto llegar tarde.

Al final, se despidió de Mizuguchi, salió del restaurante familiar y tomó un tren de regreso a casa. Pero incluso cuando estuvo en su cama, comenzó a recordar vívidamente la interacción que tuvo con él y el olor tan hermoso de esa persona en la sala de fumadores. Su cuerpo se retorcía desde el centro y, después de estar frustrado por un tiempo, excitado y con su rostro dando vueltas en la cabeza, la respuesta que finalmente se dio a si mismo para justificarse fue: "Realmente es mi destinado ¿Verdad?"

Fue tan tonto. Si no se hubiera unido a esa compañía para empezar, nunca se habría involucrado con ese hombre y nunca se hubiese comido el cráneo de esta forma.

Además, en la tarde, descubrió que <Kawai>, la empresa de productos médicos, le había ofrecido el trabajo tanto a él como a Mizuguchi por lo que solo necesitaba hacer una última llamada telefónica para decirles que NO y terminar con todo ese problema. Ese era el plan para empezar. Algo sencillo.

Y fue imposible.

Inukai persuadió a sus reacios padres de dejarlo unirse a Kawai por algunos años. Dijo que antes de trabajar en la empresa de su padre de una manera definitiva, quería probar su fuerza desde cero en una ocupación y una empresa completamente nuevas. Mamá pareció insatisfecha hasta el final, pero el padre dijo: "Entiendo el deseo de estar solo sin el patrocinio de tus padres. No pensé que fueras tan valiente como para eso. No es malo conocer la dureza del mundo real." Y le dio su bendición.
Pero aunque los había persuadido para que se quedara con su trabajo en Kawai, Inukai se sintió un poco avergonzado porque solo era una excusa para confirmar la relación que tenía con ese hombre. Estaba confundido por su capacidad de actuar tan descaradamente solo por sentirse atraído hacia alguien.

En la primavera, antes de que se completara con éxito la ceremonia de ingreso a Kawai y comenzaran con la capacitación de los nuevos empleados, presentó sus más honestos deseos por entrar en la misma sucursal que el señor Kawachi. Como resultado, tuvo la suerte de que lo asignaran a la misma empresa del centro, aunque con una afiliación en ventas y un departamento completamente diferente. No obstante, la distancia entre él y ese hombre era mucho más cercana de lo que imaginó. Y por consiguiente, el próximo movimiento fue ver si Kawachi era realmente un O.

La lista de empleados era algo que solo la empresa podía ver y sin embargo, un O tenía la obligación de notificar su condición para evitar problemas con sus compañeros en el futuro por lo que preguntó muy discretamente sobre su género con el personal de su sección. Descubrió que la cantidad de personas que no lo sabían era abrumadoramente grande. Algunos hasta decían que era un A. Al parecer, su período de celo era inusualmente ligero y por eso mismo Kawachi no descansaba de su trabajo. Nadie pensaba que era un O porque trabajaba normalmente y era increíblemente competente entregando resultados. Sin embargo, Inukai se daba cuenta incluso si el hombre estaba a 10 metros de distancia de su lado y aunque no estaba en celo, Kawachi siempre tenía un aroma dulce y sensual que generalmente era atrevido. Como si le pidiera a Inukai que "se diera cuenta" o lo "invitara". Un rico olor que lo seducía solo a él.

No había duda de que esta persona era su "destino" y sin embargo, Kawachi no respondía a él incluso si Inukai estaba a milímetros. El trato que le daba era el de un "junior de otro departamento", ni más ni menos y realmente no se daba cuenta de que "su destino" estaba justo allí. 

Mizuguchi dijo que en el momento en que conoció a su ahora esposa, ambos se dieron cuenta de inmediato de que eran su "destino". Pero el patrón de ahora era bastante diferente a ese. Llegó a la conclusión de que la reacción ante su destino podía ser lenta debido a que su período de celo era leve de por si. Y pensó, que si él tuviera su condición y se encontrara con su pareja, estaría feliz si ese alguien se lo dijera directamente. Además, también le interesaba qué tipo de reacción tendría al escucharlo hablar.

Dado que sus departamentos eran diferentes, normalmente no interactuaba con Kawachi para nada. No obstante, aprovechó un error de su jefe para correr hasta el departamento contrario y esperar por una oportunidad de acción:

"Es ahora o nunca".

Finalmente iba a decirle a Kawachi que era su destino. Luego pensó: "No puedo dejar que crea que soy "pesado" por obtener este trabajo para estar con él". Así que hasta llegó a la conclusión de que esto podía ser algo que podía guardarse en secreto.

En su imaginación, había un escenario feliz en el que Kawachi, que ya conocía los hechos, estaba confundido por su compañero destinado y comenzaba a ser consciente de él hasta que terminaba por acercarse. Tenía la esperanza de que el destino hiciera una gran ola y lo llevara en su dirección hasta acomodarlo entre sus brazos y sin embargo, la historia que Inukai había predicho era solo una ilusión después de todo. A pesar de que confesó que era su "Destino", la reacción de Kawachi fue sorprendentemente débil y, para ser honesto, hasta se mostró indiferente. Se suponía que le pasaría algo precioso, como lo de su amigo y su mujer, pero el destino no valía nada en Kawachi y fue rechazado con una oración que decía "Prefiero a las mujeres". La cruel realidad era que incluso si a Inukai se le dio un "compañero destinado", no estaba atado a él. 

Inukai estaba muy decepcionado. Quería experimentar un "destino" puro, algo mágico que no involucrara pensamientos e intenciones humanas.  El peor final, era que lo que pensaba que era el amor de su vida, lo había tirado como si no valiera nada. A pesar de que fue manipulado por su destino e incluso se inclinó por un camino que no debía seguir, así era como a veces pasaban las cosas en la vida. No era una historia graciosa. Pensó en dejar la empresa y volver a la compañía de su padre con la cola entre las piernas, pero decidió dar lo mejor de si durante cinco años para dejar una gran impresión en lugar de una imagen lamentable. Además, siempre estuvo al tanto de Kawachi incluso si no pudo conseguir que estuviera a su lado. Entonces, al no tener más opción, incluso comenzó a fumar porque, después de todo, en el área de fumadores podía encontrarse con Kawachi básicamente todos los días sin levantar sospechas. Pero, desde el momento del examen de ingreso hasta ese mismo instante, reafirmó su creencia de que Kawachi era una persona amable y terriblemente comprensiva. Lo apoyó cuando llegó tarde y no se enojó con él ni siquiera cuando era obvio que lo deseaba tanto. Y esa amabilidad no era solo para él. Si buscaba la definición en la empresa de un hombre amable, decidido, gracioso y aficionado a las personas, ese era definitivamente Kawachi y por consiguiente, nunca había escuchado a nadie en la empresa decir cosas malas sobre él. También era serio y sólido así que, si tenía que hablar de un defecto en él, era ser un Omega.

Ese y tener una mujer.

Las mujeres A y B debían evitar a los hombres A porque sus bebés tendrían la mitad de posibilidad de ser un A también. Por eso, muchas veces los padres de estas personas se oponían al matrimonio incluso aunque los involucrados estuvieran enamorados. Y con eso en mente, cuando se enteró de que Kawachi había comenzado a salir con una mujer con la que además pensaba casarse, se sorprendió tanto que casi se derrumbó de rodillas en la oficina. Ella era una chica de la misma empresa, una mujer que parecía... Un tanto mediocre. Era buena persona, por supuesto, pero no tenía ninguna característica que le hiciera merecer a un Dios como Kawachi. Y eso le recordaba fuertemente que si estaba con ella, incluso aunque él era su destino y alguien mejor, era porque seguía siendo hetero. Y fue extremadamente molesto ver como el amor de su vida era robado por un humano que en realidad no había hecho tantos méritos por estar allí. Incluso si él tenía una formación académica perfecta, incluso si la casa de sus padres era enorme, él era millonario y le prometía una vida segura, ni siquiera podía acercarse a esa persona si no lo quería ver. Incluso si eran destinados.

Pero Kawachi era O así que, si le mordía el cuello, entonces podía hacerlo completamente suyo. De esta manera rechazaría a esa mujer y no podría tener sexo con nadie más que con él para siempre. 

Los delirios diabólicos le llegaban regularmente pero, nunca los llevaba a cabo. Sabía que era un crimen y que no podría ser feliz aunque tuviera su cuerpo. Como resultado, no pudo renunciar al destino y terminó por mirarlo a una distancia considerable pero dolorosa. Definitivamente no quería que se casara pero hubo un momento en que pensó que si lo hacía y tenía hijos, entonces podría rendirse definitivamente.

Obviamente la vida era una hija de puta.


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