Cuando le pidió a los de recepción que por favor extendieran la reservación hasta después del mediodía, le preguntaron si deberían tener alguna consideración importante al respecto o si quería que le llamaran al doctor. Sin embargo, era problemático pensar en eso.
Arrastró su cuerpo, pesado como nunca antes en la vida, y se acostó en la cama junto a un Kawachi completamente inconsciente. En realidad, estaba tan cansado que también se acomodó, se cubrió con las mantas del hotel y se abrazó el torso para poder dormirse. Y así, lentamente, despertó ya bastante pasadas las 3 de la tarde. Kawachi, el vecino de al lado de su colchón, se estaba moviendo tanto que se sentó para ver si estaba bien.
Y cuando Kawachi lo miró, lentamente se dio la vuelta hasta quedar de frente a él así que, aunque era un gesto un tanto trivial, igual había conseguido hacer ruido en su pecho. Kawachi tosió.
"Mis manos todavía están temblando."
Inukai sabía que era normal que un O en celo experimentara temblores por un buen rato, pero ahora habían tenido tanto sexo que tal vez era también gracias a esto. Extendió las manos para frotarle los dedos lentamente y descubrió que seguía teniendo el mismo aroma dulce y esponjoso de la primera vez.
"El olor a feromonas sigue siendo fuerte. Es posible que no se haya calmado por completo".
"¿Por qué...?"
"Ni siquiera yo lo sé".
Kawachi se desplomó en la cama e Inukai sacó su teléfono y buscó "período de celo que no cede".
"Parece que puede ser un efecto del supresor si lo tomaste a intervalos".
Kawachi también se acercó sigilosamente y miró su teléfono celular. Tenía un olor dulce y agradable que le hacía cosquillas en la nariz.
"Entonces, ¿Qué debo hacer?"
Lo escribió en internet y buscó en varios sitios. Como era de suponer, lo único que decía allí era que se quitaba con sexo.
Las dos personas se callaron.
Kawachi se sujetó la cabeza como si no pudiera soportarlo y luego solo dejó salir todo el aire que tenía en los pulmones. Pero, en realidad, no había otro camino que tomar y eso lo entendía perfectamente. El hombre, que había estado en silencio por un buen rato, preguntó:
"¿Puedes... Volver a tener sexo conmigo?"
"Creo que puedo hacerlo pero... Oye, lo siento muchísimo. Yo estaba... Tú no tienes la culpa de sentirte así y aún así me desquité contigo y lo hice muy fuerte. Perdóname. Estoy tan cansado, no sé ni lo que quiero..."
"Puedo soportarlo si te portas como una persona normal".
Luego tiró de la almohada y se la puso en la cara.
"¿Puedo hacerlo de esta forma? Estoy un poco..."
"No hace falta que digas nada."
Después de todo, ya estaba bien erecto solo por el olor que estaba prendido en sus manos. Agarró la parte posterior de su rodilla, la separó un poco y se empujó lo suficiente como para llegar a donde lo necesitaba.
"Ah..."
Ese era Kawachi, escondiendo el rostro todavía en su almohada. Inukai giró su mano desde atrás y empujó sus caderas hacia arriba y para abajo mientras jugaba con el pene y los pezones de su compañero.
"Ah, ah, ah".
Era esa voz hermosa que no había logrado escuchar ayer debido al miedo. Aunque era baja, era dulce como un caramelo e increíblemente perfecta.
"No tienes que tocarme los pezones..."
Kawachi aparentemente odiaba que hiciera eso así que intentó quitarle la mano del pecho. Por supuesto, Inukai dijo que no.
"Si lo toco, tu interior se va a tensar y todo va a terminar muy pronto".
Movió las caderas lentamente hacía adelante y cerró los ojos cuando sintió el inicio de una eyaculación. Y tal vez por eso, Kawachi pensó que todo finalmente había terminado e intentó levantarse de la cama...
Antes de que pudiera pensar, agarró su cadera y volvió a tirar de él en su dirección.
"Shhh... Voy a quedarme un poco más de esta manera."
"¿Sí?"
"Hasta que los temblores cesen. Solo hasta que se calmen, lo prometo".
Pero cuando pensaba que todavía estaban conectados, volvía a excitarse tanto y tanto que se hinchó hasta el punto de sentirse bastante desesperado. El interior de Kawachi se contrajo con fuerza y entonces, incluso sacudió las caderas de manera incómoda hacía él.
"Ah, ah, Inu..."
"Aquí conmigo, respira aquí conmigo. Es solo un poco más..."
'"Pero..."
Kawachi puso la cabeza en su dirección así que, cuando sus ojos se encontraron y sus manos parecieron buscarse... Se besaron sin darse cuenta y se mantuvieron completamente presionados sobre el colchón. Estaban con la lengua enredada y los dientes golpeándose con fuerza en cada movimiento así que, mientras se besaban y decían sus nombres, Inukai acariciaba sus pezones y humedecía lentamente las yemas de sus dedos con la leche que estaba saliendo sin parar. Y en lo que acariciaba suavemente el cuerpo de Kawachi, de arriba para abajo y en pequeños circulitos, Inukai se movió para dejarle el camino libre.
No puso resistencia.
Sacudió las caderas de un lado para otro porque quería que las arrugas de su ano se extendieran con la forma de su pene.
"Ah, ah, ah, ¡Ah!"
Kawachi se veía hermoso. Su voz se hizo alta y sus caderas se movieron como si lo estuvieran buscando también. Luego, Inukai chupó su escote y lo mordió hasta que dejó una cicatriz.
Y fue hasta por la noche que cesaron sus temblores y disminuyó por completo la liberación de sus feromonas.
Kawachi estaba agotado por el sexo prolongado y no podía ponerse de pie correctamente o mantenerse despierto. Sostuvo al hombre entre sus brazos, lo cubrió con su abrigo y abordó un taxi junto con él. Kawachi se sentó en el asiento trasero, asustado y preocupado por lo que diría el taxista de su aspecto, así que casi se ocultó en su pecho y lo abrazó.
"¿Su acompañante está bien?"
"Es un poco de fiebre, no se preocupe."
Estaba pensando en ponerlo a tomar un descanso tan pronto como llegaran a la casa pero, en cuanto vieron que papá llegó, Yu comenzó a gritar en voz alta: "Papi". Y Junto con él, el pequeño bebé cantó un gran coro de "Ahhhhh"y comenzó a llorar. E incluso si le pedía que se lo dejara todo a él, Kawachi solo dijo:
"No, no. Estuve ausente y los hice sentirse solos. Además, el doctor dice que involucrarme es bueno".
Y cargó a los niños para llevarlos hasta el cuarto.