Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Aoitori (Traducción finalizada) por yuniwalker

[Reviews - 11]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Tuvieron relaciones sexuales durante varias horas en el período de celo del mes pasado. Había una alta posibilidad de que estuviera embarazado por eso pero, aparentemente ahora no fue así. La cara en llamas no era una señal de haber jugado con los niños, sino un precursor de lo que estaba a punto de pasar. 

"Mentira. Tan de repente..."

Kawachi también estaba confundido.

Pensando en eso, recordó que cuando habló con su médico, dijo: "Hay un informe de investigación que dice que cuando el inhibidor no es tan efectivo, de repente el O puede entrar en celo inesperadamente. Tenga cuidado". Así que tal vez era debido a eso.

Kawachi temblaba, con un sudor grasiento en la frente y los brazos alrededor de su estómago.

Las feromonas que estaba soltando eran tan intensas, que hasta había llegado a pensar que la cabeza le estaba dando vueltas y quizá hasta no tendría más remedio que llamar a una ambulancia especializada en O. Afortunadamente, estaban en un lugar que no era popular y rodeados de una inmensa cantidad de árboles. Buscó en el bolsillo inferior de sus pantalones pero no sintió nada. Había pensado que sería algo de un momento y dejó su teléfono en la tienda de campaña. 

"Dios, Dios ¿Qué hacemos?"

Kawachi debería atraer a los Alfas de inmediato, como una flor que llamaba a las abejas. Tal vez tenía que dejarlo aquí, pensar en algo por su cuenta e ir a buscar su teléfono. Sin embargo, en la orilla del río, del otro extremo, había un hombre enorme mirándole. Tenía niños a su lado y de todos modos descubrió que la barbilla del sujeto se movía hacia arriba y hacia abajo de forma antinatural, incluso a pesar de que él y él tenían una distancia de más o menos unos cincuenta metros. Esto era una lucha contra el viento, por lo que el olor seguramente había sido arrojado hacía a él sin que pudiera hacer nada para poderlo evitar. Y si dejaba a Kawachi por su cuenta, entonces era seguro que lo iban a atacar.

Inukai sostuvo a Kawachi por detrás. 

"¡No me toques!"

Le gritó al hombre.

"¡Basta! No es momento para eso. Tu feromona es terrible. ¿Quieres que te viole otro hombre? ¿Eh? ¿Es eso?"

Por el momento, lo sujetó y se lo llevó lejos de la orilla del río y un poco más profundo en el bosque. Después de confirmar que las voces y los signos de la gente habían desaparecido, puso a Kawachi en la base de un gran árbol y trató de tranquilizarlo de la mejor manera que se le ocurrió. Estaba oscuro, estaban en la sombra y las malas hierbas les llegaban hasta los tobillos. El área circundante pareció estar cubierta de pinos impresionantemente altos así que el viento era escaso. Era conveniente porque no quería esparcir sus feromonas y definitivamente no quería hacer un escándalo en un lugar familiar. Además, no solo eran las mejillas de Kawachi las que parecían arder, sino también las yemas de sus dedos y sus brazos. Inukai, que estaba tragando todas las feromonas de Kawachi, tenía un deseo feroz de meterse con este hombre justo allí y en este momento.

Y quizá había sido porque notó su mirada, pero Kawachi tembló con una expresión asustada y comenzó a llorar.

"No quiero. No quiero hacer esto ahora. No quiero". 

Le aplicó sal al corazón que de por si ya tenía severamente lesionado. 

"¿Entonces morirás?"

Pudo escuchar su voz seca decir: "No quiero morir."

"¿Quieres que traiga a otro hombre?"

Dijo esto con la intención de desquitarse. Kawachi negó con la cabeza. 

"¿Estás seguro? ¿No sería casi lo mismo que una terapia sexual?"

Pero mientras decía eso, solo podía pensar en lo que iba a hacer a continuación. Quería verlo desnudo, quería besarlo completo y poner su pene hasta el fondo de su agujero. Deseaba verter toda su ira y odio en el encuentro sexual y hacer que sintiera lo mucho que lo había lastimado. Deseaba romperlo. De alguna manera estaba terriblemente enloquecido por su olor así que, aunque todavía lo estaba tolerando gracias a estar al aire libre, no tardaría mucho en ser tan invadido por sus feromonas como para mostrar lo bestia que podía llegar a ser. Lo entendía. Y comprendía también que no tenía sentido repetir lo mismo cada vez que esto pasaba. Incluso si era por el período de celo, lamentarían esto y él se escudaría en esa terrible idea de que lo había hecho porque lo amaba.

Inukai se quitó el cinturón de sus jeans y comenzó a envolverlo alrededor de ambas muñecas. Era algo así como una especie de "esposas improvisadas" así que el hombre, que tenía la cara en llamas, solo preguntó: "¿Qué estás haciendo". 

"No voy a tocarte. No te ayudaré, no te comprometeré más. No haré nada porque no voy a hacerme responsable de esto también".

"..."

"Si quieres morir, solo ve y muere. Si quieres salvarte, sal a la carretera y entonces alguien en el camino te liberará del celo".

Kawachi no dijo nada. Se puso de pie y caminó un par de pasos, pero se derrumbó de nuevo. Ni siquiera sabía lo que estaba haciendo o la manera en la que tenía que actuar a continuación así que se acercó a cuatro patas para llegar de nuevo con él.
Inukai estaba muy abrumado por el sofocante olor a feromonas así que respiraba "haa, haa" constantemente. Kawachi también estaba haciendo el mismo sonido pero, al contrario de él, que tenía la mirada perdida entre los árboles, él le estaba observando directamente el pene. Era obvio que tenía una erección, incluso a través de la tela. 

"¿...Quieres esto?"

No respondió, pero era evidente que tenía una mirada bastante codiciosa. 

"Si tengo sexo contigo, solo vamos a lastimarnos otra vez. Y tú obviamente no quieres tener otro hijo mío."

Kawachi apartó la mirada de su entrepierna y se quedó con la cabeza completamente gacha. Todo su cuerpo estaba temblando y era ruidoso en la manera en la que jalaba el aire.

"No te gusta el sexo, no quieres verme pero deseas mi pene. ¿No crees que es una contradicción? Eres un O un tanto desvergonzado". 

Kawachi no dijo nada al respecto y sin embargo, pronto lo escuchó quejarse con un "Maldita sea, estoy tan caliente" para luego tumbarse de espaldas en el pasto y sostener su pecho entre las manos. Era difícil ver la manera en la que estaba sufrimiento así que quería ayudar. Sin embargo, esta también era una enorme contradicción para él.

Kawachi lo miró por un momento, como para pedirle que se acercara. Pero al ver que no pasaba absolutamente nada de lo que quería, se dio la vuelta y gritó, temblando con muchísima fuerza mientras ahora también intentaba bajarse la cremallera y la ropa interior. Su pene estaba babeando y un fluido corporal bastante viscoso pareció comenzar a gotear de su entrepierna.

Kawachi volvió la cara hacia la pelvis de Inukai y respiró de una manera increíblemente pausada. Estiró su mano derecha, la puso en su trasero, metió su dedo en la parte donde siempre lo tomaba y comenzó a moverse violentamente de arriba para abajo. Inukai estaba observando todavía a la distancia así que, cuando fue golpeado por su feromona, el pequeño pedacito de razón que todavía tenía dentro de la cabeza pareció irse volando tan rápidamente, que hasta pensó que arrancaría la atadura que se había puesto y se apoyaría en este hombre de una sola vez. Pero logró mantenerse quieto.

Era básicamente porque tenía una inmensa ira hacia este hombre. 

Kawachi dejó de masturbarse, como si estuviera frustrado, y se acercó de nuevo para intentar bajar la cremallera de los pantalones de Inukai. Y con solo empujarle un poquito hacia abajo la ropa interior, el pene del hombre salió de inmediato de tal forma, que hasta pudo notar la forma tan descarada en que Kawachi estaba tragando saliva. Luego abrió las piernas (Sí, justo frente al hombre que decía que odiaba hasta la muerte) y se sentó a horcajadas encima de él. 

Y así, en un entorno al aire libre, intentó tragarse toda su verga mientras exponía para él su cuerpo excitado. Colocó las manos alrededor de los hombros de Inukai y rápidamente levantó las caderas y volvió a bajarlas en una especie de ritmo que comenzó a ser constante. Luego, Kawachi bajó las manos y trató de desatar esa cinta que le estaba sujetándo las muñecas. Pareció sentirse frustrado cuando se dio cuenta de lo fuerte que lo había amarrado, intentó hacerlo con los dientes y al final, maldijo muchas veces con un "mierda".

Sin tener más remedio, bajó sus caderas otra vez y comenzó a moverlas intencionalmente en círculos pequeños. Kawachi gritó "Ah", con una cara lamentable, dobló el torso y trató de conseguirlo todo por su propia cuenta.

"Por favor, muévete..."

No dijo nada, pero dejó que Kawachi cayera vigorosamente sobre él hasta tragarlo.

"¡Ah!"

La parte en la que se estaban conectando, se sentía tan maravillosamente bien que era como si se elevaran hasta el cielo y comenzaran a flotar justo en las nubes. Tan delicioso, tan bueno que abrió los ojos completamente y dejó caer la boca. Pero cuando se dio cuenta de que su cara estaba a centímetros de la suya, no pudo evitar enojarse otra vez.

"¿Qué tal el sabor del pene del hombre que tanto odias?" 

Su cuerpo se movió al compás de una hermosa voz que decía "Oh, oh". 

"No quieres ser abrazado por un hombre, no quieres ser abrazado por mi así que ¿Por qué sacudes tus caderas como si me desearas tanto?"

Incluso si estaba utilizando palabras bastante duras, Kawachi no pareció molestarse nunca. Al contrario, meneó la cintura para adelante y para atrás e intentó recargarse un poco contra su pecho. Maldita sea, nunca pensó que llegaría el día en que el disgusto superara a la emoción.

Estaba enojado.

Estaba completamente molesto. 

Este tipo se sentada a horcajadas sobre un hombre que no le gustaba, dispuesto a tragarse su orgullo solo para tener otra oportunidad de vivir. Eso no era lo que quería para ninguno de los dos.

Inukai estaba a punto de eyacular, pero puso mucho esfuerzo en la parte inferior de su abdomen para no hacerlo de inmediato. Si no eyaculaba, el período de celo no iba a terminar y, para decirlo en palabras claras, Kawachi no podría salirse de encima de su pene. Tenía que recibir su semen o de lo contrario, continuaría sacudiendo sus caderas para siempre mientras pedía por el cuerpo del hombre que no le gustaba.

Esto era venganza. 

"Ah, ah, ah, ah".

Y en lugar de hacerlo él, fue el semen de Kawachi lo que salpicó vigorosamente desde la punta hasta la tela de su camiseta. Respiró sobre sus hombros y luego, mientras descansaba, el pene que había estado eyaculando volvió a despertar.

El deseo sexual de un O durante el celo era terriblemente duro.

"Inukai... Me duele". Kawachi se jaló la camisa que traía puesta. "Me duele el pecho".

La tela se rasgó y entonces el botón salió volando para mostrarle unos senos y unos pezones bastante hinchados. Kawachi se tocó ambos pechos mientras estaba de rodillas y sacudió las caderas hacia arriba y hacia abajo lo más lento que podía permitirse con él. Entonces la leche brotó en una pequeña corriente y mojó la cara de Inukai gracias al impulso que ocasionó al pellizcar con sus dedos. Era como si tuviera placer directamente de su culo, pene y pezones hasta el punto en que sus fluidos corporales se desbordaron de todos los espacios que tenía disponibles. Su boca estaba entreabierta y no mostraba esa masculinidad tan fuerte que tuvo en la tienda de campaña. Aquí solo había un O llorando y pidiendo por él casi de un modo muy desesperado.

"Por favor, por favor. Date prisa."

Kawachi habló, con los ojos rojos y llenos de lágrimas. Sostuvo la cabeza de Inukai entre sus manos y gritó:

"¡Por favor! ¿Por qué no me haces caso? ¡Por favor, Inukai!"

Su pezón todavía hinchado se presionó contra su cara. Pero Inukai estaba tan enojado con él que en realidad le asentó una mordida un tanto grosera.

"Aaaaah."

Luego, el interior de Kawachi se tensó tan dolorosamente que Inukai no tuvo más remedio que cerrar los ojos.
 
"¿Te gusta que toque tus pezones?¿Quieres alimentarme como lo haces con tus bebés?"

Entonces, escuchó un débil voz diciendo:

"Sí". 

"No puedo oírte. ¿Qué quieres?"

"... Chúpame."

Los ojos de Kawachi estaban completamente nublados para ese momento. 

"¿Qué debo chupar?"

"Mi... Mi pezón."

"¿No crees que es vergonzoso chupar tu pezón?"

"Por favor, Inukai..."

"¿Se siente tan bien?"

No hubo respuesta, pero era obvio que se sentía muy bien. Estaba tan frustrado que volvió a morderle el pezón izquierdo. 

"¡Um!"

Gritó Kawachi.

Al mismo tiempo que el sabor a leche y sangre se desbordaba en su boca, se contrajo con tanta fuerza que llegó a un punto en que no pudo soportarlo más y entonces, incluso aunque no quería hacerlo, Inukai eyaculó. El cuerpo de Kawachi se aflojó suavemente sobre el suyo y la feromona disminuyó tanto que fue como si se estuviera dispersando por el viento. Por supuesto que todavía no se había ido del todo, pero estaba muchísimo mejor que la primera vez.

Y cuando Inukai puso un poco de fuerza en las muñecas, subió la parte de arriba de la correa con los dientes y lo jaló, entonces el cinturón se abrió de una manera relativamente fácil y cayó contra el suelo. De esta forma, pudo sostener su cuerpo un poco mejor y dejar que Kawachi rodara sobre su espalda. Luego, agarró sus piernas entre las manos y las acomodó de tal manera que comenzó a parecer una rana. Le separó las nalgas e hizo que sus dedos penetraran en su ano para raspar todo el semen que había metido justo allí.

"No, Inukai..."

Kawachi tembló, quizá porque se había sorprendido por eso. 

"Solo te estoy limpiando."

"¡No!"

Kawachi agitó el pie hasta que su talón golpeó la barbilla de Inukai. Sorprendido por esto, se alejó unos pasos de él y vio como Kawachi había comenzado a recoger las piernas, se sujetaba el vientre, se agachaba y sacudía los hombros entre cada respiración.
Aunque le había dicho muchas veces que no quería quedar embarazado ni dar a luz a su hijo, no lo dejó sacar el semen, no dejaba que lo tocara y ahora casi estaba hecho una bolita en el pasto. Y para alguien que quería ir al hospital para tener una terapia sexual ocupando el semen de otra persona, esto podía catalogarse como la contradicción número 2.

"No lo saques..."

"No lo sacaré, no voy a sacarlo".

Empujó al hombre, con los brazos y las piernas estiradas sobre la hierba, y se insertó con mucha fuerza por detrás. 

"Umm..."

Comenzó a mover sus caderas. 

"Si no te gusta, resiste". 

Pero no hizo nada. 

No importaba cuánto lo odiara en ocasiones o cuanto doliera, no podía dejar ir a este hombre. No podía dejar de amarlo ni de desearlo y para ser completamente honesto, no quería que fuera tomado por alguien más. ¡No quería que nadie más lo viera! Incluso si era la mayor desgracia para Kawachi, era el bendito cielo para él.

Acomodó al hombre un centímetro más en su dirección.

Sus ojos estaban hinchados y rojos, probablemente porque había estado llorando durante todo este tiempo debido a él y, además, los pezones que le mordió segundos atrás ahora tenían el perfil exacto de sus dientes...
Cuando lo dobló para continuar penetrándolo, el ángulo cambió también y se filtró una voz bastante pequeña de entre su boca. Puso la mano sobre su cara y le susurró:

"Te amo".

Hubo silencio.

"Te amo más que a nadie en el mundo." 

El hombre se sorprendió tanto que hasta brincó.

"¿Qué...?"

"Te amo". 

Incluso si le decía "No te creo" o "Detente" y lo empujaba para atrás, Inukai lo abrazaba una y otra vez, diciendo "Me gustas" y "Te amo" hasta que se cansó.

"Me gustas muchísimo, Kawachi."

"Es una mentira..."

Pero aunque expresaba sus sentimientos con mucha honestidad, igual pareció no poder creerlo. Al contrario, incluso estaba insistiendo en que era "absolutamente una mentira"

"No es mentira. Te lo digo de verdad. Sinceramente te amo."

Tal vez era porque habían estado interactuando como bestias al aire libre durante todo este tiempo pero, el cabello de Kawachi estaba todo entrelazado con hierbas, ramas, flores y hojas muertas. Y antes incluso de que pudiera comenzar a limpiarlo, sus ojos se llenaron de lágrimas y tembló:

"Pero me dijiste que fuera a la terapia sexual." Dijo Kawachi. "Tú dijiste que..."

"Sugerí la terapia sexual porque Kawachi dijo que no le gustaba estar conmigo. Entonces, estaba enojado y pensé que si no teníamos contacto físico, sería más fácil para ti".

"¡No es eso!" Gritó Kawachi. "Es diferente".

"¿Qué es entonces?"

Kawachi se cubrió la cara con ambas manos y negó con la cabeza. Quería escuchar qué era lo diferente, pero no decía nada. La leche estaba saliendo todavía de sus pezones así que los besó y los lamió suavemente como para forzarlo a ver. 

"Ah".

Se filtró una voz tan dulce que tuvo que aguantar las ganas de tomarlo de nuevo.

Lo chupó muchas veces en orden, primero a la derecha, luego a la izquierda, y después justo sobre la boca. En realidad, quería romperle los labios a puros besos, pero decidió que no era el momento para comenzar a actuar así. Después de todo, Kawachi estaba temblando como si tuviera miedo de algo. 

"Yo... En este tiempo..."

"¿Sí?"

"En los últimos meses... He estado comenzando a enamorarme de ti. Mucho."

Las lágrimas volvieron a brotar de los ojos de Kawachi. 

"Quería lastimarte porque... Estaba enojado y dolido de que me rechazaras cuando yo finalmente... Lo siento, lo siento tanto".

"Yo también lo siento. Aunque te amo, me dijiste que querías divorciarte y yo... Enloquecí. No era mi intención decir lo que dije."

"Nunca lo volveré a hacer". Dijo una y otra vez. "Por favor, perdóname. Perdóname, Inukai."

Kawachi levantó las manos en su dirección. Y aunque por un momento pensó que sería golpeado, lo único que hizo él fue abrazarlo con todo su poder. 

"No te odio". Escuchó. "No odié dar a luz a tus hijos. No odio estar a tu lado ahora ni odio que me toques..." Trató de verle la cara, pero no lo dejó hacerlo. "Es solo que... ¡Soy un hombre maldita sea!"

Kawachi le gritó al oído.

"Sabía que podía dar a luz a un niño pero nunca fue mi intención hacerlo. Nunca imaginé que estaría casado con alguien de mi mismo sexo y nunca imaginé que yo podía sentirme así por alguien como tú. Perdóname. Mi cabeza no..."

"No digas nada, no digas nada. No es culpa tuya."

"Yo no estaba acostumbrado a ser abrazado por alguien más y... Cuando me pasaba, estaba tan confundido y era tan doloroso que de verdad quería morir."

Kawachi apretó el cabello de Inukai mientras lo sostenía.

"Pero ahora creo que Yu y Hirota son las personitas más lindas del universo. Y cada vez que veo sus caras sonrientes, pienso que estuvo bien darlos a luz incluso aunque al principio estuve bastante triste por eso. Yo... No sé que haría sin ellos. No sé que haría si no están. No sé que haría sin ti."

Finalmente, pudo ver el corazón de Kawachi. Y aunque evidentemente estaba confundido, era obvio que se había acostumbrado a la vida a su lado y era obvio que estaba tratando de aceptar tanto su mente como su cuerpo para poder avanzar. Solo que, siempre hacía falta tener más tiempo. 

"Yo... No quiero tener más niños para detener mi celo. Solo me gustaría que tengamos un bebé porque tenemos las ganas de hacerlo. Eso es lo que me molesta de toda esta situación. No quiero que mis hijos sean solo la solución que encontré para estar bien."

La queja de Kawachi hizo que el pecho de Inukai doliera. 

"No puedo disculparme contigo por todo lo que hice. Me va a faltar vida para pedirte perdón por cada cosa en la que me equivoqué, Kawachi. Lo siento, lo siento tanto... Pero no puedo dejarte ir. No quiero dejar que te vayas. No quiero perderte. No sabía que más hacer. No sabía que hacer para tenerte conmigo."

Kawachi pareció temblar en sus brazos. 

"Te amo con cada parte de mi corazón. Te amo tanto que no puedo ni explicarlo así que, ¿Puedes amarme también? ¿Puedes quedarte conmigo y dejar que te lo demuestre?"

"...Solo si me dejas seguir enamorándome de ti."

Cuando vio la cara de Kawachi, torció la boca y comenzó a llorar.

"No me dejes solo".

"No te dejaré."

"No quiero ser de otra persona".

"Solo serás mío."

"Ayúdame."

"Lo haré siempre."

Inukai afirmó todo lo que dijo y luego se permitió besar suavemente la frente de Kawachi, que tampoco podía dejar de llorar.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).