Entonces, cuando se despertaron, ya eran pasadas las 2 de la tarde del día sábado. El ambiente era agradable, la luz del sol a través de la cortina era brillante y la nieve se había calmado completamente, pero ninguno de los dos miró hacia afuera. Inmediatamente después de despertar, ya se estaban besando y abrazando de nuevo.
Hicieron el amor.
Pronto volvió a ponerse oscuro y las luces comenzaron a encenderse en la calle. Habían estado lo suficientemente ocupados como para encender los focos de la habitación, pero igual Inukai pareció poder ver todo tan claramente como durante el día. Sabía todo de la persona que amaba, la manera en la que movía las manos en su dirección, su expresión facial, la forma de su cuerpo, como se veía la parte en la que estaban conectados, cada pequeña cosita.
Se insertaba, lo besaba, se acariciaban y quedaban tan apretados el uno contra el otro como para pensar que originalmente eran uno solo.
Al final, Kawachi se separó para ir al baño y desapareció de su vista por uns momentos. Pensó que tenía que detenerse para dejarle descansar pero, cuando regresó y se acostó a su lado, volvió a tener muchísimas ganas de hacerlo. Lo acercó, se enredaron y finalmente llevó ambas manos a su trasero como si esta parte tuviera un imán. Le chupó el cuello y comenzó a moverlo en un vaivén encantador.
Kawachi solo tenía que decir "Ya no me gusta", pero se juntó a su pecho y lo besó profundamente como para intentar llevar el ritmo del encuentro. Luego lo abrazó, lo tocó y repitió un ritmo de movimientos profundos y pausados.
"¿No te duele?"
Estaba preocupado, así que frotó suavemente su entrepierna con un par de dedos.
"Creo que es porque tu forma de hacerlo es amable. No duele y se siente bien sin importar las veces que lo hagas..."
Aunque Inukai estaba asustado, Kawachi pareció aceptar activamente el amor que le daba su pareja.
"De verdad me gusta mucho."
Y cuando sus ojos finalmente se encontraron, Kawachi le acunó el rostro entre las manos y volvió a lamer su boca.
"Um..."
Lo que había estado delirando durante años se hizo realidad en un segundo así que, cuando pensó que no era un sueño y que esto era SU realidad, se llenó de tanta alegría que casi se desmayaba.
Luego el hombre lo empujó hacia abajo.
Mientras Inukai yacía de espaldas, parpadeando, Kawachi sonrió y entrecerró los ojos para continuar con los besos. Se puso a cuatro patas sobre su pareja, luego se arrodilló y comenzó a sentarse lentamente en el pene de Inukai hasta tragárselo completo. Después de respirar hondo, Kawachi lentamente comenzó a mover las caderas hacia arriba y hacia abajo, hacia la izquierda y hacia la derecha hasta que encontró el ritmo que le gustaba. Era sensual cuando se sacudía en conjunto con los movimientos de su cintura así que, cuando pareció no aguantar más y se tocó el pene con la punta de los dedos, se enojó.
"No lo toques, vas a llegar allí solo con sentirlo desde atrás..."
Pero tal vez estaba siendo demasiado suave para tocarlo porque dijo: "Hazlo un poco más fuerte" e incluso se empujó por su cuenta.
Solo habían tenido sexo sin parar, ni siquiera habían comido. Kawachi de vez en cuando se detenía para verificar las fotos de sus niños cuando las enviaba Sawako, pero Inukai le recogió el celular de inmediato y dijo: "Ahora solo piensa en mí", y mostró unos celos que eran hasta un tanto vergonzosos.
El sexo continuó hasta muy entrada la noche, cuando fueron a comer porque el estómago de Kawachi había comenzado a hacer ruido. Sin embargo, no podía quitar la vista de su hombre favorito mientras comían en un local de hamburguesas bastante conocido. La apariencia de comer lo estaba excitando y cuando movía un poco la lengua, recordaba la apariencia que tenía cuando lo besaba, cuando estaba desnudo y cuando se estremecía por sus toques. Era por eso que quería comer rápido e irse al hotel.
Lo tomó de la mano mientras volvían al dormitorio. ¡Y lo mejor era que Kawachi no lo apartó ni un solo centímetro! Además, era una buena señal que lo abrazara y lo besara en el ascensor y que no se detuviera ni al estar en el pasillo.
No podía esperar ni un momento más.
Tan pronto como entraron en la habitación, le quitó la ropa a Kawachi y comenzó a besarlo desde la cabeza hasta los pies. Luego dijo:
"¿Podemos darnos una ducha?"
Así que entró con él para poder lavar a Kawachi con un jabón corporal y muchísimo champú. Pero, mientras estaban de pie bajo la corriente de agua caliente, comenzaron a tener sexo de nuevo porque era la primera vez que hacían algo tan loco como eso. Era emocionante incluso, así que comenzaron a escucharse un montón de jadeos tras la cortina.
Al regresar a la habitación, limpió cada rincón de su cuerpo y secó bien su cabello para que no se fuera a enfermar. Durante ese tiempo, se besaron muchas veces más e incluso Inukai se permitió acariciar los genitales de Kawachi con la excusa de que así iba a asegurarse de que quedaran bien limpios.
"Ah... También quiero hacerlo pero, estoy muy cansado ahora. ¿Podemos dormir un rato?"
"Ujum..."
Kawachi estaba muerto, así que Inukai se tragó la excitación, limpió el futón y lo cubrió hasta la barbilla para poder sostenerlo por detrás en un abrazo un tanto adorable. Pero en cuanto pareció a punto de quedarse dormido también, escuchó una voz a su lado que decía:
"Oye, oye..."
Las mejillas de Inukai, que estaba con la cabeza bajo la almohada, fueron acariciadas por unos dedos hermosos y delgados.
"... Mira, está nevando afuera."
Cuando abrió los ojos, descubrió que Kawachi estaba sentado, ya sin camiseta, y con la vista completamente clavada en la ventana. La habitación estaba cálida porque el aire acondicionado funcionaba bien, así que no pensó que hubiera algún problema.
"Tengo hambre..."
"¿En serio?"
Inukai gateó un poco y se recostó en el regazo de Kawachi para poder sostener sus caderas.
"Te llevaré a comer lo que quieras."
"¿No importa que sea tan tarde?"
"No importa."
"Vas a echarme a perder."
Pero aunque parecía que lo estaba regañando, el movimiento de los dedos que le revolvían el cabello era sumamente encantador. Su corazón y su cuerpo estaban tan felices que sintió que se estaba derritiendo contra el suelo así que, aprovechando esto, Inukai presionó sus labios contra la parte inferior del abdomen de Kawachi.
"Nuestro bebé tiene hambre. Se lo debemos por ser tan ruidosos"
"Totalmente".
Mirando hacia arriba, descubrió que su persona favorita se estaba riendo mientras colocaba una cara bastante hermosa.
"Debemos pensar en un nombre."
"Así es..."
"De verdad siento que es una niña esta vez. Quiero verla pronto."
Los ojos de Kawachi se pusieron brillantes y luego, las lágrimas se derramaron por su cara sin que lo pudiera evitar. Inukai estaba asustado.
"¿Qué pasa? ¿Estás bien?"
Se levantó a toda prisa y tocó las esquinas húmedas de sus ojos. Kawachi dijo:
"No, no, perdón..."
Pero el agua seguía cayendo como si sus glándulas lagrimales se hubieran roto. No se detenían.
"... Es ridículo." Murmuró Kawachi. "Pero nunca pensé que podría estar tan feliz por esto. Lo estoy esperando tanto."
Abrazó a Kawachi, que estaba llorando, y le pidió:
"Si eres feliz, entonces sonríe. No llores".
"Estoy muy feliz de que seas mi destinado. Estoy muy feliz de tenerte aquí conmigo... Te amo."
Ahora era Inukai quien no podía dejar de llorar. Kawachi abrazó a su compañero con fuerza, riendo y burlándose de él.
"¿Qué debo hacer cuando el tipo que dijo que sonriera no deja de llorar?"
"Es tu culpa."
FIN.